6| A day with children

Chapter six;
A day with children




























































Will no está muerto. Se aseguró Ian en su cabeza. Estaba seguro de que aún seguía con vida. Podía sentirlo.

Lo escuchó. Estaba seguro de lo que había escuchado, que no fue imaginación suya.

Tenía que hablar con Joyce. Jonathan decía que estaba loca, pero el creía que no. Tal vez por un momento si fue así, pero ¿Y si ella tenía razón? Es decir, sabía que un duelo podía causar ciertos traumas, pero ¿Will en las luces? ¿Una criatura en la pared?, la cuál el está seguro de que es la misma que vio.

No sabía cómo o por qué, simplemente lo sabía. Will está vivo. Y aunque tampoco sepa dónde se encuentra, lo haría. Haría todo por buscarlo.

No le había dicho nada a Vick. ¿Qué podría decirle? "Hola, Vicktor. Sabes, el otro día vi un monstruo y una rara dimensión. También escuché a Will pidiéndome ayuda y no pude hacer nada al respecto. Y a pesar de que encontraron su cuerpo muerto estoy seguro de que el sigue con vida. Curioso, ¿verdad?".

Su hermano estaba destrozado con la "muerte" de su mejor amigo, no podía solamente ir y decirle eso sin que le afectara en los absoluto. Solo lo haría sentir peor. Podría tomárselo como una mala, y de muy mal gusto, broma por parte de él.

Ahora mismo se encontraba en dirección a la morgue a ver el supuesto cuerpo del Byers. Necesitaba hablar con Joyce y a parte de que Jonathan le había pedido que fuera con él. Necesitaba que alguien le hiciera compañía y estuviera allí para él.

No había visto a Jonn desde ayer, antes que se enterara de lo de Will. Se sentía muy mal por su amigo, pues él creía haber perdido a su hermano.

Estacionó el auto y se bajó, encaminándose a la entrada, donde se encontraban madre e hijo. Jonathan, cuando lo vio, se acercó a él con rapidez y al llegar a su lado lo abrazó con fuerza.

— Se fue — Murmuró afligido.

— Lo sé. Lo siento. Estoy aquí para ti, ¿si? Siempre lo estaré — Dijo con cariño devolviendo el abrazo.

Luego de un par de segundos, el pelimarron se separó del chico, permitiéndole el paso hacia su madre.

— Hola, cariño. Hace días no te veo — Saludó Joyce, con tono decaído, abrazándolo, y al separarse le dio una maternal mirada.

— Últimamente no tengo mucho tiempo con todo esto. Lo siento — Justificó sintiéndose culpable.

— No te preocupes — Acarició su brazo con amor.

Cuando ingresaron, se sentaron en la sala de espera, esperando a que los llamaran.

— ¿Cómo está Vick? — Le preguntó Jonn a su lado.

— Destrozado. Se quedó dormido luego de estar llorando toda la noche. Ésta mañana no quiso salir de la habitación, ni siquiera para comer — Explicó con su mirada hacia delante — Me preocupa, pero a la vez lo entiendo.

— Son mejores amigos. Yo me encontraría igual — Ian se giró a verlo y ambos se sonrieron tristes.

— ¿Familia Byers? — Llamó un médico que acaba de ingresar. Joyce se colocó de pie de inmediato y los otros dos copiaron la acción.

— Somos nosotros — Afirmó la mayor.

— Siganme, por favor — Dijo antes de darse la vuelta y comenzar a caminar.

Los otros tres lo siguieron con lentitud y silencio. Joyce e Ian pensando en muchas cosas a la vez, y Jonathan simplemente por la tristeza de tener que ver el cadáver de su hermano menor.

Se sentía como un vacío en el corazón. Le habían arrebatado a su hermano, tanto como le habían arrebatado la vida al mismo. Se sentía quebrado, pero en su interior había una pequeña llama creciendo y quemando de impotencia en él.

