14| Nancy, Ian...and Harrington

Chapter fourteen;
Nancy, Ian....and Harrington





























































¿Había mejor sensación que ir en el auto mientras cantas tus canciones favoritas? Si se lo preguntas a Ian, no. No la hay.

Se acercaba a la escuela mientras en todo el interior del vehículo se podía escuchar al grupo de ABBA cantando Does Your Mother Know.

Jonathan solía burlarse de él por gustarle la banda musical, pero lo cierto es que a Ian no le importaba mucho porque le encantaba. Es una persona que no tiene prejuicios o quejas para la música. Él escucha de todo.

La música lo hace sentir tan vivo, y cada estilo musical le transmite suficientes sensaciones diferentes como para poder disfrutar cada una de ellas a su manera.

Era gracioso porque Jonn siempre que se burlaba buscaba ayuda de Vicktor, pero él es aún peor. Pues de hecho es quién insiste en escuchar tal banda musical, aunque sus amigos no lo sabían. Decía se burlarían por escuchar una banda que "solo las mujeres escuchan".

Solo Will lo sabía, y se burlaba de él al igual que Jonathan con Ian. Al parecer es cosa de hermanos.

Al aparcar el auto, se bajó y pudo divisar a Nancy y Steve juntos en el vehículo del este último, así que se dirigió hacia ellos.

En el camino su atención fue llevada hacia el sonido de un fuerte motor, el cual provenía de un lindo camaro azul que entraba con mucha velocidad al estacionamiento.

Sin decir nada, se apoyó en el auto de Steve a un lado de Nancy, y el Harrington se puso a su otro lado al verlo llegar. Los tres miraban con curiosidad el nuevo vehículo.

Era obvio que se trataba de nuevos estudiantes.

Del móvil se bajaron dos personas. Una pequeña niña pelirroja, la cual se alejó con rapidez en su skate. Y un chico al que Ian solo pudo observar con la boca ligeramente abierta.

Su aspecto de chico rudo lo hacía ver lo bastante sexy y atractivo para atraer la atención de todos, aunque su impotente presencia también ayudaba. El cigarillo que fumaba lo hacía ver desinteresado en todo lo que tenía a su alerededor, lo que atraía más a las hormonales adolescentes. Y obviamente se llevaba la mayoría de las miradas por ser demasiado guapo. Aunque se notaba con facilidad que era un chico de problemas. Su mirada de superioridad lo dejaba en claro.

— ¿Qué es eso? — Preguntó Nancy incrédula.

— No tengo idea, pero ¿viste ese trasero? — Respondió Ian sin apartarle la mirada.

La pareja le miró extrañados y Nancy empujó su rostro con diversión haciéndolo sonreír.

— ¿Le estabas mirando el trasero? — Preguntó Steve con el entrecejo fruncido.

Ian se encogió de hombros e hizo una mueca con los labios haciéndose el tonto.

— ¿Le estaba mirando el trasero? — Le dijo esta vez a Nancy y esta respondió de la misma forma.

Los amigos sonrieron y comenzaron a alejarse del chico, quien se encontraba confundido ante la duda.

— ¿Le estaba mirando el trasero? — Se preguntó Steve a él mismo mientras veía a ambos alejarse y entrar a la escuela.

— ¿Qué clase te toca? — Le dijo a Nancy mientras caminaban por el pasillo.

— Matemáticas. ¿Y a ti? — Respondió.

— Física — Al segundo, sonó el timbre avisando que las clases habían comenzado.

— ¿Te veo luego? — Dijo Nance mientras se alejaba.

— Claro — Se dio la vuelta y se dirigió a la clase de física.

Sería un largo día.













[....]














— Espero verte ahí — Le dijo Tina al entregarle el folleto.

Andi se encontraba junto a Nancy y Jonathan, los tres caminaban por los pasillos junto a los demás estudiantes. Hablaban sobre un examen, no recordaba cual, pero su atención se desvió hacia la fiesta de Tina cuando les entregó los folletos.

Bueno, a Jonathan lo había ignorado, pero lograron pedir otro para él.

— Tienes que ir — Pidió la chica al Byers.

— "Sé el monstruo más borracho". No voy a ir — Negó divertido Jonn.

— No puedo dejar que pases Halloween solo. Es inadmisible — Dijo divertida Nancy — Andi irá, ¿no es así?

— No me lo perdería por nada — Respondió el nombrado.

— Quédate tranquila. No estaré solo. Acompañaré a Will a pedir dulces — Tranquilizó sin problema alguno en sus planes.

Alzó las cejas incrédula — ¿Toda la noche?

— Sí — Afirmó.

— De ningún modo. A las ocho estarás en tu casa, escuchando Talking Heads y leyendo algo de Vonnegut.

— Error. Probablemente escuchará The Clash — Le siguió el juego a su amiga.

— Me parece un buen plan — Confirmó Jonathan.

— Jonathan, ve — Pidió abriendo su casillero — Quién sabe, quizá hasta conozcas a alguien.

