|No todo es de color de rosa|

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Bien, ¡tenía que tener valor! ¡Tenía que hacerle frente a mis sentimientos! Con eso en mente, llegué a la preparatoria y busqué a Setoguchi-chan entre el alumnado que iba ingresando, con los nervios a flor de piel, pero no la lograba encontrar por más que me esmeraba. «Siento que me evita..., no, quizás solo estoy exagerando».

Hasta que la vi, pero no estaba sola, estaba con su amigo de la infancia platicando mientras caminaban a los casilleros. Traté de acercarme, pero no tuve el valor suficiente para alzar mi voz y nombrarle; ella no se percató de mi presencia, pasó de largo.

«Creo que sí me evita...»

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Al llegar el receso, me dediqué a buscarla nuevamente sin importarme no almorzar; me dolía que me estuviera evitando, me dolía la indiferencia que mostró en la mañana. Era un poco raro pues Enomoto-san nunca había sido así conmigo; no es que hubiéramos mantenido una estrecha amistad, ciertamente hablábamos (o yo le hablaba en su mayoría mejor dicho) cuando lanzaban un nuevo vídeo de la banda que tanto nos gustaba, para pedir tareas y cosas así. Por ello nunca había tenido problemas; antes de cambiar, muchos pasaban de mí, pero no me importaba demasiado. Además, Setoguchi-san era cercana a mí y me saludaba, no se comportaba esquiva en sí desde que nos graduamos de la secundaria.

«Segunda vez que me gusta alguien y nuevamente rechazado de forma indirecta».

Seguí buscando hasta que la vi con una chica pelinegra de ojos amarillos: Arisa-san. Pero llegaron otros chicos, entre ellos estaba el amigo de Setoguchi-chan. «Ahora que lo pienso, ¿por qué no le digo por su nombre? Ya nos tenemos confianza, ¿verdad?». Debía admitirlo, me molestaba verla con ese chico, ahora que hacía memoria, él estaba mucho con ella en la secundaria, ¿verdad?

«¿Serán novios? Es algo que no quiero ni pensar». Debía confiar en ella, Setoguchi-chan dijo que solo eran amigos amigos de la infancia, confiaré en esas palabras; además, mencionó en su carta que yo le gustaba, ¿no?
Traté de armarme de valor para hablarle, pero, al verla reír por culpa de su amigo, todo el valor que había juntado se desapareció y huí de allí.

—Soy un cobarde —murmuré.

Admitía que me sentía molesto por ese chico, pero no podía hacer nada. ¡Diablos! El receso pasó y yo estuve escondido detrás de una pared tratando de juntar el valor y, a la vez, observando a Setoguchi-chan, pero mi timidez logró vencerme y solo me límite a observala a distancia.

«Soy un tonto».

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—Yukki, ¿qué te sucede? Desde que llegaste del receso estás actuando raro. ¿Es por Natsuki y Yuu? —Cuestionó Mochizuki (sus amigos más cercanos le decían "Mochita" por ser tan celoso); pero yo le decía "Mocchi".

—No, no es por ellos, ya no siento nada por Enomoto-san —suspiré—, es... por otra cosa —sonreí forzado; ya era la penúltima hora, pero la tuvimos libre y muchos aprovecharon para irse a su club, dejándonos solos a Mocchi, a otras dos chicas y a mí.

—¿Y... quién es la afortunada? —Se sentó en la butaca frente a mí, al revés para verme de frente.

—Es una de primero, se llama Setoguchi Hina, la hermana menor de Setoguchi Yuu-kun —ladeé mi labio inferior—. Y..., bueno, todo es complicado.

—Así que estás enamorado de Hina-chan —sonrió pícaro, desconcertándome al oírlo decir su nombre con tanta familiaridad—. Aunque..., que no se entere Yuu, te va a matar cuando se dé cuenta de que te gusta su "hermanita" menor —hizo comillas con los dedos y énfasis—. Pero..., ¿desde cuándo que no me dijiste? ¿Hina-chan es la famosa chica de la que tanto me hablabas? —Me sonrojé al oír eso último.

