7 》¿WOW!
La peli morada se encontraba paseando un solitario lugar del pueblo, aunque Hitoshi Shinsou había insistido en que iría con ella como orden, fue totalmente ignorado, porque en vez de contestarle se colocó sus auriculares y empezó a escuchar una bonita música, concentrándose en la suavidad rítmica de la voz sonando entre sus tímpanos Cuídame - Silvina Moreno, era como estar escuchando a su madre cerca velandola, y para ser sinceros solo por ese motivo el peli morado mayor se quedó mirándola a la distancia mientras se pasaba una mano por su desordenado cabello, frustrado. Hitoshi Shinsou no sabía que pensaba su pequeña hija en esos últimos días.
Ya habían pasado varias semanas en que había conocido a la hija menor de Bakugo, y digamos que la rivalidad que ambos seguía, seguía diciendo que era decepcionante el humor con el que trataba a la gente. Llevándose a gritos y discusiones con el rubio ceniza que contraatacaba, aunque la mujer de este intercedía con un aura angelical logrando que enseguida se calmaran, Nunchi, su porte tranquilo en situaciones como esa denotaba que la tranquilidad era lo menos. Por lo que Arami rompía el silencio incómodo salvando el pellejo a su padre y amiga de familia.
En fin, Panambi se dirigía a sus visitas mensuales a su persona especial, una vez que había pasado por el medio de las puertas abarrotadas ligeramente abiertas para el paso del público, fue pasando por varias criptas, flores, recordando que al final había optado por traerle unas violetas y girasoles a ella.
Su rostro no demostraba tristeza pero por dentro aquel lugar la abrazaba con un sentimiento de nostalgia, e inclusive lúgubre. Pasando varios minutos caminando hasta ese lugar especial, una suave sonrisa cargada de amor y añoranza se fue dibujando delicadamente entre sus labios.
—Ya he vuelto, mamita. Y esta vez he traído tu flor favorita junto un poco de luz para ti.
Panambi se arrodilló frente a la cripa que era rodeada por pasto crecido, leyendo perfectamente la frase que residía en el podio.
"ITAETE SERUKI
HITOSHI SELKIE
(1995 - 20XX)
Hermana, Esposa y Madre, un gran destello de luz en nuestras vidas, guardiana y guerrera de la paz de una gran nación guaraní."
—Hoy te vengo a contar algo nuevo, actualmente han pasado muchas situaciones nuevas pero esta vez quiero admitir que creo que ya encontré a quien dejar que me cuide para enseñarme a ser feliz... mi luz.
Fue así comenzando a decir ante aquella persona que le había dado la vida, cuidándola desde lo alto del cielo. Entre los astros tal vez, aunque ella sería una de los que brillarán más.
Hace unas semanas atrás, había sucedido algo sin duda sorpresivo, Daniel había ido al aeropuerto para recibir el regalo de la ex-novia de su hermanita, pero esta vez había sido acompañado por la actual, volviendo la situación un tanto incomoda, a pesar que le habían ordenado para que se fueran a buscar ese regalo. El disfrutaba de estar de perezoso en la hamaca, sin meterse en líos. ¿Porque siempre lo obligaban a ser más activo? Estaba felizmente tranquilo en su zona de confort con la naturaleza.
—Así que...
—¿Eh?
La rubia se colgó un poco ante el intento de romper el silencio incómodo del mayor.
—¿Estás segura que quieres esto? Digo, recibir un regalo de la ex para tu novia actual no es tan normal que digamos, no?
La posición de relajado y desinteresado de Daniel sin duda contradecía por completo a lo que daba por inicio de conversación. Logrando que la rubia ceniza frunciera el ceño, incomoda si estaba, pero era un favor que había sido suplicando un montón de veces por Cameron, quien no iba a parar de pedir hasta inclusive había sido quemado y por poco calvo por ella misma, pero sólo se decidió a calmar su enojo y aceptar para que la dejara en paz. Era demasiado ruidoso para su gusto.
