•°★「 Ꮯa̤̮℘ḭtʊʆꪮ 3 」★°•
[Narrador/a POV]
Blue continuó en la cocina, terminando de preparar un par de sándwiches para todos. El aroma del pan recién tostado y los ingredientes frescos llenaba la casa, ayudando a aliviar un poco la tensión en el ambiente. Mientras tanto, en la sala, Green intentaba animar la conversación con Purple, quien se notaba algo distraído.
De repente, Yellow apareció en la sala con un libro en la mano, ajustándose las gafas. Su mirada pasó rápidamente de Green a Purple, y después a la cocina, donde podía escuchar a Blue.
-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Yellow, levantando una ceja mientras se acercaba al sofá.
-Nada importante. Blue está preparando algo de comer -respondió Green con una sonrisa amplia, aunque rápidamente añadió-: ¡Oh, y Purple vino a visitarnos!
Yellow observó a Purple con curiosidad antes de asentir con una pequeña sonrisa.
-Qué bueno verte por aquí, Purple. Supongo que un cambio de ambiente no te hace daño -dijo antes de sentarse en una silla cercana, abriendo su libro.
Purple sonrió con timidez, pero no respondió. Yellow era directo, pero tenía razón. Necesitaba distraerse un poco, aunque estar aquí solo hacía que los sentimientos que tenía por Green fueran más confusos.
En ese momento, Red bajó las escaleras con una camisa arrugada y el cabello alborotado. Miró alrededor con ojos somnolientos y se rascó la cabeza antes de notar la presencia de Purple.
-¡Oh, hey, Purple! -dijo con una sonrisa despreocupada mientras se dejaba caer en el sofá junto a Green-. No sabía que estaríamos recibiendo visitas hoy.
Green soltó una carcajada. -Bueno, tampoco es que sea algo formal. Purple y yo salimos a pasear un rato y decidimos volver aquí.
-¿Paseo, eh? -dijo Red con una sonrisa pícara, pero antes de que pudiera decir algo más, Second apareció detrás de él, dándole un ligero golpe en la cabeza.
-Deja de molestar, Red. No todos tus comentarios tienen que ser graciosos -dijo Second, cruzándose de brazos.
Red se quejó dramáticamente mientras todos reían. Parecía que el ambiente finalmente se relajaba un poco, pero Purple aún sentía cierta incomodidad en el aire, especialmente cuando Blue salió de la cocina con una bandeja de sándwiches y vasos de agua.
-¡Aquí tienen! Algo simple, pero espero que les guste -anunció Blue con una sonrisa.
Los demás se acercaron para tomar un sándwich, y aunque Blue intentó repartir la comida de manera equitativa, no pudo evitar mirar más tiempo a Green mientras le ofrecía el suyo.
-Gracias, Blue. Se ve genial -dijo Green mientras tomaba el plato con una sonrisa que hizo que Blue desviara la mirada rápidamente, fingiendo concentrarse en la bandeja.
-¡Este es el mejor sándwich del mundo! -exclamó Red, rompiendo la tensión del momento al morder su comida con entusiasmo.
Todos rieron, y por un momento, el ambiente se sintió ligero y agradable. Sin embargo, Purple seguía observando de reojo a Green y Blue. Aunque no había nada explícito en su comportamiento, había algo en la forma en que intercambiaban miradas, en la forma en que Blue parecía estar más atento a Green que al resto, que hacía que el pecho de Purple se apretara.
Después de comer, Green se ofreció a ayudar a Blue a limpiar la cocina. Purple intentó ofrecerse también, pero Blue negó con un gesto amable.
-No te preocupes, Purple. Eres nuestro invitado. Relájate -dijo Blue antes de llevar los platos vacíos a la cocina.
Mientras los demás conversaban en la sala, Purple no pudo evitar mirar hacia la cocina, donde Green y Blue hablaban entre susurros y se reían suavemente. Había algo en su complicidad que parecía demasiado natural, demasiado íntimo. Purple bajó la mirada, tratando de no pensar demasiado en ello.
"¿Estoy imaginando cosas? ¿O realmente hay algo entre ellos?", pensó, sintiendo cómo la inseguridad empezaba a llenarlo. Pero antes de que pudiera profundizar en sus pensamientos, Second se acercó y le dio un leve golpe en el hombro.
-¿Estás bien, Purple? Pareces un poco perdido -preguntó Second, mirándolo con curiosidad.
