Ժ the perfect present.

*☃️*

Se escuchaban toques rápidos en la gran ventana de la blanca mansión, perfectamente a juego con la fría nieve que se derretía sobre el vidrio. La castaña con un quejido alzó de esta para ser empujada un poco por el nuevo intruso.

—Jisoo-ssi, tengo que preguntarte una cosa—comenzó a hablar el agotado castaño TaeHyung, con un felino y bolsa de regalo en manos.

—¿Tienes que entrar por mi ventana cada vez que tienes una pregunta existencial? —preguntó cruzando los brazos.

—Pues sí, ¿por dónde más entraría?

—Por la puerta, como una persona normal—respondió con un tono obvio.

—No, eso es aburrido—mencionó—. La próxima entraré por tu techo—ocasionó una pequeña risa por su contraria y calló para dejarlo proseguir—. ¿Cómo hago para envolver un regalo?

La fémina se alarmó—. Kim TaeHyung, a los gatos no los envuelven—aclaró.

—¿De qué hablas? Yo soy el regalo.

Se presentó un largo mutismo entre los castaños, a excepción del minino que ronroneaba.

—Y... ¿Para qué necesitas "tu regalo"? —Intentó mantener el hilo.

Rio—. Por favor Jisoo, mañana es navidad—mencionó tranquilamente pegando cinta en su brazo. La mencionada quedó estática.

—¡¿Qué?! —gritó alarmada. Un veinticuatro de diciembre en la noche, con una chica que le prometió a su novio un regalo y no tenerlo sería el escenario perfecto de terror, y lo peor de todo es que las palabras compras y Jisoo no eran muy buenas amigas.

—Hiciste que doblará la cinta—reclamó Tae con un tic en su ojo izquierdo. La castaña miró el reloj pensando en que aún hay tiempo de ir al centro comercial, conseguir el regalo perfecto para su novio y fin.

Tal vez el regalo de Jin no sería tan difícil.

—Tae, te confío la mansión—fue al perchero en busca de su abrigo rojo.

—En cuanto me quite esta cinta cuenta conmigo—habló con quejidos intentando zafarse de esta—. O tal vez no.

La de ojos rasgados bajó rápidamente por los escalones, observando una que otra decoración en las paredes y cuadros. Era una de las temporadas del año más espléndidas según muchos, para otros solo era soledad y sueños rotos.

Borrando ese pensamiento prosiguió a idearse de cuál sería el regalo perfecto para Jin. Hablamos de alguien realmente observador y muy especial para Jisoo, tendría que ser algo que valiera la pena y demostrara lo tan agradecida que está.

Sacó el celular de su bolsillo para leer las noticias más recientes deslizando rápidamente la pantalla. Bingo.

Cincuenta por ciento de descuento en variedades, justamente abrirán en pocos minutos para dejar entrar a los que aún no tenían presentes para mañana, en este caso una gran manada de lobos peleando por lo que es suyo.

En este caso ella.

Subió al taxi más cercano sosteniendo su suave chaqueta. Seguía sin poder creer como pasaron los días rápidos, de estar con su cobija abrigada en las mañanas a salir a la calle y escuchar villancicos hasta por los talones.

—Si sólo escojo una cobija y con pegamento pongo brillantina rosa ¿estaría bien? —susurró, levantó el rostro aún con esa idea y se percató de que el conductor la miraba extrañado.

Que raro sujeto, pensó.

Llegando a su destino observó la nieve cubriendo cada vez más lo pisos y un gran gentío en la entrada, algunos sentados u otros parados aguardando en que aquel letrero resaltará en un carmesí "abierto". Con sus orbes chocolatosos miraba fijamente de este con suma concentración para ser de las primeras en entrar.

Se sentía tan fríamente emocionante.

Y el pensamiento de que era mala con las compras cayó como un balde frío de agua. ¿Qué se supone que compraría? ¿Retomará la idea de la cobija?

Definitivamente lo último lo descartó de inmediato.

