ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ xᴠ : ᴇʟ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴏ ᴇɴᴇᴍɪɢᴏ
Después de descubrir la operación minera de Sayre en las cuevas sagradas, tú y Morgan corren de regreso a la Guarida tan rápido como pueden.
- Jrrf... jrrf...
Pero justo antes de atravesar el cálido círculo de luz donde se reúne la Manada, tropiezas al sentir una extraña languidez que se apodera de tus miembros. Te llega a través del Vínculo con Jimin.
- Jrruu...
Te transformas con rapidez, desprendiéndote de tu forma de loba para recuperar tu voz.
- Urj...
- ¿Qué pasa? ¿Estás herida?
- No... Pero algo no está bien...
Muchas contra la pereza y avanzas hacia los árboles, donde encuentras a Jimin y a la mayoría de la Manada. Él se voltea hacia ti, con la voz entrecortada.
- ¿Marisa? ¿Morgan?
Hay una hoguera ardiendo en el claro, de la que se desprende un humo extraño y oloroso, mientras los asistentes beben un fuerte brebaje en tazas de arcilla.
- ¿Qué es esto...? ¿Una especie de ceremonia espiritual?
Miras y te das cuenta de que todos los que están alrededor del fuego muestran el mismo letargo que Jimin.
- ¿Esto es... un funeral?
- Es... nuestra despedida de Noemí.
- Estamos acompañando a su espíritu... a la otra vida. La bebida abre nuestras mentes al mundo de los espíritus... para acompañarla a salvó hasta allí.
- Lamento interrumpir, pero ocurrió algo terrible.
Él toma tu rostro entre sus manos, examinándote para ver si estás herida.
- ¿Estás herida?
- No, no... Estoy bien.
- Es Sayre. Descubrió dónde mora la magia Primigenia... ¡Intenta extraerla!
- ¿Qué?
- Dígannos todo.
Mientras explicas, los demás se reúnen, atraídos por la urgencia de tu voz. Poco a poco, consigues salir de su estupor y hacer que comprendan lo que tú y Morgan vieron.
- Ese bastardo. Lo destruiremos por esto.
Pero al levantarse, se balancea y puedes sentir la debilidad de sus músculos.
- Lo siento, Marisa. Tú y Morgan tendrán que dirigir esto. No hay nadie más para... No estoy en condiciones de...
- ¿En condiciones de qué?
Te volteas para ver a Jett acercándose a la Guarida. Está claro que no está intoxicado como el resto de la Manada.
- ¡Jett! Te perdonaré por haberte perdido la ceremonia de Noemí, ya que ahora eres uno de los únicos guerreros con los que podemos contar. Ve con Morgan y Marisa a la cueva sagrada. Sayre... Destruye todo lo que ha hecho allí.
Puedes sentir que la mente de Jimin desvaría un poco cuando sus palabras se arrastran al final. Le pones una mano en el hombro para tranquilizarlo.
- Hemos mantenido oculta la morada de la mafia durante siglos. ¿Cómo pudo encontrarla Sayre?
- Podemos preocuparnos de eso más tarde. Ahora mismo, tenemos que detenerlo.
Los miembros de la Manada te miran con ojos vidriosos mientras Jett señala con un dedo acusador a Morgan.
- ¡No! ¡Ella nunca dejó de trabajar para él! ¡Este fue su plan todo el tiempo!
- ¡Eso no es cierto! No lo he visto desde...
- ¿De qué otra manera podría estar Sayre aquí? ¡Morgan nos traicionó! Con Marisa como cómplice.
- ¡Jett! ¡Deja de perder el tiempo! Deja las acusaciones mezquinas para luego. Después de detener a Sayre.
Los miembros de la Manada acuden a tu lado, dirigiéndose con rabia a él.
- Sí, ¿qué estás haciendo para ayudar, Jett?
- Eres rápido para señalar, pero lento para ayudar.
- Ahora soy la Sacerdotisa de esta Manada. Es mi sagrado deber proteger la magia Primigenia.
- Noemí depositó su confianza en Marisa. Deberíamos... honrarla.
Miras fijamente a Jett, sintiendo que la marea de la opinión pública se vuelve a tu favor.
- Marisa no tuvo... nada que ver con esto. Ella nos ha advertido... antes de que sea demasiado tarde.
La multitud va hacia Isobel, que está más sobria que nadie, excepto que tú y que Morgan. Tragas grueso, preparándote para un insulto... pero en lugar de eso, ¡ella dirige su afilada lengua hacia él!
- Jett, ya estamos hartos de tus desvaríos.
- Wow.
- ¿Qué acabas de decir?
- Dije que te calles. No puedo entender por qué Jimin sigue tolerando tu falta de respeto, pero yo no lo haré.
- Wow, Isobel... Gracias.
- Ahora eres miembro de esta Manada. Yo solo cumplo con mi deber.
Jett espeta con furia.
- Víbora de dos caras...¿cómo te atreves...?
Jimin se interpone entre ellos, levantando las manos para pedir silencio.
- Isobel tiene razón. Esta insignificante pelea debe terminar.
- ¡Se acabaron las excusas! Durante generaciones hemos tratado con la familia de Sayre. Hicimos un pacto con su bisabuelo que se mantuvo durante más de cien años. ¡Y, sin embargo, las cosas cambian en el momento en que Morgan se abre paso en la Manada!
