5.- Feliz nacimiento y fugaz vida.
Traigo el capítulo que bueno me costó hacerlo pues casi lloro mientras lo escribía, es un poco trágico.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Siglo XIV.
Antorchas iban de aquí para allá, una anciana comadrona llegaba escoltada por el robusto cochero que asintió a su señor.
La constelación de Acuario, su estrella principal Ganímedes brillaba con más intensidad esa noche cosa que para él era una hermosa señal.
—dices que será niño—se dirigió a Sísifo que lo acompañaba—y entonces le pondré un nombre que será único para él.
—¿ah si?—preguntó curioso Sísifo—¿cómo lo llamarás?
—Camus.....
—ese nombre no existe—murmuró el castaño extrañado.
—pero para él si—dijo sin despegar la vista de la constelación—será mi único Camus.
Cuando el pequeño nació, su felicidad era tan grande que se le salía por los poros, Camus era hermoso tanto que parecía un pequeño inmortal no un humano.
—soy el anciano más feliz—dijo refiriéndose a sus 100 años que no parecían—cuanto daría por que sea como yo....un inmortal.
Al haberse fusionado su sangre inmortal con humana, Camus había nacido como humano, ni siquiera mitad de cada uno, era humano y punto.
—gracias por darme esta razón de ser—se dirigió a la mujer que lo parió.
Ella asintió un poco cansada, su función había terminado, de ahora en adelante Dégel se haría cargo del niño.
Sin embargo Sísifo entró en una especie de trance inesperadamente, aquello significaba una cosa....iba a decir una profecía con respecto al bebé y su vida.
" El 1 y el 9 serán su fecha límite,
el filo del acero herirá tu alma,
tu corazón desangrará,
odio y venganza serán tu alimento por siglos,
llorarás tu larga existencia pidiendo verlo de nuevo,
Sólo su amor sanará tu odio y salvará tu alma....."
Incómodo, Dégel aferró a su recién nacido hijo mientras miraba estupefacto a Sísifo que se sostenía la cabeza pues había quedado un poco desorientado, generalmente cuando sucedía este tipo de cosas, lo tomaban desprevenido.
—ignora lo que dije.
—puedo evitar que pase eso—dijo tomando entre sus dedos los del bebé.
—no puedes.... es su destino.
Efectivamente aquellas fatídicas palabras se cumplirían 19 años después.......
Las noticias de que andaban en una especie de " cacería de brujas", alarmó a Dégel que temiendo por Camus quién andaba de paseo por las inmediaciones del pequeño pueblo cercano a su propiedad, mandó a sus fieles centinelas a ir en pos del joven de 18 años.
Lo amaba demasiado, Camus era su único amor desde aquella persona que desapareció repentinamente sin dejarle un mensaje o señal de donde estaba y de la cual olvidó su nombre.
—Camus—se abalanzó aliviado sobre el joven—por favor descontinúa esos paseos hasta que paren las hogueras y castigos.
—pero soy humano, padre no pueden hacerme daño—replicó el bello chico con una sonrisa que pretendía calmar a su padre que ya pasaba de los 100 años aunque se viera joven—además nuestro vínculo es muy fuerte.
—tú no sabes cuanta maldad hay afuera, mi niño—murmuró con ternura.
Camus bajó la mirada mientras apretaba con firmeza la diestra de su padre, el cual no concebía una vida sin él... En algún momento tendría que dejarlo, era mortal y los mortales eran efímeros, su padre podría hacer hechizos, maldecir u otras cosas, pero darle vida eterna.... No...
Y eso era lo que quería que entendiera.
—puedes tener otros hijos.
Craso error.
—hablas como si fueras reemplazable—reprochó—solo tú y nadie más que tú serás mi hijo. Mataré sí te hacen daño y lo sabes muy bien.
—entiende...
—¡ Basta!—sus ojos se dilataron violentamente señal de furia—¡ Cállate y deja de decir estupideces!
Se levantó ofendido mientras una máscara de frialdad se posesionaba en su rostro de mármol, el completo violeta en las orbes del mayor no le asustaban.
—si tanto temes por mi, abandona tu larga vida, pues no te seré eterno.
