5| Overwhelming emotions
Chapter five;
Overwhelming emotions
Estaba preocupado. Muy preocupado y paranoico.
A la noche no había podido pegar un solo ojo, había dormido muy poco y ni siquiera lo había disfrutado. La cama parecía haber estado hecha de piedra, no le resultó para nada cómoda, y no dejó de moverse de un lado a otro con la esperanza de poder caer en un sueño profundo en algún momento, cosa que no fue así.
Aquel día se sentía de todas las maneras posibles menos bien. Tenía un rejunte de emociones y pensamientos que solo lo hacían tener sensaciones negativas.
Para empezar, el dolor de cuerpo y cabeza reventándole a penas de despertarse. Sentía su espalda como si le hubiera pasado un camión de mudanzas por encima y su cabeza no dejaba de retumbar, como si alguien dentro de su cerebro estuviera con un mazo pegándole una y otra vez. Se había tomado un remedio y lo único que podía hacer era esperar para sentirse mejor.
Seguido a esto, los acontecimientos de anoche. Era una de las razones principales por las que no había podido dormir.
La imagen de la piscina le había asustado, es decir, por un momento estaba en la casa Harrington y luego sólo podía ver enredaderas y oscuridad por todas partes. La voz de Will retumbando en su cabeza. ¿Se estaba volviendo loco? Era imposible que haya escuchando realmente a Will, él estaba desaparecido. Hasta había llegado a considerar que fue por la falta de aire, pero eso era no era posible, pues nunca antes le había pasado.
Aunque lo que más se repetía en su cabeza era aquella cosa que había visto. Lo estaba volviendo loco, de forma literal. Al despertarse se asustaba con cada pequeño ruido que escuchaba y cada sombra que veía. A veces hasta paranoiqueaba con verlo cuando en realidad no era así. De hecho, hoy casi estrellaba sin quierer el auto en el camino a la escuela.
Se le había tumbado la botella con jugo en el asiento de copiloto, así que se inclinó con cuidado a levantarla, para que no siguiera mojando nada, y cuando volvió a reincoporarse pudo ver a esa cosa en la carretera a centímetros del auto. Por el susto había girado rápidamente el volante, intentando esquivarlo, y se desvió de la ruta. Para su suerte, pudo retomar rápido el control antes de que un accidente pasara.
Lo que era más raro es que nunca podía verlo de frente, siempre estaba de espaldas, lo que agradecía porque le confirmaba que solo era la imagen de anoche repitiéndose en su cabeza.
Y por último estaba Barb.
Anoche no se había quedado tranquilo al no encontrarla en la casa, pues ella había dicho que se iría junto a él, y no se hubiera marchado por si sola sin avisarle nada. Tampoco quedó más relajado cuando Nancy lo llamó para preguntarle si él la había llevado a casa.
Le contó la situación y ella le dijo que había marcado a la madre de Barb, quien le dijo que ella seguía sin encontrarse en casa desde la noche anterior, pues de suponía que pasaría la noche en la casa Wheeler. Cosa que no fue así.
No quería pensar en que algo malo le había sucedido, pero no podía pensar en otra cosa más justificable. Nancy pensaba que tal vez ella había desaparecido.
No le había contado nada de la situación a Jonathan, no quería preocuparlo con sus paranoias sabiendo que tenía suficiente cuidando a su madre. Según le contó, Joyce no dejó atrás su obsesión por las luces y que Will le hablaba a través de estas.
No la había visitado desde aquella última vez, no la vio estando en esa situación. Tal vez tendría que ir a hablar con ella.
Ahora mismo se encontraba en la biblioteca de la escuela. Era el mejor lugar que tenía para buscar información sobre animales exóticos, aunque no sabía exactamente que era lo que estaba buscando.
— ¿Necesita algo, joven? — Preguntó la bibliotecaria.
Ian, quien se encontraba buscando libros en diferentes pasillos, se dio la vuelta para verla.
— ¿Tiene algo sobre.....animales? ¿Animales exóticos? ¿Qué caminen en dos patas? O algo parecido — Respondió sin saber muy bien qué buscaba.
La bibliotecaria le dio una mirada juzgona y extrañada, y le hizo una seña para que la siguiera. Caminó a través de varios pasillos, hasta llegar a un corredor donde fue buscando y entregándole diferentes libros de animales.
— Gracias — Agradeció y se alejó apresurado.
Se acercó a una mesa y tomó asiento, tirando todos los libros encima. Se pasó más de una hora leyendo y buscando entre aquellos libros, hasta se había salteado la clase química. Luego le pediría los apuntes a Nancy.
No había encontrado nada que le sirviera en aquellas hojas. Solo hablaban de animales normalmente conocidos, y aquellos que no lo eran, no lucían como lo que había visto él.
