𝖮𝖮7 › 𝖻𝗂𝖾𝗇𝗏𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈𝗌 𝖺 𝖢𝖺𝗇𝖺𝖽𝖺́

En todo el camino al viaje estuve dormida y cuando me despertaba y me veía de nuevo entre las nubes seguía durmiendo. Lo hacía cada cinco minutos y alrededor de la octava vez que me desperté intenté no dormir más. Miré hacia el asiento frente a mí y el manager de Jin estaba dormido al igual que yo y sus espejuelos estaban comenzando a caer del puente de su nariz y la tableta, donde tenia todo el horario de Kim, estaba resbalando de sus manos.

Con cuidado me levanté y se la quité para que no caiga. En ese momento me dí cuenta de que Kim SeokJin no estaba en su asiento. Miré hacia atrás disimuladamente y no lo ví, el tenía que estar ahí, o sino dormido, despierto, comiendo, pero ahí.

Bah, daba igual, yo no tenia que preocuparme y si el no estaba en su asiento o estaba en la cabina, a no ser que se haya lanzado del avión. Comienzo a presentir los días de paz cuando Kim no esté.

—¿Despiertas? —rodé los ojos cuando lo vi aparecer en mi campo de visión y sentarse junto al manager—. ¿Te comieron la lengua los ratones?

—No.

—Da igual, tienes baba.

—¿Qué? —con la vergüenza a tope limpié mi barbilla y luego el rió.

—Era mentira pero bueno. Me aburro demasiado aquí y ahora que despiertas, como estás en este jet junto a mí harás que me entretenga.

—Sueña.

—Ya lo hice. Dormí dos horas y ya no puedo más.

—Muy mal por tí, Kim. ¿Tienes mucho trabajo que hacer en Canadá? —asintió antes de comenzar a contar con sus dedos.

—Entrevistas, grabación del mv, concierto, alguna que otra sección de fotos, ¿se me escapa algo? —se preguntó a si mismo—. Creo que no.

—¿Cómo son las secciones de fotos?

—Normales, primero se elige la temática de lo que va a representar la foto, luego el fondo y el vestuario. ¿Eres siempre tan tonta?

—No se en que pensaba cuando acepté trabajar contigo.

—Ni siquiera yo. Odio hacerlo y apenas hemos empezado. Te dije que lo dejaras, que no íbamos a funcionar y sigo reiterando mis palabras, no vamos a funcionar, pero no me hiciste caso y ahora andas en mi jet privado a punto de aterrizar a Canadá conmigo a hacer de mi niñera y mi sirvienta.

—No seré tu sirvienta, Kim —aclaré molesta, quizás podía tolerar que dijera que era su niñera porque según el ceo tenia que "educarlo", pero su sirvienta, ja, que siguiera soñando.

—Oh vamos, despertarme en las mañanas, traerme cosas cuando te las pido, ayudarme en lo que haga falta, ¿no es sirvienta?

—No, porque no haré nada de eso. Cumpliré mi papel y cuando salgamos de aquí este mes serás una mejor persona para que yo pueda dejar de tener que "educarte" porque eres un mimado.

—No soy un mimado.

—Si lo eres.

—Pero yo no soy-

—No me importa lo que no seas. Duerme un rato más y ya.

Me cambie para el asiento de atrás con tal de no verlo pero me siguió y esta vez se sentó a mi lado, lo hacía para molestarme, no había duda de eso, siempre lo había echo. No le dí importancia solo para que le doliera en su ego y sacando mi teléfono comencé a leer una historia.

Se inclinó hacia mi y lo deje porque no quería hablar con el y reclamarle seria buscarle la lengua y terminar en otra charla fajados. Tampoco esperé que se pusiera a leer conmigo como si fuera lo más interesante y quise reír por eso.

¿Kim SeokJin leyendo una historia? Nunca he visto a Jin leyendo, ni siquiera tiene cara de que le guste y el tiempo apenas y le debe dar. Me sentí mal por un momento, pero tan pronto como recordé que el amaba eso, era de esas personas que aunque en cierto punto su vida se volviera asfixiante no la iba a cambiar y seguiría en ella porque la amaba. Era tal y como las relaciones tóxicas.

Imaginé entonces un Jin en una biblioteca leyendo libros, era raro. Seguí leyendo el fragmento de la narración pero Kim terminó interrumpiendo toda la concentración que tenía.

—¿Quién es Alexander?

—El hermano del protagonista —aclaré.

—¿Y es bueno o malo?

—Es bueno.

—¿Y por qué...?

—¡Solo lee, después te paso la historia si quieres!

Dio un pequeño brinco en el asiento debido al susto repentino de mi grito y asintió, sumergiéndose de nuevo en la pantalla de mi teléfono.

Cuando fui a cambiar la página me detuvo la mano. No había terminado y cuando lo hizo fue que pude seguir leyendo. Siempre leía sola y me era difícil adaptarme a hacerlo con otra persona.

El aterrizaje fue tan suave que apenas y lo sentí. Me dí cuenta al mirar por la ventanilla y ver como íbamos descendiendo. Fue entonces cuando decidí cerrar mi teléfono. El manager de Kim, SeoYeon, despertó y bajamos. Tomé mi maleta y se acercaron rápidamente a tomar la de Jin. Metió la manos en sus bolsillos y bajó del lugar, pero antes de empezar a caminar me dijo—: No te alejes mucho, no quiero que pase como la vez pasada, casi te pegan —parecía como si estuviera preocupado por mí, pero teniendo en cuenta nuestra relación lo dudaba.

