ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠɪɪ : ғᴜʀɪᴀ

¡Te encuentras aislada en el bosque a las afueras del pueblo con Isobel... que acaba de transformarse en una mujer loba Primigenia bajo la luna llena!

- ¡Espera! Isobel, ¡soy yo! ¡Soy Marisa!

Las orejas de Isobel giran hacia ti, haciéndote creer que te entiende.

- Mira. Todo está bien. No tienes que...

Pero la comprensión momentánea se desvanece de sus ojos, sustituida por pura furia. ¡Gruñendo, avanza hacia ti!

- Grrrr...

- No me voy a convertir en tu cena.

¡Sales corriendo!

- ¡Jrrph!

Isobel te persigue, saltando incansablemente a tus talones mientras atraviesas el bosque.

- ¡Aaah!

No hay manera de que puedas dejarla atrás. Pero incluso si ella todavía fuera capaz de razonar, apostarías a que podrías ser más astuta. Con tu visión nocturna sorteas fácilmente los obstáculos en la oscuridad, ganando unos segundos de ventaja, cuando de repente te encuentras con un arroyo ancho y rápido.

- Sigue... adelante...

Una fina rama cuelga sobre el agua, mientras unas pocas piedras planas rompen la corriente, recubiertas de resbaladizo musgo. Las piedras son pequeñas y resbaladizas, por lo que te retrasan mientras intentas mantener el equilibrio.

- No te caigas. No... ¡Aaaah!

¡Te resbalas por la piedra y te zambulles al agua con un fuerte paf! Retrasada por tu ropa mojada, apenas llegas al otro lado antes de que Isobel aparezca justo detrás de ti.

- ¡Rargh!

¡Buscas desesperadamente una forma de adelantarte a Isobel! Con tu visión nocturna, detectas lo que parece una entrada natural en la tierra bajo un enorme árbol.

- ¡Ahí!

Te sumerges en la oscuridad, la suciedad vuela hacia tu cara mientras te mueves entre las raíces de los árboles hasta llegar a un espacio lo suficientemente grande como para acurrucarte. ¡Te quedas paralizada mientras Isobel pasa a toda velocidad por delante de tu escondite!

- Uff...

Esperas todo lo que puedes, ¡y luego vuelves a salir a toda velocidad hacia el pueblo! Pero pronto oyes jadeos detrás de ti cuando Isobel vuelve a captar tu olor.

- ¡No puedo seguir con esto toda la noche!

• ୨❀୧ •

¡Más adelante, ves los semáforos y la carretera de entrada al pueblo! Tu corazón da un salto.

- ¡Ya casi!

Al llegar a la calle, ves que se acerca un camión a lo lejos. Solo tienes que calcular el tiempo para poder cruzar sin que Isobel te siga. Cuando el camión pasa a toda velocidad, metiéndote el cabello en los ojos, te das cuenta de que has esperado demasiado. Ahora no hay nada que se interponga entre Isobel y tú al cruzar. Paralizada, esperas en medio de la carretera mientras Isobel se acerca. Para tu alivio, aparece otro par de faros. Corres hacia ellos...

- ¡Más rápido... por favor!

El semirremolque pasa a toda velocidad con una enorme ráfaga de aire, el conductor toca la bocina mientras el freno chilla.

- ¡Aaaaah!

El camión reduce la velocidad mientras el conductor te grita por la ventanilla, pero no te importa. Durante un momento vital, el camión bloquea a Isobel para que no pueda seguirte, y corres para distanciarte lo más posible del bosque.

- ¿En qué estaba pensando? Eso pudo haber terminado muy mal.

Con las últimas energías que te quedan, te abres paso entre los árboles y detectas las luces de una casa que brillan suavemente. Haces una pausa para mirar detrás de ti, cuando...

- ¡Uumf!

Te encuentras con tu tío.

- ¿Tío Zane? ¿Qué estás...?

Te detienes, y te das cuenta de que las luces que veías eran de la casa de Zane, que se encuentra justo en el borde del bosque.

- Layla me llamó. Dijo que no contestabas el celular. Me preocupé, porque, ya sabes...

Se detiene, señalando con un dedo la enorme luna en el cielo.

- Sí, créeme. Lo sé.

Vuelves a mirar detrás de ti y dejas escapar un suspiro de alivio cuando ves que Isobel ya no te persigue. Mientras jadeas y resoplas por tu casi accidente, Zane mira repentinamente hacia el bosque y hacia ti, sumando dos y dos.

