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Era de mañana demasiado temprano, las 5:34 a.m y ya estaba siendo iluminada la habitación 701 por los rayos del sol. Gracias a ello el joven lobo comenzaba a despertarse. 

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ㅤㅤㅤ╰┈─➤ ❝ POV Legoshi  💙❞

— Últimamente a estado amaneciendo bastante temprano... — Murmuré aun en cama, froté mis ojos pues veía algo borroso y procedí a ponerme de pie. La espalda me dolía por lo que simplemente puede significar una cosa, dormí en una mala posición. Me estiré un poco escuchando el tronar de la espalda, lo mismo hice con mis manos.

Fui a echarle un vistazo a Escarabajín. Tenía su casita algo sucia por lo que me dispuse a limpiarla, cambiarle las hojitas y ponerle agua limpia, y así lo hice, mientras lo hacía, él estaba sobre mi hombro quieto. Luego solo jugué un rato con él en mis manos, notando como mis garras habían crecido nuevamente.

Cuando estaba sacando la lima sentí como era abrazado por la espalda, sabía que era Jack, reconozco su característico olor. — Buenos días Legoshi. — Me saludó alegre como de costumbre. 

Conozco a mi amigo desde hace mucho tiempo, nos conocimos de una forma un tanto extraña. Con el tiempo nos hemos vuelto muy cercanos, compartimos mucho tiempo juntos, sé que soy muy importante para él, y él también lo es para mi, quiero mucho a Jack. — Hey, alguien madrugó hoy, eh. — Con más fuerza me abrazaba, como estaba de espaldas sonreí un poco. — Siempre lo hago, solo que ayer fue la excepción, tonto. — Mencionó a modo de broma. Una sonrisa se coló en mis labios. — Por cierto Jack... Muchas gracias por lo de ayer, con eso ya "pagaste" la apuesta. — Como soy mas alto que Jack, tuve que agacharme para así poder acariciar su frente. A cambio, recibió un abrazo por Jack, este claro que lo correspondió, podía sentir como su cola se movía de un lado a otro, estaba feliz.

〖...〗

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— Psst Jack, hey, no te duermas. — A pesar de ayer por la noche no fue tanto el tiempo que pasó con Legoshi, el de pelaje claro cerraba bastante seguido los ojos, además de que a ratos, su cabeza se agachaba bruscamente, pues dormía por pequeños segundos. — Lo siento... No sé que me pasa. — Para evitar que su amigo siguiera así, le el brazo, no muy fuerte pero si lo suficiente como para dejarlo despierto, al menos por un tiempo. 

— ¡Hey! — Jack se quejó, sobándose el brazo, mientras que a su izquierda escuchaba la risa de su amigo en voz baja. Aquel gesto lo molestó un poco, por lo que hizo lo mismo, solo recibió la imagen de su compañero arqueando la ceja, no sintió nada. Pues sus garras no eran igual de largas ni fuertes como las de el lobo.

— Si pudiera, te mordería ahora mismo. — En eso el menor le enseñó la lengua en modo de burla, similar a un niño pequeño. — ¿Te gustaría ir a dirección? — Le respondió el contrario con tono serio, con la clara intención de provocarle temor. — ¡N-no! Solo te quería molestar... Sabes que no haría eso, especialmente a ti... — Se permitió "abrir" un poco hacia su amigo, para luego recibir una tierna palmada en su cabeza, causando en él un pequeño rubor en su rostro.

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Los dos cánidos ya habían salido de clases, ahora mismo tenían receso, Legoshi le dio algo de dinero a Jack para que rápidamente comprara un par de bentos. Este casi no se dejó convencer en que Legoshi pagara el suyo, pero al final no le quedó otra opción más que aceptar. Ambos lo guardaron en sus bolsillos e ingresaron a la biblioteca. El más alto buscó algún libro que tratara sobre el examen de hoy, mientras que el más bajo se puso a buscar un lugar apartado, pues si los descubrían comiendo en la biblioteca podrían tener muchos problemas. 

Jack fue el que mas se tardó en hacer lo suyo, pero finalmente lo hallaron, se hicieron cerca y abrieron el libro para comenzar a estudiar.

El labrador sacó sus pequeños lentes y comenzó a leer, mientras que el contrario comía. Se la pasaban así, turnándose y al terminar cada tema se hacían varias preguntas con tal de hacerse una idea sobre las posibles respuestas del examen. 

Legoshi debía admitirlo, su amigo se le ven muy tiernos los lentes, le resaltan sus llamativos ojos, ojos de color marrón que tanto le gustaban. 

— Jack... — Este todavía no había comido mucho por estar poniéndole atención a su compañero. — ¿Dime? — Como era de esperarse, el nombrado le dirigió la mirada.  — Tú... Te vez bien con lentes. — Trató de hacerse el serio, dándole un pequeño cumplido a su amigo, sin embargo, su sonrisa lo traicionó, apareciendo justo en ese momento, pero esta fue "correspondida" por Jack, pues también imitó la misma acción. 

— ¿Tú crees?... A mi no me gusta usarlos tanto... — Respondió al cumplido de el lobo, para luego quitárselos y seguir comiendo. — No, es verdad. El Jack con lentes... Es muy lindo. — En aquel momento calló en cuenta sobre lo que decían sus palabras, cambiando lo que dijo al instante. — ¡Q-quiero decir, SE ve muy lindo! — Agitaba sus manos de un lado a otro, al momento comenzó a rascarse la nuca.

En eso un silencio incomodo reinaba entre ambos, Jack tomó sus lentes decidió hablar. —Recuerdo que en primaria... Una vez una chica me dijo que me veía... Ridículo... Me afectó demasiado su comentario. Al tiempo decían que era un complemento perfecto para mi, por ser un labrador... — Soltó un pesado suspiro, para luego sonreír forzosamente. — Creo que me veía muy nerdo je. Dejé de usarlos hasta los 7 u 8 años no recuerdo bien, desde entonces solo los utilizo cuando realmente los necesite. — Terminó de hablar fingiendo estar bien. Notó como su amigo se acercó a él, y lentamente tomó sus lentes y se los puso delicadamente, como si fueran algo frágiles. 

— No te miento. Te vez muy bien, olvida todas esas cosas ¿vale? Además, ser listo no tiene nada de malo. — Su mano bajó hasta la mejilla de su compañero, la acariciaba formando pequeños círculos con la yema de su dedo. — Je, Legoshi... Muchas gracias por todo, eres alguien muy especial para mi. — Este no se quedó atrás con los elogios, pero justo en ese momento sonó la campana indicando que regresaran a clases.

Jack estaba algo nervioso, temía en equivocarse o no recordar las cosas, menos mal Legoshi notó aquello y le soltó algunas preguntas, quería que a Jack le fuera.

— Pero si sí te las sabes, tranquilo, te irá bien. — Como es de costumbre, acarició rápidamente la frente de el menor. — ¡Espero que a ti tampoco te vaya mal! — Respondió animado.

Todo aquel que estuviera a las espaldas de ambos cánidos, podía ver como sus colas se movían alegremente.

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