ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠɪɪɪ : ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀɴᴅᴏsᴇ

Te despiertas poco a poco, contemplando la apacible luz de la mañana y la comodidad de la cabaña de Morgan en el bosque... antes de recordar los sucesos de la noche anterior. Bailar con Layla en el bar... la sangrienta batalla entre la Manada de hombres lobo y los cazadores fuera de Sayre Energy and Power... llevar a Layla al hospital...

- Buenos días. ¿Cómo estás?

- Yo... Siento que estoy muerta.

Haces una mueca de dolor al levantar la cabeza. Te duelen todos los músculos del cuerpo, y ni siquiera has empezado a contar los diversos rasguños y magulladuras.

- Uf. Qué noche.

- Ni siquiera las noches de luna llena suelen ser tan agitadas.

Ella te ofrece una taza de café y te sientas para darle un sorbo.

- ¿Pudiste dormir?

- No suelo dormir durante la luna llena.

La vibra entre tú y Morgan sigue siendo incómoda, pero tu frustración de anoche se ha disipado un poco. Ella deja escapar un fuerte suspiro.

- Anoche fue... difícil, pero espero que ahora entiendas por qué mi trabajo es tan importante. Sé que los hombres lobo son personas... o algo parecido. Y llegaste a conocerlos como personas, pero si siguen incrementando sus ataques... Bueno, ya lo viste. Son casi imparables.

- ¡Eso no significa que puedas destruir lo que son!

- Es la única manera. Si curamos lo que los hace transformar, podremos salvar a las personas que conoces.

- Nunca estarán de acuerdo.

- Son un peligro. No podemos dejarlos elegir.

Tyler levanta la cabeza, somnoliento, las mira, parpadea, y luego se sube a tu regazo y se pone cómodo.

- ¡Estoy con Morgan! ¡No más lobos!

- No estoy segura de que puedas opinar.

Tyler hace un puchero, pero acomoda su cabeza en tu rodilla y tú acaricias su suave lomo.

- Si no podemos desarrollar una cura, la única opción es la plata... y no me gusta usarla.

Una imágen aparece en tu mente... Es Morgan, de pie, con su arma apuntando a Isobel. La enorme forma Primigenia de mujer loba desplomándose por el disparo. Anoche estuviste demasiado concentrada en Layla para darte cuenta de lo incongruente que estuvo eso, pero ahora, mirando los ojos ciegos de Morgan...

- ¿Cómo...? ¿Cómo utilizas la plata?

- ¿Qué...?

- ¿Cómo disparas un arma y das en el blanco, Morgan? No es que hayas visto dónde estaba Isobel anoche.

- Ya te dije que no necesito ver. Utilizo mis otros sentidos para compensar.

- Morgan... ¿De verdad crees que eso es todo? Digo, encontrar una manera es una cosa. ¿Pero calcular la trayectoria de una bala? Tendrías que saber el tamaño de tu objetivo, a qué velocidad se mueve y en qué dirección...

- ... No puedo explicarlo. Solo funciona, ¿sí? Mis sentidos son más sensibles que los tuyos, eso es todo.

- Entonces... ¿qué sentidos te ayudan a acertar un objetivo a cincuenta metros de distancia?

- Eh... el olfato, por ejemplo. El olor de una persona es único para ella y perdura. Puedo utilizarlo para rastrearlas. Entonces... me hago una especie de mapa mental basado en la intensidad del olor, su antigüedad, la dirección del viento...

- No creo que eso sea... posible.

Morgan se mueve incómoda, y luego asiente hacia la puerta de la cabaña con un sonrisa traviesa.

- Apuesto a que podría enseñarte a hacerlo.

La sigues al exterior, donde el viento sopla con fuerza entre los árboles. Tyler sale somnoliento por la puerta detrás de ti y se adentra en los árboles para masticar algunas ramas.

- Perfecto. Utilizaremos a Tyler. Empieza por cerrar los ojos. Oriéntate. Nota los olores de fondo e intenta diferenciarlos.

Cierras los ojos e inhalas despacio.

- Huelo.. Pinos...

Mantienes los ojos cerrados, tratando de distinguir los distintos olores que te rodean.

- La savia es muy intensa. Debajo hay hojas podridas... Tal vez tierra.

- Bien. Ahora encuentra tu presa.

Poco a poco, un penetrante aroma animal llena tus sentidos, destacándose apenas del resto, y con él llega una sensación de poder de lo más profundo... Te arrodillas y examinas la tierra con la mano, absorbiendo el delicado y rico aroma. De repente, todo es claro y nítido, y el olor a animal se distingue de los demás. Giras la cabeza hacia la derecha e izquierda, buscándolo en el aire. Para esto naciste.