- No me digas que estabas ahí afuera. ¿Esta noche? ¿Precisamente esta noche? ¿Nadie te advirtió?

- ¿Advertirme? He estado viviendo en el bosque con hombres lobo durante días. Créeme, he visto lo peligrosos que son. De cerca y en persona. Así que no finjas que ahora te preocupa.

Tu tío mira al suelo, con las manos extendidas como para alcanzarte... o simplemente para que dejes de discutir.

- Mira, Marisa, fallé. Lo sé. Yo solo... no entiendes cómo fue. Cuando tu madre se fue...

Sacude la cabeza y vuelve a empezar.

- Ni siquiera sabía cómo empezar a decirte la verdad. Si hubieras crecido aquí... Pero ¿cómo se le explica esto a alguien? Tenía miedo de asustarte. Solo esperaba que una vez que estuvieras aquí, sintieras el llamado en tu sangre, y que todo... resultara bien. Pero créeme, lo lamento.

- Tío Zane... Supongo que lo entiendo... Al principio fue duro estar con la Manada, pero me han Tratado bien, y Jimin se ha portado bien explicándome todo...

Zane se anima, con un aspecto de esperanza casi dolorosa.

- Sabía que ellos te cuidarían muy bien, Marisa. Eres muy importante, ¿lo sabías?

- Supongo... Pero todavía hay muchas cosas que no sé. ¿Puedes contarme ahora que tienes la oportunidad? ¿Hay algo más que quizás hayas... omitido?

- Te contaré toda la historia. Siéntate.

Los dos se quedan sentados en el porche de su casa. Se aclara la garganta incómodamente mientras piensa en cómo empezar.

- Siempre supimos que éramos piel de lobo, por supuesto. Tu madre sabía lo importante que era para la Manada. Que contábamos con ella. Pero después nos dio la espalda. Se fue del pueblo con tu padre una noche, y no volvimos a ver ni un cabello de ella.

- Tío Zane... Seguro que fue una decisión difícil. Dejar atrás a toda tu familia y todo lo que has conocido. Por amor...

- Sé que siempre quiso más de lo que había en Hunt's Peak... ¿Pero no te das cuenta ahora de que lo que hace la Manada es más importante que cualquiera de nosotros?

- Supongo...

- Cuando yo era niño, la Manada era lo suficientemente grande como para mantener guaridas por todo el bosque alrededor de Hunt's Peak. Luego muchos piel de lobo se fueron y mataron a muchos miembros de la Manada. Ahora sólo hay una guarida y apenas pueden protegerse de la SEP.

- Quizás... Yo pueda ayudar a arreglar las cosas de nuevo.

- ¿En serio? Entonces, ¿te vas a quedar?

- No te emociones demasiado. No estoy descartando nada todavía.

Un lobo lejano aúlla, provocando un escalofrío de asombro en ti, y recordándote los peligros de la naturaleza.

- ¡Comienza la cacería!

- Eso no suena bien...

- ¡Marisa! ¡Me alegra mucho que estés aquí!

Los dos levantan la vista, sorprendidos, al ver que Layla se acerca por el camino con una gran sonrisa. Pero ella se detiene cuando ve sus expresiones. Enseguida le cuentas tu encuentro con Isobel, quitándole tanta importancia como puedes.

- Ay, Dios mío, Marisa. ¿Estás segura de que estás bien? Isobel ya da bastante miedo como humana.

- Estoy bien. Aunque definitivamente aprendí la lección sobre los paseos por el bosque bajo la luna llena.

- Bien. No podría vivir conmigo misma si te hubiera pasado algo.

Ella mira a tu tío y te das cuenta de que ha notado la tensión, pero sacudes sutilmente la cabeza. Ella capta la indirecta y fuerza una sonrisa.

- ¿Estás lista para ir de fiesta como una humana?

- Dios, ¡siempre lo estoy!

- Muy bien, diviértanse las dos. Para eso es la noche de luna llena...

• ୨❀୧ •

El bar ya está en pleno apogeo cuando tú y Layla entran, y no pierden tiempo en entregarse al ritmo, bailando para olvidar el estrés de la noche. Después de bailar un rato, crees que por fin has superado la adrenalina de tu carrera con Isobel y de tu discusión con Zane. Te dejas caer en un taburete de la barra, sin aliento pero feliz.