— Aquí es — Informó el doctor al estar frente a una ventana que daba a la morgue. El hombre se retiró de ahí sin decir nada, dejándolos algo confundidos.

Del otro lado de la ventana, ingresó un doctor ya preparado y abrió uno de los cuartos fríos con cuidado, para sacar un cadáver tapado. Los miró esperando a su aprobación para poder destapar el cuerpo, y cuando Joyce asintió un poco temerosa, así lo hizo.

Andi se quedó congelado y con sus ojos fijos en el cuerpo al verlo, era triste y algo espeluznante. Un escalofrío se hizo aparecer a través de su columna.

Se veía tan pálido cuál pared blanca, y pequeñas manchas violetas y verdes manchaban su descompuesto cuerpo. Era una fuerte y sensible imagen de observar para los tres. Parecía tan irreal.

Jonathan, sin poder soportar lo que estaba viendo, se alejó mientras lloraba un poco. Ian quiso seguirlo, pero se tuvo que retener.

— Tiene una marca de nacimiento en el brazo derecho. ¿Podrías mostrármela? — Pidió Joyce aguantándose las lágrimas.

El hombre tomó con delicadeza el brazo dicho y lo levantó, dejando ver que ninguna marca había ahí. La mujer negó con la cabeza lentamente, sin creer que aquel fuera su hijo. Estaba segura de eso.

— Ese no es mi hijo — Dijo para ella misma.

— Joyce.... — Intentó hablar el pelirrojo.

— ¡Eso no es mi hijo! ¡No estoy loca! ¡No me trat.... — Dijo alterada sin dejarlo hablar.

— ¡Te creo! — Interrumpió Ian tomando de las manos a la mujer para que se tranquilizara.

La Byers le miró confundida y enojada por el hecho de que nadie le creía.

— Te creo, Joyce — Repitió — El otro día, yo....oí algo — Comenzó a explicar, mientras los sucesos se repetían en su cabeza. La mujer se quedó callada, esperando a que siguiera — Escuché a Will. Se lo que oí, era él. Y....estaba asustado, me pedía ayuda. Sé que está vivo.

Joyce le miró con los ojos llorosos y suspiró temblorosa.

Al fin alguien le creía.

— Mi niño está en peligro y tengo que ayudarlo. No sé dónde está, pero está en un lugar peligroso. Me lo dijo, no está a salvo.

— Creo tener una idea de donde está — Antes de que pudieran decir algo más, el doctor salió del cuarto y habló.

— ¿Señora? Lo siento. Necesito que firme estos papeles — Pidió y le extendió un bolígrafo.

— ¿Qué es esto? — Preguntó confundida y desconfiada.

— Necesito que firme estos papeles para poder trasladar el cuerpo de su hijo, señora.

— No — Negó incrédula — No firmaré nada.

— Por favor, necesito que....

— ¡No! — Exclamó molesta y comenzó a alejarse de ahí. Ambos hombres la siguieron.

— ¡Señora! Señora, ¡necesito que firme! — Siguió insistiendo, sin ser escuchado.

Al salir a la sala de espera, Ian se pudo dar cuenta de la presencia de Jim quien se encontraba con Jonathan.

— ¡No sé qué creen que es eso de ahí, pero no es mi hijo! — Exclamó la única mujer en la sala.

— Joyce, espera un momento — Intentó hablar el policía.

— ¡No! — Le cortó molesta antes de salir del lugar, ignorando los llamados por parte del doctor y de su hijo.

Este último junto al pelirrojo, salieron del lugar — ¿Crees qué....

— Será mejor que vayas a casa — Interrumpió Jonn mientras se alejaba en dirección a su vehículo.

— ¿Qué? — Preguntó descolocado.

— Ve a casa. Yo me encargaré — Le pidió y se alejó en el automóvil.

Andi suspiró mientras levantaba sus brazos sin creerlo. Giró sobre sus talones instintivamente, buscando que hacer, y terminó subiendo a su auto, apoyando la cabeza en el volante.