—Sí, es ella. Por cierto, ¿qué tal vas con Hayasaka-san? —Divagué intentando desviar el tema.

—Pues desde que me le confesé nos hemos vuelto más cercanos, pero aún no estamos saliendo y Akarin no ha tocado el tema —se sonrojó—. Pero sigue siendo igual de linda y distraída —sonrió y sus ojos tenían un brillo especial.

Ese chico estaba realmente enamorado.

—Felicidades, Mocchi, lo estás logrando —le felicité sinceramente. Tenía una ligera envidia..., pero realmente estaba alegre por su logro.

—Pero me cuidas a Hina-chan. No quiero volver a verla llorar —suspiró. Eso me alertó, ¿ella lloró? ¿Cuándo?

—¿Eres cercano a ella? —Cuestioné.

—Sí, la conozco desde que ella tenía 3 o 4 años. Era muy adorable, pero en la secundaria nos distanciamos un poco. Desde pequeña siempre demostró ser persistente, sigue siendo un poco caprichosa, pero ha madurado —sonrió ligeramente—. Estoy orgulloso de ella, al igual que Kotarou y Yuu; aunque él no se atreva a decirlo en voz alta. Sentí un ligero pinchazo en el pecho..., era tonto sentirme así. Pero..., esperen, ¿quién era Kotarou?

—¿Y... quién ése tal Kotarou? —Pregunté.

—¿No lo conoces? —Negué con la cabeza—. Qué raro, bueno, él es el hermano menor de Natsuki; son bastante parecidos y tiene la misma edad que Hina-chan. De hecho, ellos dos son muy cercanos, podría decirse que son amigod de la infancia. Aunque..., creo a Kotarou le gusta Hina-chan, pero no estoy seguro —se quedó viendo al techo. Entonces..., ¿Kotarou era el chico que estaba buena parte del tiempo con Setoguchi-chan?

«Cada vez me siento más inseguro...»

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En la hora del club estuve buscando a Setoguchi-chan, falté al club por esperarla, pero no la encontré. Confirmado: me estaba evitando; pero, ¿por qué? ¿Qué había hecho mal? ¿No le gusté lo suficiente? Esperen, a ella le gustaba desde la secundaria y creo que era su... primer amor. No creía que me hubiera olvidado de la noche a la mañana; nadie podía hacer eso.

Al final, terminé divagando el tema y me resigné a ir a mi casa he intentarlo al día siguiente de nuevo. «No me daré por vencido tan pronto». Lo que también me intrigaba era que si ambos lográbamos ser algo más que amigos, ¿qué pasaría? Ella era menor que yo y le faltaban dos años para terminar la preparatoria; yo iba para la universidad. Agh, todo era tan complicado, vería cómo me las arreglaba, pero estaría junto a ella...
S

oné muy egoísta.

—¡Ya sé! ¡Me confesaré tal y como lo hizo ella! —Grité, al darme cuenta de que lo dije en voz alta, me sonrojé violentamente, pero me tranquilicé al no ver a nadie.

Escribiría una carta y se la entregaría. Y si me seguía evitando, se la dejaría en su casillero.

¿Pero qué escribía? Este..., nunca había escrito nada de ese tipo de tema. Solo escribiría lo que dictara mí corazón.

«Mañana será el día...»

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–¡Perdón por la tardanza! Es que los estudios me están matando, tengo que ponerme a estudiar y todo ese rollo. En fin, dejando de lado eso, ¿qué les pareció?

Espero y no los haya decepcionado, pero, en compensación, trataré de terminar ya todo y lo publicaré como maratón ;u;

¿Qué les parece?

Pd: Querían a Koyuki celoso, ahí lo tienen :3

-Lindassj1