XVII

En el reino Cacao se encontraba el moreno a lado del rubio, le habia ofrecido agua y un poco de comida que sabia que no iba a comerlo, pero con cierta ayuda habia logrado que este pudiera pasarlo sin problema alguno, el cuerpo del rubio se sentia ligero, seña de no comer bien, su piel comenzo a ser mas clara,  lo tenia recostado contra su pecho, despues de a verle dado unos cuantos bocados. Su mano recorrio su brazo hasta llegar a la del rubio en donde la tomo entrelazando sus dedos. 

— No te preocupes Pure, todo va a salir bien, pronto vas a despertar, ya lo veras. 

La sonrisa fue sincera y tranquila, llena de emociones que facilmente podia deducir que el rubio lo escuchaba, solo se aferro a él, en un pequeño abrazo que de un momento a otro le hizo sentirse como una basura, sus recuerdos se rompieron al notar a ese rubio ahi, sin abrir sus ojos y sin decir alguna de sus tantas palabras. Ese joven niño que cuando se conocieron le regalo una sonrisa hermosa, haciendo que su mundo oscuro y lleno de amargura se esfumara y de como cada vez que lo veia se iluminaba aun mas. 

Lentamente sus lagrimas cayeron al cabello de este, mientras sus brazos seguian tomandolo con sumo cuidado y proteccion, solo para que pudiera sentir que el sufria, que no queria dañarlo por completo. 

— Prometo... Prometo dejarte libre, prometo dejar de buscarte de no ser una molestia en tu vida, pero por favor, despierta... 

Susurro, estaba dolido, sus esperanzas se estaban acabando, solamente esperaba que hubiera una solucion que hubiera alguien que fuera capaz de ayudarle y sacar de ese sueño eterno a su amado. 

Pure Vanilla caminaba con suma calma, el pequeño lugar estaba lleno de calma, la brisa en su rostro era suave y refrescante, sin contar que el pasto era adornado por flores de diversos colores, era un hermoso paraiso, era incapaz de creer que fuera un sueño, sus recuerdo llegaron rapidamente, dejando ver a un joven Pure quien parecia disfrutar de aquel paisaje mientras en sus manos recolectaba flores que cerca de el demostraba una corona de flores. 

El mas alto se vio enternecido, mirando el detalle, tomo asiento a su costado obteniendo la mirada de aquel pequeño niño que rapidamente le sonriso. Solo para darle una flor color purpura. 

— ¿Verdad que es hermoso ese color? A Cacao le gustara, todo lo que le doy le gusta, por eso le dare un pequeño detalle, mejor que nunca. 

Aquello le sorprendio, ya que nunca penso que ese pequeño conociera a Dark Cacao, sin mencionar nada prosiguio a mirarlo, viendo como terminaba de hacer dicha corona, se puso de pie, agradecio la pequeña presencia y camino hacia el sentido contrario, en donde logro mirar a ese joven moreno, era muy diferente a lo que era hoy en dia, ya que demostro una suave mirada y gentileza unica, sobre todo al notar como este se inclinaba enfrente del rubio, para recibir el pequeño regalo. 

Pure quedo en silencio, sintio una extrañeza y es que lentamente comenzo a mirar mas escenas en ese mismo lugar incluso ese dia, ese dia que perdio la vida, en donde solamente se limitaba a ver a la gente sufrir, incluso a esa mujer que dio su ultimo aliento en combate. Se puso de pie al notar cada detalle, al notar que aquello hermoso que alguna vez creia se rompia al ver la realidad, nada era como aparentaba, su infancia fue llena de un color rosa solo para protegerlo, pero se dio cuenta que no fue asi. 

Aquello le hizo sentirse tonto, creer que las personas podrian ser perdonados, pero realmente creia en las segundas oportunidades. 

Una voz sono, el rubio lo reconocio, busco con la mirada hasta que finalmente lo encontro, Dark Cacao, ese niño que estaba ahi, de pie, lo miraba con un gesto de tristeza, mientras enfrente se encontraba su joven apariencia, quien de manera lenta desaparecia. 

