ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ xɪᴠ : ʟᴀ ᴅᴇᴄɪsɪᴏɴ
Isobel y tú entran a toda prisa en la Guarida tras una dura travesía de vuelta desde el manantial contaminado.
- ¡Jimin! ¡Morgan! ¡Es terrible!
Él sale de su morada, con aspecto demacrado, mientras ella se apresura a acercarse desde una mesa cercana.
- No podemos quedarnos aquí por más tiempo. La Manada debe irse.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Qué encontraron?
- Es horrible. Intenta ahuyentarnos...
Jimin te toma entre sus fuertes brazos, estrechándote contra su pecho.
- Tranquilízate. Cuéntame lo que pasó.
- ¿Está todo bien? ¿Estás herida?
Ella se acerca y el brazo de él se estrecha posesivamente a tu alrededor.
- Dale espacio. Habla conmigo, Marisa.
- Es Sayre. Envenenó nuestra única fuente de agua potable.
- El agua estaba llena de aceite y basura. Isobel cree que la contaminación vino de la fuente.
Sientes la rabia y la desesperación de Jimin... pero oculta sus emociones a los demás tras una expresión estoica.
- Ese manantial se alimenta desde lo más profundo de la tierra. Si consiguió contaminar todo el manantial...
- Esto no solo afectará a la Manada. Todo el bosque... todo lo que vive aquí... sufrirá, incluso las personas de Hunt's Peak...
- Jimin... Esta vez fue demasiado lejos. Intenta deshacerse de la Manada. No podemos permitir que esto continúe.
- No lo haremos. Isobel, Noemí y Jett. Iremos al arroyo en cuanto estén preparados. Callum, quédate aquí y vigila la Guarida.
- Por supuesto.
Sin decir nada, te acercas a él, sintiendo profundamente que te necesita a su lado. Su mano se desliza alrededor de tu cintura, obteniendo una fuerza silenciosa de tu apoyo. Cuando los demás se dispersan, Jimin parece cansado de repente.
- Marisa... Morgan... Necesitaré que las dos se unan a nosotros.
- Por supuesto. Haré lo que haga falta para arreglar esto.
- Haré todo lo que pueda para ayudar.
- No permitiremos que este soboteo se mantenga. No abandonaremos el hogar de nuestros antepasados.
• ୨❀୧ •
Tras tomarse el día para recoger agua limpia de otra fuente, tú e Isobel guían el camino de regreso al manantial esa noche. Jimin, Morgan, Jett y Noemí y algunos otros se unen para investigar.
- Ellos deben pagar por esto.
- Oh, lo harán...
Jimin se queda sin palabras, mirando fijamente la desagradable y aceitosa ciégana con un gesto severo en la boca.
- ... Es peor de lo que imaginé.
- ¿Qué podemos hacer? Podemos purificarla, ¿verdad? ¿Devolverla a su estado original?
- Este saboteo es continuo. Debemos detenerlo en su lugar de origen antes de poder abordar los daños.
- ¡Isobel! Llévate a los demás, dispérsalos. Traten de olfatear el origen del saboteo. Marisa, Morgan, vengan conmigo.
Isobel y los demás cambian a sus formas de lobo y se dispersan entre los árboles, con la nariz pegada al suelo.
- Jrf.
Jimin se voltea hacia ti.
- Marisa, invoca a tu loba. Ve qué encuentras.
Buscas en lo más profundo de tu ser y sientes que la loba está ahí, lista y esperando a ser llamada.
- Por supuesto.
Tu cuerpo se estira, haciéndose largo y poderoso, mientras caes a cuatro patas. Tus oídos están alertas al menor sonido, tus ojos a los más pequeños movimientos... Pero tu nariz capta de repente una avalancha de información, el hedor de la fuerte contaminación química está condensado en el aire.
- ¡Yiip!
Sales corriendo, siguiendo el poderoso olor. Jimin se transforma y se une a ti, mientras Morgan hace lo que puede en su forma humana.
• ୨❀୧ •
Poco después, dejan atrás el bosque conocido, adentrándose en las montañas, muy lejos del territorio de la Manada. El olor aceitoso y venenoso en tu nariz es tenue y corre muy por debajo del suelo, pero sin duda se hace más fuerte.