Llegó un muchacho asomándose por el vidrio apuntó de conectar el enchufe ocasionando gritos de desesperación, vaya que era malo. Primero sacó su dispositivo para dar like a cualquier estupidez de sus redes sociales y después tomó una selfie a la multitud. ¿Qué le pasaba?

En definitiva Jisoo posó, era de esperarse por su parte.

Cuando al fin el varón termino con lo debido quedó atrapado en las puertas gracias a la fuerza de cómo entraban lo que ahora era una autopista de carreras. Gracias karma, pensó nuestra hermosa protagonista.

Al entrar vio demasiadas cosas, a decir verdad muchas, se dio automotivación e intento comprar lo mejor que pudo.

Unos minutos después

Esto realmente es difícil—susurró inflando sus mejillas, estaba vacía como un lienzo en blanco, buscando desesperadamente a alguien que le de inspiración y vida—. ¿Qué voy a hacer? No sé qué comprar.

Necesitaba refuerzos urgentemente, pero ¿quién estaría disponible ahora mismo?

Repitiendo esa pregunta en su cabeza sacó rápidamente su dispositivo para dirigirse a sus conversaciones, tecleo con sus dedos con gran rapidez para no perder tiempo ni por un segundo.


🗨 No me vayas a dejar en visto, Yoongi. ¿Cuál sería el regalo perfecto para Jin?
✓✓  8:50 p.m

💬Tu mensaje ha sido ignorado con éxito.
                                                          8:51 p.m

—MalditoAl menos no la había dejado cien por ciento en visto como siempre;—. Estoy en un gran problemamientras más se centraba en buscar algo más se le hacía difícil decidir. Dios, estoy tan cansada.

Increíblemente en ninguna ocasión se alteró al máximo, sólo miraba y repetía como un disco rayado "no sé qué comprar"; el hambre y cansancio se hacían presentes, no muy lejos vio muestras gratis de helado y se dirigió con un brillo en sus orbes a esta.

Podría ser multimillonaria y todo pero pelearía por una muestra gratis y descuentos de último minuto.

Estando en la fila rápidamente llegó su turno y una señorita con hermosos rizos le sonrió, le entregó una cuchara con helado sabor a vainilla y-

Mamá, quiero la muestra de esa señorahabló una niña detrás de Jisoo, esa era la última muestra de helado y como cualquier niña chillona y mimada lo reclamaba.

¡Ja!, pues mira quien está delante de la filaLa castaña afilo su mirada hacia la infante quien sonreía descaradamente, ella tenía una ventaja: era una niña.

Perdóneme, es una niñaJisoo abrió levemente su boca, estaba más que claro que lo hacía para molestarla. La niña salió triunfante y Jisoo gruño entre dientes retomando sobre el problemita del regalo perfecto, no saldría de allí jamás.

Se aburría, todo el tiempo de ir una y otra vez al mismo sitio para no ver nada que sería lo "ideal" para su novio, además de muchos estantes vacíos por las personas que tomaban juguetes, ropas etc. —. Esto es agotador.

Decidió despejar su mente saliendo unos minutos de aquel centro comercial, la noche estaba demasiado fría y con las diferentes luces que adornaban los edificios no muy lejos de ahí era algo agradable, suspiro dejando el aire en vista de todo el mundo y centro su vista en un minino bastante peculiar al lado de un bote de basura.

El pelaje de su pequeña cabeza estaba dividida en dos tonalidades, una azabache con un orbe azul marino y la otra dorada con un orbe manzana verde, tal cual como una carey. Era demasiado curioso, tan atractivo de observar que no olvidó ningún detalle de este.

Se dio un pequeño golpe mental pensando en lo distraída que era, tomó asiento en una desgastada banca y pensaba en posibilidades de un buen regalo, amaba la navidad pero era horrible lidiar en estos temas de compras, ya lo mencionamos. ¿Cierto?

Creo que estás en mi asientomencionó alguien detrás de ella. No es como si lo hubiera comprado pero estaba allí hace unos minutossonrió.

