ʙʟᴀᴄᴋ ❀αɳ∂ p¡หк🌸
La aguja perforaba placentera mente su piel, miro la tinta sobrepasar la delgada línea entre su piel y carne. Se quedó prendado en la figura dibujada en su muñeca derecha, una flor de loto era dibujada a la perfección, el boceto lo había echo el y su amigo Yoongi era el encargado de darle forma y vida en su piel.
— La tercera vez en esta semana, nuevo récord — hablo burlón.
El sabía a qué se refería, ya llevaba tres tatuajes en esa semana, y todavía podía ir por más, pero esperaba detenerse.
La causa de sus tatuajes recientes era simple, estaba frustrado y pintarse la piel era una escapatoria a sus pensamientos.
¿Pero que jodidos le pasaba?
Hace unos meses atrás incluso se mofaria de su forma de comportarse, tan débil. La causa de su reciente locura era simple y tenía un nombre fácil de pronunciar.
Park Jimin.
Aquel maldito mocoso de cabellos rosas lo tenía arto, no solo por aparecer en su vida, sino también por terminar desequilibrando su entorno, moviendo las cosas a su antojo y dejando su huella muy bien marcada.
El tiempo paso tan rápido después de conocerlo, lo odiaba tanto.
Lo odiaba por dejarlo en ridículo, por hacerlo pensar de más en el, por querer que lo folle sobre la mesa, por despertar aquel maldito deseo de ser corrompido, por ser tan malditamente descarado.
Lo odiaba por ser el mismo.
— ¿En qué piensas? Llevas una cara de culo.
— No preguntes, solo pinta mejor ese pétalo que te está quedando horrible. — dijo medio molesto, apesar de que el dibujo de Yoongi era perfecto. El peliazulado lo miro de reojo para terminar negando y seguir con su trabajo.
La historia de odio hacia Park inicio hace tres meses, en el inicio de semestre, el va en su tercer año y el pelirosa entro al primer semestre y fue presentado junto a los demás en la bienvenida, el se fijó en el por su color de cabello tan llamativo y esa sonrisa "tierna" que mostró.
No tardó tanto tiempo en darse cuenta que solo era una fachada.
Las primeras semanas pasaron y el se quedó como mano derecha del maestro de lenguas, sabía que era un buen puesto pues aquel maestro solo elegía a los mejores y les daba su respaldo total en lo que quisieran hacer, ya sea proyectos o investigaciones, tenía beneficios de ser escogido, lo malo fue que el tuvo que lidiar a la par con el "nuevo" Park Jimin uso sus artimañas para llegar ahí y ser beneficiado.
Las cosas iniciaron mal entre ellos dos, por los comentarios despectivos del pelirosa que incinuo cosas de el, dijo que era un casanova, que era el típico fuck boy de la universidad y seguramente un tatuador.
Y si, tenía razón.
Pero lo que más odio causó en el fue el echo de que siempre se metiera con sus cosas, terminó tomando dos proyectos suyos y dejandolo de lado, ahora lo odiaba a muerte, de echo ambos lo hacian.
No pasó mucho tiempo para que empezarán a correr los rumores de que ellos dos solo eran una típica pareja de amor-odio, eso no fue tan malo, hasta que el empezó a sentir cosas extrañas con el pelirosa.
Ellos solían reunirse en la oficina del maestro para esperarlo y hablar de los trabajos pendientes, el día en que ambos terminaron a golpes fue cuando a Park se le ocurrió que sería buena idea acercarse y tocarle el tracero, el muy hijo de puta incluso le dijo que tenía buen culo.
El enojo volvió a el, aquel momento se sintió tan extraño, porque en el fondo casi se ruborizó por las palabras dichas.
En su puta vida se hubiera imaginado eso, que un enano pelirosa lo pusiera cachondo.
— Ya está. — el terminó de curar el tatuaje. — Ya sabes cómo cuidarlo.
Jungkook suspiro antes de ponerse de pie.
— Gracias.
— Ningún gracias conejo del demonio, debes de venir a trabajar mañana, no pienso estar solo con diez clientes, tienes que ayudarme. — rodó los ojos cruzándose de brazos. — Y ni pienses que dejaré el tema de tus repentinos ataques.