- Otra ronda, por favor.

- ¡Marisa! Estás aquí.

- Bueno, este es el único bar del pueblo, Morgan.

Buscas a Layla, pero está ocupada cantando karaoke a todo pulmón.

- Me alegra que estés aquí en lugar de... ya sabes.

Bajas la voz por debajo de la música.

- Me quedaré cerca del pueblo esta noche. No te preocupes. Pero algo me dice que no estás aquí por la cerveza barata y la música de hace una década.

- Durante la luna llena nos gusta vigilar las zonas más pobladas del pueblo. Solo para estar seguros.

- Ya que estás aquí... Quédate a hablar un rato. Apenas hemos podido hablar cuando no estamos en peligro de muerte.

- Solo tengo unos minutos, pero estaré encantada de pasarlos contigo.

De repente, unos gritos que vienen de afuera suenan por encima de la música, haciendo que ambas se volteen. Una horrible sensación de ahogo se apodera de ti, mientras... ¡Bam!

- ¡Eso sonó como un disparo!

La cara de Morgan es sombría. Te empuja hacia el fondo del bar mientras se dirige a la puerta.

- Quédate adentro. Yo me encargaré de esto.

- Morgan, espera...

Agarras su mano, pero ella solo te aprieta los dedos durante unos breves instantes antes de alejarse.

- Ten cuidado...

A continuación, Layla aparece a tu lado.

- Marisa, tengo un mal presentimiento sobre esto...

- Yo también.

La agarras de la mano y sales corriendo del bar a la calle.

- ¡Ahí!

Al final de la calle, puedes distinguir a un grupo de hombres lobo en forma Primigenia atacando a los guardias frente a un gran edificio de oficinas. Al frente, reconoces a Isobel y a Jett.

- ¡Raaaaargh!

- ¡Jrrr!

- ¡Rrrr!

Layla se lleva las manos a la boca.

- ¡Ellos no pueden estar en el pueblo! ¡No ahora!

Te acercas corriendo, con Layla pisándote los talones, consciente de que tienes que hacer algo... Jett se abalanza sobre un guardia y solo se puede distinguir la insignia de su uniforme que dice "Sayre Energy and Power" antes de caer al suelo.

- ¡Aaaaah! ¡Cuidado! Cuid...

- ¡Rrrrr!

- Pensé que tenían que permanecer ocultos en las noches de luna llena.

- Ellos no saben lo que están haciendo, Marisa. Están en forma Primigenia. No están pensando...

Los clientes curiosos comienzan a salir del bar, algunos con sus celulares en la mano, grabando el ataque.

- ¿Qué demonios?

- ¿Qué son esas cosas?

- Esto es malo... Tiene que haber algo que podamos hacer.

El primer guardia está en el suelo, sangrando por un golpe de las garras de Jett. Otros salen del edificio, esta vez armados con algo más que bastones. De repente, con una gran decepción, reconoces la forma Primigenia de Jimin, corriendo por el camino para unirse a la destrucción. Esperabas que de alguna manera no estuviera involucrado en esto.

- ¡Jrrrah!

Pero para tu sorpresa, no es a los guardias a quienes Jimin ataca. ¡Es a Jett! Poniendo sus enormes garras sobre los dos hombros de Jett, Jimin lo empuja hacia atrás, ¡lanzándolo lejos del edificio!

- ¿Él está... tratando de detenerlos?

- ¡Sí! Nunca había visto a un hombre lobo en luna llena mantener el control de esa manera... lo suficiente como para ponerse en contra de la Manada. No puedo imaginar el esfuerzo...

- Tenemos que... ¡Ayudar a Jimin!

- Marisa, ¡no van a saber que eres tú!

- Tengo que intentar acercarme a ellos.

Corres hacia Jimin, con el corazón latiendo fuerte, sin saber aún qué hacer...

- Jjjrrr...

Jimin te ve por encima del hombro de Jett, y junto con los impulsos violentos y Primigenios que lo mueven, ahora sientes un poco de su miedo.

- ¡Callum! ¡Jett! Tienen que salir de aquí antes de que...

Pero Jett percibe tu olor y levanta el hocico. ¡Jett se separa de la pelea y se dirige directamente hacia ti! Te mueves hacia atrás, buscando un lugar donde esconderte, pero la multitud se separa, dejándote sola en la calle.