Ian, responde. ¿Estás ahí? — Escuchó la voz de Dustin a través del walkie talkie.

Sí, Ian también tenía uno.

Hace dos años atrás, el grupo de amigos había decidido regalarle uno al adolescente porque era el único adulto en quién confiaban para pedir ayuda y contar cosas importantes cuando lo necesitaban.

Nunca lo usaba, solamente cuando ellos le hablaban. Por lo que siempre lo tenía encendido. Lo tenía puesto en un canal aparte al de ellos, pues así sabían como contactarlo directamente sin interferencias por los demás.

Ian, repito, te necesitamos. ¿Estás ahí? Cambio — Repitió Dustin.

"Tal vez esté con un chico" escuchó que dijo de fondo la voz de su hermano.

— No. No lo estoy — Contestó, una vez que agarró el aparato — ¿Qué quieren?

¡Gracias a Dios! Tenemos algo importante que decirte. ¿Puedes venir?

¿Dónde se encuentran? Olvídenlo. Fue una estúpida pregunta — Dio por terminada la conversación y dio inicio al camino.











[....]












— ¿Me están diciendo que ella.... — Señaló a Once y luego miró al grupo con las cejas alzadas, en mirada incrédula — ....tiene poderes?

— ¡Sí! — Exclamaron todos menos Lucas.

— ¿Y ella está intentando.....contactar a Will? — Cuestionó inseguro.

— ¡Sí! — Repitieron.

— Si, terminé — Se dio por vencido.

— ¿Nos crees? — Preguntó Dustin con una sonrisa esperanzada.

— Déjame pensar. No — Negó al segundo.

— ¿Ven? Es obvio que no les cree porque es una estupidez. No tiene poderes, solo está loca — Opinó Lucas molesto.

— No lo está. Lucas, no entiendes. Anoche Will habló ¡Con palabras! Cantaba esa canción rara que le encanta. ¡Hasta Ce lo oyó! — Contradijo Mike.

— Should I Stay or Should I Go — Dijo Ian para él mismo.

— Si la loca lo oyó, entonces..... — Habló Lucas con claro tono sarcástico.

— ¿Seguro es el canal correcto? — Preguntó el de rulos.

— No creo que esa sea la cuestión. De algún modo, ella lo está captando a él.

— Como el Profesor X — Comparó Vicktor.

— ¿De verdad creen esta estupidez? — Cuestionó el Sinclair a Vickor y Dustin.

— No sé, digo....¿Recuerdas cuando Will cayó de la bicicleta y se quebró un dedo? Sonaba muy parecido — Andi frunció el ceño por la estúpida comparación.

— ¿Ustedes no vieron lo que vi yo? — Habló incrédulo — Sacaron del agua el cuerpo de Will. ¡Está muerto!

— Quizá sea su fantasma. Quizá nos esté prosiguiendo — Opinó Henderson con algo de miedo.

— No — Negó Ian, llamando la atención de los cuatro — Will está vivo — Aseguró.

Mike le miró feliz de que alguien le creyera, mientras los otros se quedaron confundidos — ¿Cómo lo sabes?

— Lo escuché — Informó.

— ¿Qué? — Preguntaron todos a la vez incrédulos.

— El otro día él me habló. En la piscina. Sé que suena raro — Intentó explicar, pero su hermano le interrumpió.

— ¿Piscina? No tenemos piscina — Dijo confundido.

— Estaba en la casa de Harrington.... — Intentó proseguir pero lo cortó nuevamente.

— ¡Harrington! ¿No lo odias? — Habló sorprendido.

— Si. Ese no es el punto — Negó frustrado de que no le dejara tomar la palabra.

— ¿El novio de mi hermana? — Se metió Mike.

— ¡Callense! — Exclamó y ellos murmuraron un "lo siento" — Él me estaba pidiendo ayuda. Estaba asustado y creo saber por qué. Creo saber dónde está.