Purple forzó una sonrisa y asintió. -Sí, todo bien. Solo estaba pensando en cosas.
Second lo observó por un momento más antes de encogerse de hombros. -Bueno, si necesitas algo, sabes que estamos aquí.
Purple asintió nuevamente, pero su mente seguía en la cocina, donde las risas suaves de Green y Blue parecían resonar más fuerte que cualquier otra cosa en la casa.
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En la cocina, Blue y Green trabajaban en silencio, lavando los platos y acomodando las cosas en su lugar. De vez en cuando, sus manos se rozaban al tomar los mismos utensilios, y aunque Green no parecía notarlo demasiado, Blue sí.
-Gracias por ayudarme -murmuró Blue mientras pasaba un plato limpio a Green para que lo secara.
-No hay de qué, siempre me gusta ayudar -respondió Green con una sonrisa.
Blue dejó escapar una risa suave mientras terminaba de lavar el último vaso. Luego, se apoyó contra la encimera, cruzándose de brazos mientras miraba a Green con cierta duda en los ojos.
-¿Has estado bien últimamente? -preguntó de repente.
Green se detuvo por un momento, girando levemente la cabeza hacia Blue con curiosidad.
-Sí... bueno, más o menos. ¿Por qué lo preguntas?
Blue desvió la mirada, sintiendo su corazón latir más rápido de lo normal. No sabía cómo formular lo que realmente quería decir.
-No sé... solo que últimamente te veo diferente -murmuró.
Green parpadeó un par de veces antes de soltar una risa ligera.
-¿Diferente en qué sentido?
Blue apretó los labios por un segundo antes de suspirar.
-No estoy seguro. Es solo una sensación. Como si... estuvieras lidiando con algo que no me has contado.
Green se quedó en silencio por un momento, sus ojos verdes reflejando un atisbo de duda.
-No es nada grave -respondió finalmente, tratando de restarle importancia-. Solo... algunas cosas en mi cabeza.
Blue no quedó del todo convencido, pero tampoco quería presionar.
-Si alguna vez necesitas hablar, ya sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?
Green sonrió con sinceridad y, sin pensarlo mucho, se acercó y le dio un leve golpe en el hombro a Blue.
-Lo sé, y lo mismo va para ti -dijo con suavidad.
Blue sintió un leve calor en su rostro y apartó la mirada por un segundo.
-Eres un idiota, Green... -murmuró con una sonrisa pequeña, sacudiendo la cabeza.
Green arqueó una ceja con diversión.
-¿Y ahora qué hice?
-Nada -respondió Blue, dándole la espalda mientras secaba sus manos-. Solo... nada.
Green lo observó por un momento, notando ese leve nerviosismo en su tono. Por un instante, pensó en decir algo más, en preguntar si todo estaba bien con él y Rust... pero no quería meterse donde no debía.
El silencio se mantuvo entre ellos, pero no era incómodo. Era el tipo de silencio que hablaba por sí solo, en el que las cosas no necesitaban ser dichas en voz alta para ser entendidas.
Finalmente, Blue se giró y le sonrió con calma.
-Vamos con los demás antes de que piensen que nos fugamos.
Green soltó una carcajada.
-Sí, Second seguro ya está haciendo bromas.
Ambos salieron juntos de la cocina, pero mientras lo hacían, Blue sintió un peso extraño en su pecho. Algo dentro de él le decía que la confusión que estaba sintiendo no haría más que aumentar.
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Green caminó hasta donde estaba Purple, quien estaba sentado bajo la sombra de un árbol, jugando con los pétalos de una flor entre sus dedos. Al verlo acercarse, Purple sonrió levemente y le hizo un espacio a su lado.
-¿Decidiste venir a hacerme compañía? -preguntó Purple en tono juguetón.
-Obvio, no iba a dejarte solo -respondió Green con una sonrisa mientras se sentaba a su lado.
Purple bajó la mirada a la flor en su mano y la giró suavemente entre sus dedos. Estar con Green siempre era agradable, pero en su interior, los sentimientos que guardaba se volvían cada vez más difíciles de ignorar.
A la distancia, Blue los observaba en silencio. No sabía por qué, pero ver a Green y Purple juntos le causaba una sensación extraña en el pecho, como un peso incómodo. Apretó los labios y desvió la mirada, tratando de no pensar demasiado en ello.