- Por ahí...

Agarras la mano de Morgan y la conduces al siguiente lugar en el que percibes el olor penetrante.

- Cuanto más antiguo sea un olor, más se degradará. Como el café rancio en contraste al recién hecho. ¿Puedes notar la diferencia?

- Sin duda, Tyler pasó mucho tiempo aquí, pero...

La magia retumba en tu sangre, te sientes tan segura de tu olfato como un sabueso y conduces a Morgan con facilidad a través de los árboles, hasta que...

- ¡Chrrrp!

Abres los ojos, sonriendo al encontrar a Tyler.

- Wow, te fuiste muy lejos de la cabaña, Tyler.

- ¡Todo es mejor aquí!

- Al menos ahora sabemos que puedes volver a encontrarlo si se pierde.

Acaricias el lomo de Tyler hasta que su pequeña y rechoncha cola se agita como la de un perro.

- Bllleeeh...

- ¡Wow! ¡No puedo creer que lo logré!

- Felicidades. Acabas de seguir tu primer rastro de olor.

• ୨❀୧ •

Más tarde, durante el desayuno...

- Tienes que decirme cómo aprendiste a olfatear así. Es que no es exactamente una habilidad común...

- No lo sé. Supongo que siempre me resultó... natural.

- ¿Tus padres también eran ciegos?

- En realidad... fui, mmm... abandonada al nacer. No sé nada sobre mis... padres biológicos.

- Morgan, yo... lo siento mucho.

Ella se encoge de hombros con incomodidad.

- No pasa nada. Yo... he tenido una buena vida. Mejor de la que ellos me habrían dado, estoy segura.

- ¿Alguien te adoptó?

- Tuve suerte... Alguien me encontró en las afueras del pueblo y me crio como su fuese su hija.

- ¿Fuera del pueblo? ¿En... en el bosque?

Morgan no responde y, a través del Vínculo, sientes que se cohíbe. Una advertencia de que tus preguntas hieren un poco.

- Morgan... ¿De verdad crees que un humano normal puede hacer lo que tú haces? ¿No te has preguntado si tal vez es algo... más que tus otros sentidos compensando?

- ¿Qué quieres decir?

- ¿En serio nunca te has preguntado si tal vez tienes sangre de hombre lobo?

- ¡No soy nada como esos monstruos!

Ella se levanta, alejándose de ti, y la oleada de ira que sientes a través del Vínculo es bastante parecida a la de Jimin.

- Y aunque lo fuera, me abandonaron. ¿Qué dice eso de su preciosa "Manada"?

- No lo sé, ¿sí?... Es que parece algo más que una coincidencia.

- No soy una de ellos. Es probable que mis padres hayan sido adictos o demasiado pobres para cuidar de una bebé con necesidades especiales. Tengo suerte de no haber acabado con ellos.

- Morgan, no sé lo que sabes acerca de lo que la Manada llama magia Primigenia, pero... He visto cosas con ellos, cosas que serían imposibles de explicar.

- No.

Te sorprende la magnitud de su rechazo, como un muro físico entre ustedes que te golpea en el pecho.

- Olvida que dije nada.

• ୨❀୧ •

Ese mismo día, tú y Morgan van de excursión a su estación de investigación... Donde Hugo y Sergei ya están trabajando duro.

- Conté al menos una docena de adultos.

- No hay tantos. Vi tal vez nueve como máximo.

Sergei mira con enfado las imágenes en el monitor de la computadora. Se parece al Blair Witch Project. Él frunce el ceño mientras levanta una fotografía impresa.

- ¿Cómo es que nunca conseguimos una imágen clara de ninguno de ellos?

Recuerdas que Jimin te dijo que la magia Primigenia interfiere con la tecnología, como los teléfonos celulares y las cámaras. Esa debe ser la razón por la que nadie ha demostrado la existencia de la Manada.

- Marisa ha pasado tiempo en su territorio. Puede que ella sepa.

- ¡Solo llevo unos días aquí!

- Estamos intentando prepararnos para el próximo ataque. Para proteger a la gente. Cualquier cosa que sepas podría ayudar a salvar vidas.

- ¿Qué quieren saber exactamente?

- Todo.

- Todo lo que puedas decirnos. Los números ayudarían : ¿cuántos adultos, cuántos jóvenes?