—Supongo, pero aún no se porque yo tuve que venir. No es como si fuera de gran ayuda.
—Uhm, tal vez no lo veas, pero... Creo que esto te ayudará a entender. —dijo Daniel, el Moreno entregándole un sobre dirigido a ella.
Extrañando la por completo.
—¿Y esto?
—No se, dímelo tu. -—se encogió de hombros mientras se acercaba a la sección del aeropuerto de correos y envíos grandes.
Mientras la rubia ceniza se quedaba cerca de la cabina pero recostandose por una pared para empezar a abrir el sobre destinado a ella.
DE: Ela Nothing
PARA: Kurogawa Bakugo.
HEY! Un placer saludarla, tal vez ya me conozcas o tal vez no, pero quisiera agradecerle por todo el momento que ha hecho que Panambi vuelva a ser feliz, me he enterado por medio de un pajarito que se llevan muy bien, y me alegra saber que ha empezado a vivir de verdad. Por cierto, soy Ela, quisiera hacer las pases contigo y por el futuro, porque sé que serás su futuro que la salve. No sabes las veces que me ha enviado que es feliz, que ha empezado a superarse pero aunque no lo creas, no me fue difícil saber que otra chica había robado aquel corazón del cual amé con devoción profunda. Ahora, te estarás preguntando, ¿porque tu? ¿Porque te conozco? O bien, ¿porque te hablo sin rencores? Sencillo, vivo el día a día al máximo, y bueno tampoco es que haya podido dar la luz que esa fruta merecía por ende, te encomiendo un gran favor de chica ruda a chica explosiva. Cuídala, enamorada, y se feliz con ella. Este regalo es un presente para ti, de ti partirá si quieres quedarte lo o dárselo a ella, no digas que fue mío, o iré a reventarse el puto culo de mierda que tienes.
Ah, y una cosa más, este regalo fue pensado para Panambi, ya después sabrás porque alguien fuerte fue a buscarlo seguramente contigo, porque digamos que los deseos más difíciles de cumplir, fue este. Hay Carne empaquetada a un lado de esa caja, usala para ganarte el cariño de la nueva mascota de Panambi. Diviértete, y jódete. Jajaja
Saludos, y buenaventurada seas. :P
El ceño fruncido de suma confusión había sido plasmado en ese rostro, quedando con más duda, y empezando a sentir ganas de matarla por ser tan... Puta con ella sin siquiera conocerla, pero... ¿A que se refería con mascota? ¿Carne para que? ¿En qué diablos se estaba metiendo?
Una vez que Daniel le pidió que la acompañará, ambos se quedaron de piedra al ver la inmensa cajota que trasladaba a la "mascota".
—Fiu~ ya entendí porque tuve que venir. Qué pereza.
Escuchó a Daniel que bostezaba agotado por el esfuerzo que haría. Si bien se acercó pudo notar un empaquetado, se lo pasó a la rubia ceniza.
—Ah.
—Abramos esto para ver que es lo que debo llevar.
Una vez que intentó acercarse la caja cobró vida como si fuera de un monstruo que ocultaba tras ella, pero sólo un golpe brusco de adentro a afuera bastó para hacer que las paredes de la caja terciada se derrumbara dejando ver una jaula de metal, donde se veía un gran y espléndido felino de ojos azules cual trueno eléctrico, pelaje blanco como la nieve con rayas que hacían juego a su actitud de rebeldía.
—¡T-... Un TIGRE!
Daniel se rascaba la nuca pensativo en como llevar a ese animal sin que lo rasguñara de por medio. Pero tan solo suspiró resignado al ver que la rubia flipaba, e intentó calmar a la fiera, fieras con fieras se entienden, ¿no?
Eng. Incorrecto, este le gruñó amenazante al verla de cerca.
—Tks... Ni que quisiera un felino tan maravilloso como tu como mascota —se indignó un poco.