— Prometo... Prometo dejarte libre, prometo dejar de buscarte de no ser una molestia en tu vida, pero por favor, despierta... 

Ese niño se conviertio al hombre que todos el reino Cacao conoce, la expresión de este demostraba tristeza, llena de dolor y sufrimiento. A principio temio, pero logro tentarse el corazon al notar su pasado, sus momentos con ese moreno, pero antes de que pudiera hablar o decir algo mas lo escucho. 

— No me acercare a ti, nunca mas. 

Con esas palabras, el hombre simplemente le dio la espalda y comenzo a caminar, aquello no le gusto a Pure, su corazon latia rapidamente, se negaba a creer que ese moreno lo dejaria, queria llamarlo, pero su voz no resonaba, apenas podia decir o hacer extraños sonidos, pero ninguno fue lo suficientemente alto para ser llamativo para ese hombre, logro verlo desaparecer ante sus ojos, su mano estirada lentamente bajo, sus ojos bicolores, lentamente se llenaron de agua y comenzo a llorar, odiaba todo, por primera vez odiaba algo en su existencia. Odiaba ser debil, odiaba no poder ser util, odiaba tanto ser el mismo. 

Cayo arrodillado, mientras sus lagrimas fluian, queria gritar queria decir muchas cosas, pero su voz no salia, solamente pequeños sollozos. Pure queria tanto a Dark Cacao a pesar de todo lo que habia sucedido, sin importar todo lo que habia hecho con él, le tenia fe de que no era asi, que nunca lo seria. 

Dark Cacao lo acomodo de nueva cuenta, arreglo por breves segundos el cabello de este, solo para tomar su mano, beso con suavidad y miro al rubio que aun seguia dormido, inconsiente. Toco su mejilla con suavidad, se acerco a sus labios, pero aquello lo detuvo, solo para darle un beso en la frente. 

Si deseaba dejar con libertad a ese rubio, tenia que ser distante, esperaba a menos que de esta manera, el dia que encontraran una cura, pudiera dejarlo simplemente libre, como el rubio deseaba. Dejo la mano de su amado sobre el abdomen de este y salio de ahi, el lugar estaba adornado por flores, con la intencion que el dia en que el despertara, no viera un lugar lujubre como siempre. Para cuando quedo solo el rubio logro demostrar una pequeña lagrimas, seña que alguna vez lo estuvo escuchando que simplemente estaba peleando por regresar a la vida. 

A la mañana siguiente, Dark Cacao habia ido a visitar a Pure, miro como la gente le brindo el alimento, sentia enojo, pero era la unica manera, ordeno que colocaran nuevas flores a las marchitas que habia, solo para dejar aquel lugar, para mucho aquello era algo nuevo y es que desde que el rubio entro en el sueño eterno no habia salido de la habitacion, incluso Dark Choco miro con cierta preocupacion al notar como su padre tomaba el trabajo como el gobernante, escuchando cada problema de las personas o la nacion entera. 

Dark Choco y Milk no decian nada, temian que si decia algo fuera a provocar la ira del mismo gobernante asi que simplemente lo dejaron hacer su trabajo, en cambio el principe esperaba a menos una respuesta y efectivamente, tras dos dias mas, llego la mencionada carta. 

A principio le parecio una excelente idea, sin embargo ¿como lo tomaria el gobernante? La carta especificaba que debia llevar a Pure Vanilla al reino vecino, con la intencion de que la reina pudiera averiguar algo para sanar las heridas de este. 

— Son muy buena noticias. Tu sonrisa es notoria. 

— Claro que lo son Milk, la reina del pueblo vecino a aceptado la ayuda, aunque me sorprende a decir verdad, aunque tengo mis dudas, ya que incluso Espresso describe que incluso para él le hizo sorprender. 

— Entonces ¿Le diras al emperador?

