ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɪɪɪ : ʟᴀ ᴛʀᴀɴsғᴏʀᴍᴀᴄɪᴏɴ
Jimin, Callum y Jett se erigen imponentes sobre ti... ¡se acaban de transformar ante tus ojos en terroríficos criaturas hombres lobos!
- Grrrr...
- ¡AAAH!
Morgan se interpone entre ellos y tú, con su pistola en ambas manos, apuntando al suelo.
- ¡Marisa no te pertenece!
Los tres hombres, que en definitiva no son humanos, pero tampoco son totalmente animales, gruñen y chasquean hacia Morgan, sus ojos dorados siguen todos sus movimientos.
- Arrr...
- Hhhhrr...
Algo se apodera de ti, una calma preternatural.
- ¡Detente!
Te interpone entre Jimin y Morgan. Puede que él se haya convertido en... un lobo, pero todavía hay algo sobre él... No quieres que ninguno salga herido.
- ¡Jimin! Quédate. Tranquilo.
Los ojos dorados de Jimin parpadean hacia los tuyos, completamente atentos a ti por primera vez, llenándote de una profunda emoción. Puedes sentir su oleada de energía posesiva, su poderoso resentimiento al encontrarte con Morgan, la tensión de sus músculos listos para abalanzarse...
- Jimin, detén esto. Morgan, guarda la pistola. Estoy aquí por voluntad propia.
- Marisa...
El gruñido bajo de Jimin suena rencoroso, pero más silencioso. Aunque ninguno de los dos bandos echa hacia atrás, sientes que el peligro inmediato ya pasó.
- Marisa, ¿qué estás haciendo?
- No sé qué demonios está pasando aquí, pero ninguno de ustedes puede decirme qué hacer. ¿Entendido?
Se escucha un crujido en el oscuro bosque. Más criaturas parecidas a los lobos salen de los árboles y las rodean. Escuchas la aguda inhalación de Morgan. Superada en número, se aleja un paso.
- Volveré por ti, Marisa. Te lo prometo. No te harán daño. Nunca dañan a los que han reclamado como suyos.
Morgan regresa a la civilización, dejándote sola con una manada de... ¿lobos? Sin ella, sientes que la pelea se agota para Jimin y los demás. Con suavidad, él camina hacia ti, transformándose mientras lo hace...
- Marisa. No tengas miedo.
Retrocedes cuando se acerca, levantando las manos.
- Sí, pero puedes quedarte por allá. Muy por allá.
Jimin se detiene en seco. Detrás de él ves a Callum, Jett y los demás que vuelven a ser las personas que conociste ayer. Con un movimiento de cabeza de Jimin, se dispersan de nuevo en el bosque, dejándote a solas con él.
- No te haré daño, Marisa. Por favor... permíteme explicarte.
- Adelante. Te escucho.
- Tú no me tienes miedo.
- No... supongo que no. Es decir, ¡debería! ¡Te convertiste en un maldito lobo! ¿Supongo que tienes una buena explicación para todo esto?
Murmuras para ti misma.
- Tendrá que ser una muy buena.
Jimin se levanta hasta su máxima altura, y la tenue luz de la luna se refleja en sus ojos.
- Yo, y todos los que conociste ayer, somos lo que se podría llamar... hombres lobos.
- Wow. Simplemente lo dices de una vez. De acuerdo.
- Sabes muy poco de tu herencia. Tu madre te ha quitado mucho... Pero casi tanto como a nosotros.
Incluso siendo humano de nuevo, es imponente, y no puedes dejar de ver la imágen de sus ojos dorados en la cara del lobo. A través de su vínculo, percibes la pasión acumulada en su interior, ahora contenida. Morgan dijo que los hombres lobo no te harían daño. Y en el fondo, sientes la verdad de eso, tan sólida como el suelo bajo tus pies.
- Diría que aquí es donde normalmente me despierto. Pero no. Todavía estoy aquí. En un bosque. En medio de la nada. De noche. Con un tipo que se convierte en lobo.
No entrarás en pánico. No. No pasa nada.
- No estás soñando, Marisa.
- Yo, eh, pensaba que los hombres lobo se transformaban en máquinas de matar sin sentido durante la luna llena. Si todas las películas de terror que he visto sirven de algo.
- Las historias que has escuchado son sólo medias verdades... Somos, sobre todo, defensores del mundo natural. Protegemos los últimos vestigios de la tierra que no han sido tocados por la humanidad.
- Wow... En realidad eso está muy bien. Supongo que por eso no te llevas bien con Morgan y la gente de Sayre Energy and Power.
- Sí.
- ¿Pero qué tiene que ver mi familia con esto? ¿Por qué me atrajeron hasta acá? ¿A este pueblo? ¿A estos... bosques?
- Tu familia y la manada están inexorablemente unidas. Tú, tu madre, tu tío... Todos son piel de lobo.