-¿Qué miras? -preguntó una voz familiar detrás de él.
Blue se giró y vio a Rust acercarse con una sonrisa tranquila.
-Nada en especial -respondió Blue, intentando sonar casual.
Rust se paró a su lado y miró en la misma dirección, notando a Green y Purple juntos.
-Ah... -murmuró con tono pensativo-. Se ven bien juntos, ¿no crees?
Blue sintió una punzada en el pecho y bajó la mirada por un momento antes de responder.
-Supongo...
Rust notó su expresión y sonrió con cierto interés.
-¿Te pasa algo?
-No es nada -contestó Blue rápidamente, sin querer entrar en detalles.
Mientras tanto, Green levantó la mirada y notó la presencia de Rust junto a Blue. Automáticamente, su expresión cambió. No le gustaba verlos juntos. Había algo en Rust que simplemente no le daba buena espina, y aunque no tenía pruebas de nada, su instinto le decía que no era alguien en quien confiar completamente.
Purple notó el cambio en la expresión de Green y frunció el ceño.
-¿Estás bien?
Green parpadeó y volvió a centrarse en Purple, forzando una sonrisa.
-Sí, solo... me distraje un poco.
Pero en su mente, la imagen de Blue y Rust juntos seguía molestándolo. Algo dentro de él le decía que esa historia aún no había terminado.
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Rust suspiró y miró a Blue con seriedad. No era alguien que hablara mucho sobre sus sentimientos, pero sentía que había llegado el momento.
-Blue, ¿podemos hablar? -preguntó en un tono más suave de lo habitual.
Blue, aún con la cabeza llena de pensamientos confusos, asintió.
-Sí, claro. ¿De qué se trata?
Rust miró a su alrededor, notando que Green y Purple seguían a lo suyo en la distancia. No quería que nadie más los escuchara, así que se acercó un poco más a Blue.
-Sobre nosotros -dijo con firmeza.
Blue sintió su pecho tensarse. No era algo inesperado, pero tampoco estaba preparado para esa conversación.
-¿Qué pasa con nosotros? -preguntó, intentando sonar relajado.
Rust suspiró y se cruzó de brazos.
-Blue... ¿estás feliz conmigo?
La pregunta golpeó a Blue como una ola repentina. Se quedó en silencio por unos segundos, sin saber cómo responder. Claro, Rust era alguien en quien confiaba, alguien con quien había compartido buenos momentos... pero entonces, ¿por qué su corazón se aceleraba cada vez que Green estaba cerca? ¿Por qué sentía que algo no encajaba del todo?
-Rust... yo... -Blue bajó la mirada, buscando las palabras correctas-. No lo sé.
Rust frunció el ceño, pero no parecía sorprendido.
-Lo imaginaba... -murmuró con un tono más apagado-. Últimamente siento que estás distante... y cuando te veo con Green, pareciera que estás en otro mundo.
Blue abrió los ojos con sorpresa. ¿Acaso Rust había notado lo que él mismo intentaba ignorar?
-No es eso... -intentó decir, pero su voz no sonó convincente.
Rust sonrió con tristeza y negó con la cabeza.
-Blue, si tienes sentimientos por alguien más, quiero que me lo digas. Prefiero escuchar la verdad de ti que darme cuenta por mi cuenta más tarde.
Blue sintió un nudo en la garganta. No quería lastimar a Rust, pero tampoco podía seguir ignorando lo que realmente sentía. Miró de reojo hacia Green, quien aún hablaba con Purple sin notar nada de lo que estaba pasando.
Tenía que decidir.
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El sol brillaba suavemente sobre el jardín de la casa, filtrándose entre las hojas del gran árbol donde Green y Purple estaban sentados. La brisa era agradable, moviendo levemente las ramas y haciendo que algunas hojas cayeran a su alrededor.
Purple se recargó contra el tronco, jugando distraídamente con una brizna de hierba entre sus dedos. Green, por otro lado, estaba acostado boca arriba, con los brazos detrás de la cabeza, observando el cielo con una expresión relajada.
-Hace buen clima hoy -comentó Purple, mirando hacia arriba.
-Sí, perfecto para no hacer nada -rió Green, cerrando los ojos por un momento.
