• XV •
Título: Ser el mejor.
Personajes: Hayato Gokudera, Krista Günther (Oc)
Shipp: Hayato x Krista.
Advertencia: Tal vez leve OOC de algún personaje.
Tipo de escrito: Drabble.
Cantidad de palabras: 493.
Aunque sus habilidades habían mejorado bastante, Hayato no conseguía sacarse la presión que él mismo se había impuesto para lograr ser digno de tener el puesto como la mano derecha del Décimo Vongola.
En ocasiones, sus prácticas y entrenamientos eran demasiado excesivos, al punto que conseguía heridas que tardaban mayor tiempo en sanar. Krista podía notar la determinación de su pareja, como también cierta irresponsabilidad en sus acciones.
Por ello, cuando terminó el vendaje de algunas nuevas heridas, no perdió la oportunidad de hablar con él.
—Deberías reducir la rigurosidad.
—Imposible, no soy un debilucho —soltó tajante.
—No se trata de eso, sino de tu bienestar —apremió Krista.
—No entiendes, debo ser el mejor. Debo estar en perfectas condiciones para cumplir mi papel como la mano derecha del Décimo.
—¿Y por ello vas a arriesgarte a tener heridas más severas? —indagó con cierta molestia en su tono. Aquello no pasó desapercibido por el platinado.
—Estás exagerando...
—¿Exagerando? ¿Tener tres costillas rotas es exagerar, Hayato Gokudera? —preguntó molesta—. Cada día te haces más daño, si sigues así no podrás ser lo que deseas...
—A que te...
—No eres una máquina, meine liebe —dijo suavemente acariciando la mejilla de su pareja—. Eres un humano que debe dejarle a su cuerpo recuperarse, de lo contrario... Te estarás saboteando a ti mismo.
El silencio se hizo presente en la instancia en aquel instante, llenando de cierta tensión creciente en el ambiente. Hayato suspiró tras unos minutos.
—No quiero fallar —inició con la cabeza gacha—. No quiero decepcionar a nadie... Tengo miedo de lograr ser digno de dicho puesto —pausó un instante—. Pasé mucho tiempo buscando un sitio, una familia a la que pertenecer... No quiero perder todo eso, sólo por una pizca de debilidad.
Una vez terminó de hablar, Krista se posicionó frente a él, tomando sus mejillas con cuidado para así cortar la distancia y depositar un cálido beso en los labios del chico.
—Entiendo que tengas preocupaciones, pero no dejes que ellas te hagan menospreciarte —declaró viéndolo a los ojos—. Eres un chico decidido, hábil, muy talentoso y sobre todo, el mejor en lo que haces —sonrió de lado—. Estás yendo por buen camino, Hayato y no, no lo digo por ser tu novia, sino porque veo tu progreso en cada uno de los entrenamientos y pruebas. No hay mejor persona que pueda ocupar ese puesto, más que tú —finalizó y se apartó de él.
Dio un par de pasos, tomando el botiquín para ir a colocarlo en su sitio, cuando repentinamente unos brazos rodearon su cintura, consiguiendo que se detuviera mientras sentía la presión del cuerpo de su pareja contra su espalda.
—Gracias por estar para mí, amore mio —suspiró logrando colocar su mentón sobre el hombro derecho de la fémina.
—No debes agradecer. Tú y yo somos un equipo —sentenció con una sonrisa, disfrutando de la cercanía y la calma que era capaz de transmitirle su pareja.
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