- Cualquier cosa sobre los miembros : cómo identificarlos, cuáles suponen una mayor amenaza.

Dudas y la mano de Morgan busca la tuya, definiéndose un momento antes de tocarte.

- Sé que puedes sentir cierta lealtad hacia ellos, Marisa... pero estamos intentando evitar problemas, no causarlos.

- No voy a darte información, Morgan.

Ella suspira, negando con la cabeza.

- Lo siento. Ya veo que podría parecer que eso es lo que estoy pidiendo...

- Eso es lo que estás pidiendo.

Mirando por encima del hombro de Hugo, ves que la hoja de cálculo en la que está trabajando está marcada con lugares y fechas... incluyendo el incidente del arroyo.

- ¿Todos esos son... ataques de hombres lobo?

- Así es. Los registramos todos.

- Son muchos, y se remontan a hace años. No tenía idea.

- Los ataques coordenados han aumentado en frecuencia e intensidad, pero aquí siempre ha habido violencia.

- Y los humanos no suelen salir vencedores.

Hugo se inclina y se sube un lado del pantalón, revelando una profunda cicatriz que se extiende desde la pantorrilla hasta el muslo.

- ¡Ay!

- Garras de hombre lobo. Tampoco fue mi primera vez. Vi mi primer ataque cuando tenía seis años. Escapé. Algunos niños no tienen tanta suerte.

- Yo... Lo siento mucho, Hugo. Debiste estar aterrorizado.

- Lo estuve. Ahora estoy enfadado. Ningún otro niño debería pasar por eso.

- Ya cazaba hombre lobo en Rusia antes de que te concibieran, muchacha. Son monstruos. Se hacen pasar por hombres.

Te sobresaltas cuando suena el teléfono de Morgan y observas el sutil cambio que se produce en su rostro al escuchar la voz del otro lado.

- Entiendo... Nos dirigiremos allí ahora.

- Eso no sonó bien.

- El jefe quiere un informe sobre anoche. Ahora.

• ୨❀୧ •

Las dos van de nuevo al pueblo, directo a la sede central de la SEP... Los daños de anoche siguen siendo evidentes. La policía está acordonando el lugar de los hechos e interrogando a los testigos en la acera, mientras las personas se quedan mirando o ayudan con la limpieza. El olor de los hombres lobo, terroso y silvestre, todavía flota en el aire, mezclado con el sudor y la sangre de humanos. Un olor en particular te llama la atención, una esencia embriagadora que te resulta muy conocida.

- (Jimin...)

El rastro de olor es antiguo, de la noche anterior, pero aún te toca una tecla en lo más profundo de tu ser.

- Se ve aún peor en el día.

- Siempre es así. Vamos. Tenemos que averiguar qué dicen las personas sobre lo que pasó.

Morgan va hacia una mujer con uniforme de camarera que está barriendo los cristales rotos de la acera, y tú la sigues.

- Disculpa. ¿Viste lo que pasó aquí anoche?

- Eh... más o menos. Estaba trabajando.

La mujer señala el bar donde Layla y tú bailaron hace lo que parece una eternidad.

- Escuché mucho alboroto. Gritos y disparos. Ese tipo de cosas. Pero luego las personas corrían diciendo algunas locuras...

- ¿Cómo qué?

- Como... que animales rabiosos atacaron a la gente. Alguien volvió y dijo que era Pie Grande. Solo... locuras.

Ella traga grueso mientras observa cómo cargan un auto con una enorme abolladura en el costado, en una grúa.

- Los animales no hacen eso.

- Parece que la celebración estuvo salvaje.

- He visto noches intensas. Esto... esto fue diferente.

- Bueno... Pudo haber sido una pelea de bandas.

- ¿En Hunt's Peak...? Eh, no lo creo...

Ella te mira de arriba abajo, como si se diera cuenta de que no eres del pueblo.

- No sé de dónde eres, pero aquí no tenemos ese problema.

Un guardia de seguridad llama a Morgan.

- ¡El señor Sayre ya está listo para recibirlas!

- Gracias. Ya estamos en camino.

Ella te hace un gesto con la cabeza para que la sigas y, mientras van al interior, susurras...

- Bien, he escuchado hablar mucho de ese tal Sayre. Es el dueño de la SEP, es básicamente en tipo más poderoso del pueblo. ¿Es tu jefe?

- Es el que patrocina mi investigación.

- ¿Entonces sabe lo de los hombres lobo?

Morgan se tensa a tu lado y asiente con una mueca.

