7| ¡Nancy!

Chapter seven;
¡Nancy!
















































— Cuando será el día en que aprendas como vestirte — Le dijo Ian a Jonathan, quien estaba frente al espejo peleando con su corbata.

Luego de ayer, había decidido pasar la noche en la casa Byers, no quería dejar a Joyce sola de nuevo. Así que había ido a buscar a su hermano y ambos volvieron a la casa nuevamente.

Lamentablemente, al llegar, se había encontrado con Lonnie, quien al parecer había sido invitado por la mujer por el miedo que había tenido. No pudo decir nada a pesar de odiar al hombre, pues al fin y al cabo no era su hogar.

Así que estuvo un buena rato ahí. Vicktor cayó rendido en el cansancio al poco tiempo y lo dejó durmiendo en el cuarto de Will.

Mientras él, cuando Jonathan volvió, se quedaron en el cuarto de este hablando de toda la situación. Vaya que tenían muchas cosas de que hablar y contarle al otro. Al final, Ian le terminó contando todo lo que él había visto y escuchado, omitiendo la parte de Once, y Jonathan le terminó creyendo, pues había logrado ver esa misma cosa en una de sus fotografías.

De hecho, le contó aquello también a su amigo. Le dijo como con Nancy, cosa que provocó la burla de su amigo por un buen rato, habían estado juntos intentando descifrar que era aquella cosa que se había llevado a Barb. Se terminaron dando cuenta que se trataba de la misma criatura que Joyce, Ian y ahora Nancy, habían visto. Decidieron que en el funeral hablarían con Nancy respecto al tema. Irían a buscar a esa criatura.

Después de una larga noche de charla, se fueron a dormir sin cenar, pues ninguno tenía hambre con la situación que estaban viviendo.

Y aquí estaban. Hoy era el funeral de Will.

— Dame — Le sacó la corbata y comenzó a colocarla bien — ¿Te sientes bien?

— Necesito que la gente deje de preguntarme eso. Pero si, estoy bien — Respondió el chico y se observó al espejo cuando ya tuvo puesta la corbata.

Ian se acercó por detrás y apoyó su mentón en el hombro del otro, mientras sonreía.

— Te ves guapo. ¿Estás seguro de que te gustan las mujeres? — Bromeó y su amigo lo empujó en respuesta, mientras ambos se reían.

El chico levantó sus manos en señal de paz — Lo siento. Olvidé que eres propiedad de mi intima amiga Nancy Wheeler — Lo molestó y él se sonrojó.

— No me gusta Nancy — Contradijo tirando un almohadón en su dirección — Apenas la conozco.

— Se trata de conexión. No de tiempo — Respondió devolviendo el almohadón — Iré a ver si Vicktor está listo. No hagas nada raro mientras no estoy — Sonrió.

Jonathan lo miró molesto y le tiró de nuevo el almohadón, pero salió y cerró rápidamente la puerta, haciendo que impactara en esta.

Ian se acercó a la habitación de Will y  llamó a la puerta antes de pasar.

— Buen día, pulga. ¿Estás listo? — Preguntó mientras se sentaba en la cama al lado de su hermano.

Este se encontraba cabizbajo observando con nostalgia un dibujo de Will, donde había un mago — personaje de D&D de Will — y un guerrero interdimensional — personaje de Vick.

— Lo extraño mucho — Dijo en un tono bajo y decaído.

— Y yo — Admitió y lo abrazó por los hombros, atrayendolo hacia su cuerpo.

Vicktor sorbió su nariz y miró a su hermano — Estoy listo — Aseguró.

— Vamos — Ambos se levantaron de la cama y fueron hacia la sala, donde ya se encontraban todos.

— Es hora — Informó Lonnie y todos salieron de la casa, dirigiéndose a los vehículos. Los Andirzon y Jonathan fueron juntos en el vehículo de Ian.

El camino fue bastante rápido y silencioso por parte de los tres, hasta la llegada al cementerio. No se trató de ningún silencio incómodo, era uno más bien que dejaba en claro que cada uno estaba en sus pensamientos y no tenían ganas de conversar sobre nada al respecto.