La castaña giró su cuello y se encontró a una humilde familia, se levantó un tanto avergonzada y se disculpó.

Tranquila, ya te dije que no lo comprerio. La menor tomó asiento seguida de su madre, la ignoraron unos momentos para sacar una bolsa llena de chupetas y extenderlas a quienes pasaban, con la oportunidad de vender alguna.

Cuando la multitud disminuyó un poco fue inevitable para la castaña entablar una conversación, era demasiado sociable y amigable para ser verdad.

—¿Vienen con frecuencia? —sonrió cálidamente.

—En realidad vamos a muchos lados, trabajamos con ir de allí y allá a entregar dulces. Nunca nos quedamos mucho tiempo aquí y tampoco cerca. —explicó la madre mientras Jisoo tenía una poker face porque no entendía.

—Si... En resumen trabajamos en las calles vendiendo dulces—aclaró la hija mayor mientras abría una de esas bolsas—. ¿Quieres?

—No, gracias, solo vine a tomar un descanso entre tantas compras—Cuando se refería a compras habla de su indecisión por escoger algo, pero no quería sonar como una abuelita escogiendo chanclas.

—¿Compras en plenas horas de que sea navidad? Deberías estar en tu hogar con un espumoso chocolate caliente, galletas y ropa genial—respondió con cierta melancolía.

—Eso planeó, pero aún no es el momento. Debo entregar algo especial para alguien especial—Apoyó sus codos en sus muslos mientras que recargaba su rostro con una mirada feliz.

Las tres miembros de la familia se miraron cómplices.

—¿Es tu naranja? —interrumpió una pequeña niña con un conejo desgastado en su brazo, no tenía mucho algodón.

—¿Mi qué?

—Tu naranja—Volvió a repetir—. Es como tu mitad pero en una naranja.

Silencio...

—Mamá le dice novio. —suspiró rendida.

La castaña al escuchar esto estalló en risas, ¿Cómo era que se conectaba con las personas tan rápido? Ni ella lo sabía.

—Así es—dijo entre pequeñas risas—. Pero naranjas no es lo adecuado, somos como pan y mermelada... O mermelada y pan—puso un dedo en su barbilla pensativa.

—Pero la mermelada y el pan también saben bien solos—dijo con un puchero.

—Exactamente, no siempre podremos estar juntos en todo pero cuando sucede... ¡Boom! —gritó sobresaltado a la menor—. Somos un dúo increíble—se cruzó de brazos con una sonrisa.

—Seguro hacen un hermoso dúo—dijo la madre entusiasmada.

—Hable mucho de mí, cuentenme de ustedes. ¿Cómo celebran estas fiestas? —interrogó hacia la madre muy atenta a lo que dirían.

—Nosotras nos vamos junto a otras familias mientras cantamos canciones toda la noche, somos nuestra única familia—explicó mientras que en sus ojos se reflejaba la nieve que caía suavemente. Jisoo las observaba con cierta tristeza, a simple vista se notaba que no tenían suficientes recursos como comida, hogar o un simple detalle para navidad.

—Otras familias... Quiere decir que se apoyan solo entre ustedes—afirmó pero de igual forma la madre asintió como respuesta. La castaña observó un poco a la distancia como familiares salían con ropas alegres, riendo o cargando regalos.

Está última palabra hizo que se encendiera un foco en ella, tal vez un poco descabellado pero aún tenía tiempo antes de llegar junto a los chicos y entregar sus presentes en la mañana. Además, estaba segura que esa idea la ayudaría a solucionar su problema de compras.

Tenía dinero.

Tenía un gran corazón.

Y pues tenía más dinero. ¿Qué esperaban?

—¿Podría ir a visitar a aquellas familias? —preguntó pausadamente con los nervios aún presentes, aunque trataba de ocultarlos.

—¿Ahora? —habló la hermana mayor, la primera miembro de la familia con la cual conversó—. Normalmente vamos un poco más tarde pero no es mala idea.