Dégel alzó la mano y le mandó tremenda bofetada que resonó por toda la mansión Von Shielfs, odiaba esas palabras, odiaba la mortalidad y odiaba el no poder brindarle la larga vida que tanto deseaba para Camus.
—sr. Von Shielfs—exclamó asustada la ama de llaves yendo en pos de Camus a verificar si la bofetada lastimó alguna parte del rostro del chico.
—¡ Déjalo! No entiende lo que soy realmente, algún día lo entenderá.
—sí, lo sé—tomó su rostro entre sus manos—eres mi vida y por ti haré lo que sea.
Casi un año después, la Inquisición le arrebató una parte de su alma.
Una espada traspasó su corazón.
Herido y desconsolable no le importó mancharse de sangre mientras sostenía el pálido rostro de su amado hijo.
—Dégel—Sisifo apareció con el rostro apenado—mis condolencias.
Él no oía nada.
—¿ Por qué? ¿ Por qué la luz de mi vida?
Sísifo iba a agregar algo más cuando el desgarrador llanto de Dégel Von Shielfs partió los cielos por lo lastimero y agónico que sonaba. Sus lágrimas como río bañaban el rostro del muchacho que sólo era un cascarón vacío, su alma apenada abandonó el cuerpo llorando por morir tan joven y dejando a su padre con el alma rota. No pudo decirle cuanto lo quería... Pero Dégel sabía que su lazo lo demostraba.
—¡ Malditos sean!—vociferó aferrando su cuerpo contra su pecho—los mataré uno a uno
Fue en esos precisos instantes en que aquel candelabro se apagó, ya que según a palabras de varios, esa luz también simbolizaba la vida humana de Camus la cual había sido puesta el día en que este nació y se apagaría cuando muriera.
—¡ Vuelve a mi...! ¡ Por favor... No me dejes!
—¡ Déjalo!—la mano de Sisifo se posó sobre su hombro mientras se sacudía en sollozos—no podemos hacer nada, la daga fue letal.
—no....
—sólo queda esperar que él renazca otra vez—su tono de voz era moderado y conciliador—al ser humano, él dejó varias cosas pendientes contigo, por lo tanto reencarnará.
Un haz de esperanza brilló en sus enrojecidos ojos.
—¿ Cuando lo tendré otra vez?
La expresión de Sisifo se agravó un poco.
—pueden ser meses, años o...—suspiró—siglos...
Contempló en silencio a su hijo que era levantado por los sirvientes para prepararlo, una lágrima corrió por su mejilla, siglos... Era tanto... Para su nacimiento esperó nueve meses y para volverlo a ver, siglos.
—es demasiado, no... No quiero dejarlo ahí, no...
El resto había sido difícil, tanto que Dégel no soportó la tristeza y el dolor que cayó inconsciente por meses y luego vino la maldición de parte de su amor que al verlo debilitado lo ató al ciclo vejez-juventud por el resto de su eternidad a menos que Camus volviera a nacer el mismo día que hace 550 años, siete de febrero.
—te amé y me pagas maldiciendo-fueron las palabras que le dedicó—¿ Tenías miedo de ser ejecutado?
Él sólo lo miró con burla, su mano derecha sostenía una daga que arrojó por ahí. Dégel notablemente cansado tanto que su piel lucía pálida y seca se acercó lentamente a él pero de repente su cerebro quedó en blanco tanto que desconoció a su amor, este viendo que la maldición surtía efecto se marchó dejando una manzana roja y brillante.
Así habían sido sus palabras...
" La larga vida no te bastará,
un corazón humano jamás
tendrás, en especial el mío.
Sí fue amor, no lo sé...
Sólo se que mi misión era
debilitarte y aprisionarte
en el peor castigo que
puedas imaginar... Morir
de día y nacer de noche.
Vivirás buscando la respuesta,
yo seré invisible a tus ojos hasta cuando halles la respuesta,
entonces... Me haré presente...
Nadie puede romper esto, tan sólo yo o la luz de tu vida.
Aquella había sido la maldición que Kardia había lanzado sobre Dégel.....
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