- Wow, wow, wow. ¡Yo no soy una mujer lobo!
- Los piel de lobo no se transforman. Son las familias humanas que comparten nuestra sangre. Nuestros primos. Y nuestras madres. La única forma en la que podemos reproducirnos de verdad es apareándonos con las piel de lobo.
- ¡Wow! ¿Cuándo empezamos a hablar de reproducción?
- Los de nuestra especie son pocos... han sido cazados casi hasta la extinción y nuestros territorios han sido destruidos. Quedan pocos de nosotros para defender la magia Primigenia.
- Entonces... ¿eso significa que me vas a morder?
- ¿Quieres... que lo haga
- No, quiero decir... para convertirme en una mujer loba. Así es como funciona, ¿verdad?
- No. Los hombres lobo solo pueden nacer, no convertirse.
- Bien, nada de mordeduras. Eso es algo positivo. Entonces, ¿qué hay de las balas de plata? ¿La plata te hace daño?
- Tanto como a ti. Pero de todo lo demás, nos curamos más rápido que los humanos, incluso en esta forma...
- Eso explica por qué no tienes cicatrices.
- Sí. Y cuando la luna está llena, la plata es lo único que puede hacernos daño.
• ୨❀୧ •
La oscuridad se ha hecho más profunda mientras hablan y te das cuenta de que no puedes ver nada más que los ojos de Jimin a través de la noche aterciopelada.
- ¿Y la luna llena? ¿Hace que... te transformes?
- Es el momento en que estamos más cerca de la magia Primigenia y olvidamos, por una noche, quiénes y qué somos.
- Eso... no me pasará a mí, ¿verdad?
- No. Algunos piel de lobo, después de pasar un tiempo en las tierras Primigenias, desarrollan nuestras habilidades, pero es muy raro. Por ejemplo... incluso ahora, con esta forma humana, puedo verte con perfecta claridad.
Se acerca. Lentamente. No es más que una sombra que tapa las estrellas, pero no tienes miedo. A pesar de todo, a pesar de que has visto en lo que se ha transformado, sigues sintiendo una atracción magnética... algo que escapa de tu control.
- ¿En serio? ¿Puedes verme? ¿Cuántos dedos estoy levantando?
- No estás levantando ningún dedo.
Su voz está mucho más cerca de lo que pensabas. Con rapidez, extiende la mano a través de la oscuridad y toma la tuya, sorprendiéndote con un cálido y suave apretón que se siente electrizante. Con su voz baja.
- ¿Puedes verme? Intenta mirar más de cerca...
- No sé si te creo, pero está bien. Lo intentaré.
- Deja de entrecerrar los ojos. Ábrelos bien. Todo calor es luz.
Sus manos se cierran con fuerza sobre las tuyas, calentando tu piel ante el aire nocturno.
- Busca el calor de mi cuerpo.
Lo miras a los ojos, lo único que puedes ver, relajándote. Lentamente... de forma inexplicable... un resplandor comienza a iluminar el aire, definiendo el contorno de su forma. El resplandor se extiende, iluminando la noche poco a poco.
- Siempre supe que eras caliente...
Jimin estrecha su mano sobre la tuya, atrayéndote contra su cuerpo.
- Cómo tú.
Te alejas de él para ver el bosque, resplandeciente de luz suave. Los árboles están llenos de vida. Asombrada, ves ahora los movimientos de criaturas grandes y pequeñas. Una familia de simpáticas ardillas bebés se acurruca en un hueco, dormida. Un mapache se lava las manos en un riachuelo. Un búho acecha a un ratón que se escapa.
- Increíble. Todo es... tan hermoso.
- Sí. Lo es.
Te volteas hacia él. Su rostro rebosa de orgullo.
- Hay mucho poder dentro de ti. Desde el primer momento en que te vi supe que tenías una fuerza considerable.
• ୨❀୧ •
Jimin y tú vuelven caminando hacia las cuevas, el bosque parece ahora tan luminoso como el día...
- Nuestra especie es el ejército que la Tierra utiliza para protegerse de la expansión de la corrupción humana. Y estamos perdiendo. Terriblemente.
- ¿A qué te refieres?
- Las historias de los hombres lobo como monstruos despiadados son propaganda humana. Diseñada para hacerles temer a la naturaleza. Así que se quedan en las ciudades, dependientes de la tecnología y la industria. Las mismas cosas que nos destruirán a todos.
Jimin te tiende la mano abierta, como una ofrenda.
- ¿Vendrás conmigo? ¿A conocer a los lobos salvajes que mi Manada protege? ¿A ver la belleza a la que los humanos le temen?
Lo miras a los ojos, que aún brillan con calidez, y deslizas tu mano hacia la tuya.
- Muéstrame.