- Eh... ¿Dónde estamos? ¿Alguien quiere informarme lo que está pasando?
Ella se tropieza y va más despacio.
- El olor es demasiado fuerte. Está afectando a mis sentidos. No puedo... encontrar el camino.
Tú y Jimin vuelven a ser humanos, y agarras el brazo de Morgan para guiarla.
- Lo siento, Morgan.
Él continúa siguiendo el rastro, tan lento y silencioso como en su forma de lobo. Ella deja escapar un fuerte suspiro.
- Me aseguraré de que no tropieces...
- No es eso. Es solo que... No sé por qué Jimin me quería aquí si ustedes dos iban a ser lobos todo el tiempo.
- Lo siento. No pensé...
Él te mira con los ojos entrecerrados en señal de desaprobación. Bajas la voz a un susurro.
- No creo que Jimin quiera que hablemos en este momento.
- No creo que quiera que hablemos nunca.
- Hay algo más allá de esos árboles.
- Jimin, ¿Dónde estamos? Nunca he estado tan lejos de las tierras de la Manada.
- Estamos cerca de la fuente de agua potable que baja de la montaña para alimentar los arroyos de toda la zona.
- Eso es a kilómetros de Hunt's Peak.
- Para que Sayre haya envenenado tanto el agua, tiene que haber sido a propósito.
Caminas a su lado, imitando sus pasos sin darte cuenta de que aceleró para dejar atrás a Morgan.
- ¡Hey! Espera un momento. ¿No crees que deberíamos permanecer juntos?
- No te habría traído si pensara que no podrías mantener el ritmo.
A través del Vínculo, puedes sentir su posesividad... y sus celos.
- Lo estoy intentando.
- ¿Por qué te resistes? Quieres detener a Sayre, ¿o no?
- ¡Por supuesto que sí! ¿Aún lo pones en duda?
- Te estoy dando la oportunidad de demostrar que ahora eres leal a nosotros.
- Pensé que ya habíamos resuelto eso.
- No, para Jimin estoy a prueba por el resto de mi vida.
Ella se voltea hacia él, apretando tu mano.
- O tal vez estés deseando que elija el otro lado. Así estarías en tu derecho de hacer lo que quisieras conmigo.
- Admito que me pregunto por qué nos elegiste. La vida solo puede ser más complicada para ti aquí.
- Porque era lo correcto. ¡Porque es lo que soy!
- Entonces demuéstrame que estás aquí para encontrar el origen de este veneno y no solo para monopolizar el tiempo de Marisa.
- De eso se trata, ¿no? Solo estas celoso de que Marisa también tenga un Vínculo conmigo. ¡No puedes soportar la idea de que ella pueda elegirme a mí en vez de a ti!
- ¡Este no es el momento para tener esta discusión! ¡Escúchenme! ¡Estoy contigo Jimin!
- Por supuesto que sí.
- Pero Morgan, sigues siendo mi amiga. Sigo estando aquí para ti.
- Seguro...
Biiiiip.
De repente, un sonido electrónico irrumpe de forma poco natural en el bosque.
- ¿Qué fue eso?
Él sigue el sonido a través de los árboles y todos se detienen conmocionados al ver... Hay un búnker de cemento en medio del bosque, rodeado por una valla de alambre espinoso y numerosas cámaras de seguridad.
- Problemas.
Un crujido en los arbustos los alerta, pero entonces surgen los otros hombres lobo, trotando a cubierto hacia ustedes. Se transforman a medida que se acercan.
- ¿Qué encontraron?
- Exploramos el perímetro. No hay forma de entrar sin ser detectados.
- No hay duda de que este es el origen del saboteo.
- Entonces debemos seguir buscando, pero no dejen que sus cámaras los vean.
- Mira esto...
Señalas un cartel descolorido y sucio, pero aún legible, en lo alto de la valla.
ESTE EDIFICIO ES PROPIEDAD DE SAYRE ENERGY AND POWER.
- Por supuesto que esta instalación le pertenece a Sayre. ¿Alguien lo dudó?
- Pero no hay ninguna instalación tan lejos de Hunt's Peak. Al menos... no se supone que la haya... ¿Para qué está utilizando este lugar...?
- Morgan, te lo estaba ocultando. Lo que sea que está haciendo aquí, no quería que lo supieras.
