Capítulo 3.
Jin regresaba de un viaje de negocios repentino, había viajado a Londres y su ánimo estaba por el suelo, su jefe le había pedido acompañarlo y él no podía negarse obviamente.
Para empeorar, JiMin se había molestado con él, reclamando la poca o nula atención que le daba.
Su relación se había envuelto en un gran problema desde las últimas semanas, JiMin estaba muy irritado que hasta lo echaba de su hogar con tal de estar "solo" y poder hacer su trabajo sin interrupciones.
Se sentía devastado, el rubio jamás había actuado así con él. Además, en el último tiempo el menor actuaba raro, y a veces, veía pequeñas marcas en su pecho y clavículas.
Él decía que eran picaduras de mosquitos y Jin estaba tan cansado que sólo accedía a las exigencias del menor.
¿Pero qué más podía hacer? Ese era su trabajo, él deseaba que JiMin fuera más comprensivo y menos egoísta.
Llegó al departamento de su prometido, estaba oscuro y sólo escuchaba ruidos en su habitación.
Con el corazón latiendo a mil, caminó a dicho lugar y lo que vio... Lo que vio fue peor que recibir un disparo en la cabeza.
JiMin estaba en cuatro y siendo follado por un tipo más bajo que él y de piel pálida, gemía como ninfómana el nombre de su amante. YoonGi, gritaba él.
Con sus piernas temblando y el corazón hecho añicos, salió. Pues ni siquiera se habían percatado de su presencia.
Conducía a toda velocidad al departamento de su hermano menor, TaeHyung, le había avisado que iría.
Al llegar y ver la sonrisa triste de su hermano, Tae lo abrazó con mucha fuerza y el castaño soltó a llorar con amargura.
—Me engañó. -Gimoteba con dolor mientras se aferraba al abrazo de su hermano. —Me engañó, Tae...
Repetía y el menor ansiaba estrangular a ese estúpido enano que había jugado con el corazón tan puro de su hermanito.
—Shhh trata de calmarte, Jinnie. -Pidió suavemente mientras le besaba y acariciaba la cabellera castaña.
Al término de un par de horas, el mayor se quedó dormido, con su rostro rojito y las lágrimas secas le daban una apariencia deplorable.
Lo dejó en la habitación de invitados y él se fue a la sala, meditando sobre que podría aconsejarle, pues su hermano lo necesitaba más que nunca.
Al día siguiente, el celular de Jin sonó y al ver quién lo llamaba, TaeHyung contestó agresivo.
— ¿Qué quieres? -Ladró.
— ¿Por qué tienes el celular de SeokJin? -Respondió con otra pregunta y muy molesto.
—No te importa y si me disculpas, debo ir con él. -Dijo tajante y estuvo por colgar.
— ¡Espera! Eso me dice que Jin está contigo, iré a verlo. -Contestó firmemente.
—No eres bienvenido en mi casa, así que ni se te ocurra venir.
— ¿Qué te ocurre? ¿Por qué me atacas? -Preguntó el rubio exasperado.
—Mejor dime, ¿prefieres a ese tipo sólo porque te folla como la puta que eres? -Preguntó con todo el veneno posible.
El silencio al otro lado de la línea, confirmaba lo que el mayor le había hablado horas antes. Sin más, colgó la llamada y borró el historial.
Jin había pedido una semana libre, estaba entrando en una depresión y Tae junto a su esposo HoSeok hacían todo lo posible por mantenerlo a flote, no dejaron que se fuera a su departamento, podía hacer una locura y ellos no permitirían que tan maravillosa persona pagara lo que no debía.
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