—¡Por supuesto que puedes ir! Allí hay muchos niños que seguro quedarán encantados al conocerte—chilló la niña mientras daba saltos y sostenía del brazo de la castaña mientras indicaba el camino.

No pasó mucho cuando habían llegado, pensó que estaría un poco más lejos y con el frío que cada vez aumentaba creía que la caminata sería larga. Todo lo contrario.

No era una casa grande pero tampoco pequeña, la nieve no dejaba ver con claridad de qué color era la estructura pero al entrar tenía un ambiente hogareño, no pudo evitar suspirar con alivio al sentir un poco de calor.

—¡Llegamos! —gritó la pequeña pero no parecía que fuera hacia Jisoo, la mencionada no tuvo tiempo ni de quitarse los zapatos porque unos diez niños se encontraban observándola con asombro.

—¿Trajeron a una princesa a casa? —señaló un pequeño adolescente sorprendido del físico de la invitada.

Una chica dio dos palmadas y todos reaccionaron atendiendo a Jisoo como quitándole su chaqueta, sus zapatos y sentarla en el pequeño comedor de madera, como si fueran pequeños elfos siguiendo órdenes, vaya que la estatura si la tenían.

Ella rio ante esto pero tampoco le molestaba, se le hacía un acto muy tierno.

—No soy nada de eso, simplemente vine aquí de visita por unos minutos para ver cómo se preparan para mañana—admitió mientras veía alrededor atenta, no se veía nada mal.

—Simplemente cantamos con algunos instrumentos que creamos, nada en especial—Se encogieron de hombros.

—¿Y han pensado en algún regalo para este año? —Todos se quedaron en silencio, algunos rascándose la nuca u otros mirando hacia algún lado de la habitación.

—Princesa... Nosotros no pensamos en esas cosas, sabemos que no tenemos lo necesario para tenerlo. —respondió con sinceridad una infante mientras cepillaba con sus manos su coleta, parecía que tenía un tic con el.

Como lo suponía, Jisoo sonrió mientras el plan que traiga con ella crecía más y más. Pero aún no era el momento, debía conocer otras cosas sobre ellos.

—Entiendo, no se preocupen. ¿Podría ayudarlos con algo del quehacer por ahora? —Se levantó del asiento mientras acomodaba su cabello, dos niños sonrieron cómplices y la acompañaron directo a la cocina, comenzaron a lavar platos y matar uno que otro insecto.

—¿Qué es lo que siempre han querido para navidad? —preguntó de imprevisto la castaña.

—Parece que no puedes vivir sin preguntar —rio un niño mientras Jisoo se encogía de hombros—. Siempre he querido tener una corbata de rayas rojas y verdes, para así resaltar aún más cuando cantamos villancicos, sería estupendo.

—¡Yo, yo, yo! ¡Yo quiero un pantalón de rayas rojas y verdes para combinar con él! —confesó divertido, Jisoo se rio porque claramente eran gemelos.

—Anotado—susurró para sí misma, pensó que pedirían cosas más alejadas a la realidad como un niño habitual, fue una tierna sorpresa.

Siguió entrelazando lazos con aquellos curiosos niños, se sorprendía por el simple hecho que pedían cosas muy básicas pero que realmente utilizarían.

—¿Un qué cosa?

—Un gravímetro—repitió con seguridad.

—¿Y eso qué es?

—Un instrumento científico con el que puedo medir el campo gravitacional local de la tierra, duh. Su nombre lo dice. —aclaró como si fuera lo más obvio.

—De acuerdo... Esperó que lo vendan en la ciudad—susurró lo último para seguir tendiendo las cobijas junto a una niña con aproximadamente seis años.

Al finalizar Jisoo salió de la habitación, estaba segura que esa niña a su corta edad tenía el doble de inteligencia que ella.

—¡Princesa Chu, te encontré! —gritó un niño emocionado, sin mucha demora ya tenían un apodo para Jisoo, sin mencionar que averiguaron su nombre porque robaron su tarjeta de identificación—. Hice galletas, están un poquitito quemadas pero con la crema encima no se nota.

