8| Daddy issues

Chapter eight;
Daddy issues




































































Ian se sentó rápidamente en la cama jadeando y respirando alteradamente, con su mano en el corazón y el sudor frío cayendo por toda su espina dorsal. Su corazón desenfrenado golpeando su pecho como si buscara salir de este y su espalda pegada contra el respaldar de la cama.

La fría temperatura del lugar hizo que sus manos frotaran sus brazos entre sí y los suspiros de su boca se volvían vapor.

Al mirar a su alrededor, no podía creer lo que estaba viendo. Se encontraba de nuevo en el Otro Lado. ¿Cómo era eso posible? ¿Acaso había caminado sonámbulo?

Eso era imposible, pues se seguía encontrando en la habitación de Nancy. No le tranquilizaba en lo absoluto estar en aquel lugar de nuevo. Nancy y Jonathan ya no se encontraban ahí con él. El cuarto entero lleno de esas enredaderas y las cenizas cayendo desde el techo.

Se destapó un poco y con sus pies descalzos, pisó el suelo. Se colocó de pie y miró el lugar sin saber que hacer. Se dirigió a la salida y abrió un poco la puerta para asomarse. Al salir por completo, miró hacia ambos lados del pasillo, y caminó con lentitud a lo largo de este. Bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina de la casa. Toda la casa se encontraba en el mismo estado.

Se acercó a la ventana frente al fregadero y se inclinó para poder ver a través de esta hacia afuera. No podía creer que Will estuviera aguantando un lugar como este.

"Ian".

Se dio la vuelta velozmente ante el llamado detrás suyo, pero se sorprendió al observar que ya no estaba en la residencia Wheeler.

Se encontraba en el bosque de nuevo.

Suspiró y refregó sus manos entre sí, pues ahí afuera hacía el doble de frío que en la casa. Sus pies se estaban congelando.

Se sorprendió al reconocer la zona en la que se encontraba. Estaba cerca de la casa Byers.

Aceleró un poco el paso, esquivando alguno que otros árboles y enredaderas, y se frenó repentinamente. Estaba como la recordaba. A la distancia se encontraba el "Castillo Byers" del cual Will era dueño.

Se acercó a éste y tomó la cortina, la cuál pretendía ser la puerta, y la corrió para entrar. Se sentó en un pequeño asiento alcochonable que había al final de la casita y miró todo con detalle. Hace mucho no entraba ahí.

Estiró su mano y tomó una foto en la cual salía él junto a Will. Era una foto del halloween pasado, donde Ian se encontraba vestido de cavernicola y fingía morder el brazo del niño, mientras que este se encontraba vestido de cazador y pretendía estar gritando por la mordida del otro.

Sonrió con ternura al ver que arriba de la fotografía tenía escrito con fibrón rojo "El mejor no hermano".

Repentinamente, desde afuera se escucharon pasos, provocando que él volviera a dejar la foto donde estaba y se pusiera de pie. Si era el demogorgón otra vez, estaba muerto. No sabía cómo salir de ahí.

Se acercó con cuidado a la entrada y movió un poco la cortina para asomarse. A lo lejos, muy a lo lejos pudo divisar una forma humana pequeña, lo que lo hizo extrañar y terminó saliendo por completo. La persona se dio la vuelta e Ian sintió que dejó de respirar junto con su corazón detenerse. No podía creerlo. ¿Acaso estaba alucinando?

— ¿Will? — Gritó para que lo escuchara.

El niño pareció buscar alrededor de él hasta que pudo verlo. No contestó nada, pues parecía intentar reconocerlo.

— ¿Andi? — Preguntó inseguro y miedoso.

— ¡Will! — Dijo feliz una vez que confirmó que en serio era el pequeño.

— ¡Andi! — Gritó alegre. Ni el mismo podía creerlo. ¿Al fin podría volver a casa?

Ambos comenzaron a correr con la intención de llegar al otro. Se sentía como si nunca pudieran llegar, hasta que Ian se dio cuenta de que realmente nunca podían llegar hacia el otro.

— ¡Espera! Detente — Pidió frenándose.

El chico hizo lo pedido — ¿Andi? ¿En serio eres tú? — Preguntó Will con la voz quebrada. Parecía que se largaría a llorar.

— Soy yo, Will. Lo prometo — Tranquilizó.

— Tengo miedo.

— Lo sé. Lo sé. Y voy a ayud.....

Un raro sonido hizo que dejara de hablar. Ambos, a la distancia, se giraron hacia el sonido.