Habían estado hablando de cualquier cosa, desde lo aburrido que era Second cuando se ponía en "modo líder" hasta cómo Yellow siempre tenía un plan para todo. La conversación fluía con naturalidad, hasta que Purple, sin pensarlo mucho, dejó escapar una pregunta que llevaba rondando en su mente desde hacía tiempo.
-Green... ¿te gusta alguien?
La pregunta quedó suspendida en el aire por un momento. Green abrió los ojos y giró el rostro para mirar a Purple con una sonrisa.
-Tal vez... -respondió con un tono juguetón.
Purple sintió que su corazón latía un poco más rápido. No estaba seguro de por qué, pero la forma en que Green lo miraba, con esa sonrisa tranquila y confiada, hacía que su mente se llenara de posibilidades.
-¿"Tal vez"? -repitió, intentando sonar despreocupado, pero su voz tembló apenas un poco.
Green se incorporó ligeramente, apoyándose en un codo.
-Sí, ya sabes... no es algo que haya dicho en voz alta antes, pero creo que sí.
Purple sintió un ligero calor en su rostro. ¿Podría ser él? ¿Podría ser que Green...? No. No debía apresurarse.
Pero su corazón no dejaba de acelerar.
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Purple desvió la mirada hacia sus manos, jugando con la brizna de hierba entre sus dedos. Su mente se llenaba de preguntas, de dudas, de una pequeña esperanza que intentaba controlar. No quería hacerse ilusiones... pero la manera en que Green lo miraba, esa sonrisa tranquila y juguetona, lo hacía imposible.
Tomó aire con disimulo y forzó una sonrisa.
-¿Y... piensas decirle a esa persona lo que sientes? -preguntó con la voz lo más estable posible.
Green inclinó un poco la cabeza, como si estuviera considerando su respuesta.
-No lo sé. No quiero arruinar las cosas, ¿sabes? -contestó, encogiéndose de hombros-. Es complicado... pero al mismo tiempo, siento que si nunca lo digo, podría arrepentirme.
Purple tragó saliva. Sentía que el aire a su alrededor se había vuelto un poco más denso.
-Bueno... yo creo que, si realmente te gusta esa persona, deberías intentarlo. -Forzó una risa ligera-. ¿Quién sabe? Tal vez esa persona siente lo mismo.
Green lo miró fijamente por un momento, con una expresión difícil de descifrar. Sus ojos eran cálidos, atentos, como si intentara leer algo en el rostro de Purple.
-¿Tú crees?
Purple asintió lentamente.
-Sí... creo que es mejor intentarlo a quedarse con la duda para siempre.
Green sonrió, pero esta vez su sonrisa fue diferente. No era la típica sonrisa despreocupada de siempre; había algo más en ella, algo más suave.
-Supongo que tienes razón.
Purple sintió su corazón latir más fuerte. Cada parte de su ser le decía que preguntara, que insistiera, que descubriera de una vez si Green estaba hablando de él. Pero no podía.
No aún.
Se quedó en silencio por un momento, mirando hacia el césped. Green volvió a recostarse, cruzando los brazos detrás de su cabeza, y dejó escapar un suspiro tranquilo.
-A veces pienso demasiado en estas cosas.
Purple sonrió levemente.
-Sí... yo también.
El viento sopló suavemente, moviendo las hojas del árbol sobre ellos. El mundo a su alrededor parecía tan pacífico, tan perfecto... pero dentro de Purple, la tormenta de pensamientos y emociones no cesaba.
Si Green hablaba de él, ¿qué haría? ¿Sería capaz de confesar sus propios sentimientos? ¿O simplemente seguiría esperando, aferrándose a la incertidumbre?
Pero lo que Purple no sabía... lo que no podía imaginar... era que el corazón de Green ya pertenecía a alguien más.
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El aire tranquilo que rodeaba a Green y Purple se rompió de golpe cuando Yellow apareció frente a ellos, con el ceño fruncido y una expresión de preocupación.
-Green... Blue no está bien -dijo, sin rodeos.
Green se incorporó de inmediato, su cuerpo se tensó al escuchar esas palabras.
-¿Qué pasó? -preguntó con urgencia.
Yellow suspiró y se cruzó de brazos.
-Terminó con Rust. No sé los detalles, pero se encerró en su habitación y no quiere hablar con nadie.
Los ojos de Green se abrieron un poco más. Sin pensarlo dos veces, se puso de pie y empezó a correr hacia la casa.