Jimin te guía a través del territorio de la Manada, más allá del bosque, y hacia un valle bajo, iluminado por las diminutas luces de cientos de luciérnagas. Él se aleja, transformándose a medida que avanza... Esta vez no en un hombre lobo, sino en un verdadero lobo.
Es extraño y, de alguna manera... encantador.
- ¡AUUUUUUU!
Echando la cabeza hacia atrás, Jimin aúlla hacia el cielo, es un aullido inquietante y poderoso. La piel se te eriza. Por un momento, pareciera que la tierra contuviese la respiración. Entonces los ves. Los lobos salvajes aparecen casi de forma silenciosa por encima de la cumbre de un risco. ¡Hay media docena de ellos!
- Jff, jff.
Tan claros como el día, los ves acercarse. Su mirada se ve inteligente y alerta, y sus movimientos se sincronizan con elegancia. A medida que la manada se acerca, te das cuenta de que los lobos son mucho más grandes de lo que habías imaginado.
- ¡Auuu!
Mucho más grandes que los perros. De huesos gruesos y con una altura casi hasta la altura de tu pecho, con enorme cabezas y dientes afilados y brillantes. Jimin se transforma de nuevo, volviendo a su forma humana.
- No estás en peligro mientras estés conmigo.
Aunque parezca increíble, los lobos te tratan como a una de las suyas, te olfatean y luego te ignoran. Sin embargo, a él lo tratan como a un viejo amigo, lamiéndole la cara y trepándole y moviendo la cola. Mientras observas, los adultos se adentran juntos en la noche, dejando atrás a los cachorros.
- Arup...
- ¿A dónde van?
- A cazar.
- Deben confiar mucho en ti, para dejarte a sus cachorros.
Te sientas en el suelo y un cachorro especialmente simpático cae torpemente en tu regazo, haciéndote reír. Te lame y mordisquea los dedos.
- Ayyy, ¿no eres la bestia feroz más linda que existe?
Le rascas las orejas como si fuera un perro, y el cachorro jadea alegremente.
- ¡Yip, yiip!
- Entonces seremos los niñeros mientras tus padres salen a cenar, ¿no?
Otro cachorro arremete y agarra la cola del primero entre sus dientes.
- ¡Rr, Rrrr!
El cachorro sale corriendo detrás de su hermano y se une a la pandilla de cachorros que están cazando luciérnagas y se enfrentan entre sí para jugar. Te volteas hacia Jimin.
- ¿Por qué me trajiste aquí?
- Pensé que era importante que fueras testigo. No creciste en lo salvaje, como debiste hacerlo.
- Jimin... ¿Tú siempre has vivido aquí? ¿Solo... en los bosques y las cuevas?
- ¿Dónde más podríamos vivir?
- Sí, supongo que no podrias quedarte en el pueblo, ¿no? Cada luna llena la gente sospecharía.
- El pueblo es para los humanos. Nosotros pertenecemos a este lugar.
Pone su mano sobre la tuya y sientes ese extraño aumento de tus sentidos, su mano sobre la tuya y la tuya bajo la suya, todo a la vez. Sea lo que sea esto que hay entre ustedes, sigue creciendo...
- Los hombres lobo extraen sus poderes de tierras Primigenias como estas, no alteradas por los humanos.
- ¿Así que por eso Morgan y tú no se llevan bien?
- Sayre Energy and Power quiere convertir lugares como este en minas. No podemos permitir que eso ocurra.
Te sobresaltas con el aullido de los lobos en la noche. Los cachorros echan sus cabecitas hacia atrás y responden de igual manera, con pequeños aullidos que se unen como uno solo.
- ¡Auu, auu, auuuuu!
- Dios, eso es adorable.
- La caza fue un éxito.
Como es lógico, los lobos adultos no tardan en regresar. Los cachorros salen corriendo y aúllan, tropezando con ellos mismos en su estusiamo por llenar sus estómagos.
- Mira cómo el alfa se encarga de su familia.
Jimin hace una seña hacia uno de los lobos más grandes, que tiene el hocico blanco manchado de sangre mientras comparte la presa con su compañera y sus cachorros.
- ...
El gran macho te mira a los ojos, de forma aguda y calculadora, logrando que sientas su inteligencia y su ferocidad. Mientras observas, otro lobo intenta quitarle un trozo de carne a uno de los cachorros. El alfa reacciona al instante, inmovilizando al otro adulto en el suelo con sus dientes sobre su pescuezo.
- Grrrr...
El intruso se queja y lame al alfa, y así, el alfa cede.
- ¿Lo ves? Debe proteger a los cachorros y mantener la paz dentro de sus filas. El equilibrio. Debe ser fuerte. No permitir la deslealtad. Si falla en su papel, podría ser desafiado y asesinado. En mi papel como Alfa, ocurre lo mismo.
- Entonces... Sobre ser tu compañera...
- ¿Sí? ¿Has estado... pensando en eso?