- Vamos. Debemos averiguar más.
Te transformas con los demás, abriéndose paso en todas las direcciones. Morgan se queda atrás, fuera de la vista, para evitar ser captada por las cámaras.
- ¿Jmmf?
Hueles el viento y captas algo... raro. Algo siniestro. Intrigada, te agachas y sigues el rastro. Saliendo de una de las paredes de la instalación, visible a través de la valla de alambre de espino, hay un amasijo de maquinaria como nunca habías visto. Parece un horrible taladro industrial hecho de partes, como Frankenstein. Una araña maderera gigante y una de esas máquinas de científicos locos animados. No puedes imaginar para qué podría utilizarse.
- Rrrr...
Hueles la máquina, retrocediendo y volviendo automáticamente a la forma humana ante la oleada de repugnante hedor químico que inunda tus fosas nasales.
¡Pam!
- ¡Ah!
Una bala pasa junto a ti, demasiado cerca para tu comodidad, y rebota en la valla con una lluvia de chispas. Te volteas para ver a Sergei, con el rifle todavía apuntándote.
- Retrocede, muchacha. Te hemos dado más que suficientes oportunidades.
- ¡Sergei, detente!
Morgan sale corriendo de entre los árboles, interponiéndose entre tú y Sergei. Él levanta su rifle para golpearla, pero duda.
- Así que sigues con ellos. Y por lo que parece, te aceptaron en su pequeño culto.
- Somos la familia de Morgan.
- Sergei, por favor. No quiero pelear contigo. Te conozco desde que era una niña.
- Eso ya no importa. Estás muerta para él, Morgan, y para mí también.
- Sergei, te superamos en número. No puedes matarnos a las dos de un solo disparo. Si le disparas a una, la otra te eliminará.
Él se burla, volviendo a apuntar el rifle hacia ti.
- Entonces me aseguraré de dispararte primero. Morgan no tiene las agallas para atacarme.
- Grrr...
- Rrrr...
A tu alrededor, las oscuras siluetas de los lobos emergen de los árboles, una tras otra.
- Grrr...
- Pon tu rifle y tu radio en el suelo y aléjate.
- Solo hablas por hablas.
Invocas a la loba que llevas dentro y le gruñes a Sergei.
- ¡Pruébame!
- Bien. Ya lo bajo...
Él se inclina, desengancha la radio de su cinturón y la coloca en el suelo. Entonces, de repente, se voltea, ¡y le dispara a uno de los lobos!
- ¡Aruuu!
Noemí grita de dolor, transformándose de nuevo a su frágil forma humana mientras cae al suelo.
- ¡Aaah!
- ¡Noemí!
- ¡No!
Morgan le dispara a Sergei, pero este ya se está moviendo, abriendo las puertas de la instalación y gritando para pedir refuerzos. ¡Los soldados de la SEP salen al bosque y van hacia ustedes!
- ¡Difiéndanla...!
- ¡Rrraaar!
La Manada adquiere sus formas Primigenias, dispersándose a tu alrededor mientras te dejas caer al lado de Noemí. La sangre brilla contra su piel envejecida y los bordes ennegrecidos de la herida son los únicos restos de la plata que la golpeó.
- Está bien... Te llevaremos a la laguna de curación, Noemí. ¡Te pondrás bien!
- Salva... el manantial...
- Noemí... No puedo dejarte. ¡Me quedaré aquí hasta que podamos conseguirte ayuda!
¡A tu derecha, Isobel destroza a uno de los guardias de la SEP con un rugido, rociando su sangre por el suelo!
- ¡Jrrrah!
- ¡Aaaaah!
- No... Debes... detener... su máquina... Anda...
Sacas tu loba interior, sintiendo que tu boca se llena de dientes afilados mientras una mafia profunda y cargada recorre tus huesos.
- Grrr...
¡Vas hacia la máquina, pero Sergei te persigue!
- ¡Pum!
Caes de cuclillas mientras un disparo de escopeta resuena en el aire, tan cerca, que puedes oler la pólvora quemada.
- Rrrr...
Volteas para mirarlo, gruñendo una advertencia.
- Si quieres esa máquina, tendrás que pasar por mí.
- (Me parece bien).