-¡Green, espera! -llamó Purple, siguiéndolo con el corazón acelerado.
Yellow los observó irse a toda prisa, sin sorprenderse demasiado. Green siempre había sido el primero en preocuparse por Blue, sin importar la situación.
Cuando llegaron a la casa, Green no dudó en subir las escaleras de dos en dos hasta llegar a la puerta de la habitación de Blue. Estaba cerrada. Golpeó suavemente.
-Blue... soy yo -dijo, intentando que su voz sonara calmada-. ¿Puedo entrar?
Del otro lado de la puerta, el silencio se hizo presente durante unos segundos. Luego, se escuchó un suspiro pesado.
-No quiero hablar, Green -respondió Blue con la voz apagada.
Purple llegó detrás de Green, quedándose unos pasos atrás. Green apoyó una mano en la puerta y cerró los ojos por un instante, tratando de encontrar las palabras correctas.
-Está bien... no tienes que hablar si no quieres. Pero no voy a dejarte solo -dijo con suavidad-. No ahora.
Hubo otro silencio, pero luego la puerta se abrió lentamente. Blue estaba ahí, con el rostro cansado y los ojos ligeramente enrojecidos.
Green no dijo nada, simplemente entró y, sin dudarlo, rodeó a Blue con sus brazos en un abrazo firme.
Blue cerró los ojos y apoyó la cabeza en el hombro de Green, dejando escapar un suspiro tembloroso.
Purple, de pie en la entrada, observó la escena en silencio. Se mordió el labio, sintiendo una punzada en el pecho. Green y Blue... había algo en ellos, algo en la forma en que Green sostenía a Blue, en cómo Blue se aferraba a él.
-Lo siento -susurró Blue después de un momento.
-No tienes que disculparte -murmuró Green, sin soltarlo-. Estoy aquí.
Purple desvió la mirada, sintiéndose fuera de lugar. No podía ignorar lo que estaba viendo.
El corazón de Green... le pertenecía a Blue.
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Green, aún abrazando a Blue, se apartó ligeramente para mirarlo a los ojos. Los ojos de Blue estaban vidriosos, llenos de emociones que no sabía cómo procesar. Green, con una suave sonrisa de consuelo, le acarició la cabeza.
-Blue, ¿quieres descansar un poco? -preguntó con voz tranquila, como si quisiera darle espacio para respirar.
Blue asintió lentamente, incapaz de decir una palabra más. Se sentó en su cama y se recostó, mirando al techo. Green lo observó un momento, luego se volvió hacia Purple, que permanecía en la puerta, observando la escena con una mezcla de tristeza y preocupación.
-Purple... ¿puedes darme unos minutos con él? Necesito asegurarme de que esté bien -dijo Green, con una suavidad en la voz que era difícil de ignorar.
Purple dudó, pero vio la expresión de Green. Sabía que su amigo necesitaba estar con Blue en ese momento, solo con él, sin que nadie más interfiriera. Sin decir nada, asintió y se alejó lentamente, cerrando la puerta tras de sí.
Green se acercó más a Blue, quien seguía en silencio, respirando de manera irregular. El ambiente estaba pesado, y Green lo sentía. Podía ver que Blue no quería hablar, pero sabía que en su corazón había algo más, algo que lo atormentaba.
-Lo siento, Blue -susurró Green, sentándose a su lado-. No quiero que te sientas solo. No tienes que hablar de lo que pasó con Rust si no quieres, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.
Blue, con la voz quebrada, susurró:
-No sé qué hacer... todo salió mal, Green. No entiendo qué pasó, ni por qué me siento así.
Green lo miró con compasión, sabiendo que las palabras no podían aliviar todo lo que Blue sentía. En lugar de decir más, lo abrazó de nuevo, más fuerte esta vez, como si intentara transmitirle a través del contacto físico lo que no podía expresar con palabras.
-Está bien no tener respuestas, Blue. Todos nos sentimos perdidos a veces -dijo, con la voz suave-. Pero no estás solo en esto. Voy a quedarme aquí, sin importar lo que pase. Puedes tomar tu tiempo.
Blue no respondió de inmediato, pero podía sentir la calidez del abrazo de Green, y eso, aunque no solucionaba todo, al menos le daba un poco de consuelo.
La habitación estaba en silencio, con la única presencia de sus respiraciones entrecortadas. Mientras tanto, afuera, Purple caminaba lentamente por el pasillo, sin saber qué hacer, pero sintiendo que el amor de Green por Blue era algo que no podría cambiar.
