Capítulo 1
Giyu caminaba con normalidad por aquel bosque, su vista estaba fija en la salida. De pronto sintió una rama partirse en su espalda. El chico solo bufo para girarse.
-¿Hasta cuándo vas a seguirme? -Cuestiona arto, ella sólo sonríe y sin decir nada sigue caminado.
Al pilar no le quedó más remedio que proseguir en suviaje, tenía una misión muy importante. Desde que la había salvado la chica lo segura día y noche, mantenía su distancia y evitaba hablar. Llevaban dos semanas en esa rutina, nisiquiera se acercaba por hambre ni sueño, parecía hecha de hierro.
Siguieron caminado, él debía deshacerse de ella, tenía una misión, y no podía cargar con aquella demonio, además de que estaba prohibido. ¿Qué les diría a los demás pilares? «Es una chica que recién conocí y no puedo matar». Definitivamente tenía que pensar algo.
-¿Por qué no te vas con los demás demonios? -Volvió a girarse, ya se estaban acercando al pueblo.
-Es por mi apariencia, parezco una humana -Las primeras palabras que había dicho en todo el viaje, se notó bastante triste.
-Entonces con los humanos....-Dijo esperanzado.
-Mis ojos -Se señaló los ojos, eran de un color rojo brillante -Me aborrecen, no pertenezco a ningún lugar.
Sus ojos se cristalizaron y sus pupilas se movieron levemente, Giyu corrió la vista del hipnotizante lugar, a él jamás le llamo la atención algo, siempre veía todo de la misma forma y nada le parecía hermoso, hasta que su mirada chocó con la de esa chica.
Resignado a tenerla consigo se arrancó un trozo de tela de su vestimenta para lanzarselo, ella lo tomo impresionada y lo miro curiosa.
-Estamos a punto de entrar a una aldea de humanos, ponte eso en los ojos y hasta la ciega -Explica tan serio como siempre.
La castaña miró con una sonrisa la tela y luego la puso sobre sus ojos, cuando se lo había temrinado de amarrar sintió como alguien tomaba su mano. Fue lo más cálido que haya sentido en su vida, jamás un humano la había tocado, aunque siempre supo que la raza tenía una extraña calidez, esto sobrepasaba sus expectativas.
-No hace falta que te molestes, soy un deminio, puedo caminar y ver en la oscuridad -Sintió como el comenzaba a caminar arrastrandola consigo.
-Lo eres, pero ellos no lo saben, y de preferencia prefiero que siga así -Su voz sonaba tan cortante.
Caminaron por la ciudad, para Giyu todo aquello era normal, pero ________ sentía a las personas hablando, los herreros haciendo su trabajo, las multitudes riendo, era como un paraíso, lo que había soñado toda su vida.
De pronto Giyu se había detenido y ella lo hizo igual.
-Bienvenido sea señor -Era lo voz de una dama joven -Usted debe ser el asesino de demonios.
El pilar asintió en aprobación y ella hizo un gesto para que entraran a la posada, ambos lo hicieron. Los resivieron una señora mayor y una niña pequeña.
-Hola mi nombre es Alma, soy la dueña de esta posada y estas son mis nietas -Las dos se pusieron al lado de la vieja.
El lugar era bastante amplio, con dos caminos diferentes que posiblemente llevarán a las habitaciónes, en el centro había un gran jardín, con rocas, flores y un mini arrollo. El lugar tenía un toque rural y era bastante acojedor, se veía que esa familia estaba bien posicionada.
-Dice usted que tiene un demonio poderoso en su posada.
-Si señor -Asintió la vieja -Ataca a las parejas. Nuestra posada ha perdido prestigio por su culpa, le ofrecemos alejamiento y comida a cambio de expulsarlo.
El gran banquete que se había servido para la joven pareja se imponía y más aún con el hambre que tenía _________. Giyu se encontraba sentado a su lado, tenían una gran mesa delante de ellos con una gran variedad de alimentos, carnes de todos tipos, vinos de alta calidad, un arroz que olía exquisito y las verduras que condimentaban.
La hermosa chica dejó el último plato frente a ambos, miraba bastante a Giyu y eso ________ lo había notado.
-Mi nombre es Aria, por favor siéntase como en casa -Hizo una reverencia ante ambos para apartarse un poco.
Aunque estaba presente Aria se encontraba bastante lejos de ambos, recostada a una pared, mirando imcasablemente al pilar, aún era una jovencita pero se podía ver en sus ojos el deseo. El de ojos azules se inclinó un poco hacia su compañera.
