39: Nuevo hogar
Taehyung no podía evitar sonreír al ver a su alfa cargar tres cajas a la vez, marcando los músculos de sus brazos, expuestos por la remera sin mangas; por eso y también porque su pareja estaba más que emocionado con la mudanza a su nuevo hogar.
En todos esos años de convivencia habían pasado por al menos cuatro departamentos distintos, siendo uno un poco mejor que el otro, pero esa sería su primera casa, nada de edificios, ruido de autos o la pesada atmósfera del centro, era su primer hogar un un patio, aunque pequeño, entonces le permitía a Taehyung tener más plantas que no fueran suculentas.
Era una casa pequeña, al fondo del terreno de la familia a la que le pagaban la renta, una modesta y cómoda casa de tres ambientes, ubicada en un agradable barrio residencial por el que no pasaban muchas personas, estaban cera de la zona del puerto y no había mucha gente que viviera por allí, muchas veces eran trabajadores o personamas mayores.
Luego de que Jeon decidiera actuar como su alfa, y no como un cachorro mantenido, para marcar a su novio y enfrentar a su familia, habían sido echados por los Jeon, porque no querían saber nada con un beta.
Tuvieron una discusión muy fuerte, Jungkook era el único hijo de los Jeon, y si él se emparejaba con un beta el linaje de alfas puros que llevaba cientos de generaciones construyéndose se rompería.
—¡Un beta no puede darte hijos! — gritó la señora Jeon, la mujer alfa estaba furiosa tanto que estaba a punto de llorar — ¡Los betas son inútiles para la sociedad, tú eres muchísimo mejor que él, no puedes rebajarte a su nivel, Jungkook!
Taehyung ya estaba llorando bajo ese punto, pero el menor se paró frente a él, tomando su mano y colocándose frente a sus padres.
— ¡Taehyung no es ningún inutil! ¡Y tampoco es de ningún nivel inferior a tí! ¡Sus padres son los Kim y ustedes-!
— ¡Jungkook! — la voz de alfa de su padre hizo a Taehyung encogerse detrás del castaño, el menor apretó más su mano en un intento para consolarlo —. No le grites a tu madre de esa manera, sé respetuoso, yo crié a un hijo bien educado, deberíamos haber controlado mejor las juntas que tenías en las fiestas— el señor Jeon miró mal al rubio, quien se escondía detras de su hijo—. Nunca debería haber permitido que tengas un amigo beta.
>> Taehyung es un error de la familia Kim, es algo que no debería haber sucedido, su hermana es una omega, ¿No crees que sería más adecuado para tí-?
— Me criaron para hacerles caso, me criaron para ser lo que ustedes quieren que yo sea, me criaron para controlar mi vida— lo interrumpió Jungkook, Tae sabía que aquel era un tema que lo ponía muy sensible, el rubio se acercó más a la espalda del alfa, apoyando su frente sobre él, demostrando que él también lo apoyaba—. No quiero a Jimin, no quiero a la hermana de Taehyung, no quiero a ningún omega, lo amo a él y es un beta, y es maravilloso, Tae no es ningún error, él es mi beta.
El rubio sonrió entre lágrimas, ambos tomaron sus cosas y se habían ido luego de aquella discusión, no querían estar ni un segundo más en esa casa.
Taehyung había estado muy asustado toda esa discusión, hasta había llorado porque los padres de Jungkook le echaron la culpa a él, pero el alfa se había puesto en el medio y frente a sus propios padres, Jungkook le había prometido que lo iba a protejer y cuidar siempre.
— Ahora somos nosotros dos, nada más — dijo el castaño esa noche, en una habitacion de hotel que habían conseguido a último momento—. Y para mí es suficiente, para mí siempre serás más que suficiente.
Así que lo único que los Jeon pudieron hacer luego fue echar a ambos de la casa, cortar toda conexión e incluso quitar a Jungkook de su herencia familiar, dejándolos sin nada.
Pero era algo que tenían previsto, y Jungkook ya había sacado todo su dinero de su cuenta, antes de que sus padres cancelaran su tarjeta, y los empleados del joven Jeon los habían ayudado a conseguir departamentos baratos, lo llamaban para preguntar por ambos y lo trataban como si fuera su hijo recién mudado, preocupándose por ambos y ofreciéndoles ayuda cada vez que la tuvieron difícil, muchas veces le llevaban comida o los invitaban a sus casas por las fiestas, para que no la pasaran solor.
Las cosas habían cambiado rotundamente, pero para mejor, ambos estaban más felices, y juntos, la vida simple de pareja sin muchos lujos los había hecho sentir más completos que nunca.
—Deja, amor— habló Jungkook, apareciendo a su lado de golpe, apartándolo de las cajas que estaba por levantar, para cargarlas él mismo—. Terminaré de bajar el resto, ¿Quieres ir desempacando algo?
Taehyung sólo asintió, sonriendo complacido por el gesto de su alfa, la parte que más odiaba era la de bajar todas sus cosas, pero le encantaba ordenar todo, buscarle un lugar a cada mueble o pertenencia.
Al pasar hacia el fondo del terreno, siguiendo un cómodo camino de piedras, el beta notó la mirada de alguien sobre él, alzó la cabeza para encontrar a una joven de cabello rubio hablando por celular, quien continuó mirándolo fijamente conforme caminaba.
Algo asustado, y con una sensación de haberla visto antes, Taehyung se refugió en su nuevo hogar casi corriendo hacia el interior.