Ian iba a tomar la palabra, pero los gritos sorprendidos de Nancy le interrumpieron cuando su pareja, Harrington, le alzó por unos cortos segundos.

— ¡Por Dios! — Dijo asustada y luego le miró feliz — Quítate esas gafas estúpidas.

— Te extrañé — Confesó el más grande haciendo lo pedido.

— Pasó una hora.

— Ya lo creo — Dijo antes de atraerla a un beso.

Andi miró hacia Jonathan, quien se había alejado un poco, y este le hizo una incómoda seña de que se iría y que luego lo buscara.

Él le asintió en respuesta y se giró a ver a la pareja, la cuál se seguía besando.

— Hey, déjala respirar — Pidió y colocó una mano en el pecho de cada uno para separarlos — No corrompas a la niña, Harrington — Fingió molestia.

Nancy sonrió y se puso frente a su casillero a guardar sus cosas, mientras el nombrado levantaba las manos en señal de paz.

— Por cierto. Hoy a la noche, ¿te pasamos a buscar? — Le preguntó Nancy.

Ian, a pesar de que ella le daba la espalda, la miró extrañado.

— ¿Tenemos una cita los tres y no me enteré? — Cuestionó confundido.

Nancy se dio la vuelta para verlo, pensando que estaba bromeando, mientras que Harrington solo ocultó una sonrisa divertida.

— La cena — Recordó, pero él parecía no entender — ¿Barb?

— ¡La cena! — Exclamó al recordar y pegó su cabeza contra los casilleros sintiéndose frustrado — Mierda, mierda, mierda — Se dijo a él mismo.

— ¿Sucede algo?

Andi se separó de los casilleros — Maldición. No, es que lo olvidé por completo y le prometí a Vicktor que hoy iría a la noche de película — Explicó frunciendo los labios.

— ¿Noche de película? — Cuestionó Steve.

— Solemos ir los viernes a la casa de Jonathan para ver películas, pero hace un mes que no puedo ir por problemas de trabajo y prometí que hoy si iría — Bufó molesto consigo mismo y refregó su rostro con sus manos.

— No hace falta que vayas. Puedes.... — Intentó solucionar Nancy pero el pelirrojo la interrumpió.

— No, no. No te preocupes, es sólo una película. Vicktor lo entenderá — Negó.

— ¿Entonces.....

— Pasen por mí — Respondió finalmente y comenzó a caminar de espalda, alejándose — Nos vemos. ¡Te quiero!

— ¡Y yo a ti! — Correspondió Nancy.

Andi fingió confusión — ¿Creías que te lo decía a ti? — Bromeó antes de doblar a un pasillo y perderse de la vista de los otros dos.

Steve tomó a Nancy de la cintura, pegándola a su cuerpo, y la miró divertido.

— Te lo dije. Me ama — Presumió en chiste.

La Wheeler le golpeó con suavidad el hombro — ¿Qué? ¿Ahora son mejores amigos? — Rió.

— Lo que sea por ti — Tomó su rostro y la besó nuevamente.













[....]















Luego de que las clases terminaran y la noche se hiciera presente, como planearon, Steve y Nancy pasaron a por Ian y los tres se fueron juntos hacia la vivienda Holland.

La verdad era que Andi estaba algo nervioso por la situación. Hacia mucho tiempo no veía a los padres de Barb. La peor parte era saber que les estaba mintiendo en su propia cara y hogar al no decirles la verdad respecto a su hija. Se sentía culpable, pero no podía hacer nada al respecto.

Creo que la mejor opción era tragarse el nudo en su garganta y seguir como si nada nunca hubiera pasado.

— Está bien. ¿Lista? — Le preguntó Steve a su novia al llegar a la puerta de la casa.

— Sí — Respondió en un suspiro.

— Está bien — Dijo antes de tocar el timbre de la casa.

El trío se quedó en silencio esperando a que alguien los atendiera. Cuando así fue, pudieron ver a la Sra. Holland otorgándoles una hogareña sonrisa.

— Buenas noches a los tres. Me alegra tanto finalmente verlo aquí — Saludó la mujer.

— Muchas gracias por invitarnos, y perdón por cancelar la anterior — Habló Nancy quién recibió un abrazo de la mujer al ingresar.

Ian saludó e ingresó, recibiendo un abrazo también. Y Steve sonrió apretando los labios sin saber que decir y la mujer lo saludó con un suave apretón de manos.

Los cuatro se dirigieron a la mesa, siendo guiados por la señora, y vieron al Sr. Holland sentando en la mesa ya preparada.

— Señor Holland, hola — Saludó Ian.

— Que agradable verte, Ian. A los tres — Sonrió el hombre, quién en realidad no conocía en nada a Steve pero no podía ser descortés.

Los tres adolescentes se sentaron del mismo lado de la mesa, quedando Andi al medio, y cuando la mujer llegó con la comida, comenzaron a servirse.

— Lamento no haber podido cocinar. Iba a cocinar esos fideos al horno que les gustan, pero me distraje. Cuando me di cuenta, Dios mío, eran las cinco — Explicó la madre.