- ¡Aah!

Entonces, de repente, Jimin está entre Jett y tú, usando su cuerpo como escudo para protegerte.

- ¡Raaaaaaargh!

¡Jett da un golpe, y Jimin toma su enorme puño entre sus garras, usándolas para golpear a Jett contra el suelo!

- ¡Graaagh!

Jimin se abalanza sobre la garganta de Jett. Pero Jett se aparta rodando y se quita de encima a Jimin. Los se miran fijamente, antes de que Jett se aleje. Recuperas el aliento... y entonces Jimin dirige sus ojos dorados y brillantes hacia ti.

- Rrrr...

- Jimin, no...

Retrocedes cuando Jimin avanza hacia ti, con un gruñido amenazante retumbando en su garganta. Una emoción brutal e intensa brota de él de manera natural. Un impulso irreflexivo de violencia... enfrentándose a sus profundos sentimientos por ti. Te paralizas, temblando, lo suficientemente cerca como para sentir su aliento caliente en tu cara. Su rostro está completamente desprovisto de humanidad... y, sin embargo...

- Jimin, soy yo. ¿No me reconoces? Por favor... mírame...

Jimin duda, y baja la cabeza para olfatearte. Tu piel vibra por su frustración, y él aúlla de rabia, apartándose de ti con un esfuerzo visible.

- ¡Raaaaaaargh!

Se va hacia el bosque y tú sabes que ha tomado una decisión. No puede quedarse y mantener a la Manada controlada sin ponerte a ti en peligro. Y esa es la única cosa que no hará.

- Parece que estamos solos.

Regresas a la pelea, haciendo una mueca al ver que Jett da una vuelta de reconocimiento y vuelve a la lucha ahora que Jimin no puede detenerlo. Te sientes alerta justo antes de ver a Morgan llegando a la escena con Hugo y Sergei, que inmediatamente trabajan para hacer retroceder a los hombres lobo con sus armas.

- ¡Morgan!

Por alguna razón, por encima del estruendo, te oye, moviendo la cabeza en tu dirección.

- ¡Marisa, te dije que te quedaras adentro! ¡No es seguro aquí afuera!

Se concentra de nuevo en la batalla cuando Isobel la ataca y logra moverse a tiempo.

- ¡Están atrayendo la atención de los hombres lobo lejos de los guardias!

- ¡Pero están usando plata!

- Eso solo empeorará las cosas.

Layla entra en la batalla, con su enorme barriga y todo, tirándole botellas y latas de cerveza a Morgan y a los demás.

- ¡Déjalos en paz!

Te agachas para recoger una gran roca en el suelo. Le tiras la roca a Sergei mientras él apunta. ¡La roca rebota en su pecho acorazado y el tiro se desvía!

- ¡Maldición!

- ¡Yaaaaaa!

Layla lanza una botella de cerveza que se rompe contra el pecho blindado de Hugo. Sus rodillas chocan contra el pavimento al perder el equilibrio.

- ¡Aaah!

Tu adrenalina se eleva con fuerza cuando te lanzas a la batalla, la energía y la rabia te invaden mientras los espectadores y el mundo exterior se desvanecen...

- Esto tiene que terminar...

Un poder crece dentro de ti, más allá de tu alcance... La magia Primigenia brota a tu alrededor, impulsada por la luna llena y la furia de la Manada, y sabes que solo necesitas mantenerla para obtener la fuerza que es tuya por derecho... Permites que el poder crezca dentro de ti y sientes una subida de fuerza repentina en cada músculo.

- ¡Raaauugh!

Un hombre lobo se abalanza sobre ti y tú reaccionas al instante, agarrándolo por el brazo y lanzándolo por el techo de un auto que está cerca.

- Listo.

Delante de ti, Hugo apunta con un arma a uno de los Primigenios que no reconoces. El hombre lobo se abalanza sobre él y gruñe, está demasiado ido para comprender la amenaza que representa el arma.

- ¡Rrrrrr!

Agarras a Hugo por detrás, lanzándolo a un lado como si no pesara más que un muñeco.

- ¡Aaaah! ¿Cómo hiciste eso?

Al no lograr su objetivo, el hombre lobo pasa por delante de ti, de regreso al edificio de la SEP. La fuerza, el poder, es adictivo. No es de extrañar que Jimin parezca venerar las noches de luna llena tanto como las teme. Bajo la fría luz azul, te sientes invencible.