Jimin se esfuerza por mantener el hilo de la conversación, pero su ira se dispara cuando sale en su defensa.
- ¡Ya es suficiente! No escucharé más... calumnias contra Morgan o Marisa...
- Juré obedecerte a ti, ¡no a esta piel de lobo ni a esta traidora ciega!
- ¿Eso es... un desafío?
- ¿Estás bromeando? ¡No estás en condiciones de luchar!
- Si sigues sus indicaciones, ¡no eres apto para ser Alfa de esta Manada!
- ¡Retrocede... Jett!
- ¡Este no es el momento...!
- ¿Entonces temes enfrentarme?
Jimin no aparta los ojos de Jett, pero sabes que puede sentir la atención de la Manada sobre él. Esta es una pregunta que solo tiene una respuesta.
- No... pero no esperes que tenga piedad esta vez.
Acercándote a él, le susurras con fiereza.
- ¡Esta es una idea terrible! Mírate. ¡Apenas puedes mantener los ojos abiertos!
- No te preocupes.
Jimin te besa, pasando sus nudillos por tu mejilla con suavidad, pero no te tranquiliza. Percibes su miedo y cómo se esfuerza por mantenerse presente mientras su visión sigue siendo borrosa.
- Es lo que debo hacer.
Con el rostro firme y decidido, te mira una última vez antes de que él y Jett se dirijan hacia el campo de batalla. Observas impotente mientras Layla se acerca a tu lado.
- Esto es ridículo. Jett nos está haciendo perder el tiempo. ¿Por que6 no termina de entender que nunca será igual a Jimin?
- Según la lay de la manada, Jimin no puede rechazar un desafío de liderazgo. Darle largas solo lo haría parecer débil.
- No crees que Jett tenga alguna posibilidad, ¿verdad?
- Jimin no está... en condiciones de luchar.
- Y Jett lo sabe.
- Sí, cuando beben esas cosas, son incompetentes durante una noche y un día. Odio decirlo, pero... Jimin podría perder.
• ୨❀୧ •
Cuando llegas al campo de batalla, estás demasiado nerviosa para quedarte tranquila. La multitud es escasa, la mayor parte de la Manada está aún demasiado incompetente, pero todos los presentes parecen tan preocupados como tú.
- Esto no me gusta...
- A ninguno nos gusta.
A través del Vínculo, percibes que Jimin está muy desorientado. Sus reflejos, normalmente agudos, están lentos y sus pensamientos son confusos. Por un momento, ves a través de sus ojos... tu visión de la arena de combate que brilla por el extraño brebaje que bebió.
- Comencemos.
¡A la velocidad de rayo, Jett ataca, asestando un golpe demoledor a la mandíbula de Jimin! Sientes que el impactante dolor que te produce resuena en tus huesos.
- ¡Aaah!
- Vamos... Puedes hacerlo.
Hay una nube de confusión en la cabeza de Jimin, su audición y visión le fallan... Jett lo derriba de nuevo, barriéndolo, y en lugar de levantarse, sus ojos se nublan y se queda petrificado.
- Noemí... Yo...
- Jimin, puedes lamentarte más tarde. ¡Tienes que concentrarte!
- ¿Ves el espíritu de Noemí, Jimin? ¡Dile que pronto te reunirás con ella!
- ¿Cómo se atreve?
Jett asesta un gran golpe en su mejilla y tú te estremeces al sentir cómo se destroza el hueso.
- Umf...
- Eso sonó mal.
- Esto no es justo.
No podrá sobrevivir así. Necesita sus instintos de lucha, sus instintos Primitivos... Intentas alcanzarlo a través del Vínculo.
- ¡Transfórmate en Primigenio! ¡Necesitas todo tu poder!
¡Jimin se concentra en tus palabras, y ruge, haciendo aparecer su forma Primigenia! Jett sigue su ejemplo, igualándole centímetro a centímetro.
- ¿Tuviste... suficiente?
- ¡Nunca!
Ellos intercambian golpes, rugiendo y gruñendo en una lucha feroz, pero Jimin se lleva claramente la peor parte y, a pesar de su rápida curación, sus heridas se acumulan.
- Se está desvaneciendo...
Jett se agacha ante un puñetazo de Jimin y da vueltas detrás de él. Ves que sus piernas se juntan y se agachan, como si estuviera a punto de abalanzarse sobre la espalda de Jimin...
- ¡Aléjate! ¡Va a abalanzarse!
- ¡Jraar!
Él se lanza hacia un lado y Jett aterriza en la tierra vacía, pero escuchas un siseo de dolor cuando Jimin golpea el suelo con fuerza.
- ¡Quédate en posición!
Lo instas en silencio a través del Vínculo, pero puedes sentir que sus fuerzas disminuyen. Está agotado... desorientado... ¡y Jett sigue atacándolo!
- Buen intento...
Escuchas el murmullo de los miembros de la Manada reunidos, comprensivos, esperanzados, preocupados...
- ¡Pero tú... no puedes... ganar!
¡Jett derriba a Jimin con un golpe feroz! Tu visión se vuelve blanca mientras él cae al suelo. ¡Sientes que su conciencia se desvanece!
- Levántate... Por favor. levántate.
Jett se acerca a él, que sigue aturdido, entonces agarra la cara de Jimin entre sus manos y le golpea el cráneo con su rodilla.