Todos comenzaron a hacer preguntas al mismo tiempo, muy confundidos, haciendo que el mayor volviera a callarlos al no entender nada.

— Explícate — Pidió Mike.

— Él estaba asustado, creo que era por esa cosa que vi. Esa misma noche, cuando me estaba por ir, vi algo. Una criatura. No sé qué era, pero era muy grande y aterradora. También vi una clase de ¿dimensión? No estoy muy seguro. Era como éste mundo y a la vez no — Explicó lo mejor que pudo.

Todos se miraron, como si pudieran hablar telepáticamente entre ellos, y se levantaron. Ian se levantó del suelo también y los siguió sin entender mucho.

— Cuando Ce nos dijo dónde estaba Will, ella dio vuelta el tablero — Explicó Mike a todos, intentando entender, y dio vuelta el tablero — Dijo que Will se encuentra ahí, tal vez eso es. Tal vez esa es la dimensión que Ian dice.

— ¿Y la criatura? — Preguntó Lucas cansado de la situación.

Mike no respondió verbalmente, solo tomó una figura del juego y la colocó sobre el tablero dado vuelta.

— ¿El demogorgón? ¿Escuchas lo que dices, Mike?

— No, no. Tiene sentido — Interrumpió Andi — Es decir, no luce igual a la figura, pero es posible. Y viene de otra dimensión. Es lo mejor que tenemos.

El grupo se volteó cuando el walkie talkie, el cuál Once seguía usando, provocó una raro sonido — Esto no funcionará. Ce necesita una radio más potente.

— El equipo del Sr. Clarke — Recordó Dustin.

— Si — Concordó Michael con una pequeña sonrisa.

— El equipo está en la escuela. Jamás podremos hacer entrar a la loca sin que nadie se dé cuenta. Digo....mírenla — El grupo de amigos se giró a verla.

— Manos a la obra — Dijo Ian antes de acercarse con cuidado a Once y extenderle su mano — Hola, Ce. ¿Me recuerdas? — La chica asintió en silencio — ¿Quisieras venir conmigo?

La niña, ya sin tanto miedo, tomó la mano del mayor y se levantó, dejándose guiar por él. La verdad era que aquel chico le generaba, junto a Mike, más seguridad que los otros tres. Había sido amable con ella y le demostró que podía confiar en él, a parte de intentar ayudarla.

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó Vick confundido, mientras todos lo seguían a la segunda planta de la casa.

— Nancy no está en casa, ¿verdad?

— No. Debe de estar con aquel idiota de Steve — Negó el hermano e Ian sonrió por el insulto del menor.

— Mejor.

El chico abrió la puerta de la habitación de su amiga e ingresó a esta, con la niña aún sosteniendo su pecosa mano, y los otros siguiéndole por detrás.

— Perfecto — Sonrió y soltó la pequeña mano de la otra, para agarrar la caja de maquillaje de Nancy — Necesito que busquen ropa vieja de Nance.

— ¿Ropa vieja? ¿De dónde sacaremos eso?

— Yo sé. Siganme — Pidió Mike y se retiraron de la habitación todos juntos.

El pelirrojo se sentó en la cama y le hizo una seña a Once para que hiciera lo mismo. Cuando así fue, comenzó a maquillarla con delicadeza. Ésta apartó su rostro asustada.

— No te preocupes. Es sólo maquillaje — Tranquilizó.

— ¿Maquillaje? — Repitió confundida.

— Sí. Las mujeres suelen usarlo para....de hecho no sé para qué lo usan. Pero no te preocupes, ¿si? — La respuesta hizo sonreír tímida a la niña — ¿Confías en mi?

— Confío en ti — Confirmó con su suave tono de voz.