- ¡Raaaagh!

- ¡Callum!

Te volteas y encuentras a Callum luchando por agarrar el rifle que tiene Sergei en sus manos.

- ¡Suficiente!

Revisando el callejón, encuentras justo lo que buscabas : un auto estacionado... Agarras el auto, que hace unos minutos era inamovible, y lo levantas por encima de tu cabeza.

- ¡Yaaaaaah!

¡El auto vuela por el aire, aterrizando con un ensordecedor ruido! Sergei y Callum se separan para evitar que los aplaste.

- ¡Sepárense!

Incluso en el caos, tu Visión Nocturna te ayuda a encontrar a quien buscas.

- Solo tenemos que resistir un poco más...

Corres al lado de Layla, luchando espalda con espalda mientras la batalla se extiende por las calles de Hunt's Peak. Cuando te acercas, la cabeza de Morgan se mueve bruscamente, como si te viera, aunque sabes que es algo más profundo que la vista lo que le dice que estás ahí.

- ¿Qué estás haciendo?

- Lo que debo hacer.

¡Un hombre lobo sale corriendo de la multitud directamente hacia ti!

- ¡Vamos! ¡Estamos de tu lado!

- ¡Él no lo sabe!

Extiendes el brazo y golpeas al hombre lobo en el pecho... haciendo lo posible por no romperle demasiados huesos.

- ¡Urf!

El hombre lobo cae al suelo, sin aire por tu fuerza descomunal.

- Wow. Eres mucho más fuerte de lo que pareces.

- Es solo algo pequeño que adquirí.

Antes de que puedas responder, Sergei se interpone entre tú y el hombre lobo que está atacando. Pero el rifle sigue apuntando directamente a Callum.

- ¡No!

Miras a Morgan en busca de ayuda, pero ella esta sumergida en la pelea, apuntando con su arma a un endurecido hombre lobo que no reconoces.

- ¡Atrás!

El dedo de Sergei empieza a apretar el gatillo...

- ¡Layla, quédate aquí! Yo me encargaré de él.

Entras en la batalla, sin importar la violencia que te rodea. Agarras el cañón del rifle y lo doblas hacia abajo provocando un ruido metálico. En tus manos, se retuerce tan fácilmente como una pistola de dibujos animados, dejando el cañón atascado e inservible.

- ¿Qué demonios...?

Le quitas el arma rota de las manos y lo golpeas en la cara, haciéndolo retroceder.

- ¡Piérdete!

De repente, uno de los hombres lobo salta sobre el capó de un auto, y ves que es Isobel mientras mueve hacia atrás su desgreñada cabeza para aullar a la luna.

- AUUuuu...

Los hombres lobo que quedan levantan los orejas y, de repente, salen corriendo y se dispersan en diferentes dirreciones.

- ¿A dónde van?

Morgan se acerca a ti, respirando con dificultad.

- ¿Qué demonios estabas haciendo? ¿Los estabas ayudando?

- ¡Bueno, no iba a dejar que tú y tus amigos los mataran!

- Ellos atacaron Hunt's Peak. Esto es lo que temíamos.

- No sabían lo que estaban haciendo. Actuaban por instinto.

- ¡Eso es peor! Si sus instintos no los mantienen alejados de los humanos, no tenemos más remedio que exterminarlos.

Te das la vuelta. Cansada, analizas las consecuencias de la batalla... Todos los curiosos han huido. Algunos guardias yacen heridos en la calle, pero las ambulancias ya están llegando al sitio. Te dejas caer en la acerca para recuperar el aliento... y es entonces cuando ves a Layla, doblada, agarrándose el vientre y jadeando de dolor.

- ¿Layla? ¿Estás herida?

- No... Es el bebé... ¡Creo que tengo contracciones!

Corres hacia ella, agarrando su mano mientras grita. Te mira a los ojos suplicantes y llenos de pánico.

- ¡Marisa! ¡No puedo tener a este bebé en este momento!

- Sé que es muy pronto, pero estarás bien...

Ella suelta las palabras con dolor, apretando tu mano con fuerza.

- No. Tú... no... entiendes. Los hombres lobo nacidos en luna llena nacen Primigenios, Marisa. Casi nunca sobreviven. Y si lo hacen, habrá... problemas. ¡Aah...!

- Tenemos que llevarte a un hospital ahora.