Sabía que Green lo quería, pero también sabía que Blue era su prioridad en ese momento, y Purple entendía eso. Sin embargo, el dolor de verlo así, a lo lejos, era algo que él mismo no podía ignorar. Su corazón se apretó mientras se sentaba en la sala, mirando el suelo.
En ese instante, sintió que debía ser fuerte para Green, aunque dentro de él, una voz susurraba que nunca sería el primero en la vida de Green. Sin embargo, guardó esa tristeza para sí mismo, dándose cuenta de que, por ahora, lo más importante era estar allí para su amigo, incluso si eso significaba sacrificarse un poco.
Mientras tanto, en la habitación, Green seguía sosteniendo a Blue, sin prisa. Ambos sabían que el tiempo podría sanar muchas cosas, y tal vez, en algún momento, las palabras no necesitarían ser dichas. Solo estar allí el uno para el otro sería suficiente.
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Blue suspiró pesadamente, aún apoyado contra Green, sintiendo su calor reconfortante. Sus manos temblaban un poco, pero respiró hondo y se obligó a hablar.
-Rust y yo... -empezó con voz cansada, como si las palabras le pesaran en la garganta-. Todo se sentía... forzado. Como si estuviéramos intentando que algo funcionara cuando, en realidad, nunca encajamos del todo.
Green se mantuvo en silencio, dándole su espacio para que pudiera continuar sin presiones.
-Yo lo intenté, de verdad. Pensé que con el tiempo las cosas mejorarían, que la incomodidad desaparecería y que lo que sentíamos el uno por el otro se fortalecería. Pero... cada vez que estábamos juntos, sentía que algo no estaba bien. Como si me estuviera obligando a quererlo más de lo que realmente lo hacía.
Blue levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Green, esos ojos que siempre le transmitían confianza y seguridad.
-Y Rust lo sintió también. Hubo momentos en los que nos mirábamos y sabíamos que algo faltaba... que yo no estaba completamente ahí.
Green tragó saliva, sintiendo un pequeño nudo formarse en su pecho.
-¿Y qué pasó exactamente? -preguntó con suavidad.
Blue bajó la mirada, jugando con sus propios dedos.
-Hablamos. No fue una gran pelea ni nada dramático... simplemente le dije la verdad. Que no podía seguir pretendiendo que todo estaba bien cuando mi corazón no estaba realmente en la relación. Que yo... -vaciló por un momento, pero luego tomó aire y siguió-. Que yo sentía algo por otra persona.
Green sintió su corazón latir más rápido. No quería asumir nada, pero su mente ya estaba conectando los puntos.
-¿Y qué dijo Rust?
Blue esbozó una sonrisa triste.
-Se lo tomó mejor de lo que esperaba. Dijo que lo sabía desde hace tiempo, que lo veía en mi forma de actuar. Me dijo que estaba bien, que era mejor ser honesto que quedarnos en algo que solo nos haría daño a ambos.
Se quedó en silencio por unos segundos antes de soltar una pequeña risa sin humor.
-Pero duele, Green. Me siento como un idiota por haber intentado algo que, en el fondo, sabía que no funcionaría.
Green negó con la cabeza, colocando una mano sobre el hombro de Blue.
-No eres un idiota, Blue. Solo intentaste ser feliz... y a veces, eso significa equivocarse en el camino.
Blue levantó la mirada otra vez y, por primera vez en toda la conversación, sus ojos reflejaban una leve paz.
-Gracias, Green... por estar aquí.
Green le sonrió suavemente, sin soltar su hombro.
-Siempre.
Y en ese momento, entre el peso de las emociones y la calidez del momento, Blue sintió que, a pesar de todo, no estaba solo.
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Purple estaba sentado en el sofá de la sala, moviendo ansiosamente una de sus piernas mientras miraba la puerta por donde Green se había ido. A su lado, Second estaba recostado con los brazos cruzados, observando a Purple de reojo. Red y Yellow estaban sentados cerca, manteniendo una conversación en voz baja, pero de vez en cuando echaban miradas preocupadas hacia el pasillo.
El ambiente en la casa era tranquilo, pero cargado de una tensión silenciosa. Todos sabían que Blue y Rust habían terminado, y aunque nadie quería decirlo en voz alta, sabían que eso afectaba directamente a Green.
