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Hospital
(Forks)
Lector omnisciente
Habia pasado casi una semana desde aquella noche, ahora el azabache habia despertado después de aquel coma, pero aún tendría que reposar. Ahora tenia una visita de su amiga, Bella, quién traía un libro en la mano, el mismo libro que ambos habian comprado ese dia de la biblioteca.
—Tosiek, por fin despertaste— Murmuro Bella y le dio un abrazo fuerte a su amigo—
Tosiek no supo como reaccionar ante eso y solo le dio palmaditas en la espalda, el no era de dar ni recibir contacto fisico.
—Lo siento, es solo que te extrañe— Solto una sonrisa de sus labios—
—Gracias pero volveré el miércoles a la escuela, asi que no te preocupes— Respondio el chico a lo que la azabache asintio—
—Por cierto, eso lo que hiciste fue genial, como peleaste, ¿Prácticas alguna arte marcial?— Decia mientras pensaba y recordaba de esa noche—
—Practicaba boxeo, antes de...— Se callo antes de decir algo más—
—¿Antes de que?— Pregunto confundida—
—Tengo leucemia, cancer en los huesos desde mis diesiseis— Murmuro—
La pelicafe no supo que responder, se quedo callada y hubo un momento de silencio un poco incómodo.
—Es sorprendente, como peleaste aún estando enfermo— Alago con una sonrisa un poco incómoda pero sorprendida—
—Gracias— Respondio el chico—
—Por cierto, he estado evitando a Edward...— Murmuro Bella y le entrego el libro— Tienes que leerlo, asi lo entenderás—
Tosiek solamente asintio confundido, creía que su amiga estaba interesada en Edward para estar ignorando e evitandolo. Escucharon como vibraba el celular de Isabella, quien tenia una llamada de su padre, Charlie, el jefe de la policia del pueblo.
Isabella antes de contesta la llamada le hizo una seña a Tosiek, de que no se iba a tardar.
Al finalizar le aviso que se tenia que ir puesto que su padre la esperaba en casa.
El azabache asintio, agradecido por la visita y ambos amigos se despidieron. Para después el chico comenzara a hojear aquel libro que le dejo la castaña azabache. Cada página que comenzaba a leer, le lograba encontrar sentido, la piel fría y pálida, como si se tratara de un cadaver, ojos que cambian de color, rojos o amarillos, al igual que los de aquella duendecillo.
Hospital
(Forks)
Alice
Estaba en el hospital, apoyada en la puerta mientras veia a mi pelinegro favorito, estaba durmiendo, según Carlisle, el no habia despertado desde aquella noche.
No lo habia visitado desde entonces, debido a que lo más probable sería verlo con aquellas heridas y vendas que ahora estaba viendo y me causaba una punzada en el pecho.
—Deberias entrar, Alice— Escuche a Carlisle atrás de mi— El necesita tu apoyo—
Suspire y asenti, la verdad era que me dolía el pecho verlo así tal vez era por el vínculo que compartiamos y que se habia fortalecido. Entre a aquella sala, donde estaba el durmiendo tranquilamente y me sente en una silla al lado de el.
—Hola, Tosiek— Murmure mientras tomaba su mano y dejaba caricias en ella—
Habia notado como estaba con esa bata de manga corta azul del hospital, donde se notaban aquellas manchas en su piel que nunca antes habia visto debido a que siempre estaba abrigado por el frio de Forks, estaba sumamente pálido.
—Lamento no haberte visitado en toda esta semana...— Susurre mientras acariciaba su brazo que tenia aquellas manchas debido a la Leucemia— Me duele verte asi, como no tienes idea—
Suspire al verlo acostado con los ojos cerrados y aquella venda que tenia en la cabeza.
—Te amo como no tienes idea, Tosiek— Susurre para mi misma, armandome de valor— Me enamore de ti desde ese dia en que te vi en mis visiones, de ti llegando a Forks, ahi supe que todo el tiempo que pase esperando no habia sido en vano— Exprese mientras lo veia, sus cabellos, sus pestañas, su piel, su olor, todo de el me llamaba—
Vi a aquellos labios delgados y secos, me acerque a el, acomodé su cabello negro y despeinado para luego acariciar su mejilla y por último sus labios. No podia parar de ver aquellas facciones, su mandíbula, pestañas, nariz, y volviendo a mencionar sus labios, tanto que me preguntaba que se sentiria besarlos.
Y asi como lo pense, me agache a el, cerre mis ojos y le di un suave beso en sus labios, eran un poco suaves, no pude evitar sonreir antes de alejarme de el.
Escuche pasos y rápidamente volvi a sentarme mientras tomaba su mano.
Era una pelirroja, Janeth Evans, una escritora famosa que me habia hablado Rosalie, era la tia de Tosiek, ambas intercambiamos miradas, ella bajo la suya a mi mano con la del pelinegro y sonrio.
—Muchas gracias por cuidarlo mientras no estaba, Alice— Dijo, su voz era suave y a la vez ronca, tenia ojeras, pude oler alcohol en ella, habia tomado—
—No tiene que me agradecerme, bueno me despido, tengo algo que hacer— Dije mientras iba hacia la salida—
—Hasta luego, espero que vuelvas a visitar a Tosiek— Asenti agradecida para luego retirarme de aquella sala—
Suspire aliviana al ver que no me habia descubierto besando a su sobrino sin el permiso de el.
Narrador Omnisciente
Lo que Alice Cullen no sabia era que Tosiek habia despertado del coma hace 2 dias y que estaba despierto, escuchando toda la conversación y confesión de la chica
—Deja de hacerte el dormido, ya se fue— Dijo la pelirroja—
Tosiek abrio los ojos y la miro, para luego mirar a la puerta, donde se habia ido la pequeña chica.