¡Antes de que pueda recargar, saltas sobre Sergei, lanzándolo al suelo, y le clavas los dientes en el brazo!
- ¡Aaah! ¡Maldición, suéltame!
Él lucha debajo de ti, moviéndose violentamente, pero tú eres mucho más fuerte. Le arrancas un trozo de brazo, lo dejas sangrando en el suelo y vas hacia tu objetivo.
Puedes ver la máquina más allá de la valla, justo fuera de tu alcance. No hay grandes botones rojos evidentes ni nada que la haga detenerse. Te agachas cuando una bala pasa zumbando por tu cabeza, pero una sombra Primigenia pasa como un rayo, eliminando al tirador, y reconoces a Jett cuando ves a Morgan forcejeando con Sergei.
- ¡Graah!
- ¡Son demasiados! ¡Tenemos que irnos!
- ¡No!
Vuelves a transformarte en humana. Necesitas usar tus manos. Buscas un mango en la valla. Rasgas y desgarras los postes metálicos y la cadena de eslabones que los rodea, intentando crear un hueco lo bastante grande como para que puedas meterte en él.
- Toma... esto...
La valla cruje, revelando un alambre oculto tras los barrotes... Cuando tus manos rozan el alambre, una repentina sacudida de electricidad te atraviesa con un ardor que te quita el aliento.
- ¡Aaaaaaaaah!
Sientes la conmoción de Morgan por tu dolor a través del Vínculo que comparten y el rápido contacto de sus pensamientos.
- Marisa, ¿estás bien?
La presencia de ella te parece lejana mientras estás tumbada en el suelo, aturdida, con la piel y los músculos todavía vibrando por la electricidad, pero cuando abres los ojos, ves algo nuevo...
- ¡De ahí viene la contaminación!
- ¡AaaUUUuu!
Entiendes el mensaje del aullido de Jimin. Está anunciado la retirada...
- ¡No! ¡Estamos muy cerca!
Miras fijamente la tubería. Parece que sale de la extraña máquina. Esta tiene que ser la fuente inmediata de la contaminación. Aunque no puedas destruir la máquina o la instalación, quizás puedas salvar el manantial... Miras a tu alrededor con desesperación. ¿Qué puedes utilizar para tapar la tubería y que no puedan quitar de inmediato...? Tu mirada se posa en una roca del tamaño y la forma exactos de la abertura. Si puedes meterla ahí con suficiente fuerza... Quizás...
- Lo tengo.
Introduces la piedra en la abertura de la tubería, encajándola lo más posible, ignorando la grasa abrasadora que se derrama sobre tus manos. Con un siseo de dolor, la empujas hacia dentro, hasta que desaparece. Ya puedes ver cómo la tubería se resiste y se agita por el bloqueo.
- Vamos... Vamos...
Con un pop, las juntas de la tubería empiezan a desprenderse, rociando una sustancia viscosa verde por toda la propiedad de la SEP dentro de la valla. ¡La propia máquina cruje y chirría cuando el bloqueo atasca todo el sistema!
- ¡Síííííííííí!
Tus quemaduras, tanto químicas como eléctricas, se desvanecen poco a poco, pasando de un rojo púrpura a tu color de piel normal.
- Mucho mejor.
Te alejas a toda prisa para reagruparte con la Manada y ves a Jimin de pie, protegiendo a Noemí.
- ¡Lo detuve! Sea lo que sea esa máquina, ¡ya está muerta!
- Bien... ¡Ahora... vámonos...!
Vuelves a mirar mientras levanta a Noemí con suavidad en sus grandes brazos. La máquina se agita y humea mientras da unas cuantas sacudidas más, y luego se queda quieta. Empiezas a ir hacia ella de nuevo, pero Morgan te alcanza y te aparta.
- ¡No! No podemos irnos sin más. ¡Ni siquiera sabemos qué están haciendo aquí!
- No podemos atacar toda la instalación. Ni siquiera si tuviéramos a toda la Manada con nosotros.
- Entonces, ¿qué les impedirá ponerla a funcionar de nuevo en cuanto nos vayamos?
Ella se encoge de hombros con impotencia.
- No lo sé, pero no podremos marcar ninguna diferencia si no sobrevivimos. Si el arroyo está a salvó por ahora, bastará.
