✆ Onceava llamada.

⁨-ˏˋ⌦ Al principio hay un sueño de Conway que he querido en primera persona para darle un enfoque más… ¿Personal? Nah, la verdad es que solo quiero confundiros un poco más porque... I love it.

˗ˏ𖥸ˎ˗

✐ La perfección solo está en los sueños, ¿Verdad, mi linda rubita?

━━ ஓ๑ Jack Conway ๑ஓ

El agua se deslizaba por aquel cuerpo que observaba a la distancia desde hacía ni se sabe. El hermoso brillo de un agua limpia, cristalina como el cristal más limpio del mundo y aquella estela de vaho, debida a la calidez del líquido que caía cual lluvia sobre su pálida y tersa piel, hacia ver esta porcelánica y limpia de cualquier herida que más cerca, se haría notar como ahora no.

Mis ojos se aventuraron a mirar más abajo de aquella espalda pequeña y delicada salpicada de estelas oscuras, queriendo ver si su trasero de cerca era tan hermoso, tan bonito, tan tentador… Y vaya que sí; una cadera grande a comparación con una cintura fina que parecía decir "¡Tómame!" Lucía dos grandes masas de carne que moría por estrujar hasta que mis manos no respondiesen de tanto utilizarlas, acalambradas e incapaces de hacer otro movimiento de agarre o pellizco.

Estaba seguro de que aquello era un sueño lúcido, uno en el que por cierto, mi mente parecía haber creado una "versión mejorada de Julia". Estaba seguro de que sus medidas físicas eran mayores a las de mi ya ex mujer aunque no sabía mucho de medidas, pero… ¿Eso era suficiente para mí? ¿Era para mí, la tentación? Quería pensar que no.

¿Me fui?

.

.

.

Digamos que quise ver si mi mente tenía pensado algo mejor. Me moví con cuidado, sintiendo la suavidad de la hierba en mis pies descalzos, la húmedad que despedía el vaho caliente, e incluso un suave aroma verde mentoso, como si la hierba tuviese brotes de plantas de menta. Estábamos en un prado extraño. En lo referente a mi acompañante, mis vistas seguían siendo las mismas; una espalda pequeña con marcas grises, una cintura fina, y unos glúteos turgentes que más de una persona envidiaría. Pero el escenario parecía cambiar a mi paso en su dirección.

Entonces noté que aquel cuerpo, era más pequeño de lo que pensaba que era en un primer momento. Podría tomarlo sin mucho esfuerzo y manipular su ser a mi antojo si fuera real.

Una pared de cuadritos de cerámica azul se elevó a su frente para mi desconocido, rompiendo la imagen de un prado difuminado -por prestar más atención a quien tenía delante- y trayendo un escenario más conocido.

Una cortina transparente e impermeable fue creada a un lado, más como añadido innecesario que un elemento importante, al lado de aquel cuerpecito.

Y una bañera se creó a base de hierbas que crecieron rápidamente, enredándose entre ellas, deformando su material y perdiendo el color hasta finalmente, hacerse una bañera blanca de patas doradas.

Mi cuerpo se seguía moviendo, ahora sin que pudiera detenerlo. Caminaba con decisión, como si supiera quién era esa persona cuyo trasero había tomado más atención que de media espalda para arriba, a lo que no di más de un mínimo vistazo.

Una frase fue dicha con mi voz, una que yo no alcancé a entender por haber hablado demasiado rápido, causando que la silueta se agite suavemente sin sonido, como si se riese en mute. Y pese a todo, pensaba que aquel, era el sonido más hermoso que se pudiese escuchar; una cascada de sonidos agradables combinados en una melodía tan delicada y deseable como aquel cuerpo de piel nívea, eso pensaba que fue aquella muteada risita.

Al estar lo bastante cerca, como si hubiese esperado hacer aquello toda mi vida, le abracé casi abalanzándome sobre su delicada figura, provocando un choque de pieles combinado con un chapoteo, producto del agua caliente cayendo sobre nuestras cabezas. Mi nariz se perdió en su cabellera de tan rubio tono que parecía hecho de oro, aprovechando la notable diferencia de altura, comprendiendo entonces que el olor a menta en el ambiente era del jabón al sentir aquel en sus mechones.

Algo me decía que iba a desconectar en breve.
O más bien, a conectar.

No quería irme.
Y sentía que mi acompañante tampoco.

