Forget-me-not


Perfect revenge.

Gota tras gota. Gota tras gota. Los pensamientos vagaban, giraban en largos sempiternos. Era como si estuviera en un remolino, en donde todo aquello que recogía en el camino, se volvía parte de él. ¿Desde cuando terminó así?

Aparentemente tomaba un baño, las gotas caían sin cesar; había espuma por todos lados pero, a decir verdad, esto realmente no era lo que llamarías baño. Más bien yo le diría:

"Momento de reflexión mientras desperdicio agua."

Pero claro, realmente el desperdicio no es algo que quisiera realizar. Tomé una toalla con la cual sequé cada una de mis extremidades; finalmente dejándola sobre mis hombros, dejando que mis cabellos oscuros se escurran. Después de aquel momento "relajante" —si es que se le puede llamar así— decidí ir a mi habitación en donde me coloqué algunas prendas simples, no pensaba salir de casa.

Pasó un largo rato, me extrañé cuando había ido todo con tranquilidad. De repente, llegó una notificación a mi móvil.

Mierda.

Y ahí estaba de nuevo. Corrí lo más rápido que pude hacia el baño, una vez más. Al llegar a este lo único que hice fue toser, toser hasta sentir que incluso mis órganos se iban con aquella tos.

Odiaba esa sensación. Ese horrible sentimiento de cada maldito día que me recordaba lo mismo:

"No soy amado."

Lo odiaba, realmente quería sacármelo de la vida, pero no podía. Solo queda esperar hasta que aquella enfermedad acabara con mi pobre ser.

Y es que realmente podía simplemente ir a intervención quirúrgica, pero eso significaba deshacerme de aquel sentimiento que causaba el descontrol dentro de mi ser.

No ser correspondido al amar es... complicado, es difícil de digerir en el momento en el que confiesas lo que tu pobre corazón siente. Amar es tan difícil, saber que quizás tienes la posibilidad de decir dejar de dañarte, pero no sentirte capaz porque el sentimiento es tan grande que simplemente uno no puede ganarle. No es mi culpa terminar así, nosotros no decidimos lo que la gente piensa o siente...

¿O si?

Sí.

Es mi culpa el dejar que esos sentimientos se convirtieran en algo más, realmente soy quien decidió amar a esa persona tan imposible... que por más que juraba que me quería, realmente solo era una mentira piadosa.

Imbécil.

Eso soy, eso somos. Terminar así no era parte de mi plan de vida ¿Qué será de mi? Largos momentos de mi vida creyendo que realmente esa persona me quería. Robando mis sonrisas, mis abrazos, mi cariño, mi tiempo...

Y mi corazón.

Bajé la palanca del inodoro mientras tiraba unos cuantos pétalos al cesto de basura, mi cabeza estaba hecha un desastre, quisiera arrancármela y lanzarla lejos...

Caminé hacia mi cama y me recosté sobre esta, simplemente mirando hacia el techo de tan brillante color ¿Por qué lo había pintado de blanco?

En esta aún quedan rastros de pegamento de lo que un día habían sido pequeñas estrellas, las cuales brillaban en las noches oscuras, noches en las que solías ser mi compañía...

Ahora solo puedo pensar que, el destino no puede ser tan malo ¿verdad? De repente no suena tan malo el terminar sin vida. Aunque realmente vida no tenía, era casi como si mi alma hubiese abandonado mi cuerpo tiempo atrás. Mi corazón dejó mi cuerpo desde hace semanas. Ni siquiera tengo ganas de despertar. Cada día que pasa es una tortura.

Me llamas. ¿Por qué lo haces? Sabes que yo ya no te quiero buscar, te odio. Me haces mal, no quiero verte.
Pero te necesito.
Me lastimas, solo eso sabes hacer. Todavía tienes el coraje de mentirme una vez más.

¿Quién lo diría? Que aquella tez blanca como la nieve, aquellos suaves cabellos rubios... aquellos orbes en los que el mundo se encontraba, aquella dulce mirada llena de amor; aquella persona que se ha llevado mis suspiros... ¿Quién diría que tú serías quien que me llevaría al borde de la muerte?

Simplemente tiré el móvil lejos de mi, tan lejos que acabó estampado contra la pared.

Un rato ha pasado, nuevamente me encuentro en mi cama.

Llorando.

Es lo que más he hecho durante este par de semanas. Aunque hay algo que no sabes. Me vienes a visitar, pero te daré una sorpresa.

Cumpliré aquello que te oí decirle a aquella bella dama.

Desde siempre supe que la veías, no creas que soy un estúpido, mi amor.

Voy a desaparecer de tu vida, anda, serás más feliz con esa linda chica con aires de modelo, yo sé que nunca fui ni la mitad de lo que es ella para ti.

Es hora.

Vienes en camino, mientras que yo me dirijo a la cocina. ¡Ahí están! Las he guardado por tanto tiempo.

Pastillas.

Sí, las tomaré, tomaré las necesarias como para hacerme caer en un sueño...

Un profundo sueño del cual no despertaré más.

Me has lastimado, lo hiciste, mucho. No es justo, no es justo que quien termine con esto sea yo. No después de amarte, no después de mostrarte incluso la desnudez de mi alma... no después de saber que nunca fui nada para ti.
Ni siquiera hiciste el intento de siquiera entenderme.

Lo sé, es algo muy estúpido, pero ya no puedo más, cada día las cosas son peores para mí, esta es mi única solución.

Tomé un vaso con agua y una cantidad suficiente de aquellas píldoras, las cuales tragué de una junto con el agua que, lentamente, las iba deslizando hasta mi estómago.

Un final lento, sin tanto dolor como el que sería toser hasta mis entrañas.

Poco a poco fui dejando de sentir fuerzas. Camino hasta mi cama. Al llegar ni siquiera sentí mis pies, la vista se me nubló.

Y entonces, caí.

Finalmente cerré los ojos. "Una estrella más en el cielo" decías tú cuando te contaba sobre mis mascotas ¿dirás lo mismo de mi? Quizás soy egoísta, porque pensé solo en mi al terminar con mi vida, pero nada se va a comparar con el maldito egoísmo que cargas.

No te preocupes mi amor, incluso después de todo, seguiré cuidándote desde aquí.

Probablemente me odiarás, pero es mejor que vivir sabiendo que soy sólo una simple planta más en tu jardín de rosas.

La puerta está abierta.

Llegaste.

Me buscas por todos lados ¿dónde estoy?

Bingo.

Te encuentras con una escena desgarradora. Ya no existo, tú lloras.

¿Por qué lloras? ¿Acaso no era eso lo que querías? ¿Que desapareciera? ¿No estás feliz?

Quizás incluso muerto soy un fracaso.
Pero ¿Sabes qué? Me siento feliz, me siento feliz porque después de todo lo que sufrí por ti, esta es la venganza perfecta.

¿Quién lo diría? Que aquellas bellas flores que solían ser para ti, terminarían siendo la razón de nuestra condena

Hasta nunca, mi amor.

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