ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ xɪ : ʀᴇᴠᴇʟᴀᴄɪᴏɴᴇs

La mañana después de la tormenta, te despiertas en la torre de vigilancia con Jimin cuando escuchas una voz familiar que te llama desde abajo.

- ¡Jimin, sé que estás ahí arriba! Marisa, ¿estás bien?

Los labios de él se tensan.

- Yo me encargaré de esto. Espera aquí...

- ¡Espera!

Naturalmente, inmediatamente lo sigues...

- Vete, Morgan. Marisa insistió en que te salváramos anoche... Debiste conformarte con eso.

- Deja que Marisa vuelva al pueblo conmigo. Ella es humana. No pertenece a los de tu clase.

Hay una urgencia implícita en el tono de Morgan que capta tu atención. Pero Jimin está demasiado furioso para darse cuenta.

- Ella sí es de mi clase.

Sientes la violencia creciente en ambos, a punto de estallar.

- ¿Acaso yo no puedo opinar? Mi lugar está con Jimin. Morgan, estoy aquí porque quiero. Las cosas están... cambiando.

- Marisa, no eres una de ellos. Nunca podrás serlo.

- Pero... ya no soy propiamente humana tampoco. Soy... algo más.

- Ya la escuchaste. Ahora, vete. Y agradece que Marisa te haya dejado con vida.

- ¡No! ¡Ustedes no entienden!

- ¿Entender qué?

Una mirada de comprensión... y furia... se extiende por el rostro de Jimin.

- Es Sayre, ¿no? Está planeando algo. Y quieres alejar a Marisa de eso.

Morgan no contesta, pero sientes la verdad a través del Vínculo.

- ¿Intentabas salvarme a y deja morir al resto de la Manada?

- Marisa, viste lo que pasó en la luna llena. ¡Son monstruos!

Jimin gruñe, y a través del Vínculo, ¡sientes la tensión de su temperamento cuando alcanza el punto de ebullición!

- ¿Quieres un monstruo? Bien.

La magia Primigenia lo envuelve, cegando sus sentidos mientras se transforma, convirtiendo su furia en carne.

- ¿En serio? Bien. Sigue adelante y pelea. Supongo que esto ha tardado mucho en suceder. ¡Solo sáquenlo ya!

- ¡Jrrr!

Morgan parece tan deseosa de violencia como Jimin, su rabia te recorre. Ella levanta los puños.

- ¡Vamos entonces!

- ¡Rrrraghh!

Jadeas cuando él lanza un puño con garras hacia Morgan, pero para tu sorpresa, ¡Ella rechaza el golpe!

- ¿Cómo hizo...?

Jimin parece momentáneamente aturdido, pero enseña los dientes e intenta golpear de nuevo. Los dos esquivan y paran una ráfaga de golpes que crecen demasiado rápido para que puedas verlo. Sientes cómo aumenta la rabia de Morgan, los acontecimientos de los últimos días la llenan de furia. La pérdida de su cabaña. La pérdida de la confianza de su padre...

- Jrrrgghh...

Con una fuerza impactante y antinatural, ella le clava un punto en el vientre a Jimin, haciéndolo retroceder tambaleándose...

- ¡Orrfff!

Y entonces la sientes. Una sensación magnética que viene de la tierra, una oleada de magia Primigenia...

- Morgan, estás...

Pero ella está demasiado furiosa para escuchar. Le da un golpe en la mandíbula a Jimin que se siente como una descarga contundente que resuena a través del Vínculo que tienes con ambos. Y sabes, sin duda, que solo puede haber venido de una fuente...

- ¡No me quitarás nada más!

El golpe hace que él se arrodille. Se toca el labio con una mano llena de garras y sale ensangrentada. Mira su propia sangre con confusión y, lentamente, sus ojos amarillos se levantan hacia los de Morgan.

- Ya... veo...

Vuelve a su forma humana en un abrir y cerrar de ojos.

- ¡Eres... de la Manada!

- ¿Qué...? ¡No!

- Eso... no fue humano, Morgan.

Ella vuelve a levantar los puños, el latido de su pulso sigue retumbando a través del Vínculo. Mientras tanto, la rabia de Jimin se apaga, dejando solo confusión a su paso.