Salimos y tal y como esperaba los flashes no tradaron en aparecer, así como las fans formando un círculo a su alrededor y algunas con carteles. Jin le daba una sonrisa a todo el mundo y yo iba detrás de él deseando salir de ese tumulto de personas. Con cuidado pudimos llegar al auto pero antes de que entrara al queridisimo —odioso— de Kim se le ocurrió intractuar un poco con las fans y dejó autógrafos a varias de ellas hasta que por fin entró en el auto. Salir de la multitud también fue un reto pero por fin pude relajarme en mi asiento y suspirar con tranquilidad. Tenia que hacer una nota mental de preguntarle a Tomorrow by Together como podían soportar estas cosas. A las personas del staff también.

Me aclaré la garganta y me voltee para ver a Jin en el asiento del pasajero.

—¿Qué? —preguntó cuando supo que lo estaba mirando.

—¿Todo bien? —lo odiaba, pero tampoco iba a ser una ignorante como para si se hubiera echo daño dejarlo pasar.

—Si —seco como de costumbre, respondió. Tarare un "sí" en respuesta para que supiera que lo escuché y volví a mi posición inicial.

Llegar al hotel se tardó alrededor de media hora. El viaje no se demoró tanto como pensé y me entretuve viendo todo el paisaje. Era la primera vez que salia del país. No era algo que le pensaba decir a Jin, imagino su respuesta de: "¿Por qué nunca has venido siendo la hermana de un idol?". Su voz resonó en mi mente.

El manager se encargó de todo y Kim y yo solo tuvimos que esperar en la sala que nos indicaron. Nos sentamos tal y como cuando estábamos entre las nubes, uno al frente del otro. Podía sentir su mirada en mí y me sentía un poco incómoda por estar sola en el mismo espacio que él. Era la segunda vez que estaba en un lugar cerrado sola con él.

—¿Todo bien en el viaje? —siempre era seco, como si el no sintiera emociones. ¿Cómo mierdas podía hacer eso? Carajo.

—Si —respondí, pasando mi mano por la silla en busca de algo para entretenerme—. ¿Tienes mareos o algo?

—Nunca tengo mareo.

—Mal, Kim. Se que te da mareos viajar en avión. ¿Te duele la cabeza?

Claro que lo sabia. Era uno de los puntos que Soobin me había dejado en claro cuando supo que iba a viajar con él, incluso tenia una bolsa en mi bolso por su tenia náuseas, aunque creo que eso era algo raro.

Carajo, tenia que estar preocupándome ahora por SeokJin.

—¿Quién te dijo eso?

—¿Te duele o no?

—Un poco. Cuando llegue a la habitación y descanse un rato ya se me va a pasar.

Yo no podía descansar apenas llegara. Tenia que, junto con el manager, ver la agenda de Kim y vamos, no soy tan mala como parezco y por eso quería que no fuera tan agotador y solo estuviera trabajando.

Mi odio hacia Kim seguía intacto, pero tenia sentimientos, a diferencia de él que parecía que se los había arrancado y a quien único demostraba era a sus fans.

Tampoco le iba a decir que era yo quien iba a tratar de conseguir que tuviera tardes libres. ¿Escuchar a Kim jactandose de "el poder que tiene en mí"? Si fuera por eso lo dejaría ahogarse en trabajo.

Cuando salimos de allí, porque su manager nos llamó nos entregó las llaves de la habitación presidencial de la suite. Quise golpearme.

—Pero yo no necesito una habitación tan grande. Estoy bien con una para huéspedes —intenté devolverle la tarjeta.

—Ella está bien así —Kim tomó mi mano con fuerza y la quito—. Vas a la habitación de huéspedes y Han SeoYeon se va.

El rostro del manager palideció. Ya entendía a que se estaba refiriendo el ceo cuando dijo que había tomado mucha libertad. Me había dado en mi punto y él sabia que no iba a dejar que su manager fuera despedido por mi culpa, pero también dudaba de que Kim lo hiciera. Creo que tenían cierto apego ya, es quien está con el desde que debutó. Solo eran inmadureces —quise pensar.

—Se me olvidaba que sin mí no vives —resignada acepté—. Me quedaré en la suite presidencial.

En realidad solo era un ala de habitaciones disponibles para, como en este caso, famosos.

Pude ver como volvía a tomar color el rostro de SeoYeon y quise reír, pero maldecir a Kim. Luego de esto me iba a asegurar que estuviera siempre a metros lejos de mí. No lo quería volver a ver en mi vida —algo imposible considerando que siempre está en las redes sociales y existen carteles con su rostro en las calles, como anuncios.

Nos guiaron hacia allá y uno de los trabajadores del hotel llevó mi maleta y la de Kim. Nos condujeron por un pasillo que no había nadie (perfecto para que no reconozcan a Kim) y cuando entramos, el hombre con una reverencia se fue. SeoYeon dejó unas indicaciones como que no nos matemos.

—Te recuerdo que fue tu queridisimo idol quien insistió en que este aquí.

—Por supuesto —se aclaró la garganta.

Siguió con que para cualquier problema iba a estar en las habitaciones de arriba y por último que Kim descansara, y que más tarde me tenia que ver.

Tomé mi maleta y entré en la puerta que estaba al lado de la de Kim y sin darle una mirada inserte la llave magnética y una vez el bombillo verde, indicando que estaba desbloqueada la puerta, sostuve la manija y entré, cerrando la puerta en su cara.

Hola, hotel. Hola, desgracias. Y por último, hola, Canadá.

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