El chico volvió a acercar la brocha al rostro de la menor. Si bien hace mucho no lo hacía, Ian había aprendido algo de maquillaje gracias a Nancy. Antes solían hacer pijamadas en la casa Wheeler muchas veces y ella siempre aprovechaba que tenía un "sujeto de prueba" para probar distintos tipos de maquillajes y así aprender a luego maquillarse bien a si misma.

Ya no solían hacerlo como antes.

Ian suspiró algo melancólico recordando aquellos momentos. Desería poder volver a repetirlos.

— Triste — Habló derrepente Once.

— ¿Qué?

— Triste — Repitió y lo señaló.

— No, no estoy triste. Me encuentro bien — Contradijo, siguiendo con los suyo.

— Los amigos no mienten — Dijo con seguridad. Casi repitiéndolo como un cassete.

— No estoy triste, solo algo melancólico.

— ¿Melancólico? — Preguntó sin entender que significaba la palabra.

— Es cuando....te sientes decaído por extrañar algo del pasado. ¿Entiendes? — Explicó de forma resumida.

— Entiendo — Afirmó asintiendo.

— Listo — Informó, guardando todo, una vez que terminó.

Segundos después, el grupo de niños entró al cuarto, prácticamente azotando la puerta, provocando que Once se sobre saltara en su lugar.

— ¿Esto sirve? — Preguntó Vicktor y Dustin dejó encima del colchón un vestido rosa junto a una peluca rubia.

— Sí, funcionará. Gracias — Agarró ambas cosas y se puso a la altura de Once — Necesito que te pongas esta ropa, ¿si? Te ayudaré con la peluca. Solo avísame cuando estés lista.

Ce asintió comprendiendo y todos los chicos salieron de la habitación, esperando en el pasillo.

— ¿Por qué nunca me dijiste nada? — Le preguntó Vicktor a su hermano mayor.

— ¿Decirte qué?

— Sobre Will. Sobre el demogorgón. Sobre esa otra dimensión ¿Por qué nunca dijiste nada? — Especificó algo ofendido.

Siempre habían sido ellos dos juntos. Nunca solían ocultarse cosas o guardar secretos. No entendía por qué Andi lo había hecho esta vez. Más siendo algo tan importante para él.

— ¿Qué se supone que dijera, Vick? ¿Que Will está vivo en una dimensión alterna a la cuál el demogorgón lo llevó? — Ironizó.

— ¡Sí! — Exclamó incrédulo estirando sus brazos.

— Estaba asustado. Esa cosa es espantosa. No estaba seguro de lo que había visto o escuchado. Tampoco sabía que ustedes estaban involucrados con el tema. Lucas ni siquiera cree en todo esto. ¿Tú lo hubieras hecho?

— ¿Cómo luce? — Interrumpió Dustin, cambiando el tema — El demogorgón.

— Es alto. Tal vez unos dos, tres metros. Camina en dos patas, como humano. Hasta tiene brazos o eso creo. Con largas garras. Viscoso — Explicó recordando la imagen de aquella noche.

— ¿Y su rostro? — Preguntó esta vez Mike.

— No pude verlo. Estaba de espaldas. Pero....sé que debe de tener grandes dientes o algo parecido. Cuando lo vi él estaba comiendo un venado. El pobre estaba destrozado — Dijo algo asqueado.

La puerta del cuarto se abrió un poco, y aunque Once no se asomó por ahí, supo que ya podía pasar. Ian se asomó un poco y pudo ver a la niña frente al espejo, observándose en silencio. Ingresó completamente, cerrando la puerta detrás suyo, y sostuvo la peluca para acercarse a Once.

Con delicadeza peinó el objeto y lo puso sobre la cabeza de la rapada, para después acomodarla. Cuando terminó, colocó las manos en sus hombros y le sonrió a través del espejo.

— ¿Estás lista? — Ella asintió con timidez.

Abrió la puerta y Once salió primero. Él la siguió por detrás.

— Wow — Dijo Dustin impresionado — Está....

— Bonita — Completó Mike, quien veía embobado a la niña — Bien. Te ves bien.