- ¿Qué está pasando?
- Jett le acaba de dar un rodillazo en el cráneo a Jimin. ¡Si sigue así, lo va a matar!
¡Jimin se estremece, volviendo en sí, pero Jett ya está sobre él, con los colmillos enterrados en su hombro!
- ¡Raaarg!
Cuando Jett lo desgarra, él se desploma en el suelo. La agudeza de su dolor te atraviesa, y Layla te pone la mano en el hombro con suavidad.
- Se acabó...
- ¡No! ¡No puede ser!
Sientes su dolor como el tuyo propio, y es aún peor, al verlo tan golpeado y ensangrentado.
- Ofréceme... tu... garganta.
Sientes cómo el terrible pavor llena las venas de Jimin. Sus ojos encuentran los tuyos y el mundo parece ralentizarse.
- Preferiría morir ante que someterse a Jett...
- Marisa... perdóname. No soy digno.
Él te ve por una última vez antes de voltearse para mirar a Jett con un gruñido.
- Nunca.
¡Jett ruge, preparándose para hundir sus dientes en la garganta de Jimin!
- ¡No puedo mirar!
- ¡No!
Te precipitas hacia el campo de batalla, arrojando tu cuerpo sobre la figura tendida y ensangrentada de Jimin, y te preparas para el impacto.
- ¡Marisa, no!
- ¡Jrrf!
Para tu sorpresa, Jett se detiene y miras fijamente a los ojos dorados de Jimin.
- Si tú puedes sacrificarte, yo también.
Jett retrocede sorprendido, encogiéndose al transformarse de nuevo en humano y se vanagloria de sus heridas.
- Reclamo la victoria. ¡La Manada es mía!
- ¡No!
- ¡No pueden dejarle hacer esto!
Te diriges a los demás miembros de la Manada, ignorando a Jett.
- Jett atacó en estos momentos a propósito, porque sabía que Jimin estaba de luto por Noemí y no estaba en condiciones de luchar. ¿Ese es el tipo de Alfa que quieren?
Jimin gruñe, negándose a transformarse en humano, aunque todavía está débil y sangrando. Las caras de la Manada son una mezcla de conmoción, ira y horror, la mayoría de ellas dirigidas a Jett.
- ¡¿Cómo se atreve a desafiar al Alfa durante el luto?!
- Pero es la ley de la Manada. Jett ganó.
Isobel entra al círculo y es la primera vez que la ves tan conmocionada.
- ¡Este duelo fue injusto, Jett! ¡Nunca debiste haberlo desafiado!
- ¿Quién es el Alfa más fuerte ahora, Isobel?
Los ojos de Isobel se abren de par en par y se queda sin palabras por un momento, pero otras voces llenan el silencio con rapidez.
- Sin Jimin, ¿qué vamos a hacer con las cuevas sagradas?
- ¿Y qué haremos con Sayre?
- No podemos enfrentarnos a la SEP así.
- Lo más importante es... Mantener su legítimo Alfa. ¡Todos saben que Jett sería un Alfa terrible! ¡Es impulsivo, cruel y odia a los humanos!
- ¡Silencio, piel de lobo!
- Ella tiene razón. Tenemos que centrarnos en Sayre y en lo que está ocurriendo en la cueva sagrada. No es momento para un líder débil...
A medida que el resto de la Manada se acerca, Jett se da cuenta del enfado a su alrededor. Se voltea hacia ti, Jimin y Morgan.
- ¡Bien! Jimin, yo... te perdonaré la vida. ¡Pero quedas desterrado de las tierras de la Manada!
Él camina en círculo, gritando para que lo oiga toda la Manada.
- ¡Quien no me ofrezca su garganta ahora mismo, puede unirse a él en el exilio!
- ¡No es el momento de quedarnos sin miembros!
- ¡Entonces diles que hagan lo que yo digo para que sigamos siendo fuertes!
Jimin por fin vuelve a su forma humana y tú y Morgan lo ayudan a ponerse de pie.
- Yo... acepto el exilio.
- ¡No!
- Debo hacerlo.
- Entonces la Manada también me perderá a mí.
- Marisa... piénsalo.
- No hay nada que pensar. ¡No le ofreceré mi garganta a Jett!
- Yo tampoco lo haré.
- ¡No! ¡Si lo que dijiste es cierto, necesitaremos a todos los guerreros que tenemos!
- La Manada es más fuerte sin ellos. ¡Yo nos llevaré a la victoria! Desafíame de nuevo, Isobel, y tú podrás unirte a ellos.
Los ojos de Isobel se abren de par en par. Parece que la abofetearon. Ella se encuentra con tu mirada, con arrepentimiento en sus ojos, y luego retrocede despacio.
- Salgan de mi vista. Antes de que cambie de opinión.
- Vamos.
Tú y Morgan apresuran a Jimin para que se aleje del círculo y se adentre en el bosque, mientras uno a uno los miembros de la Manada ofrecen sus gargantas ante Jett. Te detienes solo un momento en la línea de los árboles, mirando hacia atrás con tristeza y encontrando los ojos de Layla.
- Lo siento...
• ୨❀୧ •
Tú y Morgan ayudan a Jimin mientras cojea hacia el bosque. Sus heridas y su desorientación hacen que vaya lento.
- Más rápido. Tenemos que llevarlo a la laguna de curación.
