En menos de lo que se imaginaron estaban de vuelta en lo que Lucas hacía llamar nuevo hogar, con el alto esperando en el umbral de la entrada, con ambas puertas de roble abiertas, dando vista al interior de la casa que se veía igual o peor que el exterior.

Bajaron del auto caminando cuidadosamente por las piedras que interfieran en el camino y hacían que las botas con plataforma de Renjun se torcieran de lado.

Chenle finalmente se sacó las gafas de sol para prenderlas en la parte superior de us camisa. Ten entrecerró los ojos y fingió un escalofrío al pasear su mirada por el interior mientras en el rostro del mayor de los hermanos yací una mueca de disgusto ante la vista que se le ofrecía.

—Sigo sin entender como es que este lugar podría llegar a ser habitable fuera de bichos que no sean cucarachas o ratones— suspiró el castaño claro con resignación, bien, ya no había vuelta atrás.

—Denme tres semanas y les prometo que será tan increíble que nunca van a querer salir de aquí, confíen en mí— Insistió el más alto, portando aún en su rostro una sonrisa orgullosa por el hecho de haber adquirido el lugar a un precio módico a pesar de ser un gran terreno.

Los tres restantes negaron con la cabeza sin esperanza alguna de ver ese lugar maravilloso y enteraron al caserón, espeluznante, pensaron al mismo tiempo, recorriendo el lugar con la mirada, del cual ahora tenían mejor campo de visión al encontrarse dentro de esta.

Los muebles estaban cubiertos por sábanas blancas increíblemente empolvadas, dios, ¿Cuánto tiempo llevaba el caserón deshabitado?. Las escaleras de madera barnizada oscura estaban ubicadas a un costado y la segunda planta no se veía tan mal, de hecho de veía en mejor estado de conservación que la primer planta.

Comenzaron a moverse para explorar el domicilio, Renjun decidió dar un vistazo primeramente a la segunda planta, extrañamente le estaba llamando mucho la atención, subió las escaleras que comenzaron a darle terror al escuchar la madera rechinar a cada paso que daba.

Caminó entre los pasillos observando cada vez a más profundidad y sin admitirlo en voz alta se dio cuenta de que el lugar no estaba tan mal, realmente era bueno, podría un deje de elegancia muy apresar de estar en mal estado, un aire europeo se divisaba en la estructura, en las vigas, pilares y en general el interior de la casa.

Tomó entre sus manos una de las telas blancas que cubrían los muebles y tiró de ella, levantando una pequeña nube de polvo, estornudo, arrugando su nariz, frunció el entrecejo y tapó su nariz con su propia camisa, revelando así una mesita de patas largas y una lámpara de vela sobre ella, no había caído en cuenta de que todas las fuentes de iluminación de la casa tenían velas, ¿De qué puto año era esa casa?. Siguió caminando y no vio ningún tomacorriente o interruptor en el espacio recorrido.

Tiró la vista haya el primer piso donde se encontraban sus padres y hermano menor, encontrando que ya habían destapado ciertas cosas, en efecto el lugar era elegante, los muebles no eran la excepción.

¿Por qué la casa no fue costosa entonces?

—Voy a invitar a Yuta y a Sicheng ora que vengan con Shotaro a pasarse un fin de semana— Informó Yukhei, alzando sus brazos y levantando a su esposo.

—¡Ya estoy extrañando a Sunggie!— gimió Chenle con tono lastimero.

—¡Lele, ven acá arriba, elijamos habitaciones!— llamó Renjun— son increíbles.

Afirmó Renjun en un tono más bajo para no ser escuchado por su padre, el menor asintió no muy convencido y subió las escaleras saltándose varios escalones, como un niño pequeño.

Se acercó a su hermano mayor y recostó su mejilla en el hombro del más bajo.

—Extraño a Jisung— se quejó nuevamente, Renjun casi suelta un carcajada de no ser porque un mosquito le pico en el brazo.

—¡Auch!.

—¿Qué pasó?.

—Un mosquito hijo de su puta madre me picó.

—Ah.

—¿Y cómo puedes extrañar a Jisung si lo viste ayer en la noche?.

—¡Tú no me entiendes!.

El mayor le restó importancia y jaló a su hermano para guiarlo por los pasillos, Chenle abrió los ojos, sorprendido. En definitiva la segunda planta era muchísimo mejor de los que se imaginó y más habitaciones eran espaciosas, con una ventana justo en frente, un closet y muebles dentro cubiertos por las dichosas sábanas blancas, todas las siete habitaciones eran increíbles a pesar de ni contar con un respectivo cuarto de baño, fuera de ellos, era todo excelente, igualmente el caserón constaba con tres de ellos distribuidos por el lugar.

—¿Puedo decirle a papá Lu lo que pienso?— preguntó Chenle aún sorprendido, quería hacerle saber a su papá que no estaba tan mal después de todo.

—No— negó— no le digas, dejemos que se esfuerce, es divertido.

Las siguientes seis horas fueron destinadas a la limpieza y no, no lograron terminar de limpiar ni la mitad de la casa, el polvo y los bichos que aparecían repentinamente debajo de los muebles hacían todo más difícil, sumando a eso que hasta sus padres eran unos cobardes con los insectos y sobre todo Lucas, gritaba y lloraba cuando uno de ellos trepaba por si pantalón. Cuando decidieron tomar un pequeño descanso aprovecharon para tomar un baño y preparar la cena.

Kun apareció en la casa unas horas más tardes, con maletas, ambos hermanos sonrieron con picardía y siguieron comiendo con una sonrisa dibujada en sus rostros.

—Chicos— carraspeó Chittaphon una vez que terminaron de saludarse con abrazos— antes de que Lucas comprara la casa, nosotros tres— dijo, señalando a su padre, a Kun y a él mismo— Bueno... Nosotros acordamos en que vamos a vivir juntos, Kun es una buena compañía y espero que no les moleste— terminó, expectante a las reacciones de su hijos.

Chenle y Renjun se miraron entre ellos, compartieron sonrisas cómplices.
—No se preocupen, nos agradan las relaciones poli amorosas.

Los tres mayores abrieron sus bocas.
—¿Qué?.

—Nada.