—Suena tentador... Acepto—Ambos rieron y bajaron a comer las improvisadas galletas.

—Estaba observando y vi como le preguntabas a los demás sobre qué regalo quieren de navidad—Comenzó a hablar tímidamente—. ¿Sabes? Siempre he querido un amigo con quien comer mis galletas y reír, y parece que ya cumpliste mi deseo de navidad—sonrió.

Jisoo lo escuchaba con una mirada sincera, con pequeños actos podría provocar sentimientos inolvidables.

—Gracias, Santa—terminó extendiendo un dibujo con escarcha, era la mencionada en un trineo con una sonrisa mientras que sus ayudantes eran enanitos, exactamente la misma cantidad de los niños en esa casa.

La castaña sin pensarlo dos veces lo abrazó dándole pequeñas caricias en la espalda. Se sentía realmente feliz y lista para continuar con su misión de la noche, solo que un poco más extensa.

Todos los presentes se reunieron en la sala, la castaña encima de una mesa con una escoba como micrófono y los demás en el suelo observándola.

—Hola, probando. Un, dos, tres probando—exaltó—. Hola, ¡Esta será su primera misión de la navidad, iremos al centro comercial a conseguir presentes antes de que salga el sol! ¡Wendy!

—Tenemos exactamente siete horas para que sea navidad, que es cuando sale el sol—respondió la mencionada con su reloj de mano, era curioso que los niños estuvieran con ropas verdes y cafés mientras que Jisoo de rojo.

—Excelente cálculo—Asintió orgullosa—. ¡Chan Yeol!

—Como no hay transporte iremos caminando pero robaremos carritos del centro comercial para volver con los regalos y hay un pequeño problema... No hay dinero. —Se rascó la cabeza un niño de más o menos nueve años.

—¡Eso es lo de menos, pequeños elfos!  —les explicó. Aunque en realidad le sorprendía que hayan revisado su billetera y no se dieran cuenta de que tiene dinero. 

Un niño exhaló—. De verdad puedes ser Santa Claus.

La castaña asintió—. Pero solo será por hoy, por eso nuestra misión de esta noche la llamé... —Hizo un redoble de tambores con la mesa—. ¡Santa por una noche!

—Confió en usted, por favor cuídelos—todos voltearon hacia la madre, como habían acordado solo irían los menores junto a Jisoo, y la castaña como única adulta debía ser la responsable de cualquier cosa. Aunque en realidad los menores son quienes deben cuidar de la mayor. 

—¡Es navidad! Lo único de lo que debemos preocuparnos es engordar—Una niña calmó las aguas, ciertamente tiene razón.

—Entonces teniendo esas ideas en claro. ¡A la carga! —gritó Jisoo haciendo que todos fueran por sus abrigos para salir de aquel hogar.

Felices unas almas de espíritu mágico que en mente recogen regalos en sus pequeños sacos de tela en busca de objetos tan sencillos pero que causan sentimientos tan hondos como una sonrisa y abrazo sincero.

Y entre risas y caídas los pequeños duendes junto a su líder Santa corrían en las esquinas llenas de fría nieve y fulgores de colores que los hacía resaltar fácilmente junto a su cálida luz risueña.

  *☃️*

Feliz navidad~ Feliz navidad~ Feliz navidad~ Prospero año y felicidad~

Tengo este mini fic en el sótano hace un año ekiz d, ya parezco yg

Puede que la segunda y última parte demore un poquito pero de que llegará, llegará. Es que hace tiempo no subo algo Y DE VERDAD QUIERO ESCRIBIR T-T Pero es más porque quiero pedir una portada y se acaban los cupos lol.

Aprovecho para decir que están en proceso un mini fic VSOO y JIROSÉ que puede que nunca las suba yeiiiii, adios gente jaja

Cualquier falta ortográfica avisarme♡

Gracias por leer!
(♡) Mimi.


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