-¿Está bien para ti comer esto? -Cuestiona preocupado, era un demonio, podría vomitar aquella comida o incluso despertar su sed de sangre.
-A mi déjame las carnes, aunque sean se animales logran sacearme.
Él obedeció y dejo que aquella chica tomara las carnes mientras el se deleitaba con el manjar de variedades que ofrecía la casa. Sin duda debían poseer una gran fortuna.
-Si no es muy descartes....... -Suelta Aria al recoger un plato que se encontraba frente a Giyu, ________ se encontraba mirando el cielo desde la puerta corrediza de la habitación, sin embargo se permitió escuchar la conversación -¿Esa chica es tu novia?
Él pensó que debía responderle, era lógico que pensara eso, después de todo había llegado ahí con ella de la mano, sin embargo si llegara a expandirse el rumor de tal blasfemia podrían degradarlo de su cargo, puesto que los pilares tenían prohibido cualquier acercamiento al amor.
-Nosotros los mata demonios no podemos atarnos a tales tonterías, se nos prohíbe mantener una relación íntima por el bienestar de los demás....... -Hizo una pausa y miró a la chica -Es mi hermana menor.
-Menuda mentira más estúpida -Susurró la chica sabiendo las intenciones de Aria, a veces el castaño parecía tonto, y eso sólo hacía que despertara un interés peculiar en ella.
La noche, el momento en que todos están durmiendo mientras la luna alumbra en lo más alto del cielo.
Sólo se sentía el cantar de los grillos. En aquella habitación Giyu mantenía sus ojos abiertos con mucha facilidad, la futón era cómodo, sin embargo
debía mantenerse alerta. Miró a su compañera, se encontraba acostada a unos centímetros de él, en otro futón, no parecía despierta.
Su semblante serio no cambiaba, estaba a la espera de aquel demonio, terminaría su trabajo y tomaría unas vacaciones. Su mente viajó hasta el día en que conoció a _________, el momento en que ella sonrió como ningún ser humano podía, también recordó su figura brillando delante del sol a la punta de un atardecer, le gustaba verlos.
De pronto sintió algo sobre él, había perdido la concentración, se había distraído, alzó su mirada para encontrarla. Estaba sentado sobre su estómago, con ambas manos sobre este, portaba el haori que Giyuu se había quitado para dormir, mostrando gran parte de su cuerpo desnudo sin embargo no se veía del todo. ¿En que momento se lo había robado? ¿Por qué cuando se trataba de ella bajaba tanto la Guardia?
Sus ojos brillaban como nunca, contrastado con su cabello castaño, se acercó a la cara del chico su cabello cayó al lado derecho.
-Eres muy extraño, nunca conocí a un humano como tú -El haori comenzaba a separarse de sus pechos y eso sería malo -No prestas atención a las mujeres, no te importan los detalles, tampoco lo que te rodea, es como si no fueras humano, como si no tuvieras sentimiento o deseo alguno.
Se acercó a sus labios, haciendo que estos rozaran, algo se movió en el estómago de ambos y justo cuando lo fue a besar.....
-Lujuria -Se sintió el susurro siniestro de un alguien.
A unos metros de ambos había un demonio de aproximadamente 200 centímetros de altura, tenía la cara arrugada y el cuerpo mal formado.
__________ se levantó del lugar y se puso bien su kimono para lanzarle el Hiari a su dueño, Giyu siguió su ejemplo y se paró al lado de ella.
-Sabía que eras un depravado -Atina divertida la castaña.
-Decido pensar que hiciste todo esto para que el demonio saliera -Las primeras palabras del de ojos azules en toda la noche.
-En sima de que hago el trabajo sucio, deberías darme las gracias -Levantó su mano y en ella se abrieron pequeños huecos de los cuales salían sangre.
Si previo aviso toda se acumuló delante de ambos formando una espada.
-Voy a suponer....... demonio de sangre -Suelta Giyu sacando su espada.
-Eso es muy loco de tu parte -Dice divertida.
-Me arriesgaré.
-Lujuriaaaaa -El demonio se lanzó sobre ambos y la espada se clavó en su pecho.
Palabras del autor:
-Se esconde detrás de una pared- Por favor díganme que les gustó y que se quedaron con ganas de ese beso.
Me encanta Giyu por Dios, lo amo, lo amo con todo mi ser, me voy a casar con el cuando sea grande.
Lean comiendo palomitas.
Se despide
~Sora~
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