—¿Qué fue lo que paso?— Pregunto preocupada la mayor—
El chico lo penso un poco y la miro con confianza.
—Le gusto a Alice— Dijo el pelinegro a lo que a la pelirroja asintio, puesto que ya lo sabia, era obvio para ella—
—A ti igual te gusta, no veo mucho problema- Respondio—
—¿Como lo...— Iba a hablar pero fue interrumpido por la pelirroja—
—Te crié cuando tenias dos años, además siempre que hablas de ella tienes una sonrisa ilusionada— Menciono mientras rodaba los ojos—
Tosiek iba a decir algo más pero nuevamente fue interrumpido, habian llamado a Janeth, para que fuera invitada a una firma de libros. Suspiro y despeino el cabello del menor para luego despedirse con un abrazo, tenia que empacar para comenzar aquel viaje.
El menor suspiro al ver que ya se había ido su tia, agarro su celular para mirar el número de Alice para luego llamarla, a lo cuál ella respondio al instante.
—El miércoles regresaré a la escuela, me gustaría hablar contigo— Menciono el azabache ojiazul por el teléfono—
Hubo un minuto de silencio, el azabache penso que la chica no lo habia escuchado o tal vez se habia equivocado de número, por lo que casi mira el contacto. Pero Alice por fin se digno a hablar.
—¿Estabas despierto...?— Murmuro despacio pero Tosiek alcanzo a escucharla—
—Lo siento— Contesto el, refiriéndose de que si lo estaba— Nos vemos— Se despidio para luego colgar la llamada—
Tosiek estaba enamorado de Alice pero tenia miedo, no de ella, no de lo que era, sino de que tenia miedo de que ella lo abandonara por su enfermedad, de que cuando el muera ella tal vez sufriera por su ida, algo de lo que el se sentiria culpable por siempre.
Por otro lado, con Alice, ella estaba asustada apesar de que sabia que Tosiek la amaba al igual que ella a el, tenia miedo de que tal vez, solo tal vez, su compañero no aceptara el lazo, no la aceptará a ella, debido a lo que ella era, un mounstro.
Preparatoria
(Forks)
Tosiek
Estaba caminando por los pasillos de la escuela junto a Isabella, estábamos hablando sobre aquel libro, sobre las coincidencias de los Cullen, de que ellos eran unos vampiros. Bella estaba asustada, pero amaba a Edward aunque a mi no me agradará.
En cambio yo, no me importaba lo que Alice sea, humana o no, ella era la persona que mi corazón habia elegido para mi. La cuál siempre me apoyo, la chica la cual me contaba sus chistes más malos cuando estaba solo en aquel hospital, mientras que Janeth trabajaba.
Alice era la luz de mi oscuridad.
Entramos a la cafeteria donde se encontraban los demás, vi a los Cullen en su mesa, Alice evitaba mi mirada, hablando con sus hermanos.
—Edward, dile a tu hermana que me siga— Pense, tenia que confirmar mi teoría—
Mire a Isabella, que ya tenía su bandeja con un poco de comida.
—Ire al baño, separame algo— le susurre y ella asintio y fue hacia la mesa con los demás—
Camine devuelta hacia la entrada de la cafetería para luego ir al estacionamiento.
—¿Cómo sabias que Edward puede leer los pensamientos de los demás?— Escuche la voz de Alice a mis espaldas—
—Hola Tosiek, ¿Cómo estas? Te recuperaste bien— Dije con sarcasmo para luego girar a verla—
Ella me miraba fijamente y yo suspire, duramos en un silencio un poco incómodo.
—Se que Edward lee la mente al igual que se de tus visiones— Solte a lo que ella me miro sorprendida— Lo se porque...— Suspire profundo para decirlo—
—Me escuchaste— Confirmo a lo que yo asenti y ella solto un suspiro— Dejame explicarte—
—No hace falta, después de todo no es mi asunto— Dije serio mientras me acercaba— No vine para hablar de eso, vine aqui porque quiero saber de tus sentimientos por mi— Murmure cerca de ella—
Alice me miraba a los ojos y yo a los de ella, aquellos ojos que ahora eran negros.
—Espere demasiado tiempo por ti, te amo— Susurro, podia sentir su respiración cerca de mis labios—
Suspire y me aparte de ella, con el corazón a pecho, latiendo como nunca más había latido por alguien.
—Estoy enfermo, tengo leucemia, cancer en los huesos y en la sangre— La mire fijamente, vi que ni siquiera se inmutó, supuse que ya lo sabía— ¿Aún asi me amarias? Cuándo estoy por morir— Dije esperando su respuesta—
Ahora era ella quien se acerco, mirándome fijo con esos ojos, donde tenian cierto brillo y sus pupilas se dilataban, con aquellos sentimientos que transmite con la mirada, amor, deseo, cariño y sinceridad. Los cuáles siempre habia visto pero nunca me habia dado cuenta de su significado hacia mi.
—Si te concedieran la inmortalidad, ¿La aceptarias?— Decia mientras se acercaba más y más a mi— Yo puedo hacerlo— Susurro sobre mis labios—
—No lo se...— Susurre al igual que ella—
Senti como sonrio y se acerco para luego sentir sus labios sobre los míos, eran suaves, al estar tan cerca podia oler su perfume dulce, avellana y tal vez algunos cítricos.
Movi mis labios junto a los de ella también, se formo un baile el cuál sincronizabamos a la perfección. Después de un momento nos separamos por falta de aire, para luego juntar nuestras frentes y mirarnos como siempre lo haciamos.
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