Dando una última mirada, la agarras del brazo, guiándola a través de una niebla de lágrimas mientras sigues a Jimin y a los demás de regreso al bosque.
• ୨❀୧ •
Cuando tú y los hombres lobo cojos llegan al manantial, ya se acerca el amanecer. Jimin deja a Noemí junto al agua antes de volver a su forma humana.
- Honorable Sacerdotisa... Necesitas curarte. La purificación puede esperar.
Te agachas junto a él, mirando con preocupación su herida y el rastro de sangre que dejó por el bosque. Su piel tiene una aterradora palidez grisácea.
- Tenemos que llevarte a casa o a las lagunas de curación.
- ¡No! No puede esperar.
- No puedes celebrar la ceremonia en este estado.
Noemí se acuesta de lado, débil, respirando con dificultad. Sus ojos brillantes encuentran los tuyos a la luz de la luna.
- Tienes razón. Debe ser otro. Otra persona debe convertirse en Sacerdotisa.
- No querrás decir...
- Debes ser tú, Marisa. Eres la que está más en sintonía con la magia Primigenia.
- ¡No!
- Silencio, Jett. La Manada necesita a Marisa.
Ella te mira de nuevo.
- Por favor. Hazlo. Por esto fue que regresaste a nosotros.
- Si eso es lo que deseas de mí, Honorable Sacerdotisa, lo haré.
- ¿Lo harás?
Los ojos de Jimin se encuentran con los tuyos, con una triste comprensión. Él asiente, aprobando. Noemí sonríe por un momento y toma tu mano. Su agarre es débil pero firme.
- Yo... lo vi en ti, Marisa. Tienes... la conexión con la magia.
- Pero... No sé qué hacer.
- Yo te guiaré. No temas. Sumérgete en el manantial. Abre tu mente a la magia Primigenia.
Sueltas su mano, con el corazón martilleando mientras entras hasta la cintura en el agua fría y contaminada. El hedor de los químicos te quema la nariz, pero debajo de él sientes una energía, como un animal enjaulado que espera ser liberado. Detrás de ti, los demás miembros de la Manada colocan hierbas y objetos sagrados a lo largo de la orilla, potenciando tu ritual.
- Ahora, cierra los ojos y repite después de mí...
Tus labios pronuncian las palabras que ella te dice, iniciando el cosquilleo de la magia Primigenia en tu sangre. Este aumenta cada vez más, con más fuerza, hasta que ni siquiera puedes escuchar la voz de Noemí por encima de la tuya. Las palabras se derraman de tu boca hasta que se convierten en mitad canto, mitad aullido...
- ¡Auuuuu!
- ¡Auuuuu!
El resto de la Manada se une, incluso Jett, y sus voces resuenan junto a la tuya. Te pierdes mientras la magia te atraviesa. Tu cuerpo ya no es tuyo... Hasta que, por fin, el canto muere en tus labios. Tus ojos se abren de golpe y te tambaleas, dándote cuenta de que el sol salió por las cimas de las montañas, bañándote en su luz cegadora.
- ¡Funcionó!
El agua cristalina te roza las rodillas con un aroma fresco y limpio, como el de la ropa recién lavada.
- Lo conseguiste, Marisa.
- Eso se sintió... increíble. Es como si hubieses eliminado las toxinas del aire. No puedo oler ni un rastro de ellas.
- Hija mía... sabía que podías hacerlo. Marisa... No sobreviviré mucho más tiempo. Ahora eres la Sacerdotisa.
- Noemí... Es un honor.
Te limpias las lágrimas e intentas ser fuerte.
- Haré todo lo que pueda para estar a la altura de tu legado.
Las pestañas de Noemí se agitan y sus ojos se cierran, y su pecho sube y baja superficialmente. El rostro de Jimin está triste y lleno de temor.
- Debemos darnos prisa.
• ୨❀୧ •
Para tu sorpresa, él no la lleva de regreso a la Guarida, sino al círculo ritual donde conociste a la Manada hace lo que parece una eternidad. La coloca en el centro, entre las piedras, y retrocede. Ante sus débiles señales, te arrodillas a su lado. Ella se aferra a tu mano con sus últimas fuerzas.
- Marisa... debes ayudar a Morgan a encontrar su loba interior. Nunca será... parte de la Manada de verdad... hasta que lo haga.