Second suspiró y se estiró.
—No deberías preocuparte tanto, Purple —dijo con una media sonrisa—. Green sabe lo que hace.
Purple lo miró de reojo, sin responder de inmediato. Second tenía razón, pero eso no hacía que la espera fuera más fácil.
—Lo sé… solo quiero saber si está bien —respondió finalmente, con voz más baja de lo usual.
Yellow dejó de hablar con Red y miró a Purple con una expresión tranquila.
—Blue no está pasando por un buen momento, pero Green sabe cómo manejarlo. Confía en él.
Purple asintió, pero sus dedos seguían jugueteando con la tela de su ropa.
Red, que había estado más callado de lo habitual, finalmente habló.
—Pero… —su mirada se deslizó hacia la puerta—. Si Blue ya no está con Rust… ¿qué pasará ahora?
Hubo un silencio breve. Purple se tensó levemente, pero intentó no demostrarlo.
Second levantó una ceja, pero su tono seguía siendo despreocupado.
—¿A qué te refieres?
Red se encogió de hombros.
—Solo digo que las cosas podrían cambiar. Blue y Green siempre han sido cercanos… y ahora que Blue está soltero…
No terminó la frase, pero todos entendieron lo que quería decir.
Purple sintió que el pecho se le oprimía un poco. No quería pensar en eso. No ahora.
Yellow le dio un codazo a Red, frunciendo el ceño.
—No es el momento de especular sobre eso.
Red levantó las manos en señal de rendición.
—Solo lo mencioné.
El silencio volvió a llenar la sala, y Purple simplemente siguió mirando la puerta, esperando… esperando que Green volviera.
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Red se acomodó en el sofá, cruzando los brazos detrás de la cabeza mientras miraba el techo.
—Tal vez, si todo sale bien, Green y Blue puedan ser algo —comentó con un tono despreocupado, pero con una pizca de curiosidad en la voz.
Purple sintió un escalofrío recorrer su espalda. Su mirada seguía fija en la puerta, pero sus manos apretaban con más fuerza la tela de su ropa.
—¿Por qué dices eso? —preguntó Second, arqueando una ceja.
Red se encogió de hombros.
—Ellos siempre tuvieron su historia. Ya sabes, mejores amigos muy cercanos, inseparables… hasta que las cosas cambiaron.
Yellow, que estaba escuchando en silencio, suspiró y cruzó los brazos.
—Sí, las cosas cambiaron. Yo me volví el mejor amigo de Blue después de un tiempo… y luego, Purple se convirtió en el mejor amigo de Green.
Purple parpadeó, saliendo de su ensimismamiento al escuchar su nombre.
—Eso no significa que… —empezó a decir, pero se detuvo al notar que su voz había salido más apresurada de lo que quería.
Red se giró para mirarlo con interés.
—¿No significa qué?
Purple se quedó callado por un momento. Sentía el corazón latiéndole más rápido de lo normal. No quería hablar sobre eso. No quería admitir lo que estaba pensando.
—No significa que Blue y Green tengan que estar juntos solo porque fueron cercanos en el pasado —respondió finalmente, su voz más firme.
Red alzó una ceja, como si estuviera a punto de decir algo más, pero Yellow le dio un codazo, negando con la cabeza.
—No empieces, Red. Blue acaba de salir de una relación, y Green… Green tiene sus propios sentimientos. No podemos asumir nada.
Second asintió lentamente.
—Exacto. Mejor esperemos a ver qué pasa en lugar de adelantarnos a las cosas.
Red suspiró y levantó las manos en señal de rendición.
—Está bien, está bien. Solo era una observación.
El silencio volvió a llenar la sala, pero Purple ya no se sentía tan tranquilo como antes. No podía evitar pensar en lo que había dicho Red. ¿Era verdad? ¿Había algo que no estaba viendo?
Apretó los labios y miró nuevamente hacia la puerta.
Solo quería que Green volviera.
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Minutos después, la puerta se abrió suavemente, y Green y Blue regresaron a la sala. Blue tenía los ojos un poco hinchados, pero su expresión era más tranquila. Green, por su parte, caminaba a su lado, asegurándose de que estuviera bien.
Todos en la sala se giraron para mirarlos. Hubo un breve silencio, hasta que Second se aclaró la garganta y habló.