- Es una idea con cierto atractivo.
- Ven aquí.
Abre sus brazos y tú te inclinas hacia él, dejando que te envuelva firmemente contra su pecho. Tu cabeza cae sobre su hombro. Te relajas, observando las luces vivas del bosque que fluyen a tu alrededor. El lobo alfa levanta su hocico manchado de sangre hacia Jimin. Algo pasa entre ellos, alguna señal oculta, y de repente los lobos se alejan a toda prisa.
- Los lobos aquí en el este son una de las especies más amenazadas de este país. Pero nosotros los protegemos. Mientras mi Manada sobreviva, también lo harán ellos... y toda esta tierra salvaje.
Los dos comienzan a caminar de vuelta, llegando al abrigo de los árboles mientras el sol sale...
- Pero si los humanos como Morgan y Bernard Sayre se salen con la suya, todo este lugar será pavimentado y destrozado.
- Es triste pensar que podríamos perder todo esto...
- Nunca sucederá. No lo permitiré. Y espero que estés a mi lado para ayudarme en esta lucha...
Caminas en silencio. No estás preparada para responder "sí", pero no te atreves a responder "no".
• ୨❀୧ •
Horas más tarde, te despiertas en la guarida de la manada y descubres que Jimin se ha ido y que te duelen las piernas de la caminata de anoche hasta casa.
- Dios, me muero de hambre...
Sales y ves a los otros miembros de la Manada haciendo sus tareas cotidianas. Nadie parece notar tu presencia, al principio...
- Pasaste una buena noche con Jimin, ¿no?
El tono de Isobel es dulce como la miel, pero cargado de veneno.
- La verdad que sí. ¿Dónde está...?
Isobel sisea entre dientes, su expresión es fea.
- Sabes que nunca te verá como algo más que una yegua de cría.
- ¿Perdón?
- Puede que necesite una pareja piel de lobo para tener crías, pero nunca tendrás una verdadera conexión con él... No como alguien de su propia especie.
- ¡Mira quién despertó!
Por suerte, Layla se da cuenta de que Isobel se abalanzó sobre ti y acude a tu rescate.
- ¿Es eso cierto, Layla? ¿Somos solo...?
- No la escuches, Marisa. Callum nunca me ha tratado más que con devoción. Nos amamos el uno al otro.
Isobel se burla.
- Callum nunca podría conseguir una compañera dentro de la Manada. Pero Jimin es el Alfa. Se merece a alguien digno de él.
- ¡Hey! ¡Tus celos son patéticos! Estás adulando a Jimin y él no quiere saber nada de ti. Supéralo.
Isobel se echa hacia atrás, con los ojos entrecerrados por la furia.
- Bueno, pequeña insolente..
- ¿Qué está pasando aquí?
La estruendosa voz de Jimin hace que incluso Isobel se sobresalte. Él se acerca a grandes zancadas, con las manos hechas puños a los lados.
- ¡Ay, Jimin, debiste haber escuchado lo que Marisa acaba de decirme! ¡Ella no tiene respeto por la Manada!
- Escuché todo.
Isobel te sonríe por encima del hombro de Jimin. Pero la sonrisa se evapora cuando él se voltea hacia ella.
- Discúlpate...
Su voz suena baja, pero dominante, con un trasfondo de furia serena que se nota que pone nerviosa a Isobel.
- Yo... ¿Qué?
- Marisa está bajo mi protección. Si le faltas el respeto a ella, me la faltas a mí. Discúlpate.
- Yo no...
- ¿Estás desafiando a tu Alfa?
Jimin pone una mano en tu hombro, de forma protectora y autoritaria a la vez. Isobel trata de acercarse, pero se detiene ante su mirada intimidante.
- Pero Jimin...
- ...
La mirada firme que él le dirige silencia cualquier otra cosa que ella fuera a decir. Levantando la barbilla hasta dejar al descubierto su garganta ante Jimin, te mira con frialdad por el rabillo del ojo.
- Discúlpame.
- Eh, gracias...
Pero cuando te volteas para agradecerle a él que te haya defendido, te sorprende ver que la ira en su mirada apenas se ha suavizado.
- Y Marisa. No puedes hablarle así a Isobel. Ella merece tu respeto.
- ¡Ella me faltó el respeto primero! Y a Layla.
- No puedes pelear con ella de esta manera. Es una de mis mejores cazadoras, uno de los miembros de mayor rango de la Manada.
- Bueno, tal vez si tú tuvieras un mejor control sobre tu Manada, ¡yo no habría tenido que defenderme!
Sales furiosa de la Guarida, dejando a Layla y a Isobel atónitas a tu paso.
Sientes la preocupación de Jimin cuando se acerca detrás de ti.
- ¡Déjame en paz!
- He sido paciente contigo porque sé que esto es extraño para ti... Pero no me provoques.