• ୨❀୧ •

Morgan se toma un segundo para enderezar los hombros y aclararse la garganta antes de abrir la puerta de la oficina del señor Sayre. Su rostro es serio, calculador, y sus ojos se posan de inmediato en ti con un interés apenas disimulado. Bajo su mirada, comprendes por qué ella sintió la necesidad de enderezar su postura.

- Ah. Morgan.

- Ella es uno de los testigos del ataque de anoche, señor. Marisa, el señor Bernard Sayre.

- Ah. Qué bueno que hayas podido venir. Estamos tratando de encontrar a los responsables de lo que sucedió anoche. Me harías un gran favor si pudieras recordar con exactitud a quién, o qué, viste.

Fijas la mirada en él mientras intentan leerse mutuamente.

- Señor Sayre... No estoy segura de lo que vi. Para ser sincera, estaba muy oscuro y caótico.

- ¿No viste... nada?

- Yo... Tenía mucho miedo. En cuanto escuché los disparos, busqué un lugar donde esconderme.

- ¿Ah, no?

Como es de esperarse, Sayre no cree tu historia. Él saca su teléfono del bolsillo de la chaqueta y te nuestra una imágen. Eres tú, anoche, una mancha en medio de la furiosa batalla.

- Esa eres tú, ¿verdad?

Te enconges de hombros.

- Eres la sobrina de Zane Hunt, ¿verdad? Tu tío trabaja aquí en la SEP. Esperaba que nos ayudaras más... Sobre todo, porque lo hemos ayudado durante muchos años.

- ¿Está amenazando...?

- Marisa no se de por aquí, señor. Solo lleva unos días en el pueblo.

- Y ha conseguido mucho en ese tiempo.

Él te mira.

- Estoy seguro de que Morgan te contó lo mucho que intentamos acabar con esta violencia innecesaria. Tu información podría ayudarnos. ¿Hay algo más que puedas decirme?

- Yo... No sé nada.

Pones tus ojos de cierva más inocentes.

- Por lo que sé, solo vi a un grupo de tipos peludos con bates de béisbol. ¿O quizás eran hombres con abrigos de piel? Estaba bastante borracha, así que no estoy segura.

Intentas parecer demasiado despistada mientras te clava su mirada intimidante.

- ... Entonces te agradezco tu tiempo.

- Siento no poder ser de más ayuda.

Sayre aparta a Morgan cuando te levantas para irte. Cuando sales, te quedas justo al lado de la puerta, fingiendo que revisas tu teléfono, escuchando.

- Es valiosa. Mantenla cerca, por si necesitamos saber más.

- Por supuesto, señor.

• ୨❀୧ •

Mientras salen, Morgan se detiene y te agarra la mano con delicadeza.

- Marisa, siento no haberte alertado. Él puede ser... intenso. Está acostumbrado a dar órdenes y a que lo obedezca.

- ¿Cómo ordenarle a todos los que están bajo su mando que vayan por la Manada?

- La Manada no ha ocultado que cree que él es su enemigo. Tiene que protegerse.

Su expresión es de esperanza, casi de súplica, y su mano se aferra a la tuya.

- Pero no pensemos en él ahora. Intentemos... pasar un día juntas. Conocernos sin que nadie intente matarnos.

Te separas del agarre de Morgan. Cuando te toca así, no puedes evitar sentir el Vínculo entre ustedes, igual que con Jimin. Pero después de lo que acabas de escuchar, tienes muchas menos razones para confiar en ella.

- Morgan, ya no tienes que fingir. Sé que solo me has estado utilizando para conseguir información sobre la Manada para Sayre.

- Yo...

- ¿Qué quieres de mí?

- Escúchame.

Morgan agarra tus dos manos entre las suyas, con voz suplicante.

- Estás enfadada. Lo entiendo, pero somos los buenos, Marisa. Nosotros... Sayre... quiere proteger Hunt's Peak. Has visto lo peligrosa que es la Manada, y por mucho que quiera agradarte, me importa más asegurarme de que no te hagan daño. Voy a mantenerte a salvo. Incluso si eso hace que me odies.

- Morgan... Estás empezando a sonar como Jimin.

Ella se retira sorprendida, soltándote las manos.

- Eso es... Justo, pero Jimin no puede protegerte tan bien como cree. Eres humana, Marisa. Estás más segura aquí, no con la Manada.

- ¿No crees que yo puedo opinar sobre eso?

- Sé que Jimin ya llenó tu mente de veneno en contra de Sayre. Ojalá pudiera hacerte ver el bien que hace en este pueblo.

