10 》Tías
-¿Sabes, mi dulce Kouhai?
-¿Eh?
Se le empezaba a notar a la rubia ceniza comienzo a por monton un pote de helado, pero en evidencia de la bestialidad la pelilavanda le limpia el sobrante del helado con una lamida y beso sinvergüenza.
-¡M-maldita avisa mierda!
La rubia ceniza se había vuelto un pequeño tomate, claro que hasta inclusive habia temblado un poco ante la cercanía. Pero hace tiempo que la maldita uva no le robaba besos.
-Ya, ya. Dramática.-espanta imaginariamente con un gesto a alguna mosca, sin embargo, aprovechando que ambas estaban sentadas en una hamaca de tejido paraguayo, se recuesta en el hombro de su novia-, sabes? Nunca creí que mis tíos, Sirius y Benja llegaran tan lejos. Digo, mamá decía que la forma en la que se conocieron era la menos indicada.
Emiko Bakugo la escucha con gesto mas interesado en llegar al sabor del fondo, pero apesar de parecer desinteresada, saber aquello le daba curiosidad pero se reservaba la demostración a sabiendas de como era la uva.
-Ajam..
-Con todos los años que han pasado, mis difuntos tíos, mi madre e inclusive Cameron, Daniel y hasta Eros decían que no comprendían el amor que ellos se tenían. Si bien Sirius me hablaba de mi tío Selkie cual si fuera su primer amor, pero creo que la belleza de la familia la atrajo a quedar pegada a Tio Benja. Y no es para menos, somos muy especiales.
-Especiales dices, aveces son muy sexys que intoxican a todos. No te creas yo soy mas guapa que tu -bromea la rubia ceniza.
Una sonrisa se esboza en los labios de la pelimorada y se suelta una carcajada.
-Entonces si fuera hombre, nuestros hijos saldrían muy sexys para esta vida, ¿no?
-¿E-eh!
Si, Emiko había tartamudeado no por el significado en sí, sino porque la pelimorada se habia acercado y susurrado de tal forma que había sonado sensual, sexy y tentadora. Mordiendo sutilmente el lóbulo derecho.
-¡¿Deja de jugar con mi cuerpo maldita uva!? No ves que mi helado se derrite. Tks.
Se excusa nerviosa, paraluego sentir como la puerta detras suyo se abre antes de que la pelimorado diga algo.
-¿Cuándo será el día que ambas dejen de hacer tanto ruido? Van a despertar a Maitei, vayan a discutir en otra parte por favor.
Sirius se hace aparecer con una pequeña mueca de cansancio, tal vez era madre soltera pero eso no significaba que dos jovencitas se olvidasen de ella.
-Perdoname Sirius... No era nuestra intensión.
Emiko al ver a la que siempre había sido nombrada por la uva se asombra al verla con aquel singular color de ojos, aletas y el cansancio notable, sintiendose avergonzada, dejando de comer.
-L-lo lamento yo...
Pero es interrumpida por un llanto, Sirius y Panambi suspiran al saber lo que significaba aquello, la pequeña y menor hija de Sirius ya había despertado.
-Para que les perdone deberan ayudarme en todo lo que resta del día, con mi pequeña Maitei.
Panambi no pronuncia nada mas, asiente y solo va en dirección al llanto. Sirius tanto como Benjamin sabían que Panambi era la luz tranquila para su pequeña Maitei quien era el claro reflejo de la alegría y satisfacción de esa sensación cuando la misma se acercaba a la bebe de tres años.
-No creas que no me alegran que hayan venido a hacerme compañía, Emiko-chan. Solo estoy cansada, no es fácil criar sola a dos niños...
-Tranquila, yo... Te comprendo, mi madre siempre dice que las niñas somos mas bestiales, te debilita más supongo...
Se encoge nerviosa la rubia ceniza, sin dudas no sabía como consolarla, parecía tan fuerte y débil al mismo tiempo. Aunque estar sin la compañía de la figura paterna podría suponer mas cansancio de lo habitual.
Sirius le regala una suave sonrisa de comprensión, pero al escuchar que su pequeña niña se empieza a carcajear comprendevque la misión de Panambi ha sido completada.
-Asumo que se quedarán a cenar y dormir por hoy.
-Creo que no sería conveniente que las alejemos después de todo, Panambi parece ser ahora la luz de ella.
Emiko confiesa al estar cerca del marco de la puerta, con la compañía de la madre quiem sonríe al ver como la pelimorada tenía en brazos con sumo cuidado, arrullando una nana a la bebé, mientras se mecía en una reposera con mezcla de hamaca, mientras daba suaves palmaditas en la espalda. Mientras la niña de tres años de cabello muy corto color negro grisaceo se iba quedando dormida ante el cariño y tranquilidad transmitida.
-Si... Aunque no te mientas mucho. Ven ayudame a cocinar la cena -pide entre susurros para no romper ese ambiente dulce y tierno que presenciaban.
Emiko cierra su pote de helado ya sin nada dentro, tirandolo dentro de un basurero de la cocina, mientras Sirius busca ingredientes para la cena.
-¿A que se quiso referir con lo anterior? Sirius-san?
La intriga y curiosidad soempre habían sido parte de Emiko Bakugo por ende no podía evirar ser cotilla.
-¿Con lo de mentirme? ¿A que me miento, o ciego, según usted?
-Panambi es también tu luz, más que de todos nosotros. Siempre se ha levantado a ayudar a los que no la desean ni llaman, y aunque nunca se lo digas, se que ella siempre velara por la luz de tu felicidad por sobre todas las cosas. Es igual a su madre, después de todo.