—Puedo hacerme pasar que yo fui quien se lo regaló si tanto te molesta. Creo que por mi parte, lo vería venir. —dijo calmadamente el Moreno mientras bostezaba cansado.
La rubia frunció el ceño no se rendiría tan fácil, por lo que siguió la segunda recomendación de la Señorita Ela, agarrando el paquete que al abrir se mostraba carne cruda, haciendo que el estómago del Tigre bengala blanco ronroneara.
¿Chantaje? Puede servir. Se acercó y se lo dio con postura tranquila pero amenazante.
—Te lo daré todo, si te portas bien mientras llegamos a tu nueva casa, ¿entiendes, bestia maldita? —dijo mientras le daba pequeños bocados ante el felino que lo observaba saboreando la comida exquisita.
Un gruñido recibió, y pudo pensar que tal vez se estaba volviendo loca, por culpa de la uva. ¿Quién pensaría que hoy su día sería estar chantajeando a un felino salvaje? Si se lo hubieran dicho, no aceptaba ni a los premios el chantaje de Came.
—Sería mejor que lo dijeras, aun no estoy preparada para relajarse lo. Además me vería siendo molestada cada segundo por mi gran acción dulce y tierna al hacerlo. Arruinaría mi reputación de chica maldita.
Daniel tan solo espero a llevarse el animal en un carrito hasta un bosque y de allí llevárselo convertido en el Mbói Tu'i, siendo así una trayectoria llevadera.
・✦▭▭▭✧◦✦◦✧▭▭▭✦・
Una vez que llegaron a la residencia o Casita en el que vivían los Hitoshi, el Moreno decidía que era hora de terminar con este agotamiento.
—¿Tienes miedo o que?
—¿¡Eh!? ¿Porque lo tendría?
La vena indignada de Emiko se hinchó pero al ver la puerta, tan solo suspiró, debía calmarse. No pasaría algo tan malo.
Aunque todo este caso se encerraba hacia.... ella.
Su novia loca.
Su novia extraña.
Su novia con sus deseos extraños.
Su novia que al parecer quería un maldito tigre como mascota.
No uno simple, ¡debía ella siempre ser feroz! Maldita uva.
A la próxima yo la mato.
—Hagamoslo.
Tocó el timbre, y la situación cambió por completo. Cameron en compañía de Eros, quien enseguida abrió, con su bastón mágico ayudó a minimizar comica mente a la criatura para llevarla hacia el patio, donde darían la definitiva sorpresa, mientras Cameron, el rubio corrió escaleras arriba para traer a la chica.
—¿Cómo diablos hiciste eso? Mierda, explícate.
La rubia ceniza había quedado flipando al ver como con un solo movimiento había hecho tan cosa dejando después la jaula en su tamaño normal.
—Ja, ¿porque debería decírtelo?
La sonrisa más coqueta y hermosa había soltado, aunque sus grande ojos celestes transmitian diversión, burla y advertencia. Como si en su gen estuviera ser odioso como Cameron.
Cuando Emiko iba a contestarle de lo más bien, su novia, se tiró encima del rubio macho, tal vez con la intención de alejarlos, pero al ver la sonrisa de ganador en sus labios, la enfureció.
Este niño bonito la estaba tocando donde nadie sale vivo.
—No se peleen, que ustedes son las personas más importantes de mi vida. —dice en voz alta rompiendo la lucha de miradas—, Eros, te presento a mi novia Emiko Kurogawa Bakugo. Este es Eros, el próximo Jasy Jatere. ¡Ara~! ¡Ara~! Pronto seré famosa y tendré mi propia pileta para nadar desnuda si sigo así jajajajajaja.
Solo ella podía volcar la situación de esa manera, solo ella, podía querer cambiar de una manera pacífica una situación tensa.
Por lo que Daniel intervino diciendo que el regalo no era de esa amiga suya, era solo de él, quería alguna excusa para que no le quitara información como siempre lo hacía.
Claro que mintió, se excusó, y para rematar abrió la jaula.