Layla se apoya fuertemente en tu brazo mientras te diriges lentamente hacia el hospital, deteniéndote cada picos minutos para que respire durante una contracción.

- Oh... Marisa, no sé si pueda...

- Continúa. Ya casi.

Estás tan concentrada en Layla que al principio no te das cuenta de la sombra que se cruza en tu camino. Levantas la vista y jadeas.

- Rrrrr...

- ¡No!

Isobel les bloquea el paso. Un gruñido bajo y amenazante sale de su garganta mientras se acerca a ustedes.

- Isobel... Apártate de nuestro camino. No me obligues a pelear contigo, Isobel.

Isobel enseña los dientes y tú empujas a Layla detrás de ti. Pero sus ojos no reconocen a ninguna de las dos. ¡Ella arremete, con sus brillantes garras extendidas!

- ¡Arghhh!

Te lanzas sobre Isobel, interceptándola antes de que pueda alcanzar a Layla, ¡y levantas por completo a la mujer lobo Primigenia!

- ¡Arrr!

La lanzas con toda tu fuerza superpoderosa y aterriza con fuerza contra el costado de un auto estacionado, dejando una enorme abolladura. Pero se sacude rápidamente y se recupera, con los ojos brillando de forma asesina.

- Rrrr...

Se agacha, lista para abalanzarse, y tú agarras la mano de Layla, planeado levantarla y cargarla si es necesario.

- Prepárate para correr.

¡Bang!

- ¿Mmrf?

Isobel se desploma y cae, a unos metros de ti. Tus oídos resuenan por el disparo, que fue a escasos centímetros detrás de ti. Cojeando, Isobel se aleja hacia el bosque, y tú te volteas para ver a Morgan de pie en la oscuridad, con el humo aún saliendo de su pistola.

- Morgan, ¡le disparaste con plata!

- ¡Iba a matarte! Tenía que detenerla.

Tus rodillas casi se doblan, no sabes si de horror o de alivio.

- Olvídalo. ¡Layla dará a luz!

El rostro de Morgan se endurece mientras duda.

- Sé lo que sientes por la Manada. Pero por favor, Layla es humana. Necesita tu ayuda.

- Entonces será mejor que nos pongamos en marcha...

• ୨❀୧ •

Morgan y tú se ponen a ambos lados de Layla, apoyándola entre ustedes para dar los últimos pasos hacia el hospital. Las enfermeras te rodean y se apresuran a tratar los cortes y rasguños que apenas notaste en la pelea. Pero a medida que pasan los minutos, caminas ansiosamente hasta que por fin aparece la doctora.

- Su amiga va a estar bien. Está descansando tranquilamente en este momento. Pudimos detener su parto.

- Doctora... ¿El bebé... está bien?

La doctora te mira extrañada.

- Su amiga se negó a hacerse pruebas con imágenes por razones religiosas. Pero el latido del bebé es bueno y fuerte.

- Ay, qué bueno. Es un alivio.

- Ahora está durmiendo, pero quería que me dijera que está bien que se vaya a casa. La mantendremos toda la noche en observación.

- Gracias, doctora. Vendré a verla mañana.

La doctora te hace un gesto amistoso con la cabeza y se va, justo cuando ves a Morgan volver con café. Lo tomas con agradecimiento y te hundes en una silla, agotada, pues las horas de adrenalina te abandonan de golpe.

- ¿Qué dijo la doctora? ¿Está todo bien?

- Ella estará bien... y el bebé también. Gracias.

Ella asiente, y hay un momento de silencio incómodo.

- Hugo y Sergei obligaron a los hombres lobo a retroceder hacia el bosque, pero nunca había visto que atacaran así.

Se dirige a ti, hablando con suavidad pero con urgencia.

- Ahora entiendes por qué hay que controlarlos, ¿verdad? Atacar a la SEP tan descaradamente... e incluso atacar a uno de su especie...

- Lo sé... Pero ellos no son así. Es por la luna llena, los hace diferentes. No es su culpa.

- Culpables o no, son peligrosos. Incluso ellos lo saben.

- Acabas de ayudarme a salvar a Layla y a su bebé... un futuro hombre lobo. Tu supuesto enemigo. ¿Qué tienes que decir sobre eso?

Morgan mira hacia otro lado, dudando.

- No podía dar la espalda y dejarla morir.