- ¡Sentí la magia Primigenia en ti!

- Yo también la sentí, Morgan.

- ¡No! ¡Eso no es posible!

Ella corre hace él, golpeándolo salvajemente con los puños desnudos, pero Jimin solo agarra sus manos y las mantiene quietas.

- ¡Lucha, cobarde!

Tragas con fuerza, escuchando las lágrimas de rabia en la voz de Morgan.

- No voy a luchar contra una de las mías.

- ¡Yo no soy una de ustedes!

- Morgan... Sabes que tiene razón. Piénsalo... Te abandonaron en el bosque cuando eras una bebé. ¿Quién más vive en este bosque? ¿De qué otra manera podrías haber hecho sangrar así a Jimin?

Ella respira profundamente y con dificultad. Se libera de él, que la suelta con facilidad, aún aturdido.

- ¿Cómo es posible? ¿Has sido una de las nuestras... todo este tiempo...?

- ¡No! ¡No es verdad! No puede serlo.

Morgan se da la vuelta y huye de nuevo al bosque, tropezando en su prisa por escapar.

- ¡Morgan, espera!

Pero ni siquiera se frena. Jimin y tú comparten una mirada de total conmoción. Él mira con asombro la sangre de su mano, aunque la herida de su cara ya está curada.

- ¿Crees que es piel de lobo?

- Es más que eso. Ahora puedo sentirla. Pertenece a nuestro linaje. ¿Cómo se pudo perder?

- ¿Quieres... ir a hablar con ella?

Jimin sacude la cabeza con tristeza.

- Soy la última persona a la que Morgan querrá ver ahora. Deberías ir tú. Ella confía en ti.

- No lo sé. No parecía que quisiera escuchar lo que decíamos ninguno de los dos.

- Por favor, Marisa. Ve con ella. Ayúdala a entender lo que es. La Manada es una familia. No podemos perderla de nuevo.

- No lo sé. Parece que necesita algo de espacio en este momento.

Miras a Jimin. Su mirada es distante y habla en voz baja, aparentemente para sí mismo.

- ¿Cómo es posible que la enemiga contra la que hemos luchado durante tanto tiempo sea una de nosotros? ¿Cómo es posible que la hayan criado los humanos? Nada de esto tiene sentido.

Se aleja de ti de repente.

- Vete a casa. Espérame ahí. Tengo que hacer algo.

• ୨❀୧ •

Más tarde... Llegas de vuelta a la Guarida antes que Jimin y solo tienes tiempo de ponerte la ropa de la Manada antes de que Jett te vea.

- ¿Dónde has estado?

- Eso no es asunto tuyo.

Te bloquea el camino, y mientras aprietas los dientes e intentas rodearlo, él olfatea el aire con desprecio.

- Hueles a humanos.

- La última vez que la vi, estaba con esa cazadora. La que me disparó con plata.

- ¿Estaba con ellos?

- Yo... Necesitaba proteger a la Manada. ¡No habría estado con Morgan si no hubieras traído tus locuras de luna llena al pueblo! ¡Estaba tratando de arreglar tu metida de pata!

Pero en lugar de vergüenza o arrepentimiento, se escucha ira en los murmullos de la Manada. Rápidamente te rodean y, desesperadamente, buscas una cara amable entre la multitud. Layla se adelanta, con Callum a su lado.

- Hey, vamos a calmarnos todos. Marisa es una de nosotros.

- Jimin le dio libertad para ir y venir a su antojo.

- ¡Jimin está ciego ante lo que ella realmente es!

- ¡Él es nuestro Alfa! No lo cuestionen. ¡No! Ha participado en nuestros rituales con verdadero respeto. Recuerden lo que vimos. Tiene una conexión con la magia Primigenia.

Los demás asienten y murmuran, y tú sientes cierto alivio cuando intervienen en tu defensa.

- Jett, Isobel, vieron cómo nos ayudó en el arroyo.

- Eso no es... cierto.

- ¡Dejó que los humanos se salieran con la suya!

- Ayudó a purificar las aguas. ¡Demostró que era leal!

- ¡Todos han visto lo mucho que está tratando de encajar aquí!