- No. Eso no hará nada por mí ahora...
- ¿Por qué no?
- La laguna extrae su energía de todos los miembros de la Manada, tomando prestada su fuerza para curar las heridas de un individuo. Soy un exiliado. Ya no puedo invocar a la Manada.
- Así que esto debía ser una sentencia de muerte.
- Me curaré... Solo llevará tiempo.
- Pero necesitas ayuda ahora.
Una nube pasa por encima de ti y tratas de no pensar en ella como una sombra premonitoria.
- Espera un segundo. Si la laguna te permite tomar prestada la fuerza de otros hombres lobo para curarte..., ¿por qué no nos puedes usar a nosotras?
- ¿Qué?
- Marisa y yo. Usa nuestra fuerza. Soy tu hermana. Tiene que haber algún tipo de Vínculo entre nosotros... Y ella es tu... compañera.
- ¿Eso podría ayudar...?
- Podría... Si nos reconocemos como una Manada propia.
- Somos una manada. Sin importar lo que pase.
- ¿Una manada de tres? ¿Qué es eso?
- Es... Un comienzo. Estaremos abiertos a cualquier otro que Jett rechace. O a cualquiera que se canse de su mierda de más fuerte que tú.
- Seremos la manada más grande en poco tiempo...
- Ja, tal vez...
La risa de Jimin es débil y vuelves a prestarle atención con rapidez.
- Tenemos que hacer algo con estas herida... Intenta recurrir a mí, Jimin. A través de nuestro Vínculo.
Él se desploma en el suelo del bosque, con la espalda apoyada en un árbol, mientras tú te arrodillas y pones tus manos sobre su hombro herido. Las palabras del cántico que te enseñó Noemí salen como susurro de tus labios, como un animal que se escapa. La magia Primigenia fluye a través de ti, con más facilidad y confianza que nunca.
- (Yo... ¡ahora sí la controlo!)
Alcanzas la mano de Morgan.
- No es suficiente. ¿Me ayudas? ¿Por favor?
Recuerdas a Morgan llorando en tus brazos, con sus gemidos y sollozos a partes iguales de amor y dolor, y, por un momento, crees que podria negarse. Ella toma aire y pone su mano sobre la tuya.
- Yo también estoy aquí para ti, Jimin.
Su energía duplica la tuya y tú actúas como conducto, canalizando tu fuerza y poder directo hacia él.
- Hay... mucho poder dentro de ustedes dos...
Puedes sentir que el dolor de Jimin disminuye poco a poco a medida que el poder fluye fuera de ti. Bajo tu mano, la sangre se coagula y los bordes de la herida se juntan. La piel se llena de tejido cicatricial, más áspera de lo que dejaría la laguna de curación, pero completa, y la respiración de Jimin se alivia bajo tu mano.
- Marisa... lo lograste.
- Lo logramos.
Te pones de pie... y de repente te balanceas sobre tus pies. Una oleada de mareo te invade al darte cuenta de lo mucho que te agotó la curación. Jimin te tiende un brazo y tú te derrumbas agradecida contra él, sintiendo su valor y su fuerza renovada.
- ¡Marisa! ¿Estás bien?
- Nada que una hamburguesa y una siesta no pueden arreglar.
Sus labios encuentran los tuyos y solo su contacto es suficiente para fortalecerte. Su vitalidad circula a través del contacto de su lengua con la tuya, la magia circula a través de ambos como si se tratara de una corriente sanguínea compartida.
- ¿Pero qué hacemos ahora...?
- En primer lugar, debemos salvar la magia Primigenia. Sin ella, nunca habrá una Manada a la que podamos regresar.
• ୨❀୧ •
Los tres se escabullen a través del bosque, escondiéndose detrás de los árboles para observar la maquinaria estacionada cerca de la entrada de la cueva.
- No oigo nada...
Jimin parece preocupado mientras olfatea el aire.
- Algo huele... mal, pero no sé qué es...
- El olor humano no pertenece a este lugar.
De repente, vislumbras un movimiento por el rabillo del ojo. ¡Unos hombres armados salen de la cueva y van hacia ustedes!
- ¡Atrápenlos!
- ¡Es una trampa!
Alguien sale del bosque y va hacia ti, y tú te revuelves asustada, pero ves a Hugo atacando a los guardias de la SEP.
- ¡Aléjense de ellos!
- ¿Hugo? ¿Qué estás haciendo aquí?
Un bum sacude los árboles cuando Hugo dispara a los neumáticos de un camión, inutilizándolo.
- Salvando sus traseros, obvio. Tienen que salir de aquí, rápido. Sayre no los quiere matar.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué está planeando Sayre?
- No tenemos tiempo. ¡Vamos!
Morgan te agarra de la mano y corren juntas hacia la línea de árboles, mientras las balas pasan silbando. ¡Detrás de ustedes, Jimin se transforma con un aullido!
- ¡Váyanse!
Mientras observas, los camiones se abren, dispersando soldados por todas partes. Renovando por su curación, Jimin salta a la batalla, destrozando a un soldado tras otro hasta hacerlos pedazos.
- ¡Váyanse... ahora...!
¡Pero no importa cuántos caigan, siguen llegando más, rodeándolo!
- Sabían que estaríamos aquí. No lo lograremos. Tenemos que... ¡Intentar resistir!
Te volteas para encontrarte con tus enemigos de frente.