—¿Todo bien?
Blue asintió con una pequeña sonrisa.
—Sí… estoy mejor.
Yellow se levantó y le dio un leve golpe en el hombro, como una muestra de apoyo.
—Sabes que puedes contar con nosotros para lo que sea.
—Lo sé —respondió Blue, sonriendo con más sinceridad.
Green, que hasta ahora no había dicho nada, miró a todos y luego a Purple. Había algo en su expresión, un destello de preocupación que Purple no supo identificar del todo.
Red rompió el silencio con su tono despreocupado de siempre.
—Bueno, ahora que todo está más tranquilo… ¿qué les parece si hacemos algo para distraernos? No podemos estar deprimidos todo el día.
Second asintió, cruzándose de brazos.
—Podríamos salir un rato, tomar aire fresco.
—O pedir comida y ver algo juntos —propuso Yellow.
Todos comenzaron a discutir opciones, pero Purple apenas escuchaba. Su mirada se mantenía fija en Green y Blue. A pesar de que Blue había dicho que estaba mejor, seguía viéndose más cómodo cerca de Green. Y Green… Green estaba atento a cada mínimo gesto de Blue.
Purple sintió un nudo en el estómago.
No podía ignorar lo que sentía, pero tampoco podía decir nada ahora. Solo le quedaba observar y esperar… aunque no estaba seguro de que eso fuera suficiente.
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Purple salió de sus pensamientos cuando sintió una mano revolver suavemente su cabello. Levantó la mirada y se encontró con Green, quien le sonreía con esa expresión relajada y juguetona que siempre tenía.
—¿En qué piensas tanto, eh? —preguntó Green, inclinándose un poco hacia él mientras seguía rascándole la cabeza.
Purple parpadeó varias veces, tratando de ordenar sus ideas. No podía decirle la verdad, no ahora. Así que simplemente forzó una pequeña sonrisa.
—Nada importante. Solo estaba... distraído.
Green lo miró con curiosidad, pero no insistió.
—Bueno, no pienses demasiado o te saldrá humo de la cabeza. —Le dio un último revolvimiento en el cabello antes de soltarlo con una risa.
Purple sonrió un poco, pero por dentro su pecho se sentía pesado. Era tan fácil para Green alegrarlo con un simple gesto... y a la vez, tan difícil estar a su lado sabiendo que su corazón ya pertenecía a otra persona.
Antes de que pudiera decir algo más, Blue se acercó a ellos con las manos en los bolsillos.
—Oye, Green, ¿puedo hablar contigo un momento?
Green miró a Blue y asintió sin dudarlo.
—Claro.
Purple observó cómo ambos se alejaban un poco para hablar en privado. Sintió una punzada en el pecho, pero se obligó a desviar la mirada.
Tal vez... tal vez algún día podría decirle a Green lo que sentía. Pero hoy no era ese día.
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Mientras veía a Green y Blue hablar en privado, Purple sintió cómo su pecho se apretaba. No podía escuchar lo que decían, pero la forma en que Green miraba a Blue con tanta atención… dolía.
Suspiró y desvió la mirada hacia la ventana. El cielo comenzaba a teñirse de tonos anaranjados, y en su mente comenzó a formarse una idea.
"Tengo que hacerlo…"
Si quería respuestas, si quería al menos intentarlo, debía dejar de esperar el momento perfecto y crear uno por sí mismo.
"Lo llevaré a un lugar especial. Un sitio donde podamos estar solos, donde el ambiente sea el adecuado… y ahí le diré todo lo que siento."
Su corazón latió más rápido al imaginarlo. Podría llevarlo al campo de flores cerca del bosque, ese lugar que descubrió hace un tiempo y que siempre le pareció mágico. Al atardecer, cuando todo estuviera bañado en una luz dorada y los pétalos de las flores se mecieran con el viento… ahí sería el momento ideal.
"Solo quiero que me escuche… y si no siente lo mismo, al menos habré sido sincero."
Purple apretó los puños, decidido.
—¿En qué piensas? —la voz de Red lo sacó de sus pensamientos.
Purple parpadeó y lo miró, notando que todos parecían estar más relajados ahora que Blue estaba de regreso.
—Nada, solo… estaba viendo el atardecer.
Red lo miró con una ceja levantada, pero no insistió.
"Solo un poco más, Green… pronto te lo diré."
---
[Continuará...♡]
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