- ¿Por qué no? Tú no eres mi Alfa.
Eso lo toma por sorpresa y se tranquiliza, un poco.
- Marisa, este es tu hogar ahora. Esta es tu familia. Debes aprender nuestras costumbres.
- Lo siento, Jimin. Estoy tratando de entender. Pero Isobel tiene que poner de su parte.
Él sonríe irónicamente.
- Sospecho que eso nunca sucederá. Estas son las tierras de la Manada y mientras vivas aquí, debes seguir nuestras costumbres. Isobel no cambiará para ser más humana.
- Espera, ¿vivir aquí?
- No soy yo quien te mantiene aquí, Marisa. El Vínculo entre nosotros he estado ahí toda la vida. La ceremonia solo lo sacó a la superficie. Ahora que se ha despertado, irte será más difícil de lo que crees.
- No me extraña que mi madre huyera. Esto es exactamente lo que no quería para ella. O para mí. Bueno, si ella logró salir, yo también puedo.
Giras sobre tu talón para irte, pero Jimin se pone delante de ti.
- ¡No puedes solo volver a una vida normal, Marisa!
- ¡Tú no puedes darme órdenes!
- No lo estoy haciendo. Solo digo una verdad que no quieres oír. La atracción nos afecta a los dos. Yo... no podría soportar que te fueras.
Él desliza sus brazos alrededor de ti, su tacto es firme y controlador. Sientes su ira y su pasión por igual. Luchas contra su control, pero su toque enciende un fuego en ti, que arde junto a tu ira. Tu cuerpo responde sin tu permiso, fusionándose con el suyo...
- Jimin, yo...
Presiona su frente contra la tuya y puedes sentir su corazón acelerado.
- Nunca escaparemos el uno del otro. Aunque no volvamos a vernos, nuestros cuerpos se añorarán desde el otro lado del planeta.
- Yo... Nunca he sentido esto por nadie. Me haces sentir como si perdiera la cabeza. Como si realmente pudiera... Dejar todo... para quedarme aquí contigo.
Sacudes la cabeza, intentando poner un poco de distancia entre Jimin y tú, pero él te abraza y te susurra al oído.
- Los humanos no conocen el poder del Vínculo. Nunca habrá otro para ninguno de nosotros que pueda compararse.
Te separas de él por completo, necesitando espacio para respirar. No puedes pensar con claridad cuando lo tocas. Él te habla desde tu espalda, sus palabras son bajas y suaves, haciendo que se te erice el vello de la nuca.
- Entiendo que nuestras costumbres te resulten extrañas. No es de extrañar que te cueste. Pero nuestro mundo es peligroso. Si no puedes confiar en mí lo suficiente como para someterte a mi protección, no puedo mantenerte a salvo.
Jimin te agarra fuertemente por los brazos. Deberías acobardarte por la precisión, pero en lugar de eso, un escalofrío de deliciosa excitación te recorre ante su contacto.
- No dejaré que te pongas en peligro solo por desafiarme.
Sin pensarlo, reduces la distancia que los separa y te entregas a lo que el Vínculo que llevas dentro te impulsa. Él responde al instante, igualando tu intensidad, con sus labios chocando contra los tuyos. El deseo por él se apodera de todos tus pensamientos hasta que no eres más que un cuerpo que anhela tocar y ser tocado.
- Marisa...
- Jimin...
Se separa de ti con esfuerzo, con la respiración entrecortada.
- No podemos hacer esto. No ahora. No aquí. Soy el Alfa, Marisa. No puedo cambiar eso.
- Yo tampoco puedo simplemente cambiar lo que soy.
- Tienes razón. Yo... no espero que te comportes como si te hubieras criado en la Manada. Y te prometo que no perderás tu humanidad si te quedas conmigo. Quizás hasta me enseñes algo sobre la humanidad.
Se detiene y te dirige una mirada extrañamente tímida. Si no lo conocieras, pensarías que está casi... nervioso.
- ¿Qué hacen los humanos cuando se cortejan?
- Mmm... ¿Qué?
- Escuché a Layla y a Callum hablar sobre tener una... ¿"cita"? ¿Sí? Puede que no sepa mucho sobre tu mundo humano, pero por favor, déjame mostrarte lo dispuesto que estoy a aprender...
Se arrodilla de forma galante y toma tus dedos con delicadeza entre una de sus manos.
- Marisa, ¿me permites el honor de llevarte a una cita?
- Me encantaría tener una cita contigo.
La cara de Jimin esboza una amplia sonrisa.
- ¿De verdad?
- Por supuesto. ¿Me buscas a las ocho?
- ¿Perdón?
- Cierto. No tienen relojes. ¿Entonces, al anochecer?
- Es una... cita.
• ୨❀୧ •
Más tarde esa noche, Jimin y tú caminan juntos hacia Hunt's Peak.