- Por supuesto que lo haré.
Las lágrimas resbalan por tus mejillas mientras haces la promesa.
- Ayudaré a Morgan a convertirse en quien se supone que debe ser. Cueste lo que cueste.
- ...
El agarre de la Sacerdotisa se desprende en tu mano y ella cierra los ojos, con su último aliento abandonando sus pulmones.
- Lo siento...
Jimin, con el rostro triste y los ojos llenos de lágrimas, cae de rodillas.
- ¡No...!
- Adiós, honorable. Le prestaste un gran servicio a tu Manada.
El resto de la Manada se reúne poco a poco en un círculo de duelo. Escuchas lamentos y sollozos, y te acercas a Jimin, pero él solo tiene la mirada vacía y la mano fría. Entonces, sin decir nada, se transforma en lobo, echa la cabeza hacia atrás y aúlla de luto. El resto de la Manada lo sigue.
- AAAAAUUUUU...
- ¡Aaauuuuu!
Invocas a tu loba, uniendo tu aullido a la de la Manada.
- Aaauuuuu...
Morgan, a tu lado, parece no saber qué hacer. En silencio, une su voz humana al aullido de luto.
- Auuuuu...
Cuando los aullidos se desvanecen en el silencio, Jimin retrocede con rabia y se voltea hacia Morgan.
- No. Tú no puedes llorar una vida cuya sangre está en tus manos.
- ¿Mis manos?
- Tú trajiste a Sayre a la Manada. Tú no mataste hoy a tu viejo amigo. En tu corazón, sigues siendo humana.
- Jimin... Noemí creía que Morgan debía estar aquí. Ella me pidió que la ayudará a encontrar su loba interior. ¿Vas a deshonrar su última petición?
- No te metas en esto, Marisa.
- ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que no se ponga de tu lado?
- ¿Asumes que se pondrá del tuyo?
- ¡Lo dejé todo para estar aquí, Jimin! Todo lo que he conocido. ¡Pero nunca dejarás de verme como una intrusa!
- ¡Morgan!
Ignorándote, ella se aleja con furia de los lobos y humanos que aún están reunidos alrededor de Noemí.
- Esto nunca debió haber ocurrido...
Jimin parece querer alejarse también, pero toma aire y hace un gesto cortante a los dolientes, antes de retirarse de nuevo a la Guarida.
- Esto tiene que terminar...
Miras con tristeza el cuerpo frágil y sin vida de Noemí, y las lágrimas brotan de tus ojos.
- Cariño. Ven a sentarte aquí.
Layla y Callum te sostienen a ambos lados mientras te sientas en el musgo fresco, y el calor de sus cuerpos alivia poco a poco tus sollozos.
- Noemí era como una segunda madre para Jimin. Debe estar sufriendo un dolor terrible en estos momentos.
- Eso no le da derecho a atacar a Morgan. Ella también perdió mucho cuando decidió unirse a nosotros.
- Todos es mi culpa. Siguen peleando por mí. Pero no importa cuántas veces le diga que lo elijo a él, sigue sintiéndose amenazado por el Vínculo que tengo con Morgan.
- Es un problema inusual. Los compañeros con Vínculos son muy protectores, es natural, pero cuando hay dos...
Él sacude la cabeza, tomando la mano de Layla como si quisiera estar seguro de su conexión con ella.
- Si pensara que alguien pudiera interponerse entre Layla y yo... probablemente no lo manejaría tan bien como Jimin.
Layla le da unas palmaditas indulgentes en la mano y tú sientes un momento de envidia por la fácil que confía en su amor.
- Con o sin Vínculo, ambos tienen que aprender a respetar la decisión de Marisa... Quizás sea el momento de tener "La conversación". Estar realmente segura de tu decisión y decirle al otro que siga adelante.
Ella te nuestra una sonrisa tímida.
- Podría encontrarte algo muy especial para que te lo pongas y lo luzcas con quien decidas ir esta noche...
Te ríes, sorprendida.
- ¿Quieres decir que tienes ropa interior forrada de piel?
- No te sorprendas tanto, cariño. ¿Cómo crees que quedé embarazada?
- ¡Jimin se va a volver loco cuando me vea con esto!
- ¡Estás muy sexy! ¡Ahora ve por ellos!