— Si, mi padre se culpa por muchas cosas, incluso en estos momentos se culpa por ahora la situacion de Pure Vanilla, debo admitir que en aquel entonces, cuando destruyo el tributo a mi madre, poco despues se sintio realmente mal, incluso le dolio tanto, pero debido por lo que pasaba no podia procesarlo con tranquilidad. 

— Esto seria algo bueno, asi podra hacer las cosas bien. 

— Lo entiendo, aun no se como lo tomara en serio, solo espero y sea para bien. 

Dark Choco se limito a afirmar, realmente le gustaba la idea de que de esta manera su padre hiciera las buenas acciones en donde finalmente daba a entender que todo lo que hizo anteriomente quedaba en el pasado, que todo lo que debia preocuparse en esos momentos era alejar aquel inmenso malestar en el rubio. 

Dark Cacao estaba seguro que la vida de Pure sería mejor si el jamás se hubieran conocido, sin que sus padres no fueran capaces de hacer una amistad.

Suspiraba mientras su mente jugaba con él, haciéndole ver qué era buena idea que él se alejara del rubio, sin embargo, siempre aparecían esas escenas de su juventud, en dónde pasaba tiempo con él y todas esas cosas. Haciendo que se desespere con el pasar del tiempo.

Una vez que estuvo con calma y que todos el asunto fueron resultos esa mañana, Cacao iba a ir a ver a Pure, pero este se detivo a medio camino. ¿Que iba a hacer? Acaso ¿Iba a torturarse aun más?

Sin decir mucho y olvidandose por completo de la situación, camino hasta ahí, en dónde se limito a ver la puerta de esa habitación, la abrió con cuidado, para mirar al interior de esta, viendo a su querido amado aún acostado. Su corazón se rompió, su garganta se cerró, camino hasta el para tomar asiento a su costado, miro con detalle el rostro tranquilo de ese rubio, solo para guardar silencio.

— Perdóname.

Susurró. Alejo su rostro, se inclino hacia adelante, mientras intentaba tranquilizarse, había sido una mala idea a ver ido a verlo.

Alguien llamo a la puerta, la curiosidad fue tal que hizo que el moreno caminata hasta esta, para saber de quién de trataba, era de Choco y Milk, el dúo demostraban una tranquilidad puesto el hijo prodigio le suplico hablar con él.

Milk termino por quedarse para que el moreno tuviera en cuenta la protección para ese joven. Mientras ambos se iban y charlaban.

_

La dura realidad hacia que Pure siguiera sufriendo, cada vez esas escenas del pasado se destruían, todos esos lindos momentos se estaban desvaneciendo, tras a ver escuchado aquellas palabras de ese moreno, todas las realidades, a menos las inconciente, se estaban haciendo molestias.

Su voz no salía, lloraba, quería que él estuviera ahí, que él fuera aquel que estuviera a su lado, que lo protegiera en todo momento. Pero no había nada. Ese hombre solo había desaparecido de su vista, solo escuchaba los "Perdóname" que provenían de algún lado, buscando con desespero. Quería decirle la realidad, quería decirle que no podía estar lejos, que tenía miedo de que algo malo sucediera.

Su mente estaba hecho un martirio, sus ojos bicolores solo creaban lágrimas en una de sus tantas horas ahí en ese lindo paraíso que lentamente se trasnforma en una prisión logro mirar a ese niño, su pequeño yo, quien lloraba, sus gruesas lágrimas eran notorias, su mirada de tristeza cambio a una de enojo.

— Por tu culpa. ¡Mi caballero ya no quiere estar conmigo! ¡Eres el culpable de todo!

Las quejas llegaron, siguió ese duro golpe, sentía su pecho doler con cada palabra, había destruido su propia vida.

— Dark... Dark Cacao... No...

Logro decir, mientras terminaba arrodillado en el suelo, escuchando las quejas de ese niño, se aferraba a si mismo en un abrazo. Rogaba que ese moreno estuviera ahí, lidiara con todo esto que le ayudará a quitar ese sentimiento de miedo.

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