Toqué aquel trasero como si me fuera la vida en ello, lo apreté, lo amasé, lo estiré y lo apreté contra mi miembro, sintiendo aquello real… me di cuenta entonces, de que estaba desnudo, al igual que aquella persona.

Un gemido angelical fue lo último que obtuve.
Y entonces, desperté.

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━━ ¡No! ━ quejó dando un golpe en el colchón.

━━ Bueno, pues le haré otro café. ━ La voz de alguien más le hizo mirar a su lado, aunque siguiendo boca abajo en la cama. Era Gustabo.

━━ ¿Qué…? ━ murmuró, confuso.

━━ Le estaba diciendo si quería tomar el café con leche porque la había echado en un despiste mientras les hacía el desayuno a los niños, o si prefiere uno solo.

━━ Ah… ━ expresó, sin importarle demasiado a decir verdad ━, no. El café con leche está bien.

━━ Está bien. Está en la cocina, puede ir a tomarlo después de ayudarme a hacer la cama. ━ Conway gruñe, hundiendo la cara con pesadez en la almohada, como si aspirase hasta la última gota de su sueño inconcluso, aferrado a la imagen de un personaje irreal de quién literalmente, solo vió el culo ━. Vamos, hombretón.

━━ ¡Te he dicho que no me llames así, imbécil! ━ queja.

Desde hacía tiempo que había vuelto a recuperar el ánimo para decir cosas como "no me gusta ese apodo" y para insultar; una semana después de que su mujer se besara con otro en sus narices. Y era un avance o bueno, una vuelta al avance, solo falta que insulte al rubio con acritud como siempre y no solo por decir; es más fácil decirlo que hacerlo.

Da la vuelta en la cama, quedando boca arriba, estirando su cuerpo con pereza, acompañando esta acción de bostezos. Ayudaría al rubio se lo debe por no dejarlo hundirse.

━━ Alguien durmió mejor de lo que pensaba, eh.

Risas cortas siguen aquel comentario, por supuesto, solo son sonidos propios. Conway está demasiado ocupado agarrando una almohada y poniéndola sobre sus muslos, como si eso fuera a quitar mágicamente la vergüenza que le embarga y las risas que continúan de parte de su inferior, por verlo de ese modo tan… íntimo.

━━ Iré a llevar a los niños a clase. Le dejo solo con su entrenamiento, superintendente… ━ Abrió la puerta, mirando al azabache otra vez ━, tardaré unos… Quince minutos, ¿Le sirve o prefiere que vaya a "hacer la compra"?

━━ ¡Cállate anormal!

La puerta se cierra, pero a los pocos segundos, vuelve a abrirse.

━━ ¡Me alegra que vuelva a tomar su porra!

Una almohada impacta con la puerta al momento que esta se cierra.

Tras las bromas, el azabache se ve solo en aquel cuarto, de nuevo. No hay más ruido hasta dentro de unos dos minutos, cuando la puerta principal se abre y cierra con voces apenas audibles de los niños y su subordinado; ahora está totalmente solo.

Y por mucho que se apriete su erección con la almohada, sabe que esta no se irá, no sólo así y menos a estas alturas, totalmente hecha y lista para una acción que no sabe que no va a tener, que Conway no quiere tener.

Camina con la almohada aún en sus partes hacia el baño de abajo para que no se oiga nada aunque esté solo. El plato de ducha no le apetece más que la bañera, ya que se podría echar con el agua caliente y de paso destensarse un poco, pero quiere tardar lo menos posible; parece un adolescente en la casa de sus padres, cuando encima es más bien al revés.

━━ ¿Cómo se hacía esto?

Para sorpresa de un hombre hasta hace poco casado con una mujer bastante activa sexualmente, ya no recuerda bien cómo era.

Se mete en la ducha, con el agua corriendo sobre su cuerpo y con una mano, agarra su miembro. Pero no consigue nada, ni siquiera un gemido, un jadeo, un suspiro, un gruñido… siente lo mismo que agarrarse del brazo.

Apoya la frente en la pared y siente el agua caer sobre él mientras sube y baja la mano. Lo cierto es que aún no disfruta.

La piel de su mano y pelvis chocan y hace los movimientos propios para masturbarse, sintiendo el ancho y largo de su tronco entre sus falanges ser estimulado despacio. Pero no hay nada.

━━ Esto se hacía con imaginación, ¿No? ━ cae a los dos minutos de hacer un fallido intento de crudos tocamientos sin un sentimiento detrás.

«Julia.»