— Es él — Dijo Will al reconocer los fuertes pasos — ¡Es él! Ian, tengo miedo. Llévame a casa, por favor — Suplicó llorando.

El adolescente volvió a correr asustado hacia el Byers, mientras las fuertes pisadas se escuchaban más rápidas.

— ¡Tengo miedo, Andi! ¡Ayúdame, por favor!

— ¡Lo haré! ¡Sólo déjame llegar a ti! — Se frenó cuando divisó a la criatura cerca de ellos. Se estaba acercando.

Su visión comenzó a nublarse.

— ¡Will, corre! ¡Huye! — Obligó desesperado.

— ¡Andi!

— ¡Te sacaré de aquí, lo prometo! ¡Pero ahora tienes que huir! ¡Ve!

El niño salió corriendo asustado y fue lo último que pudo ver antes de que todo comenzara a distorsionarse, como si los colores y formas se fueran perdiendo. Hasta que solo quedó oscuridad.

¡Will! — Gritó desesperado — ¡Will!

Cayó de rodillas al suelo.

Tampoco pudo ayudarlo esta vez.











[....]












El pelirrojo se sentó en la cama asustado al segundo de despertarse y relajó su respiración al ver que estaba de nuevo en el cuarto de Nancy. Ahora ya se encontraba de día.

— ¿Te encuentras bien, Andi? — Preguntó de repente Nancy, haciendo que este se asuste de nuevo.

No se había dado cuenta de que ella ya se encontraba despierta.

— Sí. Sí — Respondió  acomodándose en su dirección para poder verla.

— ¿Seguro?

— Sí, solo una.....pesadilla — Respondió y le regaló una pequeña sonrisa de boca cerrada.

— Eso explica cosas. Te he escuchado balbucear cosas raras mientras dormías. "Huye", "corre", "detente" — Contó.

El chico solo asintió y tomó uno de los libros que estaba viendo Nancy. Eran sobre animales. Segundo después, Jonathan comenzó a despertar — Hola.

Luego de la espantosa noche, los tres fueron a la casa Wheeler y decidieron dormir en el mismo cuarto por el miedo. Jonathan fue el que mejor pudo dormir, Ian.....bueno, y Nancy no había podido ni pegar un solo ojo.

— ¿No pudieron dormir? — Nance negó y él asintió.

— Cada vez que cierro los ojos.....sigo viendo a esa cosa. No sé dónde estuve, pero creo que ahí es donde vive. Se estaba alimentando. Comía ese venado. O sea que si....Si Will y Bárbara.... — Dejó la frase en el aire por el miedo de terminarla.

— Mi mamá dijo que habló con Will. Andi lo escuchó. Si él está vivo, es posible que Bárbara también — Tranquilizó Jonathan.

Ian se quedó pensando unos segundos con la mirada congelada. Por alguna razón, su boca no pudo contar lo que había pasado esa noche. Tal vez....solo había sido una pesadilla. Lo que le daba miedo es que no fuera así.

— O sea que ella está atrapada....en ese lugar. Tenemos que volver a buscarlo — Ante lo dicho, los amigos compartieron una mirada insegura.

— ¿Quieres regresar ahí? — Cuestionó Ian.

— Quizá no haga falta. Cuando lo vi, estaba comiendo ese venado. Significa que es depredador, ¿cierto?

—Cierto — Confirmaron los otros.

— Y parece que caza de noche, como el león y el coyote. Pero no caza en manada — Señaló los libros — Está siempre solo, como.....Como el oso. ¿Recuerdan que, en casa de Steve, Bárbara se cortó? Y anoche el venado....

— También sangraba.

— Un momento — Dijo antes de buscar en los libros y dejarlo en el tiburón — El tiburón detecta sangre en una parte por millón. Una gota de sangre en un millón, y la huele a cuatrocientos metros de distancia.

— ¿Dices que detecta la sangre? — Preguntó Jonathan entendiendo.

— Es solo una teoría — Recalcó la otra.

— Podríamos ponerla a prueba. Pero si es así...

— Por lo menos, sabremos que viene — Completó el pelirrojo.

Los tres respingaron cuando la puerta fue empujada, intentando ser abierta — Cariño, ¿ya te levantaste? — Preguntó la Sra. Wheeler detrás de la puerta.

— Sí, me estoy vistiendo.

— Preparé panqueques — Avisó.

— ¿De arándanos? — Preguntó Ian feliz olvidándose de que ella no sabía que estaba ahí.

Nancy le miró enojada y Jonathan incrédulo. Él borró su sonrisa al darse cuenta de su error.