Ella se acercó al espejo del pasillo — Bonita. Bien — Repitió las palabras del chico para ella misma.

— Okey, par de hormonales. Vámonos — Dijo Ian aplaudiendo y todos bajaron las escaleras, para salir de la casa.

— ¡Voy adelante! — Gritó Vicktor, antes de salir corriendo.

— ¡No! — Dijo Dustin y corrió detrás del chico.

El de rulos lo sostuvo de la mochila para detenerlo y ambos cayeron al césped peleando.

— ¡Yo iré!

— ¡No, es mi lugar! — Discutió el pelirrojo menor.

Al estar tan concentrados en la lucha, Mike le sacó el lugar a ambos. Y eso que solo había caminado.

— ¡Hey! ¡Tonto y retonto! Suban — Gritó Ian, subiendo al piloto.

Estos dos se levantaron quejándose y Mike les sonrió burlón, por lo que Dustin le mostró el dedo del medio. El par se terminó subiendo a los asientos traseros, junto a Lucas y Once, sin rechistar.

— Aquí vamos....














[....]









— Recuerden, si alguien nos ve, ponemos cara triste — Recordó Mike a penas entraron a la escuela.

"Atención, alumnos. Se realizará ahora una reunión en el gimnasio en memoria de Will Byers". Se escuchó a través de los parlantes.

El grupo se frenó al llegar a la puerta de la sala audiovisual — Tiene llave — Dijo Wheeler al no poder abrir la puerta.

— ¿Crees qué puedes abrirla? ¿Con tus poderes? — Preguntó Dustin a Once.

— ¿Chicos? — Habló el profesor Clarke, quien había aparecido de la nada, asustándolos.

Ian le pegó a Dustin para que cerrara la boca.

— Está por comenzar la reunión.

— Lo sabemos. Estamos.... — Intentó mentir Mike.

— Angustiados — Completó Lucas con una sonrisa y luego fingió tristeza al recordar la situación.

— Sí, muy angustiados.

— Necesitamos estar solos — Habló esta vez Vicktor.

— Para llorar — Le siguió Dustin.

Andi negó con la cabeza por la mala actuación de los niños.

— Sí, escuchen.....Comprendo. En serio. Sé lo difícil que es, pero deberían estar ahí por Will. Y luego el equipo será suyo por el resto del día. ¿Qué opinan? — Propuso tirándole las llaves a Mike.

El hombre pareció darse cuenta de la presencia del mayor — Ian, que sorpresa verte. ¿Qué haces aquí?

El nombrado se señaló a sí mismo haciéndose el tonto — Extraño la primaria. Yo quería....conectar con ¿mi niño interior? — Excusó estúpidamente — Y que mejor manera que estando con mis pequeños amigos — Se burló indirectamente de los niños, quienes no pudieron quejarse porque seguían con su actuación.

— Eso suena bien. Siempre hay que volver a donde fuiste feliz — Recomendó sonriente e Ian le devolvió una sonrisa fingida — Creo que te conozco. ¿Cómo te llamas? — Preguntó al darse cuenta de la presencia de Once.

— Once....

— ¡Ornella! Es mi.... — Interrumpió rápidamente Mike.

— Prima — Completó Lucas ante su balbuceo.

— Segunda — Siguió Dustin.

— Por parte de su padre — Terminó Vicktor.

— Vino al funeral de Will.

— Bienvenida a la escuela Hawkins, Ornella. Ojalá estuvieras aquí en otras circunstancias — Se le dirigió el hombre.

— Gracias — Agradeció la chica sin entender mucho.

— ¿De dónde eres? — Preguntó confundido.

— Un lugar feo....

— ¡Suecia! — Gritó Henderson.

— Tengo muchos parientes suecos — Mintió Mike.

— Odia su país.

— Es frío.

— Bajo cero — Finalizó el pelirrojo menor y Dustin asintió seguro de que eso sonaba muy convincente.