También contaba sobre varios animales que caminaban en dos patas, pero era diferente. Esos animales comúnmente sólo tenían dos patas. Esa cosa no. Era aún el triple de alto que una persona, se paraba como humano y tenía ¿brazos?.¿Manos?. Ya ni tenía idea de qué fue lo que se encontró.
Suspiró frustrado, poniendo su cara entre sus manos. Dio un respingo en su silla cuando la campana sonó, haciéndole saber que el horario escolar ya había finalizado. Sabía que había un partido de basketball, al cuál estaba seguro de que no asistiría.
Se levantó y se colgó su mochila, para salir corriendo de la biblioteca a la entrada de la secundaria. Al salir, se quedó confundido al ver como, en el estacionamiento, Jonathan era molestado por Harrington y sus imbéciles amigos, si es que se los podía llamar de ese modo.
Se acercó molesto y le arrebató el bolso de Jonathan a Steve, para colocarse un poco más adelante de su amigo en señal de protección.
— Sí, esto no es nada enfermizo — Escuchó decir a Carol, mirando unas imágenes.
— ¿Qué mierda quieres, Harrington? — Preguntó Ian a la defensiva.
— Oh, ¿no lo sabes? — Habló Tommy con una irritante sonrisa burlona. Podría borrarsela en cualquier momento.
— Me extraña. Es decir, pensé que entre pervertidos y maricas siempre se contaban sus asquerosidades — Escupió Steve enojado.
Ian se acercó molesto a él, siendo detenido por su amigo — ¿Acaso estás buscando que te rompa la cara? — Cuestionó enojado, sin miedo de mostrarse imponente.
No era un secreto que Ian era gay, la mayoría en la escuela Hawkins lo sabía. Claro que no porque lo haya dicho por desición propia. Nadie en su consiente estado lo habría hecho viviendo en aquella época.
Como en todo el mundo, había gente a quien le repugnaba y nunca se acercaban a él, y otras quienes simplemente lo aceptaban y seguían con su vida sin nada que decir. A otras tal vez ni les importaba.
Sin embargo, eso causaba el enojo de la mayoría de los chicos en Hawkins. Pues a pesar de ser gay, seguía teniendo la atención de muchas chicas por ser muy lindo y tener un cuerpo muy bien formado. Decían que él podía llegar a fijarse en alguna. Que tal vez creía ser gay porque nunca había estado con una mujer de verdad.
De todos modos, aquellas que querían estar o acostarse con él, nunca perdían las esperanzas.
— Sólo estaba buscando a mi hermano — Informó Jonathan cohibido.
— No, esto es acoso — Contradijo Steve señalando las imágenes.
Ian no podía estar más confundido y molesto con la situación.
— ¿Qué ocurre? — Preguntó Nancy quién acababa de llegar.
— Aquí está la protagonista — Dijo el de pecas.
— ¿Qué? — Arrugó el entrecejo confundida.
— Anoche este enfermo nos espió — Explicó Carol ante la confusión de la chica y le extendió una foto — Seguramente iba a guardar esta para después.
El pelirrojo, cansado de no entender la situación, se acercó a Steve para arrebatarle la fotografía que tenía en la mano y se volvió hacia su amigo, mientras observaba la imagen algo descolocado.
Alzó la mirada y observó confundido a su amigo, quién bajó la mirada apenado.
— Se nota que sabe que estuvo mal, pero....Eso pasa con los pervertidos. Está en su naturaleza. No pueden evitarlo — Dijo Harrington a la vez que acomodaba la camisa de Jonathan, pero Andi empujó su mano lejos de él.
Este lo observó molesto, pero le resto importancia, y rompió la foto, acercándose al bolso del Byers.
— Así que....habrá que quitarle su juguete — Buscó en el bolso del otro.
— No, por favor, la cámara no — Pidió, siendo detenido por el amigo del chico.
— No, espera....Tommy. Déjalo — Detuvo fingiendo amabilidad — Aquí tienes.
Le pasó la cámara, pero antes de que el dueño pudiera agarrarla, la dejó caer en el suelo, rompiéndola. Antes de que Andi pudiera decir o hacer algo, Steve se alejó.
— Vámonos. Está por comenzar el partido — Sus amigos se fueron con él, y aunque dudó, Nancy también lo hizo por igual.
Jonathan se agachó de inmediato para observar la cámara e Ian se puso de cuclillas a su lado, mirándolo entre apenado y confundido.
— Jonn....
— No lo hice con esa intención — Justificó nervioso antes de que pudiera hablar.