— ¿Ian? — Cuestionó Karen confundida.

— ¡El teléfono! Estoy hablando con Andi por teléfono — Excusó la chica — Bajo enseguida.

La madre finalmente se fue.

— ¿Tu mamá no toca la puerta? — Preguntó Jonathan.

Nancy sonrió un poco por lo dicho, pero luego levantó su mano y le pegó a su amigo en la nuca.

— ¿Y eso por qué? — Preguntó sobandose.

— Por ser un glotón — Acusó y Jonathan rió.

El chico tomó disimuladamente una almohada que estaba detrás de la chica y le pegó en la cabeza con esta. Nancy jadeó fingiendo estar ofendida.

— Estás muerto, Andirzon — Le arrebató la almohada y comenzó a pegarle, haciendo que Ian se quedara acostado en la cama mientras se cubría de los ataques de la chica.

Jonathan sonrió ante la escena que los otros dos estaban haciendo.

Vaya que en serio se querían.












[....]








Un cansado Ian esperaba a sus amigos, apoyado contra la parte trasera del vehículo y con un cigarrillo entre sus dedos.

Se encontraban en el centro del pueblo, más específicamente en un local de caza, donde vendían todo tipo de armas, herramientas, trampas y un montón de cosas más que le servirían para cazar al monstruo.

Porque sí, lo atraerían de nuevo. Y esta vez estarían preparados.

El plan estaba decidido:

1) Preparar las trampas en la casa de Jonathan.

2) Atraer a la cosa con su sangre.

3) Matarlo.

4) Esperar a que el plan funcionara.

Nada aseguraba a que resultara, pero confiaban en que así fuera.

Cuando vio a sus amigos salir, tiró el cigarrillo al suelo y lo piso, para reincorporarse del auto. Abrió el maletero para los otros y estos dejaron todas las cosas ahí adentro.

— ¿Para "cazar monstruos"? —  Preguntó Jonathan.

Ian no entendió a que se refería, supuso que hablaban de algo que había sucedido allí adentro.

— Sabes, la semana pasada fui a comprar una camisa que le gustara a Steve. Nos llevó todo el fin de semana a Barb y a mí. Parecía un tema de vida o muerte. Y ahora.... — Contó sonriente.

— Sales a comprar trampas para osos con Jonathan Byers — Completó el chico.

— Sí.

— ¿Qué es más raro? ¿La trampa para osos o yo?

— Tú. Sin ninguna duda, tú — Respondió divertida. Los tres rieron, pero callaron al ser interrumpidos por una voz.

— ¡Hola, Nance! Me muero por ver tu película — Dijo un chico que pasó en auto al lado de ellos. Ninguno de los dos chicos sabía quién era.

— ¿Qué diablos quiso decir? — Preguntó Jonn confundido.

— No sé — Respondió la chica, mirando en la dirección en la que se había ido el auto.

Nancy se dio la vuelta y comenzó a correr en otro dirección.

— ¿Qué?

— Nance, ¿a dónde vas? — Dijo Ian, siendo ignorado.

El par no dudó en seguirla, sin saber a dónde se dirigían — Nancy, ¡espera! ¡Nancy!

La chica se detuvo frente al cine y los otros dos lograron llegar a su lado, frenándose para poder leer el cartel. "La clave de éxito protagonizada por Nancy Wheeler "La prostituta".

— Cielos.

Andi miró a su amiga, la cuál parecía estar a punto de llorar pero se aguantaba las ganas. Sin embargo, cambió su expresión a una de enojo y se marchó de ahí en dirección a un callejón.

Tardó en reaccionar, pero le siguió el paso y al doblar al callejón pudo verla llegar al lado de Harrington y darle una buena cachetada. Eso hizo que se apresurara hasta llegar a su lado.

— ¿Cuál es tu problema? — Cuestionó enojada.

— ¿Cuál es mi problema? ¿Cuál es tu problema? Me preocupé por ti. No puedo creer que me preocupara por ti

— ¿De qué hablas? — Su tono de voz se encontraba alterado al no saber que intentaba decir el chico.

— En tu lugar, yo no mentiría. No querrás que te digan "mentirosa", además de "prostituta" — Se burló Carol.

— Hablando de Roma — Dijo Tommy quien miraba detrás suyo.

Se dio la vuelta y pudo ver a Jonathan llegar al lugar. Fue cuando entendió que sucedía — ¿Fuiste anoche a mi casa? — Preguntó Nancy al comprender.