— Nose de que hablas.
— Lo sabes muy bien Jungkook — se puso de pie y se acercó a el — Llevas casi un mes molesto y con ganas de sentir dolor, esos tatuajes de esta semana son clara muestra de eso y tú pelea con Park fue el inicio, no soy idiota.
— Deja de meterte ideas tontas. — con poco humor tomo su chaqueta de cuero y se la puso. — No me pasa nada.
Yoongi lo miro analizando si lo que dirá ahora sería buena idea, pero claro que no le tomo mucha importancia.
— Me alegra que estés bien, estaba pensando en que Park es una joyita, tiene tan buen culo, sería genial follarlo.
Al contrario de lo que esperaba, Jungkook solo sonrió de costado.
— Creeme cuando te digo que el no es para follarse, el terminará poniéndote de cuatro a ti.
— Tu no lo sabes — provocó un poco para que Jungkook soltará la sopa.
— Me gustaría que fuera así de fácil. — se encogió de hombros tomando el pomo de la puerta — No saberlo sería tan genial, porque así no estaría tan ansioso.
Yoongi se quedó con más dudas que respuestas cuando el pelinegro se marchó, no tenía ni idea de que es lo que pasaba.
. . . . . .
Camino lento por el parque, era de noche y le gustaba sentir el aire un poco fresco que había, sería genial sentirse tan simple como aquello, sin problemas y con silencio.
Amaba la noche por eso, porque era silenciosa y le daba la paz que necesitaba.
Pero lo bueno termina rápido, camino de nuevo a su apartamento, el camino era corto y nada peligroso, las calles eran iluminadas por farolas y los pocos autos que pasaban no metían tanto ruido, siguió su rumbo hasta voltear una esquina y quedarse estático.
¿Pero que diablos hacia el aquí?
Su enojo volvió.
Park Jimin se encontraba apoyado en la pared de su edificio, podría reconocer aquel cabello rosa donde sea, y ese tracero también.
Camino rápido para fingir no haberlo visto y entrar, ese era su plan inicial, solo que no funcionó.
— Así que aquí vive don tatuajes. — se burló con su voz suave al verlo — Quien lo imaginaria, pensé que vivías debajo de un puente. — se burló.
Jungkook apretó los labios al quedarse quieto.
— Yo pensé que los enanos eran quienes vivían debajo de los puentes — contraatacó con una sonrisa burlóna al ver la mueca de disgusto del pelirosa.
— Creeme que los "enanos" podríamos dominarte a nuestro antojo.
— lo dudo mucho, ni siquiera podrías complacerme con tus dedos chatos. — señaló las manos contrarias que se apretaron en puños molestos.
— Rogarias por qué te los metiera, soy muy hábil.
— Ni en un millón de años, sigue soñando enano — quiso entrar de nuevo pero se quedó quieto.
— Si no fueras tan testarudo y te dejaras dominar, hace semanas que estaríamos enrollados en tu cama, no entiendo porque eres tan estúpido.
Jungkook lo miro con ojos nerviosos ¿Era tan evidente la tensión sexual?
El ya lo sentía, lo sintió desde el minuto uno en que lo vio, pero era terco y no lo quería admitir, no quería darse cuenta de sus ganas de ser sometido, de ser complacido.
— Deja de asimilar cosas que no son.
— Lo haré cuando tú admitas que te mueres por mirarme el paquete, quizás una mam...
— Deja de ser tan vulgar. — protesto
— Pero es cierto, tú me la quieres chupar.
— No entiendo la causa de esto y tampoco que haces aquí, mejor me largo. — nuevamente quiso entrar pero se detuvo antes las palabras del pelirosa.
— Vine porque quería hablar contigo, llevo pesando en nuestra tensión desde hace mucho tiempo. Te tengo un trato.
Jungkook lo miro intrigado, esperando que fuera lo que el pensaba.
— Mi trato es simple, echar un polvo y después decidir si es lo que queremos o dejar de hacerlo y fingir que no ha pasado nada. ¿Aceptas?
Y eso era lo que el quería, lo quiso desde hace una semana atrás, cuando ya no pudo aguantar y termino dándose cuenta de lo que verdaderamente quería.
