—Toma, bebe esto— le extendió el agua.

—Gracias— dijo apenada.

—También compre esto— Yu Qi miró la paleta de mora azul, esa paleta que amaba comían cuando eran niñas.

—Gracias.

—No hay de que.

—No, de verdad gracias— susurró. —No sabía lo que hacía.

—Eres una idiota— sonrió. —¿En que diablos pensabas?— le reclamo. —Esos chicos pudieron aprovecharse de ti, pudieron hacerte cosas peores y todo por tu berrinche.

—Los siento— sollozó. —Es solo que... No puedo creer que Lucas me haya dejado.

—Es difícil, pero no ganabas nada con hacer eso.

—Lo sé.

—Intentó comprender tu dolor, cuatro años son difíciles de olvidar pero— suspiró. —Tienes junto a ti una amistad con más de diez años que está dispuesta a ayudarte.

Yu Qi la abrazó y esta permitió que llorara en su hombro.

Ninguna de las dos era perfecta, ambas cometían errores.

Pero se tendrían la una a la otra para apoyarse y superar cualquier problema.

Por qué ambas eran mejores amigas.

Y las mejores amigas siempre estarán ahí para ti.

Fin