— ¿Vamos? — Preguntó el profesor Clarke sin querer cuestionar nada. Los menores asintieron de acuerdo — Ian, ¿vienes?

— No, creo que yo sólo.... — Intentó declinar la oferta.

— ¡Sí! El vendrá con nosotros — Interrumpió Dustin y tiró de su brazo, para llevarlo con él.

El grupo caminó en silencio — Te odio. ¿Lo sabes, Henderson? — Murmuró Ian.


— Lo sé — Respondió este con una sonrisa inocente.

Al llegar, Dustin abrió ambas puertas con mucha fuerza, haciendo que el sonido retumbara en el lugar y todos se dieran vuelta a verlos.

— Aborten — Susurró el chico y dio la vuelta para irse pero el mayor lo tomó de la chaqueta y lo giró, obligándolo a caminar.

Pasaron a través de los niños, mientras el director seguía dando el discurso y se sentaron juntos. El Andirzon mayor entre medio de Once y Vickor.

El adolescente suspiró y colocó su mentón en su mano.

No podía creer que estaba sentado entre un montón de niños que probablemente ni se lavaban las manos al salir del baño.

— Mira a estos farsantes — Escuchó decir a Vicktor.

— Seguramente no sabían cómo se llamaba hasta hoy — Le dijo Lucas.

Ian se hizo un poco hacia delante para poder ver de quien estaban hablado. No se sorprendió en lo absoluto al ver de quién se trataba.

— Vaya.

— ¿Qué? — Preguntaron ambos al unisonido.

— Es el hermano de Harrington. No me sorprende. Parece que ser un imbécil viene de familia.

Se podía oír a la distancia pequeños murmuros del niño y su amigo burlándose de la situación.

Por el resto del discurso, Lucas y Vicktor fingieron no escuchar los molestos comentarios que el Harrington menor decía al respecto.

Vickor intentaba convencerse mentalmente de que no le molestaba en lo absoluto. Sin embargo, no lo logró. Le enojaba escucharlos hablar así de su mejor amigo.

Cuando el discurso terminó, dejando a los estudiantes retirarse, todos bajaron las escaleras y Vick se acercó a Troy.

— ¡Troy! — Llamó molesto y el par se dio la vuelta — ¿Les parece divertido?

Ian se cruzó de brazos mientras miraba algo divertido la situación. Quería ver que haría su hermanito. Si ésta era su primera pelea, no quería perdérsela. Aunque no dudaría de intervenir si se pasaba de las manos.

— ¿Qué dijiste, Andirzon? — Preguntó en un intento de intimidar.

— Los vi reírse ahí. Y no me parece nada gracioso.

— ¿No escuchaste a la terapeuta, Andirzon? El duelo se expresa de formas extrañas — Habló el amigo de Troy.

— Además, ¿por qué debemos estar tristes? Will está ahora en mariposonlandia, ¿no? Revoloteando por ahí con todos los otros mariposones. ¡Todo contento y gay! — Escupió Troy con burla. El chico fingió volar mientras cantaba una melodía y se rió junto a su amigo.

Ian frunció el ceño. Vaya que era igual de imbécil que su hermano. Hacía la misma clase de comentarios homófobos que le hace a él.


Vickor se acercó enojado a él y le pegó con su puño en la cara, por lo que el otro terminó en el suelo y todos los niños jadearon de sorpresa.

Ian se obligó a su mismo a no sonreír. Sabía que capaz tenía que darle el ejemplo a su hermano y decirle que la violencia no era la situación, pero si el tuviera la oportunidad de golpear la perfecta cara de cabello Harrington, sin ser sancionado por más de dos semanas, no lo dudaría.

— ¡Date por muerto, Andirzon! ¡Por muerto! — Iba a atacar, poniendo en alerta al adolescente, pero se terminó quedando quieto.

El pantalón del niño comenzó a mojarse, dando a saber que se había hecho pis encima — Troy se orinó encima — Exclamó uno de los niños y todos rieron.