Un pequeño gemido sale cuando la piensa. Cierra los ojos e intenta recordar una de las veces en las que se acostaron de verdad para que sea rápido.

Lleva el vestido de novia y rememora en su cabeza la noche de bodas. En aquella habitación de hotel, la está quitando los zapatos y besa cada pie varías veces, antes de subir despacio por una de sus piernas, llenando aquella piel de papel de besos.

❝¿A dónde vas?❞

Entra bajo el gran vestido sin saber muy bien cómo proceder, sin contestar porque teme romper la excitación entre ambos. Él no era virgen, pero nunca había buscado tanto el placer de alguien como ahora con ella; no puede hacer menos por alguien que sí es nueva en esto.

❝¡Ja-jack~…!❞

Gime en la ducha ante aquel gemido vestido en su nombre que se le quedó grabado en la mente, y ríe levemente. No sabía cómo la haría disfrutar con un oral si nunca lo había intentado, pero una simple lamida sobre la braga blanca la había hecho temblar, haciendo que el vestido llore y se moviera un poco sobre su cabeza.

Extraña su sensibilidad.

Aún quiere más, pero no disfruta más el recuerdo por desconcentrarse, por recordar por qué tiene que tocarse en lugar de solo ir a buscarla y hacerlo de verdad.

Intenta pensar en su sueño y no dispersarse con pensar a quién puso de esa forma. Aquel culo en la bañera le hace enfocarse, porque reconoce la chispa de deseo. Se imagina su interior; más cálido que el agua misma que ahora lo recorre, más apretado que su mano. Gime satisfactoriamente de nuevo.

Arriba, abajo, arriba, abajo…
Vaivén constante.

Mientras se siente cerca, hace trabajar a su imaginación para darle un rostro a aquel cuerpo del pecado…

Más rápido.
Más fuerte.

Su mano golpea algo fuerte su pelvis, rudo. La persona frente a él empieza a girar mientras en su mente, acaricia aquellas curvas y lo folla como desearía hacerlo de verdad. Ya ve su mandíbula y está cerca de ver sus ojos, que al parecer son azules.

Y entonces llaman a la puerta del baño.

━━ ¡Jack! ¡Ya he vuelto!

━━ Gustabin~…

El esperma salta hasta manchar los azulejos azul marino sobre los que había estado apoyando su frente para concentrarse, cayendo lentamente y dejando una estela blanqecina. Su miembro ya no está duro y cuando lo suelta, cuelga flácido, satisfecho después del gran lío que ha montado. Ya no tiene nada duro entre sus piernas, ¿Pero a qué precio? ¡La última imagen ha sido la que tuvo del rubio cuando entró en el baño y le vio el culo y ese miembro dormido!

━━ ¿Qué cojones…?

Entra en pánico.

«Si me he corrido justo cuando pensaba en Gustabo, llamándole también en un gemido que espero que no haya escuchado, ¿Soy gay?» tonto de él, pensaba que si. Y como todo ingenuo, decidió que buscaría en Google.

Se ata una toalla en la cadera dejando la ropa en el cesto de colada porque su pijama ya necesitaba ser lavado y cuando llega a la habitación, busca en el teléfono:

••• ¿Soy gay por correrme pensando en un hombre? •••

Los resultados de su búsqueda se vieron en cuestión de milisegundos; artículos, fotos explícitas, pero sobre todo había enlaces a páginas pornográficas con títulos como "La primera vez de Lucas por el culo". No le hizo falta leer muchos artículos para saber que se dirigían adolescentes que se masturbarian con cualquier cosa y les explicaban cosas como que su cuerpo está cambiando… Nada encajaba con él. A su edad, lo único que puede cambiar y aún es muy pronto, es que no se le levante o le cueste; aunque lo cierto es que desea que nunca se le hubiese levantado delante de Gustabo.

Mientras ahora se vestía, se preguntó cómo decirle esto al subinspector para que aclare sus dudas. La puerta del baño de su planta se cerró en ese momento y con pestillo, cosa que indicaba que el menor estaba dentro, así que bajó a tomar su café aunque ya debía estar frío, dejando el teléfono en la cama.

Lo que no sabía Jack, es que su móvil no estaba apagado y el temporizador que lo dejaba encendido diez minutos le dió tiempo a Gustabo para leer la última búsqueda del mayor tras salir del servicio; quería tomarlo para dárselo a su dueño, lo jura, y si hubiese leído algo como "que significa soñar con peces", se habría olvidado. Pero lo que encontró simplemente le reveló algo que no se sentía capaz de dejar pasar, además por alguna razón le dolió, aunque tratase de alegrarse por su superior.