• ୨❀୧ •
Sigues a Jimin hasta su morada privada, un santuario masculino en el que nunca habías estado. Él se arrodilla ante el fuego, con las manos empuñadas sobre los muslos. No levanta la vista.
- Jimin...
Te sientas a su lado y le pones una mano en el hombro.
- Lamento mucho lo de Noemí.
Él abre los ojos y la luz del fuego baila en sus oscuras profundidades.
- Es mi culpa por permitir que Morgan entrara en la Manada. Debí haber hecho lo que mi papá hubiese hecho y expulsarla. Fui débil.
- Entiendo por qué estás enfadado. Pero esto no es por lo de hoy, ¿verdad? Es porque Morgan no le disparó a Sayre cuando tuvo la primera oportunidad.
- Ella lo eligió a él. Debí haberlo visto entonces.
- No quisiste hacerle daño en el momento en que descubrió que era de la familia. Toda su vida pensó que él era su padre. No es fácil olvidar eso.
- ... Quizás no, pero algo en mí resiente su sola presencia aquí.
Sus ojos se desvían hacia ti por primera vez, como brasas ardientes que se clavan en tu ser. Él se queda boquiabierto cuando mira tu atuendo, recorriendo tu cuerpo despacio. Sientes que su deseo se dispara.
- Hoy estás... especialmente guapa, Marisa.
Sonríes mientras él se sacude, recordando el hilo de la conversación.
- Mi corazón no puede descansar. Debo saberlo. Dime de una vez por todas... ¿Eres mía y solo mía?
- Soy solo tuya. Para siempre.
Todo su cuerpo se relaja y te atrae hacia él, acariciándote la espalda mientras presiona sus labios contra los tuyos. Le acaricias la mejilla al separarte y la adoración brilla en sus ojos oscuros.
- Mi Vínculo con Morgan es el de una hermana, tu hermana y la mía, pero tú eres mi compañero y nada se interpondrá entre nosotros.
- Marisa...
Él gime y las palabras le fallan, mientras te agarra con más fuerza. Lo besas con furia, poniéndole los brazos en el cuello y demostrándole lo mucho que lo deseas. Jimin se atrae con fuerza contra su pecho y se separa lo justo para hablarte sin aliento por el deseo.
- Contigo aquí en mis brazos, me siento como un tonto por haberme atormentado con los celos...
- Pero tú eres mi tonto.
Acurrucas tu cara en su cuello, inhalando su aroma, mientras él te acerca.
- Sé que ha sido difícil aceptar a Morgan... aceptar que nadie te dijera que tenías una hermana... Pero aprecio lo mucho que te has esforzado en...
Te ríes cuando su mano se desliza dentro de tu top, sobando tus senos mientras te besa el cuello.
- ¡Hey, estoy intentado decir algo!
- Continúa. Te escucho.
Pones tus manos en su pecho, calmándolo por un momento.
- Jimin, ¿estás seguro de que quieres esto...? ¿Después de todo lo que pasó hoy?
Te presiona contra él, tomando tu boca en un beso apasionado y desesperado que te deja con ganas de más.
- Debo recordar que nosotros aún estamos vivos.
Le sacas la camisa por encima de la cabeza y, antes de que puedas hacer más, te carga.
- Veo que estoy recibiendo un tratamiento real.
- Cualquier cosa por ti.
Te agarras a su cuello mientras te lleva sin esfuerzo por la habitación y te arroja en su cama. Él se sube encima de ti y su boca se encuentra con la tuya.
- Eres la mujer más hermosa de esta verde tierra, pero por muy tentadora que te veas ahora, te prefiero desnuda.
- ¿Y qué vas a hacer al respecto?
Jimin te hala de las piernas para acercarte y, poco a poco, te baja la ropa por las caderas y la cabeza, dejándote totalmente desnuda para él. Cuando se inclina para besarte la clavícula, le agarras la mejilla y lo volteas para que te mire, seria.
- Basta de celos, ¿sí? Te elegí a ti. Confía lo suficiente en mí como para no dudarlo.
Él te besa de nuevo, prolongándolo para poder soborear cada centímetro de tu boca. Cuando se retira, te mira fijo a los ojos con una seriedad que hace que tu corazón se estremezca.