- ¡Aléjense de mí!
Canalizas la magia Primigenia sin esfuerzo y una oleada de hombres retrocede ante la feroz visión mientras te acercas a ellos. Explotas en tu forma de lobo a mitad de camino, enseñando los dientes mientras eliges a tu primer objetivo y lo desgarras.
- ¡Graaah!
Durante unos instantes, parece que tienen una oportunidad, ya que tú y Jimin arrasan con las oleadas de soldados, mientras Morgan elimina a los que se alejan demasiado del grupo. ¡Pero incluso con tu fuerza y velocidad superiores, estás perdiendo terreno!
- ¡Nos superan en número!
- Jrrr...
Te abalanzas sobre un soldado, pero este sigue haciéndote retroceder, rodeándote junto a Jimin y Morgan. Atrapada, sientes que tu fuerza de lobo se va mientras vuelves a tu forma humana. Él avanza de repente, con su fuerza y gracia inhumanas, haciendo que parezca una danza mortal mientras atraviesa a los soldados, dejándolos sangrando a su paso. Un dardo tranquilizante lo alcanza, alojándose en su espesa piel, pero Jimin ni siquiera se inmuta mientras arranca tanto el arma como el brazo del hombre que le disparó.
- ¡Tú... no puedes ganar!
Hugo le dispara al cerrojo de la parte trasera de un camión, ¡haciendo que caigan enormes barriles! Estos derrumban a unos cuantos soldados y frenan al resto.
- ¡Vamos, chicos! Esto no está bien.
Los soldados se vuelven contra él, abriendo fuego, y apenas tiene tiempo de encontrar cobertura detrás de un árbol.
- ¡Hugo!
- ¡Sal de aquí!
- Si quieren luchar contra alguien, luchen contra mí...
¡Hugo dispara contra uno de los árboles, haciendo caer los escombros sobre los soldados, antes de alejarse de ustedes, atrayendo un grupo tras él!... Pero aún quedan muchos a tu alrededor.
- Creo que ese era el último de nuestros refuerzos.
Mientras Sergei se acerca al frente de la línea, los soldados cargan tranquilizantes en sus armas. Tú actúas como los ojos de Morgan, diciéndole lo que está ocurriendo.
- Están utilizando pistolas tranquilizantes. Como los dardos que usaste para derribar a Jett e Isobel.
- Esos son fuertes. Si nos dan, caeremos...
- ¡Deja de perder el tiempo y dispárales de una vez!
- ¡No... se rindan!
- ¡Si morimos, entonces ellos también!
- ¡No, Marisa! No te sacrifiques por nada.
Pero cuando Morgan levanta su arma, esta hace un clic vacío. Jimin ruge y hace retroceder a dos soldados, pero te das cuenta de que se está cansando.
- ¡Vayan! ¡Avísanle a la Manada!
Saltas en forma de lobo, atravesando la barricada de cuerpos, derribando a los que se interponen en tu camino.
- ¡Jrf! ¡Jrf!
Pero son demasiados. Más cuerpos sustituyen a los que derribaron. ¡De repente, un dardo perfora tu piel con un agudo ardor de dolor! Un gélido miedo llena tus venas mientras tus músculos se debilitan y fallan...
- ¡Aruuuu...!
Tus patas traseras se tambalean debajo de ti y tu forma de lobo se desvanece, dejándote de nuevo como humana... ¡A tu izquierda, ves caer a Hugo, herido en el hombro por un dardo tranquilizante!
- Aaag...
¡Como en cámara lenta, ves cómo cae al suelo, inconsciente, para ser arrastrado por los soldados! Jimin te atrapa mientras caes, inerte, entre sus enormes brazos. Incluso en su furia Primigenia, ves la preocupación en sus ojos.
- ¡Marisa!
Pero entonces uno de los soldados te arranca de repente de sus brazos. Jimin ruge y vuelve a agarrarte, pero los dardos lo golpean desde todos los ángulos.
- ¡No!
- Jimin...
Tus palabras se desvanecen mientras estiras la mano débilmente... Al menos estamos... juntos...
Tus pensamientos se vuelven turbios y aletargados. Apenas puedes distinguir una figura entre los árboles... Entonces, caes en la oscuridad.
• ୨❀୧ •
Cuando vuelves en sí, unas luces brillantes se arremolinan en tu visión, provocando dolor en tus ojos. Tardas unos minutos en orientarte lo suficiente como para incorporarte.
- Ugh...
Parpadeas hasta que tu visión se enfoca poco a poco. A tu alrededor, personas que parecen cadáveres yacen inconscientes en camas de hospital, conectadas a máquinas... Te frotas los ojos, solo para encontrarte atada a una camilla como los demás, sin poder moverte, pero está claro que esto no es un hospital. Es una especie de laboratorio. Y estás atrapada.
- ¿Dónde estoy...? ¿Jimin? ¿Dónde estás?
Lo buscas a tu alrededor, sintiendo su presencia a través del Vínculo.
- Estoy contigo, Marisa.
- Yo también.
- ¿Estás bien?
Intentas alcanzarlo, pero las correas están apretadas y no ceden ante tus forcejeos.
- Mis heridas se están curando, pero no estoy "bien".
- ¿Qué hay de Hugo...? Vi cuando le dispararon.
Miras a tu alrededor y por fin lo ves en una cama en el extremo de la habitación.