«Volkov y Jack tienen mucha química de todas formas. Es normal que Conway piense en él, además, aún teniendo la cabeza pequeña, el comisario de hielo tiene muy buen cuerpo.» pero no era Viktor.

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━━ ¿Volver?... ¿Ya?

Gustabo no daba crédito. Ese mismo día, una hora después, Greco había venido para avisar de forma corta y sin rodeos que el menor debía volver al trabajo y Conway también (aunque irónicamente no necesitaban con tanta urgencia al moreno, no de forma presencial, sino más bien que atienda sus obligaciones con lo referido el papeleo).

━━ Si.

¿Por qué es tan frío con él? No habían terminado de la forma más amorosa o pacífica, pero… nunca esperó que el barbudo le tratase así… de hecho, pensaba que su expareja había venido a pedirle ser amigos o que vuelvan juntos con un gran ramo de flores y una caja de bombones detrás de la espalda.

Pero las pastelerías y floristerías estaban abiertas y él no traía más que malas noticias.

━━ Pero… No puedo irme, me necesita. ━ quejaba el rubio como si se refiriera a un desvalido o una mascota, y aquella comparación cobraba fuerza con lo dicho después ━: Sin mi se morirá de hambre y frío… no llegará al invierno.

━━ Estoy aquí. ━ habló el mayor de todos con indignación.

━━ Eso, ya que está aquí…, ¿Tú lo has visto? ¡Llevaba ya una semana sin ducharse y si no fuese porque le he cocinado yo, quizá también sin comer! ¡Él y sus hijos, porque de esa cocina, Jack no ha comprado ni el perejil! ━ decía el subinspector con evidente enfado. No podía dejar a Conway solo, así le despidan, no puede ━, ¡Ni siquiera sabe poner una lavadora! Y encima su exmujer-

━━ ¡Él también debe trabajar! No puede seguir siendo un inútil y encima cobrar. ━ lo interrumpió.

Ya sabía qué hacía Julia (o creía hacerlo) y creía que era algo despreciable, pero también sabía lo que tenían el rubio y el azabache.

Quizá era inmaduro, pero se negaba a ponerles fácil seguir con un romance que habían tenido frente a sus narices.

Porque Jack y Gustabo tenían algo, ¿No?

━━ He dicho que estoy aquí.

━━ Pues defiéndete tú también. ━ Le dió un codazo al antes trajeado ━, dile cuántas cosas tengo que hacer por ti.

«Por ti.» Dos palabras bastan para hacerlo sentir que se viene abajo. Le desgarra el interior escuchar cómo se hablan… o más bien, que se hablen directamente.

A estas alturas, Greco mal pensaba cada mirada. Y tenía cada vez más ganas de llorar.

«¿Qué hice mal para que me cambies por él?»

Pensaba que no era suficiente y odiaba eso.
¿El amor por uno se cambia por otro?

Pero lo peor fue:

«Siempre has evitado tanto a Conway… nunca me imaginé que si alguien pudiese sustituirme, fuera justo él.»

Se hunde en el mar de su dolor y sus miedos.

No sabe nadar.
Llegará al fondo.
Se ahogara.

Y no deja de pensar que se merece todo esto.

━━ ¿Greco?...

Una mano acarició su mejilla, despertándole de un trance doloroso. Pero no sabe si es peor la agonía de sus pensamientos intrusivos o el que el menor le toque con las mismas manos que habrán tocado a su superior entre las paredes de esa casa; una casa levantada ladrillo a ladrillo de traición y pegada en las lágrimas del dolor.

━━ ¿Greco?

En la vida real no hay ni Dios que pueda llorar lágrimas que peguen o construir cosas buenas directamente de su dolor; las cosas serían más fáciles así. Pero lo cierto es que el barbudo ve su cárcel irrompible.

Como un delfín que quiere saltar y probar el calor del sol y sale del mar embravecido de su dolor, ha salido a la realidad unos instantes, solo para respirar copioso y corto, hundiéndose de vuelta.

Una pena que siga sin saber nadar.
Solo prolonga su propia agonía.

Entonces, el agua le salpica; agua real.

Son solo unas pocas gotas, recogidas por los dedos del subinspector de un vaso traído por el más mayor. Le han salpicado y como la poción a un extraño embrujo, ha salido por fin de ese horrible sueño para quedarse.