- ¡No olvides que te defendí cuando Morgan te atacó!

- Eso es...

- La única razón por la que Morgan te disparó, Isobel, fue porque estaba tratando de llevar a Layla al hospital cuando tú nos atacaste. Sé que estabas bajo la influencia de la luna llena, pero mi preocupación esa noche era por ella y su bebé. El bebé de la Manada.

- Yo...

- Es cierto. Sin Marisa, nuestro hijo no habría sobrevivido.

Isobel está demasiado sorprendida o enfadada para responder, pero sabe que tienes razón. Atraes la magia Primigenia hacia ti, poniéndote a tu maxima altura, con los ojos ardiendo hacia Jett.

- Entonces, ¿de qué exactamente estás tratando de acusarme, Jett?

- ¡Oh!

Layla retrocede y baja la mirada, la fuerza de tu presencia la abruma. Miras fijamente a Jett, desafiándolo. Es demasiado fuerte para dejarse intimidar por ti, pero sabes que percibe tu poder.

- ¿Cómo hiciste...?

- ¿Me dirás que no soy de la Manada? ¿Qué sigo siendo humana, a pesar de todo?

Tanto Isobel como Jett parecen inseguros. La tensión se rompe cuando llega Noemí. Los hombres lobo reunidos se separan para recibirla.

- Mmm... algo ha cambiado en ti, Marisa.

Te rodea de forma apreciativa... y luego se detiene, mirándote con una nueva perspectiva.

- Reconozco el aroma de la magia Primigenia en ti. Ha crecido desde la última vez que hablamos. ¿Es posible que seas una de las nuestras por derecho propio?

Isobel escupe con rabia.

- Pero, honorable madre, ¡ella es solo piel de lobo! ¡Aunque tenga un Vínculo con Jimin, no tiene derecho sobre la Manada hasta que dé a luz a una cría!

Noemí se voltea y te ve, con sus ojos oscuros de sabiduría que observan a través de ti.

- ¿Y bien, Marisa? ¿Sientes la magia Primigenia como nosotros? ¿Puedes reclamar ser un miembro pleno de la Manada?

Miras a Isobel y a Jett de forma desafiante.

- Yo... He renunciado a mi antigua vida para unirme a la Manada. Elijo ser parte de la Manada, ahora y siempre.

El cosquilleo de la magia Primigenia te recorre, desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies. Intrigados, los miembros de la Manada se acercan a ti, humanos y lobos juntos, olfateándote. Noemí se transforma en su forma de loba y luego vuelve a ser humana, examinándote detenidamente. Finalmente, sonríe y se dirige a los demás.

- Es cierto. Marisa es una Novia Loba. Puede que aún no sea capaz de transformarse, pero ya es más que una piel de lobo.

Se dirige a ti con ojos cálidos y amables.

- Y debe ser tratada como un miembro con pleno derecho en la Manada.

- Wow. ¡Genial!

Layla es la primera en reaccionar al anuncio. Con una sonrisa, te abraza con fuerza contra su protuberante vientre.

- Bienvenida a la familia, hermana.

- Bienvenida a casa, Marisa.

Isobel se acerca, y tú te mantienes firme en su presencia, sin apartar la mirada.

- ... Acepto la proclamación de la Sacerdotisa. Como miembro de la Manada, te someterás a quienes la lideran.

No es una pregunta, pero le respondes igual.

- Lo haré.

Para tu sorpresa, te ofrece un apretón de manos. Lo aceptas y ella te atrae hacia lo que debe parecer un abrazo amistoso. Luego te susurra al oído...

- Te vigilaré de cerca. No te salgas de los límites.

- Novia Loba o no... debes responder por tus acciones. ¿Por qué te fuiste con un Caballero de Ossory después de que atacó a Isobel?

- ¡Te lo dije! Isobel no estaba en su sano juicio. ¡Habría matado a Layla y a su bebé! Morgan me ayudó a salvar sus vidas.

Jett se voltea hacia Isobel en busca de apoyo, pero ella se niega a enfrentar su mirada y permanece en silencio. Él frunce el ceño mientras uno a uno los miembros de la Manada se acercan a ti, dándote la bienvenida con palabras y sonrisas.