- ¿Estás listo para tu primera cita humana?
- ¿Qué tienes planeado?
- Empecemos con un clásico. Cena y película.
La cena comienza sin problemas, pero una vez que llega la comida, te tapas la boca para reprimir la risa cuando Jimin levanta un filete con sus propias manos.
- ¿Qué?
Asientes con la cabeza hacia los demás comensales, muchos de los cuales los miran fijamente, y haces un gesto significativo con el tenedor. Avergonzado, Jimin suelta el filete. Le pasas una servilleta, intentando ocultar tu sonrisa mientras él mira a su alrededor y toma el tenedor con demora.
- Pudiste haber dicho algo antes...
- ¡Lo siento! Dijiste que habías estado en el pueblo antes. Pensé que...
Parece tan afligido que tu risa finalmente se desata.
- Ja, ja, ja, está bien. En serio. Quiero decir, literalmente fuiste criado por lobos. Aunque... si necesitan a las piel de lobo para reproducirse, ¿significa eso que tu madre era...?
- Humana. Sí. De Hunt's Peak.
- Entonces, ¿creciste en el pueblo?
- Nos cría la Manada. Me han dicho que las escuelas humanas no ven con buenos ojos que los niños se transformen en cachorros en medio de la clase.
- Sí, creo que eso definitivamente era digno de castigo donde yo crecí.
- Pero cuando era pequeño, mi madre me traía a veces al pueblo a ver películas.
- ¿Sí? ¿Tienes una favorita? Déjame adivinar... Lobo adolescente.
Él hace una expresión de disgusto.
- De ninguna manera. Es completamente irreal.
Al salir del restaurante y dirigirse al cine, el tono de Jimin se vuelve pensativo.
- No he visto una película en años. Apenas he venido al pueblo desde que me convertí en Alfa.
- ¿Has estado demasiado ocupado con la Manada?
- Sí, pero no es la única razón. Venir aquí... me recuerda demasiado a ella.
- ¿Qué pasó con ella?
La expresión de Jimin se vuelve cuidadosamente firme.
- Cáncer.
- Oh, no.
- Ella... Muchas de nuestras compañeras eligen vivir en el pueblo y le dejan la crianza de los cachorros a la Manada. Pero ella... Vivía con nosotros, en la Guarida. Así que para cuando pensó en ver a un médico humano... Era demasiado tarde.
- Jimin... No fue tu culpa. Lo sabes, ¿verdad? Incluso si hubiera recibido tratamiento antes... Estoy segura de que no se arrepintió del tiempo que pasó contigo. Sin importar lo que haya sucedido.
Él aún luce afligido.
- Estoy seguro de que tienes razón.
Él sacude la cabeza, señalando las funciones actuales del cine.
- Ahora, si no recuerdo mal, ¿tenemos que comprar nuestras entradas antes de que empiece la película?
Miras la cartelera, intentando concentrarte en los títulos, cuando Jimin se acerca lo suficiente como para que sientas su aliento en tu cabello.
- Veamos... Una película romántica.
Él te mira de reojo y mantiene la puerta del cine abierta con una pequeña y galante reverencia.
- Lo que tu corazón desee.
El cine está solo medio lleno. Sigues a Jimin hasta la última fila. No tardas ni un momento en acostumbrarte a la oscuridad del cine, el calor de los cuerpos en las butacas ilumina el camino como si fueran linternas. Cuando las luces bajan y la música de inicio aumenta, se ve a una pareja de adolescentes que se inclina hacia delante y se besa. Te das cuenta de que él también lo nota. Luego pasa el brazo por el respaldo de tu silla de forma despreocupada y te susurra al oído...
- Parece que no todo el mundo viene aquí solo a ver...
Te apoyas en su hombro, atrayendo su rostro hacia el tuyo. Atento a tus movimientos, te atrae hacia él al mismo tiempo, besándote por completo, consumiéndote con una pasión repentina... Con su otra mano te acaricia la cara y presiona sus labios con ansias contra los tuyos. Luego se aleja para susurrarte algo en la mejilla.
- ¿Te molestaría que nos perdiéramos la película?
- ¿Qué película?
Sus labios vuelven a los tuyos y la siguiente vez que levantas la vista, las luces comienzan a encenderse de nuevo y la sala está vacía.
• ୨❀୧ •
Al día siguiente, para tu sorpresa, te encuentras en Hunt's Peak de compras con Layla.
- ¡Me alegra mucho que hayas podido venir! ¡Extrañaba tener a alguien con quien comprar! La Manada no usa dinero, por supuesto, pero la mayoría de los piel de lobo tenemos trabajos a tiempo parcial para apoyar a la Manada cuando necesitan algo. Y así podemos comprar cosas para nosotros mismos que hacen que la Guarida sea un poco menos una verdadera... cueva.
