Capítulo 2.
|Donde hay dos corazones felices, siempre habrá un tercero roto|
━━━━❰・❄・❱━━━━
—¡Espera! —Corrió hacia Setoguchi-kun y lo tomó de la mano, logrando que él volteara a donde ella estaba—. ¡Me gustas! Lo de la práctica era mentira. Me gustas tanto que no lo soporto. Sé que no soy muy femenina y que puedo ser muy celosa —empezó a llorar—, pero quiero que tengamos muchas citas. Aunque sea egoísta y tonta, quiero que seas mi novio —admitió Enomoto-san con voz rota, sollozando aún más mientras escondía su rostro entre las palmas de sus manos.
Era obvio lo que iba a pasar a continuación...
—Eso es algo... que solo yo podría hacer, ¿no? —Colocó su mano en la cabeza de ella, quien estaba sorprendida, para después abrazarla con ternura—. Siento lo mismo. Acepto con gusto.
Ya no encajaba allí... o tal vez nunca lo hice...
—Felicidades, antiguo amor —susurré con los ojos cristalizados detrás de la puerta y huí de allí torpemente, sintiéndome idiota.
Era un tonto, ¿qué esperaba? ¿Que Enomoto-san se fijara en mí? ¿Que yo le gustara de un día para otro? ¿Que dejara de querer a Setoguchi-kun de la nada? Al menos llegué lejos en la guerra, sabía que lo mío tenía 0% de posibilidad, pero quería seguir aferrándome a pesar de que iba a perder. Debía de agradecerle por enseñarme a amar, incluso también a él...
Empecé a caminar a paso lento hacia los casilleros para ir por mis cosas y retirarme de allí; ya no tenía ánimos de nada. Mientras iba rumbo a mi destino, lloraba en silencio; no podía evitarlo por más que lo quisiera.
Ya casi no había nadie en el instituto porque la mayoría ya se había retirado a su casa, solo eran pocos los que quedaban y eran los de los clubes. Llegué a los casilleros y escuché un ruido, como cuando alguien patea un casillero, pero no vi nada. Debía ser mi imaginación.
Encongiéndome de hombros previamente, me cambié el calzado y salí de allí. «No pensé enamorarme, pero... aquí estoy, llorando por ella».
Creí que tenía oportunidad, pues, no hacía mucho, ambos salimos a una ¿cita?..., al menos así yo lo veía. Ha ambos nos gustaba Haniwa y decidí invitarla al concierto, estuve a punto de confesarme..., pero... Setoguchi-kun intervino. Sabía que ella estaba enamorada de él, pero creí que lograría que se fijara en mí siquiera un poco. Cambié mi aspecto por aquella castaña, pero de nada sirvió.
Pero la vida seguía, ¿no?
***
Ahí estaba yo, escondida detrás de los casilleros, ansiosa por ver que llegara Koyuki-senpai. Estaba decidida, le daría la carta y hablaría con él sobre mis sentimientos. Pero se estaba tardando mucho, ya debía de haber salido de su club. Quizás se retiró y no me percaté, ¿verdad?
Estuve a punto de irme, ya rendida y resignada, pero unos pasos me detuvieron en seco. Me giré con emoción y nervios, con la esperanza de que fuera él, y sí, era Koyuki-senpai, pero... ¡¿estaba llorando?! «¿Qué fue lo que le pasó?»
¿Qué hacía? ¿Le hablaba? ¿Le daba la carta o no? ¿Me escondía? Agh, mejor me quedaba allí en donde estaba, era lo mejor, ¿cierto? Quería ayudarlo y conversar lo que tanto venía esperando, pero... no tenía un buen presentimiento de eso. Al final, decidí quedarme escondida, ¿pero y la carta? «Qué momento tan inoportuno».
Sin querer, di un pequeño golpe a un casillero lo suficientemente fuerte para que senpai lo oyera. Ay, por Dios, ¡que no se diera cuenta de mi presencia! Tal parecía que Dios oyó mis suplicas internas, pues el senpai no se percató de que yo me encontraba allí. Vi cómo él se retiraba cabizbajo y solté un suspiro cansado y afligido. Rayos, no se lo pude dar, pero... creo que era mejor así: si él estaba llorando era porque algo malo le había ocurrido. «Tengo que averiguar qué le pasó».
