La ceremonia había terminado, y ahora todos se dirigieron al salón, dónde harían la fiesta.

—Pasó tanto tiempo sin reunirnos, ahora ya casi todos tenemos familia.

—El tiempo pasó muy rápido.

—¡Chicos!, ¡Vinieron todos!— el recién casado llegó muy animado a la mesa.

El corazón de Jun Kyu se detuvo en ese instante.

Mirando cómo Ye Dam saludaba a todos sus amigos, y cuando por fin sus miradas se conectaron. Sintió un alivio inexplicable.

—Jun Kyu— sonrió.

—Ye Dam.

—¿Cómo estas?

—No creo que quieras saberlo— sonrió.

Ye Dam lo miró unos segundos y después suspiró.

—¿Podrías acompañarme?

—Claro.

Ambos se retiraron y fueron a un lugar retirado de la fiesta, donde nadie pudiera interrumpirlos.

—Jun Kyu, yo— mencionó. —Perdón si en todo este tiempo no me comunique contigo, pero tenía miedo de lo que fuera a pasar.

—Con un mensaje no se hubiera acabado el mundo.

—Lo siento.

—Ya no importa, ahora ya eres un hombre casado, tienes esposa y próximamente tendrás un hijo. Olvídate de mí, lo nuestros fue algo lindo pero ya no existe, ya se acabo.

—Espero tú también puedas encontrar a alguien, a alguien que si logre amarte y valorarte. No como yo.

—Te prometo que te olvidare y seguiré con mi vida.

—Fuiste mi gran amor y te lo agradezco tanto.

—Yo también te agradezco todo lo malo y lo bueno que vivimos.

—Pero sabes— sonrío. —No me arrepiento de nada.

—Ni yo— limpio la lágrima que caía por la mejilla del menor. —Pero hoy le pondremos fin a esta historia.

FIN.