Emiko se había quedado tensa. Con su uva no sabía que pensar y al ver lo pasó nadie se lo esperaba, o eso creía.
Ժ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴
╔°°°°°°°°°°°°°°°°°°°╕
PANAMBI PUCCA
╚•••••••••••••••••••••╝
Desde que había despertado aquel sabía que algo nuevo vendría pero no contaba con todo lo que se vino después.
Eros había llegado de sorpresa, ni siquiera la había dicho que se pasaría por cada, pero estaba contenta que viniera a visitarlo, desde hace algunas semanas se había ido a Ñemby, en alguna zona especial, para seguir con su nueva obligación. Según él, algo en su naturaleza le pedía ir a esa parte del país. Y no se equivocó, se acabó divirtiendo con muchos niños, asustandolos, como dejando de aprendizaje que nunca desobedecieran a sus padres en las tardes.
Si bien, ella sabía que esto causaría cierto lío, porque aunque su novia rubia fuese tan mala y cruel con ella a veces. Esta era una celosa sin reparo. Más cuando se trataba de ella.
Claro que luego se lo negaba, la maldecía, pero al final de todo se querían, así era su amor tan loquito pero divertido.
Pero entre que Eros había ofrecido hacerse responsable de la merienda de una deliciosa chocolatada fría acompañada de galletitas de vainilla con azúcar espolvoreada encima, no se pudo negar a tal oferta, por ende dijo que iba a bañarse un poco y volvería.
Aunque pareciera muy floja de vez en cuando, se la pasaba haciendo ejercicio, sabía escalar árboles sin dificultad, aveces se sentía una enorme fiera salvaje.
Recordando cuantas veces le había dicho en años atrás a su querida Ela que cuando fuese mayor se conseguiría un Tigre de bengala albino. Pero después descubrió que tal vez sería muy complicado de conseguirlo y se resignó. Por ende cuando ya estuvo lista, a penas y vio venir a Came su cuerpo se tensó.
Había algo extraño en el ambiente, como si algo hubiera llegado, o bien algo pasaría.
Al notar a mi rubia favorita en el patio trasero con Eros, s eme olvido esa sensación al pensar una idea perfecta para encender a la cerilla de fuego.
Con una sonrisa amplia se abalanzó cual Koala al rubio, quien la atrapó sin dificultad, riendo feliz que siempre estuviera al tanto.
Aunque después de burlarse un poco un muestras de afecto, notó perfectamente la tensión en los puños de su novia, por ende se acercó a ella, pero no contaba con que Emiko la rechazara sutilmente observando a otro lado. Cosa que me dio curiosidad.
Una vez enfoqué mi vista hacia ese rincón, supe que ese día no sería tan monótono, tan común como el resto.
—¡WOW?
Escuché a Daniel decir que era mi regalo retrasado, y que fue difícil de traerlo, pero que esperará y que fuera feliz.
No pude esperar más, me acerqué sin temer, maravillada por tal criatura felina.
Maravillada ante la inmensa fiereza en ese azulino iris.
Hermoso sin dudas.
Me pregunto, ¿será tan suave tocar su pelaje?
¿Será como el de un oso de felpa?
¿O será como tocar un piel suave de tela?
Ninguno despegaba la mirada, me olfateaba, mis colmillos punzaba de tanta ansiedad. Que no me di cuenta cuando abrí la puerta por impulsividad y ya estaba al suelo siendo derribada por la criatura.
Todos jadearon, gritaron, o bien la rubia ceniza se preocupó tanto que casi se tira, pero Eros la agarró por la cintura susurrando algo, no se que fue, pero se puso más enfadada.
Pero no pude saber más porque, mi cabeza se desconectó de aquella realidad porque una vez que lo tuve cerca mis manos se deslizaron por cada mejilla de aquella cabecita mediana. Se notaba que aún era un Tigre en crecimiento, de pocos años, una vez que me tuvo cerca solo pude perderme en esa mirada y saber que nunca más nos separaríamos.