De repente se ilumina, como si acabara de recordar algo.

- En realidad... ¿Qué opinas de los festivales?

- Bueno, eso salió de la nada. ¿Qué pasa con los festivales?

- La SEP patrocina un festival cada año para ayudar a recaudar dinero para la secundaria local. Deja que te lleve lejos de todo este asunto de los hombres lobo y te recuerde cómo es estar rodeada de otros humanos.

- Un día normal. No puedo imaginarlo...

- Por favor. Déjame probar que la SEP no es el monstruo villano que los hombres lobo dicen que es.

- Lo siento. No estoy de humor. Han sido unos días muy emotivos.

- Por supuesto. Sé que solo has escuchado la versión de la Manada, pero la SEP es, en realidad, una fuerza del bien. Hacen mucho por la comunidad. Recaudación de fondos, campañas de caridad, bancos de alimentos. La secundaria incluso tiene un nuevo auditorio gracias a ellos. Cuidan a su gente, Marisa.

- Pero ¿qué hace falta para ser "su" gente?

• ୨❀୧ •

Esa noche... Te encuentras de nuevo en la cabaña de Morgan, durmiendo profundo.

En tus sueños, caminas por el hospital. Callum va delante de ti, con los hombros tensos, oliendo a preocupación y dolor.

- ¿Y si no está bien? ¿Y si el bebé no está bien?

- Layla estará bien.

Poco a poco, te das cuenta de que estás soñando a través de los ojos de Jimin, viendo sus recuerdos del día...

- Ahí está mi chica. ¿Cómo estás?

Callum se sienta en el borde de la cama de Layla y le acaricia la mano... Ella se impulsa hasta sentarse, encontrándose con su sonrisa.

- Aparte de la terrible comida del hospital, muy bien, gracias a Marisa.

- ¿Dónde está Marisa? ¿Por qué no está contigo?

- Le dije que se fuera a casa. Pensé que no era necesario que durmiera en la sala de espera cuando tengo esta cómoda cama.

- No está con su tío. Acabamos de venir de allí.

- ¿No? Entonces... ¿dónde está?

Sientes la creciente preocupación de Jimin. Desapareciste y él no tiene idea de por cuánto tiempo.

- Debo encontrarla.

El hospital se desvanece y ahora estás con Jimin mientras recorre el bosque en forma de lobo, intentando captar tu olor...

- Jufff... Jufff...

Sientes la intensidad de su preocupación, cada vez más desesperada... Incluso mientras duerme, se mueve inquieto, buscándote en sus sueños...

- ¿Marisa?

No tienes voz, pero concentras tu atención en Jimin, dirigiendo tus pensamientos a su conciencia...

- Yo... Te necesito. Ven a mí. Quiero sentirte aquí conmigo.

Su alivio es palpable cuando haces la conexión.

- No debería sorprenderme que me hayas encontrado por esta vía... Cuando dormimos, nuestros espíritus fluyen libres por el éter del mundo...

- ¿Entonces esto es real?

- Nuestras almas permanecen unidas, incluso en los sueños... Siempre nos encontraremos. Y estos sueños nos permiten hacer muchas cosas que no podemos hacer con nuestros cuerpos físicos...

Su tono es casi doloroso por la nostalgia y sientes su sufrimiento en tu corazón cuando Jimin cambia a su forma humana...

- Quédate conmigo... Permíteme mostrarte cuánto te he extrañado...

Tu corazón acepta incluso antes de que tomes una decisión consciente. Ya estás al lado de Jimin en el bosque blanco de los sueños. Tu cuerpo no es el tuyo, se siente ligero y delicado sobre sus cuatro patas y el denso pelaje te mantiene caliente.

- ¡Auuuuu!

- Marisa...

Corren juntos con desenfreno. El hambre de Jimin te corroe mientras rastrean el olor de un enorme ciervo blanco. Hueles su miedo y las bocanadas de aroma de hierba de sus fosas nasales... Tus dientes se clavan en la base del cráneo del animal y este se agita debajo de ti, tropezando con sus grandes rodillas.

- ¡Lo tengo!

A tu lado, Jimin le arranca la garganta, la sangre salpica su hocico y hace que el pelaje gris se vuelva negro y brillante. Juntos, se alimentan y sientes el calor de su orgullo.

- Ahora eres una verdadera cazadora.

Pero con tu hambre saciada, sientes otro apetito en tu interior que te impulsa a avanzar... Ahora corres y Jimin te persigue. Tus patas golpean el duro suelo, aunque en el fondo sabes que no deseas escapar de verdad. Su voz resuena, convirtiéndose en palabras en tu cabeza, llenas de peligrosas promesas...

