El pequeño Chan Hee se encontraba debajo de la mesa, sollozando levemente al escuchar los truenos.

—¡Oppa!— la dulce voz de Ji Woo se escuchó. —¿Oppa donde estas?

—A...Aquí— contestó.

La pequeña Ji Woo se agachó y entró debajo de la mesa.

—¿Por qué estás llorando?

—L..los truenos, n...no me gustan— siguió sollozando.

—Tranquilo que los truenos no te harán nada— lo abrazo. —Yo estoy aquí— le susurró. —Si yo estoy aquí, nadie te hará nada.

Chan Hee dejó de llorar y aceptó el abrazo que Ji Woo le dio.