La oscuridad de la habitación era agotadora.

Se levantó por tener un mal sueño, sabía perfectamente quien los causaba, aunque no lo quisiera admitir.

Siempre fue muy extraño al enamorarse, él era romántico a su modo, pero las personas siempre querían más y más.

Pero eso era imposible para Lee Jae No.

— — —

Volteó hacia el otro lado de la cama, ahí estaba su actual pareja. Park Ji Sung.

Acurrucado bajo las sábanas y sus ojos sellados ante el cansancio.

Hoy habían peleado nuevamente — la misma discusión de siempre — después de cenar prefirió dormir y no seguir soportando su platica.

Miró toda su habitación, una radio, teléfono, televisión y un espejo.

¿Qué diablos le había visto Ji Sung para comenzar a vivir en un lugar tan aburrido?

El amor puede ser ciego, y muy doloroso a la vez.

— — —

Estaba sentado en el sillón escuchando los reclamos de su pareja.

Pero no prestaba ninguna atención a sus frases, miraba toda la sala y ahí presenciaba, uno por uno.

Lee Dong Hyuck, Huang Ren Jun, Na Jae Min y otras personas más.

¿Esquizofrenia?

Que tonto....

—¿Me estás prestando atención?— Ji Sung parecía indignado y tenía derecho a estarlo.

Je No asintió y Ji Sung solo soltó una risa depresiva.

—Quiero salvar esto, en verdad te amo pero necesito una señal por parte tuya.

—Lo que menos quisiera es perderte— confesó. —Te entregue todo mi corazón, no puedes irte y llevártelo como si nada.

Ji Sung lo miro confundido.

—¿Que estás tratando de decir?

—Debes quedarte, debes permanecer a mi lado pase lo que pase. desde que comenzamos te di la llave de mi corazón— Je No se acercó a él dándole un abrazo. —Pero estoy seguro de que la has perdido y ahora no tienes ni idea de donde está.

Ji Sung no entendía esa metáfora, trataba de comprenderlo pero Je No era una persona de mente complicada.

—Ya no ocupó más, solo te necesito a ti— lo apretó contra su cuerpo, Ji Sung acepto el agarre con desconfianza. —Si tú te quedas  ellos desaparecerán.

—¿Quiénes?— susurró.

—Mis fantasmas.

¿Fantasmas?

En el pasado fue tan malo con cada uno de ellos.

Y eso lo atormentaba.

Algunos fueron especiales, llegó a amarlos con tanta intensidad.

Pero nunca se podría comprarse con él amos que ahora sentía por Park Ji Sung.

Casi como una obsesión.

Por las noches no suele dormir, los remordimientos llegan como flechas con belladona hacia su corazón.

Envenenándolo y matándolo.

Tenía problemas mentales, pero Ji Sung desaparecía esa enfermedad.

Su amor era un escudo, pero ahora ese escudo quería marcharse de su lado.

Quería abandonarlo.

Dejándolo débil.

No podía permitirlo.

— — —

—Por favor quédate— miraba como empacaba cada prenda. —No seas uno más de ellos, quédate aquí conmigo.

—Quisiera... — lloraba. —Quisiera poder entenderte pero no puedo, te amo Je No pero esto se acabo.

Ji Sung salió de aquella habitación dejando a Je No de rodillas frente a su cama.

Esa persona que lo ayudo sentimentalmente ahora ya no estaba. Él le hacía ver en mundo de otra forma.

Lograba ser más expresivo, más amoroso y en ocasiones más libre.

—Lo han logrado.

"Nadie logró nada Je No."

—Lo alejaron de mi lado.

"Tú mismo provocaste eso, con tu comportamiento y tú manera tan extraña y enfermiza de amar."

—Ya pueden desaparecer, ya me han atormentado lo suficiente.

"Nos iremos... pero recuerda que esta es tu condena por hacer sufrir a esas personas que te llegaron a ame con todas sus fuerzas."

—Lo lamentó.

"Park Ji Sung será el fantasma que reine siempre en tu corazón."

"El fantasma que mas te dolió aceptar, el que te embrujará cada sueño."

"Park Ji Sung fue como una dinamita en tu vida."