- Bienvenida.

- Gracias. Gracias a todos.

Un calor crece dentro de ti, una sensación de pertenencia como nunca habías sentido en ningún otro lugar.

• ୨❀୧ •

Jimin no regresa hasta el anochecer. Olfatea bruscamente cuando te ve, como si algo hubiera cambiado en tu olor.

- ¿Pasó... algo aquí?

- Me aceptaron. La Sacerdotisa y la Manada. ¡Me aceptaron como una de ustedes!

- Y, en efecto, lo eres.

Te pone las manos en los hombros y sonríe, pero puedes percibir el cansancio detrás de su mirada.

- Jimin... Ahora puedo ser realmente tu compañera.

Te acercas y sus brazos te rodean instintivamente para abrazarte.

- Siempre serás mi compañera.

Se sienta pesadamente, sonriendo todavía, pero se nota su distracción.

- Has estado fuera todo el día. ¿Qué has estado haciendo?

Lo llevas a sentarse junto al fuego y empiezas a masajear los nudos musculares de sus hombros.

- He estado tratando de averiguar quién es Morgan realmente. No puedo entender cómo alguien sin conexión con la Manada, ni siquiera con una familia de piel de lobo, podría tocar la magia Primigenia.

- Morgan es... La hija adoptiva de Bernard Sayre. Al menos, esa es la historia que le contó él.

- Adoptada... Entonces, ella podría haber venido de nosotros. De alguna manera...

- Ella dice que Sayre la encontró en el bosque. En estos bosques.

- Pero ¿por qué la habrían dejado? ¿Y cómo es posible que no tengamos conocimiento de una hija pérdida de la Manada?

- Tu suposición es tan buena como la mía.

- Morgan es personalmente responsable de la muerte de al menos tres miembros de la Manada que conocemos, y de la desaparición de muchos otros. Sus vidas eran insustituibles. Sus pérdidas aún se sienten. Si ella fuera un miembro de la Manada, esa sería causa suficiente para su ejecución. Así que por qué...

Se pasa una mano de frustración por la cara.

- ¿Por qué la dejé ir?

Él retiene tu mano, sus ojos apenados se encuentran con los tuyos.

- Me digo que su muerte estaría más que justificada por lo que ha hecho. Pero... no me atrevo a hacerlo.

- Hiciste lo correcto. Se merece saber quién es.

- ¿En serio? Sea cual sea su educación o excusa, sus crímenes son imperdonables.

- Jimin... La Manada también la ha perjudicado. Y no puedes negar que algunas veces ustedes les hacen daño a humanos inocentes, aunque sea por error.

- ... No puedo negarlo.

- Quizás no la mataste porque, en cierto modo, entiendes que tenía razón para lo que hizo.

Sientes su ira al escuchar eso, su boca se tuerce.

- Mmm.

- Entonces... ¿qué pasará ahora?

- Por primera vez en mi vida... no estoy seguro.

Te mira de repente y se le ocurre una idea.

- Marisa, ven conmigo. Llevemos una ofrenda a la tierra para ayudarme a decidir qué camino debo tomar.

- ¡Pero nunca he hecho algo así!

- Agradecería... tu guía. Me ayudas a ver las cosas desde perspectivas que nunca habría considerado. Y tú también puedes pedir ayuda a los espíritus de la tierra para cualquier dilema que te agobie.

- Bueno, si lo pones así...

• ୨❀୧ •

Sigues a Jimin por el oscuro bosque...

- Ha habido ocasiones en las que la Manada ha encontrado a varios piel de lobo perdidos. Familias como la tuya, que se van y no les dicen a sus hijos quiénes son.

La luna ilumina el sombrío gesto de su boca.

- Pero nunca había escuchado de una mujer loba pérdida. Lo que percibí de Morgan es más fuerte que una piel de lobo, pero menos que una mujer loba completa. No puedo ni imaginar de dónde viene.

- No estoy segura. La abandonaron cuando era una bebé. Si Sayre decía la verdad, Morgan fue abandonada deliberadamente. ¿Es posible que una de las integrantes de la Manada haya quedado embarazada por accidente y lo negara?

Él sacude la cabeza.

