Wei Wuxian había perdido a su hijo. En su propia casa. Su marido lo iba a matar. Había dejado al niño de cinco años en la sala de estar, viendo el programa de algunos niños, para poder ir a preparar un bocadillo para él. Cuando regresó diez minutos después, la televisión seguía encendida, pero Yuan no estaba a la vista. Ahora, él estaba deambulando por la casa, con un plato de bocadillos en mano, buscando al niño. Había revisado el sótano y todas las habitaciones dos veces y se estaba preparando para llamar a su esposo cuando notó que la puerta del garaje estaba entreabierta.

Empujó la puerta para abrirla completamente con la cadera y miró hacia adentro. Su hijo estaba allí. Se las había arreglado para sacar una de sus sillas de jardín de la pila de suministros para acampar y estaba sentado frente a la puerta del garaje abierta de par en par, mirando la lluvia.

Wei Wuxian lo miró fijamente durante un minuto, esperando a ver qué haría. Pero el niño se limitó a sentarse en la silla, con las piernas apretadas contra el pecho y la barbilla apoyada en las rodillas, mirando la lluvia. Acercándose un poco más, pasó la bandeja de bocadillos a una mano y sacó el teléfono del bolsillo con la otra. Tomando una foto rápida de su hijo, se la envió a su esposo.

Por algún milagro se las arregló para sacar otra silla de la pila de suministros para acampar sin dejar caer el plato de bocadillos o causar una avalancha de artículos. Colocó la silla junto a su hijo y se sentó.

"¿Todavía querías un bocadillo, A-Yuan?" preguntó, sosteniendo la bandeja frente a su hijo. Yuan sonrió y alargó la mano para agarrar un par de uvas antes de volver su atención a la lluvia. Wei Wuxian le dedicó una pequeña sonrisa antes de tomar un cubo de queso para él.

"¿Está todo bien A-Yuan?"

Yuan asintió, buscando más uvas.

"¡A-Yi me dijo ayer que cuando llueve es porque el cielo está triste!" Yuan exclamó. "Y cuando estoy triste, tú y papá no me dejéis sentarme solo, así que pensé que al cielo también le gustaría que alguien se sentase con él". Sin embargo, su sonrisa se desvaneció después de esta explicación y Wei Wuxian luchó por mantener la sonrisa fuera de su rostro.

"¿Cómo es que todavía te ves tan triste, A-Yuan?" Yuan se tomó un momento para responder su pregunta mientras terminaba de comerse la galleta que tomó.

"Bueno.... cuando papá y tú se sientan conmigo, ¡me pongo feliz! ¡Y dejo de llorar! Pero.... ¡el cielo sigue triste! Y sigue llorando... " El chico se volvió hacia Wei Wuxian, haciendo pucheros. Wei Wuxian sonrió y despeinó el cabello de su hijo.

"Bien.... a veces, incluso si alguien está sentado contigo, sigues triste. Incluso si la persona que está sentada contigo es tu persona favorita en todo el mundo, a veces solo tienes que llorar todo el tiempo que necesites. ¡Y no hay nada de malo en eso! " limpió algunas migajas de la cara de su hijo. "¡Llorar es bueno! ¡Apuesto a que el cielo aprecia mucho que estés sentado con él! "
Yuan sonrió ampliamente y asintió. Los dos todavía estaban allí, recogiendo del plato de bocadillos cuando Lan Wanji llegó a casa media hora más tarde. En silencio, tomó otra silla del montón y se sentó junto a su hijo. La pequeña familia se sentó allí, mirando la lluvia hasta que el niño se durmió.

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Link de la historia original: https://archiveofourown.org/works/24333436