En momentos como aquellos es normal que la gente no quisiera hablar. Aunque ellos tuvieran muchas cosas de qué hablar respecto a los sucesos extraños. Pero ese era un tema aparte.

Los tres se bajaron del auto y caminaron juntos a donde se encontraba toda la gente junta, esperando a que el funeral diera inicio.

— Ya vuelvo — Avisó Vicktor antes de alejarse.

Los amigos siguieron con su camino, hasta que al llegar, una voz se dirigió hacia Ian haciendo que se frenara.

— Ian, ¿cómo te encuentras? En serio lamento la situación en que nos encontramos — Saludó la señora Wheeler, apareciendo a un costado suyo.

Andi se asomó por detrás de la mujer y pudo ver a Jonathan, quien le dio una mirada de disculpa y se alejó.

— Señora Wheeler, ¿cómo está? Sí, es muy devastador — Asintió de acuerdo fingiendo tristeza.

— Tal vez podrías pasar uno de estos días a casa. Nancy estos últimos días estuvo algo angustiada, sé que le haría bien pasar tiempo contigo. Ya no pasan el rato como de pequeños — Dijo con aires de nostalgia que hizo sentir de la misma manera a Ian.

— Lo sé. Es sólo que.....estuve angustiado con lo de Barb y Will. Sé que ella también estuvo pasando malos momentos.

— La encontraremos — Reconfortó sobre Bárbara — Si hay algo que necesites, puedes contar conmigo. ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

La mujer le dio una cálida sonrisa y se alejó de ahí al ver que el funeral daba comienzo. Todos se reunieron al rededor del ataúd y el hombre de religión comenzó a dar el discurso.

"En momentos como este, nos cuestionamos nuestra fé. ¿Cómo, si es verdaderamente benévolo, pudo Dios quitarnos a alguien tan joven, tan inocente?......"

Ian ni siquiera siguió prestando atención al resto del funeral. Era curioso ver como personas que ni conocían a Will se encontraban mal por la situación. Y las personas que en serio lo aman, ni siquiera les importa porque saben la verdad.

Aunque era algo feo verse ahí en el funeral de Will e imaginar que tal vez él si podría haber llegado a morir.....o podría morir en cualquier momento. Sin embargo, quería que solo se terminara para poder irse de ahí y hacer lo que realmente importa.

Cuando así fue y la gente se dispersó, se acercó a Jonathan mirándolo con inseguridad, ya que este mantenía su mirada pegada al ataúd de Will.

— ¿Vamos? — Preguntó poniendo la mano en su hombro.

— ¿A dónde? — Dijo confundido cuando lo vio.

— Tenemos que hablar con Nancy — Recordó.

— Oh, si. Cierto. Vamos — Asintió y los dos juntos se encaminaron en dirección a la chica.

Se frenaron un poco lejos a ella, ya que se encontraba junto a su familia, y cuando los vio le hicieron señas para que se acercase. Esta se disculpó con su familia y fue hacia ellos.

— Vengan — Dijo Jonathan y los otros dos los siguieron.

Caminaron lejos de las personas y tomaron asiento al lado de unas pequeñas rejas negras. Jonn, que estaba entre medio de ambod, acomodó su saco y de este sacó un papel. Lo desdobló y pudo ver como éste era un pequeño mapa de la zona con lugares marcados.

— Entonces. Aquí es donde estamos seguros de que estuvo, ¿no? — Le preguntó a Nancy.

— Así que ahí está....

— La casa de Harrington — Completó Ian por ella.

— Ahí está el bosque donde encontraron la bicicleta de Will, y ésta es mi casa — Explicó el pelimarron, intentando unir los cables.

— Está todo muy cerca.

— Sí. Exacto. Está todo a menos de dos kilómetros. Y ustedes lo vieron en el mismo lugar. Sea lo que sea esa cosa, no se aleja mucho.

— ¿Quieren ir ahí? — Preguntó con inseguridad la chica.

— Quizá no encontremos nada — Tranquilizó al verla nerviosa.