— Está bien — Aseguró Nancy.

— Sí. Me encanta el pollo frito — Dijo Steve e Ian se retuvo a rodear los ojos.

— Vi el cartel de venta en el jardín. ¿Es del vecino o.....? — Fue Nance quien comenzó la conversación.

— ¿Quieres contarles tú? — Le preguntó la señora a su marido.

— Adelante — Cedió la palabra.

— Contratamos a un tal Murray Bauman. ¿Alguno lo conoce?

— No.

— No lo creo — Negó el pelirrojo.

— Era periodista de investigación del Chicago Sun-Times — Explicó con una pequeña sonrisa.

— Es muy famoso — Dijo el hombre y le entregó una tarjeta a Steve, quien luego se la pasó a Andi.

— En fin, ahora trabaja por su cuenta y accedió a investigar el caso.

— Eso es estupendo. No, es realmente estupendo, ¿no? — Felicitó Steve, sin embargo, los otros dos amigos intercambiaron miradas inseguras.

— ¿Qué significa exactamente? — Cuestionó Nancy.

— Qué hará lo que el vago hijo de puta de Jim.... — Dijo enojado el Sr. Holland pero su esposa lo frenó — Perdón. Lo que la policía de Hawkins no pudo hacer. Significa que tenemos a un detective de verdad.

— Significa....que encontraremos a Barb.

— Si alguien puede encontrarla, es ese hombre. Ya tiene pistas. Dios, vale cada centavo que cobra.

— ¿Por eso venden la casa? — Preguntó Ian.

— No te preocupes, cariño. Estamos bien. Más que bien. Por primera vez en mucho tiempo, tenemos esperanzas — Dijo la mujer con una sonrisa.

Nancy titubeó un poco — Permiso. Enseguida vuelvo — Se levantó y se retiró de la mesa dejando un silencio presente.

— Para chuparse los dedos — Comentó Steve incómodo.

El Andirzon le miró incrédulo por lo que dijo y el otro solo pudo encogerse en la silla, sintiéndose regañado por la mirada del menor.

— Entonces.... ¿Qué pasa si....no la encuentran? — Preguntó Ian con inseguridad.

— Lo haremos. No te preocupes, querido. Además el Sr. Bauman trabaja hasta que se le deja de pagar o cuando el caso se cierra. Es un gran paso para nosotros, y para nuestra linda Barb.

— Sólo espero que donde sea que se encuentre, esté bien — Dijo Andi con la voz algo quebrada por el nudo en su garganta.

— Estamos más que seguros que Barb estaría muy feliz por verte aquí — Contó la mujer, quien tomó con delicadeza la mano del chico por encima de la mesa — Ella te quería mucho. Más de lo que crees.

— Lo sé. Yo también.

— Nunca supimos si te dijo la verdad — Comentó el hombre repentinamente y Andi frunció el ceño.

Su esposa le miró con reproche por decir algo que en definitiva no tendría que haber dicho. Pero ya estaba hecho.

— ¿"La verdad"? — Repitió confundido.

La Sra. Holland suspiró pensando y miró al niño.

— Mi niña estaba enamorada de ti, Ian — Confesó ella con una pequeña sonrisa.

El aire abandonó el cuerpo del chico y el calor en gran cantidad se hizo presente al oír tal declaración.

Negó con la cabeza. No podía ser cierto.

El chico alejó su mano de la otra con incomodidad y se quedó unos segundos en silencio.

Sabía que Barb era su amiga y que ella, lamentablemente, ya no estaba ahí. Pero no podía impedir sentirse incómodo al respecto. Tal vez era por el hecho de que su amiga estaba enamorada de él aún sabiendo que él era gay. Sabía que no era su culpa, nadie tiene la culpa de amar, pero así se sentía él.

Ian tartamudeó un poco — Iré a ver como está Nancy. Se está tardando mucho — Se levantó de la mesa y salió de aquel cuarto en busca del baño.

No se pudo sacar las palabras de la mujer de su cabeza. Nunca llegó a pensar que Bárbara estaría enamorada de él, ni siquiera que podría verlo como algo más.

Y a parte de sentirse de cierta manera incómodo, también comenzó a envolverlo aún más la culpa. Porque Barb merecía alguien quien le correspondiera y amara al igual, y él no podría haberle dado eso nunca.

Tuvo que amarlo en secreto y tragarse sentimientos que sabía que jamás podrían ser correspondidos. Y de hecho, aunque Ian no lo supiera, se llegó a odiar por eso.

— ¿Nancy? — Llamó en la entrada del baño, pero no recibió contestación.

Abrió la puerta y vio a su amiga sentada al borde de la bañera, mientras lloraba silenciosamente. Preocupado se sentó a un lado de ella y la abrazó por los hombros.

— Ellos creen que podrán encontrarla — Dijo con la voz quebrada.

— A veces es mejor ocultar la verdad, pero ambos sabemos que Barb siempre estará con nosotros.

Su comentario hizo sollozar a Nancy y esta se pegó a él.

Que triste es saber que Bárbara nunca volvería a ellos.

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