Mi sueño se había hecho realidad.
Tenía un tigre bengala albino y de ojos celestes, como mascota.
Y él... Me había elegido.
No se si realmente Dani tuvo que ver pero, esto era simplemente maravilloso, me dedique a sentir las lágrimas caer por mis mejillas.
Siempre había querido una mascota, pero papá siempre dijo que no estaba preparada para tal responsabilidad.
—Te cuidaré como si fueras mi última salvación... —susurré
El felino ronronea y junta nuestras cabezas sintiendo algo totalmente extraño.
Te protegeré y amaré como si fuera mi corazón mismo, ama.
Aquella voz, me tomó desprevenida, ¿estaba loca? ¿O todo ya era un sueño?
Pude ver como negaba sutilmente y me observaba con diversión, comprendiendo que el no solo sería mi mascota, sino... Mi compañero de travesuras, mi súper amigorastico.
Aunque desde lejos Emiko se sentía extrañamente feliz, su sempai, su novia a pesar de que pareciera estar siendo comida de Tigre, estaba tan relajada de tenerlo tan cerca, ¿como lograba la maldita tener a esa bestia a su mercer sin chantajes? La mataría sin duda se vengaria de esa bestia maldita.
Sin embargo, con un golpe se deshizo del agarre del maldito Eros, tan sensual pero con ella no funcionaria. No caería.
—Ja, tranquila puma-Chan. ~
Emiko estuvo apunto de reventarle la cara, pero enseguida una gran masa de peso la derribó.
Escuchando poco después una risa muy conocida.
Su sangre se elevaba, su enojo ardía, y su llama pedía a gritos matarlos a ambos
—BAJATE MALDITA BESTIA, PANAMBI PUCCA HUYE MIENTRAS PUEDAS, PORQUE DE ESTA NO SALES VIVA.
La peli morada tan solo sonríe con diversión, para luego atarse el cabello con una coleta sencilla, y una vez que su nueva mascota sale, de un salto se sube encima del lomo, escapando juntos de una rubia que explotaba y advertía una sonrisa cínica, jurando vengarse.
«Sempai, no juegue con fuego que puede quemarse~(?» pensó mientras agarró su skate de alta gama electrónico, en busca de sus nuevas víctimas.
—Digna hija de su padre.
—¿Ah? Solo tuya? ¿He escuchado bien, Bakatsuki? —pregunta la esposa Nunchi Bakugo.
Haciendo tragar saliva al rubio.
—pfff... Ya firmaste tu muerte, has sido muy buen héroe, Bakugo, te recordaremos como la mierda que eres.
Se burla divertido Hitoshi Shinsou mientras ve como el mencionado intenta incinerar lo pero su esposa ya lo tiene arrastrándolo lejos de la escena abierta al público. Pálido sabía lo que se venía.
Sin embargo, Daniel y Cameron suspiraron aliviados al ya no verlos. Pero Hiroko Arami se encontraba observando a sus tíos.
—Shinsou-san...¿Podriamos entrenar un poco?
—Hmp, claro.
—¿Puedo unirme les? —pregunta curioso Eros.
—Adelante, no perdamos tiempo.
Los tres se retiraron, mientras los últimos viejos de la familia se miraban nostálgicos, la familia había crecido para bien, y ya su tiempo ya iba terminando. Pero estaban felices de que ella no estaría sola. La última imagen viviente de su pequeña hermana.
Panambi Pucca, nunca estaría sola, de por sí, tenía una buena familia y mucho apoyo.
✦-----------|•❁•|-----------✦
Hola! Espero que les haya gustado, cinco días estuve con este oneshot jajajaja nunca parecía acabar, espero les haya gustado. ¿Cuál parte fue su favorita?
¿Se rieron?
¿Lloraron?
¿Son cínicos como la rubia y quieren ver arder el mundo?
¡NOS LEEMOS PRONTO!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top