Ella sostiene unas cuantas bolsas de caramelos antes de echarlas al auto, y tú te ríes.
- ¿Y qué tipo de trabajo tienes?
- Oh, ya sabes, fracturación médica, trabajos desde casa. También mantengo un apartamento aquí en el pueblo, porque mi teléfono e internet no funcionan en el territorio de la Manada.
- ¿Te... arrepientes de no tener una vida normal?
Layla se encoge de hombros y añade al carrito unos bonitos cojines y una manta de felpa.
- ¿Sinceramente? No. Me encanta Callum y estar con él. Y no es que la vida "normal" sea tan buena, ¿verdad?
- Bueno... Puede que tengas razón.
- Quiero decir, ¿realmente quieres trabajar cincuenta años en un trabajo sin futuro de 9 a 5, haciendo rico a otro tipo hasta que seas demasiado vieja para disfrutar de la vida?
- Cuando lo dices así, la odio aún más.
- Nunca quise que mi trabajo se convirtiera en mi vida. Así que encontré algo mejor.
Al salir de la tienda, Layla le hace un gesto de cortesía con una sonrisa forzada a un hombre que pasa por ahí y que no le hace caso.
- ...
Cuando se va, ella le hace un gesto con la barbilla.
- Mira a ese tipo. Bernard Sayre. Ese es el que quiere aprovecharse de todo este pueblo y dejarlo sin nada para llenar sus propios bolsillos. Prefería vivir siempre en la ruina que ser como él. ¿Y precisamente esta vida? ¿Ser parte de la antigua guardia de la Tierra?
Apoya las manos en su vientre, frotándose ligeramente.
- No la cambiaría por nada.
La cara de Layla parece iluminarse con una idea.
- Te diré algo... Puedes verlo por ti misma. Esta noche la Manada limpiará una vieja mina que la SEP agotó y abandonó. Ahora es solo un gran y feo agujero en el suelo, como una herida abierta. La Manada volverá a recuperarla con la magia Primigenia.
- ¿Pueden... hacer eso?
- ¡Deberías ir! No puedes entender realmente a la Manada sin entender lo que hace. Y es increíble ver la magia real en acción.
- Bueno, definitivamente no pienso perderme la magia...
La cara de Layla se ilumina, pero levanta un dedo en señal de advertencia.
- Aunque primero tendremos que trabajar duro...
• ୨❀୧ •
Cuando llegan a la mina abandonada esa noche, no puedes evitar quedarte boquiabierta ante la devastación. Toda la cima de una montaña fue arrasada, dejando montones de equipos descompuestos, rocas desnudas y un asqueroso pozo abierto lleno de escombros.
- Esto solía ser hermoso.
- Sí parece una herida... ¿Cómo podemos arreglar esto? Quiero decir, se necesitarían semanas para limpiar todo esto... e incluso así... Tardará años en recuperarse de verdad.
- Tenemos una forma mejor.
Las dos bajan con cuidado para reunirse con la Manada. Sostienes el brazo de Layla para ayudar a estabilizarla.
- Uf. Gracias. Estoy, eh, un poco desequilibrada últimamente.
Cuando se reúnen con los demás, que ya están trabajando duro en la limpieza de los escombros, te haces muy consciente de la presencia de Jimin. Te mira desde el otro lado del terreno y te dirige una mirada significativa y sensual que puedes leer incluso a distancia. Un lento calor se extiende por tus mejillas y te aclaras la garganta.
- ...
- ...
Layla los mira.
- Wow, amiga. Hay mucha intensidad entre ustedes. Está de guardia esta noche, pero puede que lo veamos más tarde.
Noemí, la Sacerdotisa de la Manada, está meditando en una zona despejada de rocas. Se dirige a ti sin abrir los ojos.
- Me alegra mucho verte, Marisa. Tenía esperanzas... pero estas cosas a veces llevan su tiempo.
- Layla dijo que debía ver esto. ¿Qué estamos... mmm, haciendo en realidad? Solo hay un pequeño grupo de personas aquí y no hay herramientas o camiones para limpiar los escombros...
Noemí se ríe, en voz baja y llena de alegría, como si acabaras de contar un chiste.
- No, en efecto.
Llegan Callum, Jett e Isobel. Callum se inclina para besar a Layla y luego se hace una referencia a Noemí.
- Hemos terminado en el borde norte. ¿Hay algo más que necesite, honorable Sacerdotisa?
Noemí vuelve a cerrar los ojos, pero sonríe.
- Dos puñados de piedras de cuarzo, un frasco de agua fresca del arroyo y alguien que triture estas hierbas. ¡Oh, y Jett! Unas cuantas ramitas de flores silvestres, por favor.
- Sí, Sacerdotisa.
Miras a Jett, sorprendida.
- ¡Quiero el trabajo fácil en el que me pueda sentar!
- Encontré un pequeño arroyo en nuestra subida. A solo una corta caminata de distancia.