— Sé que no, pero....no significa que esté bien — Acarició su hombro y lo ayudó a recoger los pedazos de fotografías — Compraremos otra.
— Son muy caras. No tengo el suficiente dinero — Dijo triste viendo el objeto roto.
Ian se quedó callado y levantó una imagen en específica, que le hizo sonreír un poco — Me gusta esta — Le mostró la imagen al otro, quien dejó salir una pequeña risa nasal.
En la foto salía Ian en la piscina, mientras miraba el nocturno y estrellado cielo sonriendo. Su sonrisa desvaneció cuando recordó que eso fue segundos antes del extraño suceso.
— ¿Cómo está Joyce? — Preguntó intentando sonar casual.
Jonathan se encogió de hombros — Pensé que iba a mejorar. Ahora ella asegura que vio.....algo salir de la pared.
— ¿Algo? — Cuestionó curioso, mientras ambos se levantaban del suelo y se acercaban al auto del pelimarron.
— Sí. Dijo algo sobre caminar en dos patas y ¿brazos largo? No lo sé. Ella está perdiendo la cabeza y yo siento que..... — Dejó de hablar cuando su voz se entrecortó por el nudo trabado en su garganta.
Andi lo abrazó con fuerza contra su cuerpo y su amigo ocultó la cabeza en su pecho.
— Mi mamá está enloqueciendo y yo solo quiero encontrar a Will. Lo necesito — Dijo con sollozos ahogados por el cuerpo del otro.
— Y lo encontraremos, Jonn. Lo prometo — Aseguró, acariciando con cariño la espalda del otro.
[....]
Detroit Rock City de Kiss retumbaba con fuerza en sus oídos.
Al llegar a su casa y ver que Vicktor no se encontraba ahí, decidió aprovechar el tiempo y distraerse de la tensa situación de la mejor manera que sabía.
Se encontraba acostado haciendo pesas. Había estado levantando más de lo que sus brazos le permitían, por lo que sus músculos ardían, pero quería sentir dolor para solo concentrarse en eso. Pues el rejunte de emociones que estuvo sintiendo todo el día lo estaban volviendo loco.
Estaba estresado, nervioso, angustiado, preocupado. Todo a la vez.
Ya no sabía que hacer para distraerse o para que esas emociones se esfumaran. Barb, Will, aquel "animal", no saber dónde se encuentraba Vicktor. Necesitaba una respuesta. Una explicación. Pero ni él sabía de qué. Sólo quería una.
Se reincorporó al creer escuchar la puerta de la casa cerrarse con fuerza, así que se sacó sus walkman para escuchar si de verdad fue así o lo había imaginado.
Se preocupó cuando escuchó el sonido de un vidrio romperse, por lo que se levantó con rapidez y subió a la primera planta de la casa.
Pudo ver a Vicktor, quién se encontraba llorando, y rompiendo cosas contra el suelo con enojo. Parecía tan segado que ni lo había visto allí.
— ¿Vickor? — Se acercó preocupado.
Este simplemente lo ignoró, por lo que lo tomó de sus hombros y lo volteó para ver el rostro destrozado de su hermano. Su cabello estaba despeinado y con algo de tierra, sus mejillas rojas y sus ojos hinchados sin dejar de soltar lágrimas.
Ian tomó a su hermano y lo abrazó con fuerza. Este se derrumbó en sus brazos y ambos quedaron sentados en el suelo.
— ¿Vicktor? ¿Qué pasa? Me estás asustando — Cuestionó preocupado y asustado.
El niño se pegó más a su hermano y este lo apretujó en sus brazos, haciéndolo sentir seguro.
— Wi-will..... — Habló sin dejar de llorar.
Su voz casi no podía salir por la cantidad de lágrimas que dejaba salir. Contando el nudo que el pequeño sentía en la garganta que prácticamente lo ahogaba, sin darle la oportunidad de poder hablar.
— ¿Will? — Repitió sin entender.
— Wi-will.....est-tá muerto — Informó sin dejar de llorar. Su voz escuchándose ahogada al ocultarse en el pecho del mayor.
Los ojos del Andirzon mayor se llenaron de lágrimas y la tristeza lo invadió. ¿Will estaba muerto? Eso no podía ser posible. ¿Cómo lo sabía?
Ambos se quedaron parte de la noche abrazados en el suelo de la sala con una tristeza gigante envolviendolos, sin apartarse. Dejó que su hermano se aferrara a él sin importarle nada. Dejó que él apretara con fuerza su remera y que mojara ésta con sus lágrimas, mientras sus flacuchos brazos no estaban decididos a soltarlo por nada del mundo.
Estuvo ahí para él. Le hizo saber que siempre estaría ahí para cuando lo necesite.
Que siempre lo protegería.
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