- Así que lo entiendes. Son personas, personas con una cultura propia, que merecen vivir como quieren.

- Es más complicado que eso. Por eso es tan importante encontrar una cura. En vez de estar encerrados en esta eterna batalla...

Hace una pausa y mira por la ventana la destrucción que aún se ve en la calle.

- No deberías quedarte en Hunt's Peak esta noche. No es seguro.

- Bueno, es aquí o en la guarida, y eso tampoco parece una buena idea.

- Ven a casa conmigo. Tengo una cabaña segura, con municiones de plata. Puedo mantenerte a salvo.

- Morgan... No necesito tu ayuda. Honestamente, parece que cada vez que te involucras, las cosas empeoran.

Te das cuenta de que eso la hiere, pero estás muy cansada como para proteger sus sentimientos.

- Puedes molestarte si quieres, pero no te voy a dejar sola después de lo que pasó esta noche.

Te desplomas, demasiado cansada para discutir.

- Bien. Supongo que será mejor eso que dormir en esta silla.

Morgan te ayuda a levantarte, sosteniendo tu codo con cautela mientras salen del hospital.

• ୨❀୧ •

Ya casi amanece cuando llegan a la cabaña de Morgan... Mientras entras a tropezones, tus párpados se cierran. Tyler te saluda con alegres balidos. Te agachas para rascarle la cabeza y pavonea.

- ¡Chirrup!

- Veo que te has puesto cómodo. ¿Ya tienes a Morgan envuelta en tu pequeña pezuña?

Hay una hendidura ovalada en la cama donde Tyler ha estado durmiendo.

- No me importa compartirla.

- ¡Hueles a lobo!

Sonríes mientras Tyler te lame el brazo frenéticamente, tratando de limpiar el olor.

- Sí. Tuve que luchar contra algunos lobos esta noche. Fue épico.

Tyler se paraliza con la lengua todavía afuera. Sus ojos se ponen enormes.

- ¡Wow! Eres genial.

Pasas las manos por su pelaje suave por un momento.

- No quería despertarte. Vuelve a la cama.

Tyler salta ligeramente sobre la cama y se acomoda en el nido que ha hecho en el edredón. Morgan se aleja, un poco incómoda, con las manos en los bolsillos.

- Bueno, eh... hogar, dulce hogar... Por favor, disculpa la falta de decoración.

- Está bien. No estoy aquí para divertirme.

- Lo sé.

- ... Supongo que debería agradecerte.

La miras durante un largo rato, con el resentimiento luchando contra la gratitud. ¿Por qué el Vínculo atrajo a Morgan así como a Jimin? ¿Qué tiene que ver con la Manada?

- Sé que sigues molesta y que este es el último lugar en el que quieres estar, pero... gracias por confiar en mí lo suficiente para dejar que te ayude.

No puedes evitar sonreír.

- No puedo ver. ¿Estás sonriendo? ¿O te estás escapando por la ventana?

- Sí.

Morgan hace un gesto hacia la cama y tú te sientas con gratitud. El colchón es fino y duro comparado con la cama alcolchada de la guarida de la Manada.

- ¿Sabes...? Hugo y yo construimos esta cabaña juntos.

- No sabía que ustedes dos eran tan cercanos.

- Era el único que entendía lo mucho que significaba para mí tener un lugar propio.

Esperas, pero ella no da más detalles y tú estás demasiado cansada para preguntar.

- Me quedaré despierta un rato más, solo para vigilar el área por si hay hombres lobo. Puedes quedarte en la cama. Debería, eh, dejarte dormir. Sé que debes estar agotada...

Tyler se revuelve cuando subes las sábanas, y luego acurruca su cálido cuerpo contra ti, totalmente relajado.

- Buenas noches, Marisa.

Contenta, te dejas llevar por la oscuridad... solo para abrir los ojos de nuevo en el bosque oscuro mientras correas a cuatro patas, con la emoción de la persecución martilleando en tu sangre. Tienes la boca abierta, jadeando...

- ¿Jrrf...?

El aire fresco de la noche está lleno de olor a presa. Tus dientes están manchados de sangre. Estas son tus tierras, y tomarás lo que quieras... Pero falta algo. Tu compañera se han ido, aunque su olor persiste en el aire. La buscas. A ambos lados de ti, tus compañeros lobos te siguen el ritmo. Están juntos. Son fuertes. Son la Manada, y están cazando...

Continuará...

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