- Traeré el cuarzo, Sacerdotisa.
Decides acompañar a Callum a recoger el agua.
- Me alegra tener tu compañía.
- Solo dirige el camino.
Callum recorre el bosque con facilidad mientras tú te tambaleas a su paso, tratando de evitar las raíces y las lianas que se atraviesan en el estrecho camino.
- Entonces... ¿Estás emocionado por el bebé?
- Mucho, a veces temo que mi corazón estalle. Pensar que nuestro amor ha creado algo real y tangible... Que un nuevo cachorro se una al mundo gracias a nosotros... No puedo imaginar mayor regalo.
- Parece que hacen muy buena pareja.
- Nuestro Vínculo es fuerte. Así como siento que puede ser el tuyo, con Jimin.
Callum te tiende una mano para ayudarte justo antes de que te adentres en un delgado arroyo, oculto entre la maleza.
- Yo lo haré.
Él destapa el frasco y te lo entrega. Lo sumerges en el agua fría y transparente hasta que está lleno, y luego vuelves a taparlo.
- Marisa. He conocido a Jimin toda mi vida. Puede parecer... dominante, a veces. Pero ese es su papel en nuestro mundo. Es el protector de esta manada y de estas tierras. Estamos rodeados de enemigos, por lo que la carga que lleva es pesada. Pero es un amigo leal y un líder fuerte y justo. Si eliges ser su compañera... no podrías encontrar a nadie mejor. Y viéndote con él... le aconsejaría lo mismo.
• ୨❀୧ •
Con todos los ingredientes recogidos, la Manada se reúne en torno a Noemí, que se mantiene erguida.
- ¿Y para qué sirven todas esas cosas?
- Ya verás.
Todos siguen a Noemí hasta el borde de la fosa abierta. Isobel sostiene el brazo de la Sacerdotisa para estabilizarla. Layla se apoya en Callum, quien posa sus manos sobre su vientre. Miras hacia abajo, hacia el interior de la mina, mientras Noemí esparce las hierbas en forma de anillo alrededor del montículo de cuarzo, y luego las enciende con una cerilla. El humo llena el aire...
- Roca y tierra. Fuego y aire.
Ella abre el frasco de agua del arroyo y lo vuelca, apagando la pequeña llama.
- El agua, que trae vida. Comenzamos de nuevo.
Esparce las flores recién recogidas sobre las cenizas. Todo está quieto excepto el humo flotante. Entonces comienza un canto bajo y ronco... Pronto, los demás comienzan a unirse, alzando la voz juntos. Algo está cambiando en el aire alrededor, pero no es algo que puedas ver... Las palabras parecen estar fuera de tu entendimiento, pero una oleada de emoción te invade. Sientes que si quisieras, casi podrías unirte... Inclinas la cabeza y cruzas las manos delante de ti. El canto es hermoso e inquietante, y sientes que una extraña emoción se arremolina en tu pecho, algo que no puedes nombrar...
- ...
Las lágrimas aparecen en tus ojos mientras tu corazón parece latir al ritmo del canto. Por un momento te sientes mareada. Los últimos ecos del canto se desvanecen justo cuando el sol se eleva sobre el horizonte. Con la luz, miras hacia la fosa y, para tu sorpresa, ¡ves que la herida de la tierra se está cerrando! El suelo se restaura por sí mismo. La hierba y las flores crecen sobre la piedra muerta. Es como ver el tiempo retroceder.
- Ay... Dios... mío...
Es como si la mina nunca hubiera existido...
- Este es el poder de la magia Primigenia. Este es nuestro verdadero propósito, el motivo por el que la tierra necesita a la Manada. Esto es para lo que naciste, Marisa.
Y mientras vuelves a caminar a través de la madrugada, no puedes evitar sentir que ella podría tener razón...
Esa noche, dormida en tu habitación de la Guarida, sueñas... Corres por el bosque en cuatro patas, con el viento en la cara, sin apenas tocar el suelo. Otro lobo corre a tu lado, en perfecta síncronía...
- Jrff... Jrff...
Puedes ver a través de sus ojos. Sientes la alegría ligera en su pecho... Están juntos...
- ...
Pero un extraño y antinatural tintineo los sigue... los persigue... Corren... cada vez más rápido... hasta que emprenden el vuelo, con las patas delanteras escalando el cielo nocturno... ¡Cuando de repente te das cuenta de que estás sola!
- A.... uuuuuuu...
Te volteas para ver a tu compañero, encadenado a la tierra por pesados grilletes alrededor de sus patas traseras... Pero no puedes regresar.
- ...
Te despiertas de golpe, desorientada y cubierta de sudor. De alguna manera, conoces la identidad del lobo de tu sueño...
- ¿Morgan?
Puedes sentirla ahí fuera, todavía, tratando de alcanzarte.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top