Ocho.

—¿Estas seguro de querer hacerlo?

—Tranquila Ye Ji— la miró. —Sé que estaré bien.

—Ya no quiero verte sufrir.

—Y ya no lo haré— sonrió. —Te prometo que después de esto, no volveré a estar triste.

Jun Kyu abrazó a la mayor y suspiró.

A él tampoco le gustaba sufrir por ese amor que nunca llegó a nada.

Jun Kyu sabía que merecía algo mejor.

Pero no podía evitar estar devastado por la situación.

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