— Trato. — se acercó y entrecejo su mano con la contraria.
Ambos se miraron con una cara diferente, Jimin por su lado tenía una sonrisa ladera y coqueta. Jungkook parecía serio, pero tenía demasiada emoción dentro.
. . . . . .
— ¿Son novios? Pero si se odiaban a muerte
— Seguramente el culo de Park es tan estrecho como para que Jungkook olvide que lo odia.
— Yo creo que Park se folla a Jeon.
— ¿Cómo puedes pensar así? Solo míralos, Park es tan rosa y pequeño que no puedo pensar en eso, Jungkook seguro es el activo.
Las charlas en la cafetería solo gustaban entorno a ellos.
Por su lado, Jimin y Jungkook comían entre miradas molestas y algo tensos sexualmente. Sobretodo por la última sugerencia de Park.
— Solo piénsalo.
— No lo haré.
— Vamos Jungkook, solo son hielos. — sonrió de lado, pareciendo tímido. — Lo ví en un libro de dibujitos, parecía tan exitante, déjame cumplir mi fantasía.
— Métete los hielos tu, así cumplirás tu fantasía, no pienso poner en riesgo mi hermoso tracero.
— No puedo negar que es hermoso.
Jungkook le lanzó dos papas a la cara, le pelirosa le sonrió para tomarlas y comerlas.
— No lo haré
— ¿Y si te meto un chupete?— sugirió con una sonrisita.
— No
— ¿Y un consolador extra largo?
Jungkook lo pensó unos segundos, eso no le disgustaría.
— ¡Cómo puedes siquiera pensarlo!
— ¿Que tiene de malo?
— ¿Acaso no es suficiente con Minimini? — apunto hacia abajo dando a entender lo que decía.
Jungkook se quedó callado, admitía que los encuentros con Park eran de los mejores que había tenido en su vida, muy placenteros por la experiencia del pelirosa, era tan bueno y tan amplio que le encantaba, no quería dejar sus encuentros así que sería mejor dejarlo hincharse con su ego.
— Es más que suficiente. — sonrió coqueto.
Jimin hizo un puchero.
— Tardaste en responder, yo tardaré en metértela también. — sonrió triunfante al ver la mueca de disgusto en Jungkook.
Ambos se quedaron comiendo y hablando, esta ves dejando de lado los temas sexuales y solo hablando de su día a día.
Aunque no lo quisieran admitir, cada uno sabía cada día más del otro, su color favorito, comida favorita, su música e incluso sus miedos y sueños, ellos hasta habían hablando de sus familias y Jimin conoció al hermano y padres de Jungkook.
Su relación cada día dejaba de ser solo sexo y se convertía en algo más profundo, en algo más íntimo.
Apesar de que cada uno había aclarado que solo era una relación sexual y nada más, solo dejaban eso de lado y poco a poco se iban conociendo más, mucho mas.
— ¿Puedo quedarme en tu departamento? No quiero ir a la residencia.
— Puedes hacerlo, incluso es mejor que te quedes. — levanto las cejas con una sonrisa ladera
— Quiero explorar tus curvas. — apretó su nalga derecha.
Jungkook dió un respingo, estaban en la calle y eso lo tomo de sorpresa.
— Deja de ser un pervertido.
— Tu empezaste.
Los dos se sonrieron para después seguir caminando.
— Quiero que te tatues mis iniciales en tu mano — Jimin tomo su mano para después mirar los nudillos — Aquí.
— Eso duele mucho.
— Por favor
— Está bien.
Jimin le sonrió para después dejarle un beso en la mejilla.
Los dos se fueron al departamento del pelinegro para quedarse ahí muy juntos.
Su historia de amor era muy interesante, pero aún así, ambos siguieron juntos, amándose de una forma extraña y sin ser entendidos por los demás, porque las personas siempre se dejaban guiar por las apariencias.
Pero a ellos, eso no les importaba.
. . . . .
Fin
. . . . .
Espero y les guste está locura que escribí hace dos años atrás, cuando aún era una persona un tanto loca, jsjs, no cambie nada y decidí publicarla así, por mi respeto a mi yo del 8 de octubre de 2020 :)
Gracias por leer.
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