━━ Greco… ━ Apoyó una mano en la mejilla del nombrado bajo la atenta mirada del dueño de la casa ━, ¿Qué tienes?... Tú no eres así.

«Es cierto. Yo no soy así… Yo estaba tan enamorado de ti que hasta ser amigos me bastaba después de cómo te traté; pero me quisiste engañar con él. Tú querías ser su amante y que él fuese el tuyo.» Lo piensa pero no lo dice. «Y aún así te amo. Mi cuerpo no entiende que el tuyo ya no me pertenece.»

Niega con la cabeza efusivamente, sabiendo que va a volver a distraerse.

━━ Tienes que trabajar, y Conway también, aunque sea desde casa… Viktor no da a basto con su papeleo, el de Conway, las denuncias que debe atender y que Horacio esté. ━ Sus ojos conectan con los de su expareja. Súplica para sus adentros que no le miré así, tan triste y reprimiendo sus ganas de llorar por esta situación que ni él mismo entiende ━. Le diré a Volkov que vienes mañana a trabajar y llevarte el papeleo del super, así no se seguirá acumulando.

Ya no protesta, solo acepta.

Luego de que Greco se fuese, ambos fueron a buscar a los niños al colegio en el coche rosa del mayor; normalmente usaban el de Gustabo ya que este tenía que conducir y no quería hacerle ni un rasguño al coche del super. Pero Conway insistió para que lo hiciera esta vez.

━━ Lo siento… ━ susurró para sorpresa del rubio y del propio azabache.  

━━ Es un buen carro. Recuerdo que siempre que decíamos que a usted le gusta el rosa en secreto, nos decía que era por una apuesta… Tiene gracia porque recuerdo que una vez le rayaron la pintura y corrió a que lo pinten entero. ━ hablaba el rubio, ignorando a Conway. No puede decirle que lo que pasó no es su culpa cuando sí lo es, ni tampoco decir que lo perdona cuando aún le duele el recuerdo de terminar con su novio.

━━ Es que no me gusta el rosa. Lo odio. ━ En un semáforo en rojo, ambos se miraron unos segundos antes de reír ━. Gus…

━━ Por favor, no se disculpe… lo único que necesito yo ahora es un trago, no una disculpa…

No dijo nada.
Pero se acordaría de eso.

『☹ / ☻』

━━ ¡No quiero ir a dormir tan pronto!

━━ ¡Ni yo! Tío Pogo, ¿No podemos ver una película?... La señorita Madrigal dijo que no íbamos a tener clase a primera y segunda.

Era ya de noche, pasadas las diez, cuando los niños protestaron por tener que irse a dormir. Normalmente, cuando esto pasaba, Gustabo les leía un libro o si era fin de semana, los echaba con él en la cama hasta que se quedasen dormidos y luego los dejaba ahí. Ahora teniendo que volver al trabajo, no sabía qué podría hacer…

━━ Chicos, si váis a dormir, mañana podéis ver la tele desayunando. ━ le ayudó el mayor.

Nunca había sabido cómo convencer a los niños de irse a dormir, pero esta vez pudo; los tres le miraron con sorpresa.

En cuestión de segundos, Danielle y Matthew desaparecieron de la cocina y corrieron cada uno a sus cuartos.

━━ ¿Ha funcionado? ━ susurraba el moreno mientras iba al armario de la cocina, buscando algo.

━━ Si… Si se lo hubiera dicho yo, quizá no habrían tenido tanta prisa. ━ comentó el menor sentándose en la silla de la cocina ━. Pero al decirlo su padre, les ha dado más emoción. Ni siquiera me han pedido que les lea un cuento.

Gustabo está muy orgulloso de Conway por empezar a comportarse como un padre. Lo que no es, que Jack no lo hizo por eso.

━━ Bueno, entonces te voy a pedir yo algo. ━ Dejó dos botellas de vino en la mesa de forma algo sonora, haciendo al menor sorprenderse al ver qué eran ━. Brunello Di Montalcino; sé que ahogar tus penas en alcohol sale mejor con un buen whisky, pero no me quedaba y este vino es afrutado y no me fascina mucho el sabor.

Quiere preguntar si era de Julia.
Pero ya se lo imagina.

━━ ¿Pretende que me tome dos botellas de vino cuando mañana voy a trabajar?

━━ Bueno… Hay más de donde salen estas dos… Y yo también beberé.

━━ No puedo beberlo.