— Ding, ding, ding. ¿No merece un premio? — Habló  Carol con su tono sarcástico de siempre.

— No sé qué piensas que viste, pero no fue así — Negó Wheeler.

— ¿Lo invitaste a tu cuarto para estudiar juntos? — Preguntó Steve de modo que solo ella entendiera.

— ¿O para hacer otra sesión de fotografías pervertidas? — Habló Tommy, haciendo molestar a Andi por el comentario.

— Solo estábamos....

— ¿Qué? Termina la oración.....Termina la oración — Ordenó con mirada retadora.

La chica se quedó callada, sin mirarle a la cara, con su cerebro procesadondo millones de excusas en su cabeza. Sólo que ninguna fue lo suficientemente buena para decirla.

— Vete al diablo, Nancy.

Jonathan se acercó a ella para intentar sacarla de ahí — Nancy, vámonos y ya.

— Byers, me sorprendiste. Siempre pensé que eras marica, como la zanahoria — Señaló a Ian, quien frunció el ceño queriendo ver que insinuaría — Pero veo que solo eres un fracasado como tu papá — Dijo enojado y empujó a Jonathan, quien se encontraba de espaldas al estarse yendo.

Ian se interpuso molesto en el medio y empujó a Steve del pecho, provocando que este diera unos pasos para atrás involuntariamente.

¿Hablas sobre problemas paternales, Harrington? Wow, es muy hipócrita de tu parte sabiendo la experiencia que tienes en el tema, ¿no es así? — Escupió con enojo — Es decir, tus padres te odian, no dudo de que tu hermano lo haga también.

Steve, fingiendo que aquello no le había dolido, habló.

— ¡Vaya! Que sorpresa verte defender al miedoso de tu novio ¿Sabes? Este tema de padres hizo que me acuerde. A veces pienso en tus padres y me digo a mi mismo "Mierda, que mala suerte para el pequeño" — Dijo refiriéndose a Vicktor — Y luego digo "Demonios, me sentiría feliz si fuera sus padres. ¿Quién podría soportar al ¡"Gran marica Andirzon"!? Es decir, ¿estás seguro de que lo de tus padres fue un accidente? No me sorprendería, ni los juzgaría, si me dicen que en realidad intentaron suicidarse. Porque quien no lo haría teniendote a ti de hijo. ¡Demonios Sr y Sra Andirzon! ¡Yo si que de verdad los envid.....

Las palabras del chico fueron interrumpidas cuando Ian le pegó un puñetazo en la cara, sin poder resistirse más.

Steve se fue para atrás ante el impacto y tardó unos segundos en reaccionar. Se abalanzó hacia el pelirrojo y lo pegó contra el auto agresivamente, para devolverle el golpe en la cara. Luego lo tiró al asfalto e intentó ponerse arriba, pero Ian le pegó una patada en la parte baja, haciendo que se retuersa, y cambió de papeles. Lo sostuvo debajo de él y le pegó dos veces más en el rostro, esta vez haciendo que su nariz comenzara a sangrar.

Ambos ignoraban los llamados por parte de Nancy y Carol.

Steve logró sacárselo de encima y se volvió a colocar de pie, acción que fue repetida por el otro.

Se iba a volver a acercar a Harrington, pero Tommy se metio al medio intentando detener la pelea, a pedido de su novia, por lo que le pegó a él también, logrando apartarlo del medio.

El sonido de las sirenas se hizo presente, sin embargo, los dos las ignoraron. Así que, Ian esquivó el puño del chico y lo empujó al suelo de nuevo. Se subió encima de él y comenzó a pegarle en el rostro con bronca.

— ¡La policía!

— Chicos....Andi, ¡déjalo! ¡Basta!

— ¡La policía! ¡Vamos!

Ian siguió pegando. Una, dos, tres, cuatro, cinco veces.

— ¡Suficiente! ¡Ya tuvo suficiente! — Exclamó Tommy sobre todos los gritos e intentó detenerlo, pero volvió a empujarlo.

Sintió como alguien tiró de él por detrás y llevó su brazo hacia esa dirección, por reflejo, pegándole en la nariz al oficial detrás suyo. Otro policía, se acercó a él y lo levantó para pegarlo contra el auto, dejando así libres a Steve y Tommy, quienes no dudaron en huir.

El hombre de uniforme le colocó las esposas, mientras su compañero intentaba atrapar a quienes huyeron, y finalmente lo levantó del capo del auto, dejando libre su campo de visión.

Estaba frito.

Pero al menos había ganado la pelea.

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