- No ha hecho ruido. Creo que sigue inconsciente.
- Lo que sea que nos hayan disparado... está envenenando mi conexión con la magia Primigenia. No puedo transformarme.
- ¿Qué es este lugar...? Huele a putrefacción.
- Esto es lo les ha ocurrido a los hombre lobo que capturaste. Sayre los encerró aquí... están viejos, débiles, y son mantenidos vivos por máquinas.
Sigues la mirada de Jimin, estremeciéndote al ver la figura demacrada que yace sedada en una de las otras camas.
- ¿Pero por qué?
- Dijo que íbamos a ayudarlos, a salvarlos...
En las jaulas de enfrente, otras figuras arrugadas yacen en lo que parece un letargo farmacológico, víctimas evidentes de la tortura, del hombre o ambas cosas. Jimin gruñe, pero para tu sorpresa, su voz es suave cuando le responde a Morgan.
- No lo sabías.
Miras las frágiles figuras de los... ¿otros hombres lobo? Es difícil saber qué pensar en ellos. Ahora están conectados a tubos y máquinas que respiran por ellos.
- Los ha matado de hambre, torturado, los ha dejado como una burla de lo que eran.
- ¿Pero por qué? ¿Qué puede ganar con ello?
- Sayre... Debe tener algún plan para ellos.
Miras a los hombres lobo demacrados, los tubos, las máquinas, y te esfuerzas por atar cabos. Hay algo que intenta hacer, algo que intenta tomar de ellos...
- Es demasiado frío para hacer esto solo por diversión. Tiene que haber un beneficio para él.
- ¿Pero qué? El Sayre que conozco no hace nada si no hay beneficio en ello. ¿Qué consigue con esto?
- No lo sé...
Pero mientras luchas contra las correas de cuero que te sujetan a la cama, una puerta oculta se abre de repente...
- Bueno... Mira quién está aquí.
- ¿Qué es esta... porquería de científico loco que estás haciendo aquí?
Sayre la mira con frialdad y luego se voltea hacia ti enarcando una ceja.
- Marisa... Eres todo un enigma, ¿sabes? Fue difícil tratar de descifrarte.
- Te mostraré lo que es "difícil".
- Tenía muchas preguntas : ¿Eras una mujer loba pérdida que volvía a casa? ¿O solo otra humana destinada a darle más crías a la Manada?
- Soy... Una fuerza más grande de lo que puedas imaginar.
Lo miras fijamente, pero él solo sonríe con arrogancia ante tu actitud.
- No lo creo. Fuiste tan fácil de atrapar como cualquier otro. Pero deseo ver lo que mis científicos aprenden de ti.
Te estremeces, luchando con más fuerza contra el agarre inflexible de las ataduras.
- ¡No puedes destruirnos, Sayre! ¡La Manada sobrevivirá a ti!
- Los Caballeros de Ossory llevaron a la mayoría de los de tu clase a la extinción cuando las espadas y la cota de malla eran lo más avanzado.
- La Manada no necesita tecnología. ¡Tienen magia!
Pero si Morgan esperaba escandalizar a Sayre con esa revelación, no lo consigue. Él se encoge de hombros, mirándose las uñas de una mano.
- Sí, su gente tiene una forma fascinante de extraer el poder de la tierra. Me llevó mucho tiempo descubrir cómo utilizarla para mí.
- ¡Así que para eso es tu nuevo equipo de minería! ¿Esto sigue tratándose de beneficios para ti? ¿No te importa quién sale herido? ¿O solo te importa llenarte los bolsillos?
- Ah, el pueblo de Hunt's Peak se ha beneficiado mucho de mi benevolencia.
Tus ojos se posan en los hombres lobo capturados, que yacen desvanecidos y agotados en sus jaulas.
- ¡Para eso capturaste a los hombres lobo! ¡Estás aprovechando su magia, drenándola!
- ¡No! ¡Dijiste que ibas a curarlos! ¡Me has mentido durante toda mi vida!
- Bueno, por supuesto. No podía estar seguro de que tu sangre de hombre lobo no ganaría al final.
- Así que por eso buscaste la morada de la magia Primigenia.
- La quiere toda para él.
- ¡No tiene por qué ser así! La Manada tenía un acuerdo con tu bisabuelo. Podían vivir en paz.
- Hasta que él rompió ese acuerdo.
Sayre pasa una mano por la cara de Jimin, pareciendo casi... hambriento al tocarlo. Él enseña los dientes, intentando morder, pero Sayre le da una ligera bofetada.
- Ah, sí. Mi "bisabuelo"... ¿Esa es la historia que les cuentan?
Una extraña sensación de temor se apodera de ti cuando miras desde los hombres lobo drenados hasta la tez rubicunda de Sayre. Parece más sano que la última vez que lo viste. Más joven...
- Espera... No era tu bisabuelo, ¿verdad?
La idea se va introduciendo en tu conciencia, de forma tan lenta e insidiosa como el propio Sayre.
- La magia Primigenia tiene que ver con la renovación y la vida. Cura nuestras heridas, nos devuelve del borde de la muerte, permite que la tierra vuelva a crecer...
Jimin y Morgan te miran sin comprender...
- Si puede hacer eso por nosotros, ¿cómo creen que la está utilizando él? Si está drenando la magia, concentrándola...