La rubia ceniza se queda sin saber que decir ante esa afirmación, intentando preguntar algo después de tanto quedar en blanco.
-¿Puedo hacerle una consulta?
-Si, adelante.
-¿Cómo sabes quien ser o como seguir siendo tu... Despues de su marcha? -pregunta algo tímida, sabía que el tema era delicado, pero no comprendía muy bien que era lo que ocurría con cada tío de la familia de su novia.
-¿Cómo seguir adelante sin mi difunto esposo? ¿O cómo sigo cuerda en vida? Realmente no lo se con certeza, solo te puedo decir que a pesar de todo el vacío que parece ser palpable aquí en esta casa, cada vez que Panambi está cerca lo siento con nosotros. Nuestros seres queridos nunca nos dejarán solos Emiko-chan. Eso tenlo por seguro.
-No entiendo.
-Panambi es la que mantiene el hilo de tranquilidad y cordura en vida de la familia Stroessner, porque nuestra cachorrita era el hilo ferviente de la cadena de mitos dentro de la familia. ¿Entiendes a lo que me refiero?
Emiko al escuchar aquello siente un nudo en la garganta al aspirar aire, y traga saliva, mirándola incredula.
-¿Acaso quieres decir que sin la última miembro de los siete... Uno por uno...?
-Uno por uno acaba culminando su tiempo de inmortalidad, ellos no son para siempre solo es un ciclo de vida que nos sirve para aprender de ellos para nuestro futuro.
-Pero... Panambi es la hija de la séptima, las pérdidas no tienen el orden lógico... ¿Cómo?
-Es una secuencia rara, que solo mi esposo lo pudo descifrar despues de la marcha de Aaron. El acertijo de la vida de los 7 siempre estuvo fijado en un final de tiempo. Fue iniciado desde los menores hasta los mayores, con Benja nos costó entender que el tiempo empezó a desgastarlo, fue un milagro que... Que... Viera crecer a Tony, pero... Pero ya no pudo resistir con maitei...
El sollozo ahogado podía ser ocultado tras la excusa de estar cortando cebollas, para comer un poco de mandi'o syryry.
Pero Emiko sabía que admitir aquella revelación en voz alta pesaba en el alma, por lo que solo pudo amagan con abrazarla y apartarla de la cena.
-Perdoneme con darle malos recuerdos, no era mi intención, solo...
Sirius solo sollozaba abrazada a la rubia, el recuerdo de haber visto a su esposo desfallecer hace cinco meses era demasiado.
-Solo querías saber por curiosidad. Es normal, Kouhai-chan. No te preocupes -la pelimorada se encontraba recostada en el marco observandola con expresión suave pero seria.
-¿Cómo? Tu...
-Hice lo que muchos no logran, dormir a mi primita. No fue difícil, además sabíamos que necesitaban su tiempo, ambas -afirna restando importancia.
Emiko no sabía que decir, muchas veces su novia era algo extraña, a veces parecía saber mas que uno mismo. La vio acercarse y abrazarlas al mismo tiempo, para luego susurrar.
-Tía, por favor, no llores. No podemos verte mal, nos tienes aquí, y siempre lo estaremos para ti, una familia unida jamas será separada. Tío no quisiera que te pusieras mal, es más, dejame cocinar a mi. Es hora que nos digas la sorpresa.
Una vez mas, Emiko jadea al sentir el calor lleno de tranquilidad que las sumerge tras ese abrazo. Pero mas que nada por la luz percibida hacia el corazón mismo. Junto a la nueva duda, mirando confundida a Sirius ante lo dicho.
Sirius parecía algo estática y se sonroja mientras que se sienta algo absorta en la silla cerca de la encimera.
-Yo... N-no se como lo sabes, pero el único que sabía era...
-Benjamín, lo se, me lo dijo en medio de un sueño y escuchame bien Sirius, mi kouhai y yo, seremos las mejores tías, lo prometo. Se que será dificil a estar alturas, pero lo importante es cuidarlas.
Emiko ya se había perdido nuevamente, cada vez se estaba inquietando mas tanto que se aleja de Sirius y agarra el cuello de su novia para enfrentarla
-Dilo con más claridad. Que yo sepa Cameron ni Daniel tienen novias, ni hijos.
-Sirius...
-Estoy esperando a mi tercer bebé... Muy poco despues de la marcha de Benja, no quería aceptarlo, mas porque ya es un...
-embarazo de alto riesgo. -completa como reflejo Emiko al escucharlo.
-Más que tías, sería mi deseo que fueran las mejores madres, yo... Yo se que con mis 56 años esto... Será dificil... ¿Podrían prometerme cuidarlos por favor ?
Emiko siente un gran raspón en el corazón ante tal vuelta de finales y comienzos. Tanto que se muerde el labio, pero al conectar mirada con Panambi este tiembla al verla con lágrimas, panambi no era tan fuerte siempre, pero sus ojos parecían brillar, y la tranquilidad de una luz estaban emergiendo ante la petición silenciosa hacia ella.
Traga saliva, eran jovenes, recién cumplía 16 y Panambi ya tenía 17, ni siquiera eran adultas, pero si quería proteger niños que no eran culpables de los tristes finales y destinos, tomaría cartas en el asunto, por mas complicado que fuese , por mas cagada de miedo que estuviese.
Se trago su miedo, y algo ronca.
-Tías seremos pero como madres los velaremos por ti, por ustedes. Lo prometo.
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