- Te prometo más que eso. Juro amarte, sin celos, sin limitaciones, tan bien como sea capaz... hasta el final de mis días.
Sus ojos no se apartan de los tuyos y puedes sentir la pasión de su juramento a través del Vínculo.
- Jimin... eso sonó muy parecido a un voto matrimonial.
Él no parpadea.
- Sí.
- Bueno, entonces... Te prometo lo mismo. Amarte lo mejor que pueda. Elegirte cada día, mientras viva.
Cuando te besa de nuevo, se siente trascendental, como si sellaran un pacto de por vida. Entonces se pone encima de ti, con los ojos pesados y sombríos, y solo eso basta para que te estremezcas.
- ¡Oh!
Jimin te separa las piernas y presiona sus dedos contra tu núcleo. Es una tentadora promesa de lo que está por venir. Él trabaja en ti. Cada giro de su mano te hace ver las estrellas, pero tu cuerpo ansía algo más.
- Por favor... No es suficiente.
- Como desees.
Jimin se apoya en ti y te toma con un movimiento rápido, presionando sus caderas contra las tuyas y uniendo sus cuerpos como uno solo. Te llena por completo, provocando un fuego bajo en tu vientre que aumenta a medida que inicia el ritmo.
- ¡Jimin! Ve despacio. Quiero disfrutar de tu sensación...
Su ritmo de relaja, y le arrastras las uñas por la espalda sin prisa, haciéndole temblar de necesidad mientras tu placer aumenta bajo sus tortuosas caricias. Cada vez que se retira, te estremeces por la pérdida, hasta que vuelve a empujar hacia delante, tensando cada vez más tus nervios.
- Marisa...
Jimin gruñe, y sientes que su animal se crece dentro de él... queriendo marcarte como suya. Él te besa el hombro y sus caninos se arrastran sobre tu piel con un pequeño pinchazo de dolor que solo intensifica el placer de su cuerpo moviéndose contra el tuyo.
- Sé delicado.
- Por supuesto, mi amor.
Él emite un ligero murmullo de placer mientras presiona un suave beso en el sitio, calmándolo con su lengua. Te besa por todo el cuerpo, chupando con suavidad cada punto sensible y dejando suaves marcas por toda tu garganta, pecho, senos...
- Aaah...
Jimin atrae la punta de tus pechos a su boca, mordisqueando con suavidad, mientras su mano baja hasta donde están unidos. Él hace un círculo con el pulgar mientras empuja, y eso es todo lo que necesitas para arquearte contra él, jadeando sin poder evitarlo mientras tu visión se vuelve blanca.
- ¡Jimin!
Sus lentas caricias se aceleran cuando siente que te llegas al límite, y deja caer la cabeza contra tu hombro mientras te sigue hasta la liberación. Él se desploma, sin aliento, apoyando su peso en los antebrazos para no aplastarte. Mientras ambos se recuperan y se acurrucan bajo las sábanas, se ríe de repente.
- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Creo que no quiero dejarte.
- Qué bueno que pienso quedarme aquí... contigo... para siempre.
Jimin sonríe y sus ojos se cierran por el cansancio mientras te acerca al hueco de su brazo, y ambos caen en una encantadora bruma de satisfacción...
Aunque es una especie de alivio estar sola en tu habitación, el sueño tarda en encontrarte...
• ୨❀୧ •
Al día siguiente, te propones cumplir el último deseo de Noemí llevando a Morgan a la cueva sagrada.
- Entonces... ¿de verdad crees que esto funcionará? ¿Crees que me... convertiré en loba?
- ... ¡A mí me funcionó! Fue el primer lugar en el que pude transfromarme. Y ni siquiera soy una mujer loba completa. Si hay alguna forma de sacar la tuya, tiene que ser esta.
Pero justo cuando la entrada de la cueva está a la vista, te detienes en seco y das un grito de horror.
- ¿Qué es esto? ¿Marisa?
Apenas puedes ahogar las palabras, con el estómago revuelto por las náuseas, mientras contemplas la naturaleza prístina e intacta, la fuente de toda la magia... ahora llena de enormes máquinas industriales que arrojan humo.
- Morgan... es Sayre. ¡Está... cavando una mina directamente a donde mora la magia Primigenia!
Continuará...
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