Era el día de la gran Boda de Jiang-Jin, como la llamó el Mundo de Cultivo. Lan Wangji y Wei Wuxian se dirigían a la Torre Koi y Lan Wangji no pudo evitar notar la primavera en el paso de Wei Wuxian. La felicidad que se filtraba por cada poro de Wei Wuxian lo hacía sentir cálido por dentro.

Wei Wuxian decidió vestirse con su mejor ropa ese día. Vestía sus mejores vestiduras negras, bordadas con discretos lotos y una faja roja a juego. Lan Wangji, sin embargo, lo vio mirar con nostalgia una túnica morada que tenía en la pequeña caja que él llamaba su armario, cuando se estaban preparando.

—¿Por qué no?

Wei Wuxian sonrió con tristeza. —He desertado de los Jiang. No puedo.

Lan Wangji recogió el cinturón lila de la túnica y se lo tendió a Wei Wuxian.

—Por tu hermana.

Así que la faja roja fue reemplazada por una morada.

Mientras que Wei Wuxian había jugueteado con su elaborado regalo para su hermana día y noche, Lan Wangji había pasado muchos días visitando el Clan Jin y manteniendo correspondencia complicada, pero nunca dejando el lado de Wei Wuxian por mucho tiempo. Le había costado una larga y ardua cantidad convencer a los Jin hasta que finalmente se le permitió a Wei Wuxian asistir a la boda, no como hermano de Jiang Yanli, sino como invitado del Clan Lanling Jin.

Jin Zixuan había jugado un papel importante en este suceso. Sabía que su futura esposa quería a su hermano jurado en su boda, así que lo había presionado con todo su poder e influencia. Combinado con la argumentación lógica de Lan Wangji y el impulso por la paz y la reconciliación, finalmente pudieron convencer a Jin Guangshan.

Cuando llegaron a la Torre Koi, los aprensivos guardias aún no dejaban entrar a Wei Wuxian, sin estar convencidos ni siquiera por el propio Lan Wangji. Pero Jin Zixuan salió personalmente para escoltar a Wei Wuxian y Lan Wangji a la torre y al gran salón.

Tan pronto como entraron, Lan Qiren apartó a Lan Wangji de Wei Wuxian hacia un rincón del salón con una mirada intensa. Sin embargo, Lan Wangji notó con un poco de alivio que Wei Wuxian lo seguía tranquilamente, acompañado por Lan Xichen, quien lo había recibido en nombre del Clan Lan.

Cuando estaban a punto de tomar asiento, una chica con una sonrisa cortés se les acercó. Lan Qiren la presentó, aunque tanto él como Wei Wuxian ya la conocían.

—Wangji, esta es Lady Luo del Clan Jin. ¿Supongo que la recuerdas? Había acompañado al joven heredero Jin cuando vino a estudiar a Cloud Recesses.

Oh, por supuesto que recordaba a Lady Luo. El sabor de la bilis en su boca se sentía amargo. No tenía nada en contra de la mujer en sí, pero odiaba la atención que Wei Wuxian le prestaba y cómo se sentía al verlos coquetear entre ellos.

—Señorita Luo.

—Hanguangjun.

Se saludaron cortésmente, Lan Wangji deseaba desesperadamente que ella se fuera, pero ella se quedó allí esperando por un momento y después de un asentimiento de Lan Qiren, se sentó en la mesa Lan, a cierta distancia.

Lan Qiren explicó: —Quería decírtelo antes, Wangji. Los Jin han propuesto un matrimonio en el Clan Lan".

—Mn—. Lan Wangji no estaba particularmente interesado en conocer el meollo del matrimonio entre clanes, pero como su posición lo requería, tenía que escuchar con paciencia.

—Lady Luo pronto se casara con nuestro clan.

—¿Con quién?— Wei Wuxian intervino, incapaz de ocultar su curiosidad.

—Wangji.

—¿Mn?— Sus pensamientos sobre cómo salir de esta conversación se vieron interrumpidos y se instaló la confusión.

—La propuesta de boda de los Jin es para ti, Wangji—. Lan Qiren declaró, sin obtener la reacción que esperaba.

Si Lan Wangji no estaba prestando atención en ese momento, ahora estaba hiperconcentrado en cada palabra que su Shufu acababa de decir, con la conmoción asentándose en su estómago.

Todavía no se había puesto de acuerdo con la declaración de su tío, cuando de repente un fuerte sonido de algo rompiéndose vino detrás de él. Se dio la vuelta para ver a Wei Wuxian cubierto de salpicaduras de alcohol, con la copa destrozada en la mano. Los muchos fragmentos en los que se había roto la copa le habían causado múltiples cortes en la palma de su mano, que de otro modo sería suave, y la sangre se mezclaba con el alcohol en su mano, goteando de forma enfermiza.