— Yo encontré algo. Y si lo vemos, entonces ¿qué?

— Lo matamos — Respondió Ian con seguridad.

— Siganme — Pidió Jonathan antes de levantarse del suelo.

Los otros dos se miraron extrañados y copiaron la acción,para seguirlo. El chico se acercó a un auto, que Andi reconoció como el de Lonnie, y abrió la puerta para meterse en el asiento de copiloto.

— ¿Qué haces? — Dijo Nancy preocupada porque alguien los viera.

— Dame un segundo — Pidió concentrado en abrir la guantera con una navaja.

Cumplió con su propósito y sacó del lugar un revolver, del cual revisó que tuviera municiones.

— ¿En serio? — Preguntó incrédula al verlo guardarse las balas.

— ¿Qué haremos cuando lo encontremos? ¿Le tomamos otra foto? ¿Le gritamos? — Respondió sarcástico y se bajó del auto.

— Es una pésima idea.

— Sí, pero es la mejor que tenemos. Puedes contarle a alguien, pero no te creeran. Lo sabes — Dijo sin mucha importancia.

— Tu mamá si nos creería — Contradijo la chica.

— Ya sufrió suficiente — Negó al segundo, descartando la idea.

— Merece saber.

— Sí, y le diré cuando hayamos matado a esa cosa — Finalizó y se dio la vuelta hacia el chico — Tienes otra arma, ¿puede ser? Una g18. Era de tu padre, ¿me equivoco, Andi?

— No, estás en lo correcto. La tengo guardada hace mucho tiempo. No quería que Vick la encontrara — Confirmó.

— Bien. La necesitaremos.

— ¿Qué haremos ahora? — Cuestionó la Wheeler.

— Primero iremos a cambiarnos. Tu irás a casa y nosotros buscaremos mi arma — Explicó Ian — ¿Conoces el campo libre?

— ¿El que está cerca del pueblo?

— No, ese no. Hay otro en sentido contrario. Lejos del pueblo y de la policía. Podremos practicar con las armas por las dudas sin que nadie nos escuche.

— Sí. Creo que logro ubicarme — Afirmó al recordar.

— Bien. Nos vemos ahí en quince minutos, ¿de acuerdo? Sino se hará de noche.

— Está bien — Aceptó ella.

Jonathan comenzó a alejarse e Ian dejó un rápido beso en la cabeza de la chica, para irse junto a él y poner manos a la obra.

Tenían trabajo que hacer.















[....]














— Está tardando mucho — Habló Jonathan mientras apuntaba el arma.

Luego de lo hablado con Nancy, los dos hicieron lo dicho.

Se cambiaron la ropa para encontrarse más cómodos y buscaron el arma del pelirrojo. Fue fácil encontrarla, pues por suerte el lugar que recordaba si era el correcto. La tenía escondida en una pequeña maderita suelta del suelo del sótano, la cuál se ocultaba por toda la alformbra azul, y como su hermano nunca suele entrar ahí al ser su zona de entrenamiento, no tenía nada de que preocuparse.

Recordaba que su padre tenía también una escopeta, pues a él le gustaba mucho salir de caza, pero no sabía dónde estaba o que había sucedido con ella. Nunca la tuvo, solo la recordaba por sus memorias de niño.

Después de eso, se redirigieron al lugar acordado y ahí se encontraban. Practicando puntería.

Ian era bastante bueno, pues su padre siempre solía llevarlo a cazar. Y aunque ahora ya no piensa igual, de pequeño le resultaba entretenido. Al contrario, Jonathan no era muy bueno. La verdad es que no le había logrado dar a una sola lata desde que había llegado. No sabía si era por mala puntería, por falta de práctica — pues lo hizo por última vez de pequeño — o por sus nervios sobre Nancy. Al menos esta última era una suposición de Ian.


La chica llevaba tan solo cinco minutos de retraso y él ya andaba preocupado pensando que no vendría, que se había arrepentido y un montón de cosas más que no recuerda. Pues cuando se puso intenso con el tema, Ian solo se dispuso a asentir y repetir "ya llegará", mientras se concentraba en sus disparos.