- Te atraparé, Marisa... Soy el más fuerte, el más rápido, el único apto para ti...

Ralentizas el paso, sabiendo cómo quieres que acabe...

- Estoy cansada de esperar...

Te alcanza. Sus dientes te agarran por la nuca y te llevan al suelo... Ruedan juntos y te das cuenta con un sobresalto de que ahora ambos son humanos y el suelo del bosque se convirtió en las sábanas de una cama... Jimin mira hacia abajo desde encima de ti, con los ojos brillando de victoria y lujuria.

- Mmm... Te ves bien bocarriba.

Él se pone a horcajadas sobre tu cintura y tú te esfuerzas por besarlo con ferocidad. Te devuelve tu pasión con la suya, presionándote contra la suavidad de la cama... Dejas que tome el control y, para tu sorpresa, se muestra delicado y te besa con abandono, larga y lentamente.

- Te he extrañado, Marisa...

- Solo fue una noche.

- Cualquier noche sin ti a mi lado me parece interminable.

Él desliza las palmas de las manos hacia arriba para tomar tu rostro mientras sus labios se vuelven a encontrar con ternura y dulzura...

- Te encontraré de nuevo. No importa dónde te hayan escondido... Seguiré nuestro Vínculo y te traeré de vuelta.

Él enfatiza sus palabras con fuertes besos, haciéndote jadear, y algo en ello traspasa la irrealidad del sueño... Luchas por aferrarte a lo que quieres de verdad...

- Quiero... Volver contigo.

Sus ojos se cierran y, con un gemido, estruja sus labios contra los tuyos en una necesidad impacable, con las manos corriendo para tocar todo lo que pueda de tu cuerpo.

- Oh, Marisa...

Él deja caer la cabeza para besar la base de tu garganta y gime sin poder evitarlo.

- No sabes cuánto te he estado deseando. Desde que la luna llena se ocultó y volví a ser yo mismo, lo único que he anhelado es tu toque. Mis labios en los tuyos... tu cuerpo bajo el mío...

Presionas con insistencia contra su pecho desnudo. Con una expresión de curiosidad, deja que le guíes hacia abajo mientras te deslizas sobre él.

- Por muy bonito que suene... esta noche, lo haremos a mi manera.

- Parece que estoy a tu merced.

No necesitas permiso. Lo provocas con tu boca mientras te mueves sobre él para encontrar tu placer, sin dejar que te bese, y pasas tus uñas por su piel.

Te acomodas sobre él, suspirando mientras se hunde en ti. Sus manos te impulsan a acelerar las caderas, pero tú te resistes, siguiendo tu ritmo, alargando esto todo lo posible... hasta que ambos sienten que la necesidad frenética aumenta... Cada sentimiento que tienes se intensifica con el sueño, cada sensación se duplica cuando tu mente y tus emociones se mezclan con las de Jimin.

Él se introduce en ti y sientes el placer de su piel contra la tuya, el calor de tu cuerpo al acogerlo.

- ¡Aaaaah!

Tu ritmo se acelera, las caderas se agitan al ritmo de los latidos de tu corazón, y él te iguala golpe a golpe, mientras su boca toma la tuya con fiereza. Él te roba el aliento, atrayéndolo hacia él, incluso cuando te apartas para gritar tu placer.

- ¡Ah! ¡Ya!

Sus cuerpos se unen, encerrados en un feroz abrazo, con su mente consciente pérdida en el momento. Ni siquiera te das cuenta de cómo suenan tus aullidos de lobo mientras tu cuerpo y tu mente se funden con los suyos.

- ¡Auuuuu!

Mientras el placer aumenta y disminuye, se arquean juntos, los ecos de sus voces perduran en las colinas...

• ୨❀୧ •

Pero tu conexión con Jimin no termina cuando tus ojos se abren poco a poco para ver la cabaña de Morgan. Todavía lo percibes mientras su conciencia también emerge del sueño.

- ¿Qué es esto...?

- Marisa, despierta. Estabas gimiendo muestras dormías.

- Eh...

¡La conmoción de Jimin al verte con Morgan reverbera a través del Vínculo, a lo largo de kilómetros de terreno abierto...!

- AaaUUUUU...

... Mientras cambia a su forma Primigenia, ¡llamando a todos los miembros de la Manada para que acudan a tu rescate!

- Creo que podríamos tener un problema...

Continuará...

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