Sin embargo, cuando Ian escuchó la voz del director, se acercó a ellos.

— No tenemos tiempo para esto — Dijo tirando del abrigo de su hermano y todos se fueron en camino a la sala audiovisual.

Corrieron hasta allí y al llegar, abrieron la cerradura e ingresaron. Prendieron la luz y se acercaron al equipo.

— ¿Ahora qué? — Preguntó Dustin.

— Ella lo encontrará. ¿Verdad, Ce? — Dijo Mike, prendiendo la máquina.

La chica tomó asiento en la silla frente al escritorio y cerró los ojos concentrándose.

— ¿Qué está haciendo? — Preguntó Ian en un susurro, mirando a Once.

— ¡Sshhh! — Callaron todos al mismo tiempo y el alzó los brazos demostrando paz, aunque algo ofendido de que lo mandaran a callar.

El grupo se quedó en silencio por un buen rato esperando a que algo sucediera.

— Lo está logrando. Lo está encontrando — Dijo Mike al escuchar sonidos.

— Es increíble.

— Cálmense. Solo cerró los ojos — Contradijo Lucas.

Y como si hubiera invocado algo, la luz del cuarto flaquó y se apagó — Santo....

Los tres se callaron cuando desde el equipo comenzaron a escucharse un sonido parecido a disparos. Todos se acercaron más a la máquina para poder oír con más claridad.

— ¿Qué es eso? — Preguntó Dustin.

¿Mamá? ¡Mamá!

Ian se sorprendió al escuchar la voz de Will. Sintió una combinación de felicidad, alivio y terror a la vez, pues odiaba la idea de que el pequeño estuviera en ese lugar solo.

— ¡Will! — Comenzaron a gritar todos a la vez desesperadamente.

— Will, ¡somos nosotros! ¿Estás ahí?

— ¿Nos oyes? Estamos aquí — El otro parecía no escucharlos.

¿Hola? ¿Mamá?

¿Por qué no nos oye? — Preguntó frustrado Vicktor.

— ¡No lo sé! — Exclamó Michael del mismo modo.

¿Mamá? ¡Mamá!.....Mamá, ¡aquí viene!....Es como nuestra casa, pero está muy oscuro.....Está muy oscuro y vacío. ¡Y hace frío! Gritaba aterrorizado el niño.

En ese instante, la cabeza de Andi hizo Click. Se reincorporó apresurado y se dirigió a la puerta.

— ¿A dónde vas? ¡Andi! — Llamó su hermano.

— ¡Tengo que hacer algo importante! ¡No se preocupen! — Respondió y salió corriendo de ahí.

Movió las piernas lo más rápido que pudo y abrió las puertas con fuerza para salir de la escuela. Se dirigió a su auto y a penas se subió, aceleró a toda velocidad por la carretera, haciendo sonar las llantas.


No le gustaba para nada la idea de dejarlos solos, sin protección de un adulto. Pero necesitaba ir. Necesitaba saber si ella se encontraba bien. No podía arriesgarse.


Frenó el vehículo frente a la casa al llegar derrapando las ruedas, luego de impacientes y asustadizos minutos, y se bajó apurado.


Y ahí la pudo ver. Ella estaba bien. Joyce estaba bien.

La mujer, quien se encontraba llorando, pudo ver al chico a través del hueco de la pared y se dirigió a la puerta para salir corriendo. Se acercó a él y abrazó con mucha fuerza a quien consideraba un hijo propio.


Ian abrazó a la mujer entre sus brazos y ambos terminaron en la tierra.

— ¡Era mi bebé! Era él, Andi ¡Mi niño me necesita! — Dijo llorando con desesperación.

El chico, quien lloraba un poco también por la preocupación que había sentido por la mujer, no pudo hacer más que abrazar con fuerza a su madre postiza.

No sabía que haría si la perdía a ella también.

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