Pero como si la hubiera invocado, Nancy hizo presencia en el lugar, haciendo que el Andirzon agradeciera mentalmente de que ya no tendría que aguantar las quejas de su amigo.

— Se supone que debes darle a las latas, ¿cierto? — Le preguntó claramente a Jonathan.

El chico sonrió al verla — No, en realidad, ¿ves los espacios entre las latas? Estoy apuntando ahí.

La chica se terminó de acercar a ellos y dejó la mochila junto al bate de madera en el suelo.

— ¿Disparaste alguna vez?

— ¿Conoces a mis padres? — Preguntó divertida.

— Yo no disparo desde los diez años. En mi cumpleaños, mi papá me llevó a cazar. Me obligó a matar a un conejo — Contó con cierta diversión.

— ¿Un conejo?

— Sí. Supongo que pensó que me haría más hombre. Lloré una semana entera. Ian se burló por dos semanas enteras — Terminó de decir y el nombrado rio al recordar.

— Sí. Para mi yo de niño era muy gracioso, yo solía disfrutar de cazar — Dijo antes de disparar y la lata salió volando.

— Cielos — Suspiró Nancy.

— ¿Qué? Me encantaba Tambor — Se defendió Jonn.

— Lo decía por tu papá — Aclaró.

— Sí. Supongo que él y mi mamá se amaron en algún momento, pero....Yo me perdí esa parte — Nancy acercó la mano pidiendo el arma y él se la dio — Sí. Solo apunta y dispara.

— Yo creo que mis padres nunca se amaron — Contó esta vez ella.

— Por algo se habrán casado.

— Mi mamá era joven. Mi papá era mayor, pero tenía un buen empleo, dinero, era de buena familia — Explicó mientras apuntaba — Así que compraron una casa bonita al final de una calle cerrada y formaron su familia tradicional.

— Al diablo con eso — Dijo Ian.

— Sí. Al diablo con eso — Repitió Nancy y disparó logrando dar en el blanco.

— Vamos. Se hará tarde — Dijo Jonathan y Nancy tomó sus cosas del suelo.

Los tres se juntaron y comenzaron a caminar hacia el bosque en la dirección que debían.

— Sabes.... — La chica comenzó la conversación — Jamás me contaste que cazabas — Le dijo a su amigo.

— Lo sé. Supongo que de niño no quería espantar a la única amiga mujer que tenía, y luego de la muerte de mis padres evitaba recordarlos. Supongo que esas fueron las razones — Explicó jugando con uno de los anillos de sus dedos.

— Nunca entendí como es que te gustaba — Habló esta vez Jonathan.

— No era tanto por el hecho de cazar, creo que era más bien para pasar tiempo con mi padre. Era el único momento en que podía pasar tiempo con él, ya que siempre trabajaba. Y lo cierto es que nunca amé pasar tiempo con mi madre, es decir, la amaba, la amo, pero ella nunca fue.....la mejor madre — Dijo recordando no tan buenos momentos.

Jonathan se mantuvo callado, sabía que la conversación se estaba desviando a un tema que no debería, así que optó por no decir nada más. Nancy, al contrario, no sabía por qué el ambiente se encontraba tan tenso desde que empezaron a hablar sobre el tema, pero al escuchar el silencio por parte de ambos y ver a Andi caminar cabizbajo, decidió cambiar de tema.

— Nunca me contaste que decía yo — Le dijo esta vez a Jonathan.

— ¿Qué?

— Ayer. Creíste que yo decía algo y por eso me tomaste una foto — Especificó.

— No sé. Supongo....Vi a una chica que intentaba ser otra persona — Ian se pudo dar cuenta que hablaban de la noche en la casa de Harrington — Pero, en ese instante, parecía que estabas sola o creías estar sola. Y podías ser tú misma.

— Eso es tan estúpido — Dijo algo molesta — No intento ser otra persona. Solo porque salgo con Steve, y a ti no te agrada....

— Olvídalo. Me pareció una buena foto, nada más — Dijo Jonathan antes de acelerar el paso.