- He escuchado que eso ocurre entre los humanos, pero no con nosotros. Si un niño es de la Manada, lo aceptaríamos.

El silencio se apodera de ambos. Después de un largo momento. Jimin vuelve a hablar.

- Sé que debería preguntarle a Noemí. Si alguien recuerda a Morgan, será ella. Pero reconozco que... tengo cierto temor a escuchar la respuesta.

- No pensé que tuvieras miedo de nada.

Te muestra una sonrisa sombría.

- Es mi responsabilidad como Alfa saber todo sobre la Manada. Si no me informaron de esto... no puedo entender la razón, pero debe ser terrible. ¿Por qué me ocultarían algo de esta naturaleza? ¿He faltado a mi deber al no saberlo?

- Jimin... No has hecho nada malo. ¡Morgan parece tener tu edad! Tal vez más. ¿Cómo podría alguien culparte por algo que sucedió cuando eras un bebé?

Un músculo se mueve en su mandíbula.

- Un verdadero Alfa sabría si un miembro de su Manada ha desaparecido.

• ୨❀୧ •

Llegan a la arboleda sagrada, donde un círculo de árboles se divide para revelar un claro iluminado por la luna. No estás segura de si se debe a que tu visita a la cueva sagrada ha cambiado tu visión, pero el aire aquí parece brillar con una magia obvia. Casi te parece ver caras entre los troncos y las ramas.

- Quédate aquí un momento. Debo encontrar una ofrenda para los espíritus.

Sus ojos se vuelven dorados a la luz de la luna mientras se transforma en un gran lobo negro.

- Jrff.

Cuando regresa, lleva un conejo muerto en sus fauces. Lo deja a la luz de la luna y luego se aparta.

- Espíritus de la tierra, acepten esta ofrenda. Concédanme su guía.

Cierras los ojos y pones una mano en la espalda de Jimin, haciéndole saber que estás ahí con él.

- (Por favor, ayuden a Jimin a encontrar algo de paz. Libérenlo de la culpa que lo agobia... Y denle las respuestas que busca).

Con los ojos todavía cerrados, él asiente con la cabeza.

- Si hay preguntas que te agobien... también puedes pedirles orientación a los espíritus.

- ¿Solo... hablo con ellos?

- Ofrece algo de valor a la tierra, y luego haz tu pregunta.

- Entonces, espíritus... no tengo nada que ofrecer ahora mismo. ¿Aceptan un pagaré?

El viento silba entre los árboles, haciéndote temblar.

- ¡Es una broma!

Un poco incómoda, elevas tus peticiones.

- (Espíritus de la Tierra, por favor, díganme... ¿Debo elegir a Jimin o a Morgan? Me importa él, pero ella es mi amiga y me necesita en este momento. Quiero ayudarla a saber quién es).

Una nube pasa ante la luna, dejándote en un momento de oscuridad. Esperas algo más, pero solo escuchas los sonidos de la noche.

- ¿Eso es todo?

Los árboles crujen, sus sonidos son casi, pero no del todo, palabras reconocibles.

- Quiero algunas respuestas.

A tu lado, Jimin abre los ojos. Ahora son dorados por la magia, aunque no percibes ninguna intención de transformarse.

- Los espíritus no responden con palabras, Marisa. Solo nos ayudan a encontrar las respuestas que siempre supimos, pero que no podíamos admitir.

Cierras los ojos y escuchas el susurro de las hojas, sintiendo que la certeza se asienta en tu interior. Debes seguir a tu corazón. Cualquier otra cosa los destruirá a ambos. Abres los ojos y te sorprendes al ver que él sigue observándote.

- ¿Los... espíritus te respondieron?

- Como ya dije, solo me dieron lo que sabía desde el principio.

- Entonces, ¿sabes qué pasó con Morgan?

- No. Pero lo averiguaré mañana. Le preguntaré a Noemí. Y si Morgan es de la Manada, se le debe dar un lugar en ella, y una forma de compensar sus crímenes.

- Incluso después de todo lo que ha hecho, ¿aún la aceptas?

- Hay muy pocos de nosotros en el mundo para permitirse perder siquiera a uno. Si hay un alma de loba dentro de Morgan, debo ayudarla a encontrarla.