Morgan se queda boquiabierta al darse cuenta de lo que vas a decir.
- La empresa no fue creada por su bisabuelo. Ha sido él todo el tiempo. ¡Está drenando la magia de esos hombres lobo y utilizándola para poder vivir para siempre!
Sayre parece casi impresionado.
- La Manada me ha suministrado suficiente energía a lo largo de los años, pero ahora es el momento de ir por más.
- ¿Has estado robando nuestras vidas para incrementar la tuya? ¿Por cientos de años?
Nunca has sentido una rabia como la de Jimin; una rabia sanguinaria y asesina, que hace que luche contra sus ataduras... ¡Y consigue arrancar una de la camilla!
- ¡Guardias!
Dos hombres armados se apresuran y, mientras luchan por inmovilizar a Jimin en su cama, sientes la voz de Morgan en tu mente, hablando a través del Vínculo...
- Nunca confiará en Jimin, y no parece que tenga nada que decirme, pero quizás hable contigo.
- ¿Quieres decir que le siga el juego, que lo convenza de que simpatizo con sus objetivos...?
- Correcto. Si cree que estás dispuesta a trabajar con él, quizás te diga algo que nos ayude.
Refuerzas tu expresión para demostrarle a Sayre solo asombro, no repugnancia.
- ¿Así que has... estado vivo durante más de cien años?
- Ciento sesenta y tres, ¿pero quién lleva la cuenta?
- ¿Todo gracias a los hombres lobo que has cazado?
Sabes que tienes que ser cuidadosa, atraerlo poco a poco. Si te pasas de la raya, si pasas demasiado deprisa de la rabia a la alabanza, te descubrirá.
- ¡Rrrrhh!
No te atreves a mirar a Jimin mientras lucha, los guardias le inmovilizan el brazo y le inyectan un nuevo sedante...
- Aléjen... se...
De reojo, lo ves desplomarse, con los ojos apenas abiertos. Te obligas a mantener tu atención en Sayre, con una admiración a regañadientes en tu voz.
- ¿Podrías...? ¿Sustituir los combustibles fósiles? Si presentaras una fuente inagotable de energía limpia, ¡serías un héroe para todo el planeta!
- Bastante intrigante.
Puedes ver que sus defensas se relajan con tus halagos.
- ¿Cómo descubriste que la magia Primigenia podía prolongar tu vida?
- Marisa... ¿qué estás...?
La voz de Jimin se desvanece a medida que el sedante hace efecto. Morgan se aclara la garganta, atrayendo la atención de Sayre.
- De verdad, papá... Lo que has conseguido aquí... Ojalá me lo hubiese dicho desde el principio. Si hubiese sabido lo que pretendías, quizás no habría sentido que algo faltaba en mi vida...
Ella baja la voz, inclinándose de forma sospechosa.
- Y, para ser sincera... últimamente he cuestionado quiénes son mis amigos...
- Esa no parecía ser tu opinión hace rato.
Sus ojos se entrecierran con escepticismo y está claro que no le cree.
- Morgan... Está intentando engañarte. Ella cambia de bando cada vez que cree que va perdiendo.
- ... ¿Disculpa?
- Pequeña mocosa confuladora. No tiene concepto de lealtad. ¿Y qué hay de ti, Marisa? Debo admitir que siento curiosidad por tu papel en esto. ¿Cuál es tu relación con la Manada?
- Yo... Fui secuestrada. Me sacaron de un bar y me han mantenido en su Guarida como una de sus "compañeras". Que asqueroso.
Sayre te observa con su mirada fría y calculadora durante un largo momento, y tú intentas proyectar lo que quieres que vea en tus ojos : ira, sospecha, curiosidad, tentación...
- Tal vez deberíamos hablar en algún lugar más... agradable.
Él le hace un gesto con la barbilla a los guardias, que liberan tus ataduras y te permiten sentarte en la camilla. Frotándote las muñecas, lo sigues fuera del laboratorio, tratando de no mirar a Morgan y Jimin mientras sales.
• ୨❀୧ •
Sayre te conduce a su lujosa oficina y se acomoda en la silla que hay detrás de su escritorio, observándote con detenimiento.
- Así que has pasado mucho tiempo con la Manada. ¿Dirías que... confían en ti?
- Trabajé mucho para ganarme sus confianza. Me ven como uno de los suyos.
- Bien. Si te hiciera un favor... eso te pondría en deuda conmigo, ¿no?
- No estoy en condiciones de negociar.
- Bien. Entonces nos entendemos...
Te frotas las rozaduras de las muñecas mientras él se levanta y se acerca a la pared de cristal, mirando hacia el recinto subterráneo mientras sigue hablándote.
- Como dije, estoy a punto de descubrir una forma de recolectar esta nueva fuente de energía natural. Pienso ser el primero en introducirla en el mercado. El potencial de beneficios es astronómico.
- ¿Estás seguro de que puedes hacerlo?
- He pasado años... vidas... descubriendo y perfeccionando mi proceso. Confía en mi6 cuando te digo que funcionará.
Mientras él se voltea, escudriñas con rapidez su escritorio, vislumbrando un papel intrigante.
RESULTADOS
Tras nuevas pruebas, parece que el señor Sayre se ha visto afectado por su exposición a la fuente de energía...
- (¡Necesito que siga hablando para poder leer esos resultados!)