— Él es una buena persona — Recalcó Nancy siguiendo a los otros dos.

— Está bien.

— El otro día, con lo de la cámara....Nunca es así — Defendió.

Seguro que si. Se dijo Ian en su cabeza.

— Solo quería protegerme.

— Sí, esa una forma de verlo — Respondió Byers con indiferencia.

— ¿Y lo que tú hiciste estuvo bien?

— No, nunca dije eso.

— Él tenía derecho a enojarse....

Ian asintió de acuerdo. Pues que Jonn fuera su amigo no significaba que sus acciones estuvieran bien. A parte Nance era su amiga.

— Bien. ¿Eso significa que debe agradarme?

— No...

— No lo tomes como algo personal. No me agrada casi nadie. Él está en esa amplia mayoría — Dijo molesto y se dio la vuelta para seguir caminando.

— Sabes, estabas empezando a caerme bien — Confesó molesta.

— ¿Sí?

— Sí. Sí, pensé: "Jonathan Byers quizá no es el cretino pretencioso que todos dicen que es" — Informó.

— Tú también empezabas a caerme bien. Pensé: "Nancy Wheeler no es otra chica bien que se cree rebelde y hace exactamente lo mismo que todas las chicas bien hasta que pasan esa etapa y se casan con un exatleta aburrido que es vendedor y viven una vida aburrida y mediocre al final de una calle cerrada. Exactamente igual que sus padres, a quienes creían tan deprimentes, pero a quienes ahora comprenden" — Terminó y se alejó a paso apresurado, dejando a Nancy algo paralizada por sus palabras tan directas.

Andi retomó la caminata y negó con la cabeza para él mismo. Parecían una pareja peleando.

Por el resto de la búsqueda, el silencio se mantuvo al igual que la tensión en el ambiente, ninguno se atrevía a decir algo. Estuvieron así hasta que la noche se hizo arriba de ellos.

Llevaban apróximadamente más de una hora buscando desde que salieron. Ni siquiera sabían qué estaban buscando, tal vez algo que les dijera donde estaba Barb o Will. O capaz solo esperaban a que la criatura apareciera y luego Dios sabe qué pasaría. Si bien trajeron dos armas, Ian no estaba muy convencido de que con eso lo matarían.

El demogorgón, si es que de verdad era uno, no es una criatura fácil de matar. Contando que es proveniente de una dimensión alterna de monstruos. Se supone que nada podía matarlo, bueno, excepto en D&D.

— ¿Estás cansada? — Preguntó Jonathan a Nancy irónicamente, cuando esta se frenó.

— Cállate.

— ¿Qué? — Preguntó ofendido.

— Oí algo — Informó y se quedó callada escuchando.

Nada se oía más allá de los búhos y los grillos junto con el viento. No sabían que era lo que Nancy había escuchado.

Esta les hizo una seña para que la siguieran, y así lo hicieron, encaminándose hacia el sonido. Recién al acercarse más en la dirección, pudieron escuchar unos bajitos lloros y pudieron ver un venado en la tierra con sangre


— Por Dios — Los tres se pusieron de cuclillas para poder observarlo mejor.

— Lo chocó un auto — Habló Wheeler con pena — No podemos abandonarlo así — Levantó un poco el arma con inseguridad, pero no pudo apuntarle al animal.

— Yo lo haré — Dijo Ian y ella le pasó el revolver con temor.

Los tres se volvieron a colocar de pie y Andi se quedó apuntando con la pistola un par de segundos mientras tomaba respiraciones profunda.

El grupo se fue hacia atrás asustado y jadeando cuando el venado fue jalado repentinamente hacia atrás y desapareció de sus vistas.

— ¿Qué fue eso?

Cada uno empezó a dar vueltas y fijarse con sus linternas en cada rincón, sin poder saber dónde estaba.

— ¿Dónde se metió? — Preguntó la chica.

— No lo sé — Respondieron los otros dos al unisonido.

— ¿Ven más sangre? — Cuestionó Jonathan.

— No....

Los amigos comenzaron a alejarse de la chica, sin ser conscientes de ello, por estar tan enfocados en encontrar al venado.