Comenzó a ordenar las cosas de lo que sería el dormitorio, armando la cama, acomodando la ropa de ambos para luego comenzar a acomodar sus demás juguetes, cargadores de celulares, y una que otra pastilla para malestares que guardaban en las mesas de luz.
— ¡Taehyunnie! — escuchó a Jungkook llamar, subiendo las escaleras hacia el cuarto, se asomó por la puerta con expresión confundida— ¿Tengo algo en el trasero?
El castaño se giró, dejando a Taehyung admirar la vista.
— Mí mirada— dijo el beta, con una sonrisa divertida.
— Tae~, enserio— Jungkook sonaba extrañamente avergonzado, haciéndolo sonar como un niño.
— Bien, ahora tienes mí mano— el chico apoyó su palma completamente sobre la nalga izquierda de su pareja, apoyando el mentón sobre el hombro del alfa para mirarlo de cerca—. ¿Por qué preguntas eso?
Jungkook suspiró un poco, no sabía qué esperar del beta pero aquella respuesta no lo sorprendía ni un poco.
— Es que una mujer no dejaba de mirarlo— comentó.
Taehyung frunció el ceño.
— ¿Mujer? — el beta lo vió asentir—. Espera, ¿Una chica rubia en la ventana en la casa al frente?
— Si, ¿A tí también te miró?
Taehyung apartó su mano de Jungkook para darle una fuerte nalgada haciendo al alfa retorcerse un poco alejándose de él para frotarse en el lugar donde fue el golpe.
— ¡Tae!
Amaba a Jungkook con todo lo que tenía, pero muchas veces el alfa parecía un idiota, a pesar de tener más de treinta años, Jungkook todavía no era del todo consiente que era demasiado atractivo para el mundo, y que siempre lo había sido, no importaba dónde fuera varias personas lo miraran con encanto, aunque él nunca se daba cuenta.
Eso llevaba a Taehyung a celarlo mucho, por años no había tenido otro recurso que discutir con él casi siempre, por ser demasiado bueno y encantador, enamorando a omegas (y otros cuantos betas) por lo que era, aunque eso había quedado muy atrás, ya que estaban juntos y compartían un lazo desde hacía casi quince años, algunas actitudes de su pasado eran difíciles de cambiar, pero Tae hacía un esfuerzo, porque quería ser mejor para él, quería ser la mejor versión de sí mismo para Jungkook.
Antes el beta sólo podía quedarse en impotencia sin decir nada, viéndolo salir con omegas por obligación de sus padres, que luego rechazaba porque no le interesaban, pero la última pareja que sus padres le habían conseguido fue Park Jimin.
Jungkook estaba tan enamorado de Taehyung como el beta de él, y eso sólo hacía que se amaran más, eran mutuos en todos los aspectos,eran ellos dos contra el mundo muchas veces.
Taehyung se acomodó sus cabellos y suspiró para recuperar la compostura, Jungkook no pudo evitar reír por lo bajo al ver a su lindo beta así por el tema, se volteó hacia él para apretarle un poco sus mejillas, haciendo que una mueca molesta aparezca en su apretujados rostro.
Comenzó a dejar pequeños besos, en su nariz, en su frente y en sus labios, hasta que logró sacarle una sonrisa al beta, siguió sosteniendo sus mejillas con cariño, mirándolo con ojos brillantes antes de besarlo profundamente, Taehyung dejó que su alfa dominara completamente el beso, recorriendo su boca, bailando con su lengua de forma lenta.
Sintió el cariño que le transmitía el alfa a través del lazo, y sonrió, con los labios de Jungkook aún sobre los suyos.
Eran los alfas quienes podían hacer un lazo capaz de transmitir los sentimientos a su pareja, aunque los betas no eran muy sensibles ante lo que transmitía la unión, por eso sólo podían sentir emociones fuertes.
Ambos se amaban con todo el corazón, y era algo que compartían, que ambos sentían tan fuerte que aún con un lazo débil y que tenían que renovarlo cada un par de semanas, porque sino perdían ese mínimo efecto que tenía, podían sentir cuánto se amaban.
Se separaron para mirarse con una sonrisa, cómo solían hacer cada vez que sus emociones se convertían en una entre ambos.
— Sabes que sólo tú puedes mirarme el culo, Taehyung— dijo Jungkook, con una ligera risa.
— Arruinaste este lindo momento— dijo el beta, rió sin poder evitarlo.
Sintiéndose mimado, Tae abrazó a Jungkook para al menos darle un poco del cariño que se merecía, aunque nunca podría darle todo lo que sentía que le debía, para los dos, parecía que los besos nunca serían suficientes,que los abrazos tampoco, pero aún así, querían pasar todo el tiempo que podían juntos para compensarlo.
— Si me ayudas a ordenar todo puedes mirar el mío— murmuró el beta con diversión—. Y sin ropa.
Taehyung sabía cómo obligar a Jungkook a colaborar.
Así el alfa lo ayudó a acomodar todas las cosas de la cocina, aunque intentaba distraerlo con cariños, el beta era fiel a su palabra y el castaño era un vago que no quería seguir guardando cubiertos hasta el aburrimiento.
Aunque Jeon terminó ganando, olvidando las cucharas y tenedores y todos esos utensilios para estrenar la cama de su nuevo hogar, uno que por fin se sentía como tal, junto a la persona que más amaba en el mundo.
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