Le daría la carta en otro momento, era un hecho. Resignada, salí del instituto y vi en la entrada a Kotarou, lo cual me sorprendió bastante; ¡debería estar en su club de fútbol! Esperen, ¿me... estaba esperando? ¡¿Él me estaba esperando?! ¿Qué estaba pasando? Mi amigo de la infancia no era así, de hecho, desde hacía mucho que nos habíamos vuelto lejanos.
—Vamos a casa, Hina —sugirió él y se dio la vuelta, comenzando a caminar.
Yo solo me límite a susurrar que sí, aún sorprendida. Ambos nos fuimos platicando, como cuando éramos niños, aunque sin las risas o comentarios tontos; realmente habíamos cambiado. Dolía un poco nuestro distanciamiento. Llegué a mi casa y mi hermano no estaba allí, desconcertándome. Debió de haberse quedado tiempo extra en su club o habría salido con sus amigos a comer, suponía. Me fui a mi cuarto y me tiré a la cama, sin siquiera cambiarme.
—Tch, qué día, todo salió mal. No pude entregarle la carta —murmuré frustrada, agarré mi almohada y la abracé, imaginándome abrazada a mi senpai momentáneamente, lo cual me hizo sonrojarme y avergonzarme bastante.
«¿Cómo se sentirá abrazar a Koyuki-senpai?», hundí mi cabeza en la almohada, acostándome bocabajo. Quizás después lo descubriría, esperaba. Empecé a sentir mis párpados cada vez más pesados, hasta que caí a manos de Morfeo.
▶▪▫♡▪▫◀
—¡Hina, ya levántate! —Oí entre sueños a mi hermano mayor Yuu.
—¡Ño! —Respondí de manera infantil, dándome la vuelta en mi cama, ignorándolo.
—Anda, ya levántate, ni siquiera te quitaste el uniforme para acostarte a dormir, además, tienes que cenar.
Refunfuñando mentalmente, me levanté con un poco de pereza y lo miré. Me confundió bastante verlo con una tonta sonrisa y con un pequeño rubor en sus mejillas mientras observaba la pared, parecía como si recordara algo. Esperen, mi hermano sonreía de ésa manera, mis instintos de hermana menor me lo decían. «¿Habrá pasado algo con Nacchan?»
—Oye, ¿ocurrió algo? —Pregunté ladeando mi cabeza, curiosa.
—Este... —se revolvió el cabello un poco, avergonzado—, algo así —desvío la mirada, lo cual se me hizo aún más sospechoso.
—¿A que te refieres con algo así? —Cuestioné imitando su voz al final, aunque no me salió. Quise reírme de mi intento fallido, pero noté que realmente mi hermano estaba raro.
—Bueno, ya tienes... ¿cuñada?
—¡¿Te vas a casar?! —Cuestioné alterada. Si aún me quedaba algo de sueño, se me había ido de golpe. ¡¿Había oído bien?!
—¡N-no! No, no, me refiero a que... ya tengo novia —se aclaró la garganta, bajando la mirada. Ésta faceta suya sin duda era algo nuevo.
—¿En serio? —Él asintió, mucho más sonrojado—. ¿Quién es, hermano?
—Natsuki...
—¡Al fin! ¡Ya era hora! —Celebré emocionada—. Seguro fue Nacchan quien dio el paso, ¿verdad? Conociéndote...
—¡Hina! —Me eché a reír al verlo mucho más avergonzado—. ¡Ejem!Bueno, cámbiate y baja a cenar —ordenó y se retiró de mi cuarto, cerrando la puerta.
Esperen, ¡¿novio de Nacchan?! Eso significa que..., «quizás Koyuki-senpai los vio, por eso estaba llorando». Sí, ya sabía que al albino le gustaba Natsuki, era algo evidente. Pero también sabía que mi hermano estaba enamorado de Nacchan desde hacía mucho tiempo atrás, y ella de él, pero no se lo decían. Me alegraba por ambos, pero..., «Koyuki-senpai...»
Pero si vio a Nacchan y a mi hermano significaba que dejaría de gustarle..., o eso esperaba. Sabía que el senpai ya llevaba un buen tiempo enfocado en la novia de mi hermano y también que no la olvidaría de la noche a la mañana, pero, quizás, si lo ayudaba podía que avanzara más rápido. «Sí, ¡eso haré!», lo ayudaría emocionalmente; si llegaba a superar a Nacchan, quizás se fijaría en mí. «Espero...»
━━━━❰・🌸・❱━━━━
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top