Se intentó levantar, pero el agarré de Conway en su muñeca lo detuvo. En silencio, con solo sus ojos pólvora, le convenció de aceptar. Suspiró pesado al acomodarse en la silla, viendo al mayor abrir el vino, echándolo en los vasos que usaron para la cena; normalmente usaría copas finas, pero le preocupa arrepentirse de querer beberse con su subordinado el vino de Julia si se toma un momento de mirar al rubio para pensar en lo que hace.

━━ Joder… Está bueno. ━ afirmó el menor al dar un trago.

El moreno asintió con la cabeza.

━━ Sabe mejor si hablamos… ━ dejó caer la indirecta, dando un trago largo para acabarlo y echando más de la botella en su vaso ━, ¿Te apetecería ayudarme con un tema?

El rubio emite un "hmm" mientras bebe sin elegancia el vino, como quien toma un simple vaso de agua.

━━ ¿Cómo supiste que eres gay?

Tosió, atragantado con la pregunta y el vino.

━━ … ¿Disculpe?

━━ Es que… no entiendo qué hay de bello en un pene. ━ se intentaba explicar, dando otro trago por sentir la boca seca de repente ━. ¿No extrañas un coño que comer?

━━ No se puede extrañar lo que nunca se disfrutó.

El tema le hace ponerse a la defensiva, sobre todo al ver al mayor asentir pensativo. No quiere hablarlo más. Le recuerda a los padres de Horacio criticando a los travesti, los transexuales y otros gay, sin saber que él es gay y su hermano bisexual. Además, no sabe por qué, le duele pensar que el moreno quizá le pregunta eso por extrañar a Volkov…

«¿No soy suficiente?» se pregunta y al momento se arrepiente. ¿Qué coño dice?... El vino sin duda le ha hecho mal.

━━ Se hace tarde. ━ Se levanta de la silla despacio ━. Usted disfrute del vino, yo debería dormir.

━━ Gus… ━ Le imita, tomando su hombro.

Él solo intenta no estar tan confuso con su sexualidad; ya tiene una edad y ya debería saber que le gusta; se siente patético por no entenderse a sí mismo. Pero Gustabo se ha enfadado tanto por el recuerdo y tomar todas las preguntas a una mala intención que no tenían, que simplemente le tira en vino e intenta irse.

━━ ¡Que me deje!

Agarra su vaso y le echa al mayor en la cara su contenido, manchando su pijama. Jack le suelta de repente por la sorpresa y el menor caer al suelo, resbalando con el propio vino que le aventó.

Y quizá sea por el alcohol en su sistema.
Pero al mirarse, ríen atontados.

━━ Madre mía, tengo que ir al trabajo mañana… No quiero quedarme sin empleo…

━━ Ven, yo te llevo.

Se agacha tambaleándose un poco por el estado de embriaguez, pero al menor lo alza sin problemas como una princesa, levantándose despacio para no marearse y caer.

━━ ¡Olé…! ¡El te ocho-! ━ Gustabo hipa, pero vuelve a hablar ━: ¡Está mamadisimo, cuidao!

━━ ¡Soy duro! ¡Tememe!

━━ A ver. ━ Fuera de sí, rodeado por la falsa seguridad que da el estar alcoholizado, le palpa el músculo del brazo ━. Woah~... Está buenísimo… así cualquiera se convierte en super…

Ríen.
Se miran.
Y finalmente y con duda, se besan.

Y así fue cómo todo se torció.

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━━ ¿Y qué? ¿Tienes algo, chino?

━━ El dlon ha captado el momento ju'to del moleo… ━ comenta viendo la pantalla de la tablet, donde se muestra cómo el superintendente, con un pijama manchado de vino, carga a un chico y lo besa.

━━ ¡No! ¡Quiero que sea la cara de Gustabo también! ━ demanda Agaporni, zarandeando al pelirrojo.

━━ No 'e puede. El lubito e' dema'iado pequeño y no 'oblesale…

Intenta mover el dron en todos los ángulos posibles, pero ninguno funciona. Alguien llama a la puerta trasera de la furgoneta y es su señal de que tienen que irse; ojalá los planos ya captados de la escena de los tortolitos muestren algo más que las inmensas ganas que tenían de besarse...

✐ No quiero respirar.

━━ ஓ๑ Jack Conway ๑ஓ

˗ˏ𖥸ˎ˗

-ˏˋ⌦ Para saber qué pasa con los tortolitos, lee el prólogo de nuevo.
-ˏˋ⌦ 4271 palabras.
-ˏˋ⌦ DB.

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