- Sayre... Cuéntame cómo descubriste la magia Primigenia.
Él se pasea por el extremo de la oficina mientras se prepara para lo que, con suerte, será una larga historia.
- Fue un accidente muy afortunado. Verás...
Lees con rapidez todo lo que puedes ver del papel que está en su mesa.
RESULTADOS
Debido a la frecuente exposición del señor Sayre a la fuente de energía, su cuerpo se regenera a gran velocidad, las heridas se curan con una rapidez sobrenatural... pero como resultado, ahora parece ser vulnerable a la plata, igual que nuestros otros especímenes.
Un repentino golpe en la puerta te hace retroceder del escritorio de un salto.
- ¿Qué ocurre?
- Señor, lo necesitan en el laboratorio. Al parecer, su hija...
El doctor se aclara la garganta con rapidez.
- Al parecer, uno de los nuevos especímenes está causando problemas.
Con una mirada hacia ti, Sayre sale al pasillo y cierra la puerta. Todavía puedes escucharlo hablar con el doctor en voz baja. Sabiendo que tu tiempo es limitado, empiezas a buscar desesperadamente en la oficina.
- (¡Tiene que tener un arma o algo de plata por aquí, en alguna parte!)
Te apresuras a rodear su escritorio y empiezas a sacar cajones, cuando algo brilla de repente. Agarras el cuchillo de plata que está escondido allí, admirando su fina ornamentación. Al abrirse la puerta, deslizas el cuchillo bajo tu blusa. Cuando Sayre entra de nuevo, está rodeado de guardias.
- Ven. Tus... amigos... están causando problemas.
Dos guardias se coloca a cada lado de ti mientras Sayre observa tu reacción.
- Bien... Vamos a darles una lección.
Los ojos de Sayre se entrecierran mientras intenta decidir si te toma la palabra. Mantienes cuidadosamente la repugnancia en tu rostro y esperas que no se dé cuenta de que va dirigida a él. Por fin, se voltea hacia los guardias.
- No la pierdan de vista.
• ୨❀୧ •
Lo sigues obedientemente hasta el laboratorio, donde Morgan está con la cara roja y gritando, desgarrando su brazo de las ataduras.
- ¡Ojalá hubiese muerto en ese bosque antes de pensar que un monstruo como tú fuese mi padre!
Sayre despide a los guardias con un gesto. Cuando se van, la observa más de cerca, como un científico que estudia un espécimen intrigante.
- Morgan, querida, tú eras mi proyecto especial. Cuando te encontré cuando eras un bebé, sola en el bosque, no podía creer mi buena suerte.
- ¿Es eso todo lo que fui para ti? ¿Una herramienta?
- Eras una mujer loba que yo podía criar para que fuera obediente. Una bestia que no se resistiría ni se quedaría seca luchando contra mí. Eso te hizo una fuente de energía mucho mejor.
- Morgan... Te ha estado drenando toda tu vida. Por eso nunca has podido transformarte.
- Tú... tú...
Lo percibes a través del Vínculo un momento antes de verlo, ¡una llamarada abrasadora de magia Primigenia que ruge en su interior! ¡Ante tus ojos, Morgan se transforma en forma Primigenia, las ataduras estallan y se rompen cuando sus nuevos miembros crecen demasiado para que puedan mantenerla amarrada!
- ¡Yo... te... mataré!
- ¡Morgan! ¡Lo lograste!
- Eres una verdadera loba, después de todo.
- ¡Aaah!
Morgan se libera de sus ataduras, con los ojos llenos de sed de sangre. Dos guardias se interponen entre ella y Sayre, pero ella los aparta con sus enormes garras, furiosa y decidida. Él corre hacia la puerta, pero está cerrada. La golpea, gritando para pedir refuerzos.
- ¡Guardias! Necesito una unidad completa en el laboratorio. ¡Estamos teniendo un evento de reversión total!
¡Mientras Morgan lo persigue, la oleada de magia Primigenia al rojo vivo que emana de ella se desborda en el Vínculo!
- ¿Qué es... esto?
- ¿Marisa?
Te miras las manos, sintiendo el poder que late en tu interior como nunca lo habías sentido... Te abres al torrente de energía Primigenia que inunda tu cuerpo, ¡y de repente, de tus uñas brotan largas garras!
- ¡Aaah!
Entonces tu voz cambia, gruñendo en lo más profundo de tu pecho. Unos dientes afilados llenan tu boca mientras te haces más alta, y más alta... ¡hasta que te elevas por encima de Sayre, con el pelaje de tu cabeza rozando el techo!
- ¿Tú?
- Yo...
Los instintos animales se ponen al frente de tu mente. Sed de sangre, violencia... El impulso de defender a tu compañero. ¡Echas hacia atrás tu desgreñada cabeza y sueltas un terrible rugido, anunciándole al mundo tu nuevo poder!
- ¡Raaaaaaaargh!
Tus largas garras traseras chasquean en el suelo del laboratorio mientras avanzas hacia Sayre. El miedo odioso en sus ojos es delicioso.
- No...
- ¡Nunca... te adueñarás de nuestro derecho de nacimiento!
El poder las atraviesa a ti y a Morgan a través del Vínculo, en su sangre. La saliva gotea de sus mandíbulas mientras fijan los ojos en el objetivo. ¡Entonces, juntas, atacan!
Continuará...
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