—Oh, lo siento. Mi culpa. ¡Pueden continuar! Parece que mi agarre es demasiado fuerte para estas delicadas tazas—. Wei Wuxian habló con una sonrisa plasmada en su rostro, riendo levemente y limpiándose las salpicaduras de alcohol de su rostro. Pero años de observar al hombre le habían enseñado que Wei Wuxian actualmente se estaba riendo a través de un dolor que solo podía verse en sus ojos.

¿Dolor? ¿De qué? ¿Por qué le gustaba Lady Luo? Los pensamientos de Lan Wangji giraron más rápido con muchas posibilidades.

Wei Wuxian se excusó, para limpiar y vendar su herida, y se fue apresuradamente en una avalancha de tela que fluía. Sin embargo, cuando se fue, Lan Wangji notó que la primavera en su paso ya no estaba y parecía un cachorro mojado.

Lan Wangji quería seguirlo de inmediato y hablar con él, pero aún tenía que responder a su Shufu de manera adecuada.

—Shufu.

—¿Sí, Wangji?

—No me casaré con Lady Luo. Esto es definitivo.

Antes de que Lan Qiren pudiera responderle, Lan Wangji se levantó e hizo una reverencia a Lady Luo, —Lo siento. Discúlpeme—, y luego salió rápidamente, siguiendo los pasos de Wei Wuxian y el olor a alcohol y sangre.

Lo encontró en un balcón lateral sin nadie más presente. Wei Wuxian estaba susurrando maldiciones mientras intentaba vendarse con una sola mano, usando una de sus fajas.

—Déjame.

Wei Wuxian se volvió hacia él, con los ojos brillantes y rojos. ¿Había estado... llorando? Lan Wangji dejó que su mano extendida volviera a caer a su lado, ligeramente desconcertado.

Antes de que Lan Wangji pudiera decir o hacer algo, Wei Wuxian le sonrió, recomponiéndose.

—Oh, lo olvidé por completo. ¡Felicitaciones por el compromiso! ¡Lady Luo y tú se verían increíbles juntos!— Sollozó un poco, mientras seguía manteniendo una cara despreocupada.

—Wei Ying...

—¡No, de verdad! Es tan tranquila y serena, como tú. ¡Puedo ver perfectamente por qué tu tío querría que ustedes dos se casaran! Serás tan feliz con ella, sin nadie que te moleste y altere, y, ¡Oh, tus hijos se verán tan adorables! Ah, niños. Si quieres, puedes enseñarles cómo no comportarse hablándoles sobre el temible Patriarca Yiling que también era tu amigo, y oh chico, estoy divagando y, y...— Sus palabras se desvanecieron, sus brillaban con lágrimas.

Lan Wangji sintió que le dolía el corazón al ver a Wei Wuxian en este estado emocional, por lo que le gusta mucho Lady Luo. El pensamiento lo aplastó por dentro, mientras trataba de mantener la compostura afuera.

—Wei Ying, yo no-

—¿Por qué no lo harás? ¡Es una unión hecha en el Cielo! No deberías ir en contra de una Bendición Celestial así

Para entonces, Wei Wuxian finalmente había terminado de vendar su mano. Levantando la vista de su mano, fijó sus ojos en el gran salón y comenzó a alejarse, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.

¡No, no! No puedo dejar que se vaya así. Si le gusta Lady Luo, debería estar con ella. Un corazón roto es mejor que tres, aunque sea el mío.

Atrapó la mano ilesa de Wei Wuxian y lo hizo girar para mirar hacia atrás. Justo cuando estaba a punto de hablar, comenzó la música nupcial, lo que significaba el comienzo del matrimonio y una señal para que los invitados regresaran a sus lugares.

Wei Wuxian miró sus manos y, con una sonrisa melancólica, las soltó y se apresuró a sentarse con el resto de los invitados de Jin en la otra esquina del salón.

Por mucho que quisiera perseguirlo, Lan Wangji tuvo que regresar a su propio sitio. Mientras se acomodaba en su asiento, Lan Wangji sintió que eran de mundos diferentes, su corazón dolía por sentir la suave mano del otro nuevamente. Durante toda la ceremonia, siguió mirando a Wei Wuxian, quien puso su mejor sonrisa falsa para mirar a su hermana, saludándola frenéticamente desde su lugar en la audiencia y animándola.

Se le formó un nudo en la garganta. Wei Ying debería estar feliz hoy, ha esperado esto tanto tiempo, pero no puede disfrutarlo por mi culpa. Todo es mi culpa.