— Mira eso — Le dijo Ian y alumbró un árbol que tenía sangre en él.

— Está seca — Informó Byers cuando se acercaron al árbol — Sigamos.


Ambos se asustaron y pegaron la vuelta al escuchar un fuerte grito asustadizo de la mujer.

— ¡Nancy! — Gritó Andi asustado y con el otro se pusieron a correr en la dirección del grito.

Pudieron ver como el bolso y el bate se encontraban tirados entre las hojas secas.

— ¿Nancy? Nancy, ¿dónde estás? — Exclamó Jonn hacia ningún lugar en específico.

— ¡Nance! ¿Nancy? — Gritó Ian alumbrando para todos lados.

"¡Ian! ¡Jonathan! ¡Estoy aquí!". Al escucharla, ambos comenzaron a desesperarse más


— ¡Estamos aquí! ¡Nancy!


— Nancy, ¡aquí estoy! ¡Nance!

Jonathan, al escuchar otro grito de ella, se dirigió en aquella dirección corriendo e Ian le siguió. El par se arrodilló frente al árbol, mientras alumbraban el raro hueco viscoso del tronco.


— ¡Nancy! Sigue el sonido de mi voz.

— Jonathan, muévete — Pidió sacándose su abrigo — ¡Jonathan, muévete!

Se acercó gateando al hueco y rompió un poco de la viscosidad para poder pasar su cuerpo a través de este, haciendo mucha fuerza. Siguió rompiendo y jadeó cuando pudo llegar al otro lado.

Era igual que la primera vez que lo vio.

Se levantó silenciosamente, apuntando con su arma, y se fijó como a lo lejos de él se encontraba el demogorgón caminando a través de los árboles en busca de su amiga.

Cuando pudo divisarla caminando a paso miedoso cerca de la criatura, sin percatarse de esta, se acercó a ella lo más rápido y callado que pudo. La tomó por la cintura, por detrás, y con su otra mano le tapó la boca. La levantó y caminó hacia atrás, hasta llegar a un árbol grande.


— Soy yo. Soy yo — Susurró para que se tranquilizara y la soltó.

— Estoy asustada — Respondió también en un susurro.

Se quedaron estáticos al escuchar el sonido de una rama muy cerca de ellos.

"Cuando te avise, corres hacia el árbol". Le dijo Ian moviendo los labios. La chica asintió temerosa.


El Andirzon se asomó por un costado, manteniendo siempre a Nancy por detrás suyo, y no pudo ver nada. Se volteó hacia el otro y pudo verlo muy cerca de ellos, sin embargo, se encontraba distraído.

— Ve — Ordenó y ella no dudó un segundo en correr hacia el árbol, confiando ciegamente en él.

Nancy se agachó y comenzó a romper, para poder pasar. Atravezó su brazo y Jonathan jaló de este, sacándola de ahí. Recién ahí, Andi pudo relajarse de saber que estaba a salvo.

Se volvió a asomar para el mismo lado y se asustó al no verlo ahí. Buscó con la mirada pero no logró encontrarlo. Se dio la vuelta y se pegó contra el árbol escondiéndose. Su respiración se trabó en su garganta al ver a esa cosa extremadamente cerca. Estaba en el árbol de al lado de espaldas a él.


Volvió a sacar su arma por las dudas y sus pies se movieron hacia atrás en dirección al hueco, mientras su mirada se encontraba fija en cada movimiento del monstruo y su dedo con determinación en el gatillo.

Dejó salir un jadeó involuntario al sentir su espalda chocar contra el tronco.

Sin perder un segundo, se agachó y rompió con fuerza de lo que aquello fuera. Sacó la mitad superior de su cuerpo y sus amigos tomaron sus brazos para ayudarlo a salir.

Los tres terminaron tumbados en la tierra con sus repiraciones alteradas ante el pavor, sobre todo Nancy y Andi.

— ¿Están bien? — Preguntó Jonathan en un susurro.

Ninguno respondió. Solo podían pensar en la suerte que tuvieron de no morir aquella noche. Aunque valió la pena.

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