- ¿Y si la Manada no la acepta? Quiero decir, no es que a me hayan recibido con los brazos abiertos precisamente.

- No espero que Isobel o Jett la acepten fácilmente. Pero si ella realmente desea unirse a nosotros, debe encontrar su propia manera de demostrar su lealtad.

• ୨❀୧ •

Sigues a Jimin mientras camina sin rumbo entre los árboles.

- Debo disculparme, Marisa. He tratado a Morgan con demasiado recelo.

- Eso se queda corto.

- La trataba como una enemiga... y la odiaba por su interés hacia ti. Pero ahora lo entiendo. Era su sangre de mujer loba manifestándose. Y te sentiste atraída por ella porque de alguna manera la percibiste. Mientras que yo... no lo hice.

- Supongo. Definitivamente hubo algo que nos unió.

- Tú la conoces mejor que yo. Aceptaré tu opinión sobre ella.

Él se aparta de ti, levantando la cabeza hacia el cielo.

- Gracias, espíritus de la tierra, por traer a Marisa de vuelta a su hogar. Y a mi vida.

Para tu sorpresa, sientes que tus ojos se llenan de lágrimas cuando la luna los mira a ambos como una madre lejana y benévola.

- Antes de que tú llegaras, Marisa, no habría dudado en matar a Morgan. Pero gracia a ti, pude darme cuenta de que ella era de la Manada.

Te abraza.

- Te des cuenta o no, me has convertido en un mejor Alfa.

Deslizas tus dedos alrededor de su nuca y lo atraes hacia ti. Sus labios dibujan una sonrisa bajo los tuyos.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Nada, mi amor.

- Mmm. Repite eso.

Él te hace descender sobre el suave musgo, con su mano acunando tu cabeza y su boca persiguiendo la tuya.

- Marisa, te adoro.

Te besa los labios, el pliegue del cuello, y sientes una oleada de deseo que se refleja inmediatamente en él.

- ¿Es, eh, una blasfemia hacer esto aquí?

- Al contrario. Este es un lugar de adoración.

Él suelta besos a lo largo de tu brazo, tomando la punta de tu dedo entre sus labios.

- Es un lugar totalmente apropiado para que te adore.

- Oh... Muéstrame cómo me adorarías.

Te retiras con una sonrisa tímida y te estiras contra la hierba, mientras Jimin disfruta viéndote con deseo.

- Estoy lista.

Halas el dobladillo de su camisa y él hace caso, se quita la ropa y la tira a un lado. Pasas las manos por sus hombros tensos mientras él se inclina para besarte de nuevo, con los músculos ondeando bajo tu contacto.

- ¿Qué te parece?

- Mejor.

Sus labios se aprietan apasionadamente contra los tuyos, avivando el fuego entre ustedes. Él profundiza el beso, su lengua se enreda con la tuya y te deja sin aliento. Baja la cabeza para deslizar sus dientes sobre el punto de tu pulso, causándote un agudo pico de dolor que se mezcla con placer.

- ¡Oh!

Jimin te provoca con su boca, su lengua se arremolina húmeda y caliente en tu garganta, en tu ombligo... y luego entre tus piernas. Tus uñas arañan su espalda mientras él clava tus caderas en la tierra, con la lengua jugueteando y provocándote hasta que no puedes soportarlo.

- Jimin, por favor...

Se ríe, en voz baja, y el sonido reverbera dentro de ti, enviando ondas de éxtasis que corren por tus venas. Te acercas a él para rodear con tus dedos su miembro, y él se mueve hacia delante en busca de la fricción.

- Muéstrame qué quieres.

Se levanta para besarte mientras lo guías hacia delante hasta que queda apoyado sobre ti. Te presiona contra el suelo mientras sus caderas encajan, cediendo finalmente a tus exigencias. Él inicia un ritmo constante, y tú le rodeas la cintura con una pierna, clavándole el talón en la espalda para incitarlo a seguir.

- ¡Más!

Cada empuje te llena por completo y te deja viendo las estrellas mientras te acerca al precipicio. Te agarras a él, jadeando, mientras sus cuerpos se mueven juntos hasta que todo se vuelve demasiado...

- ¡Marisa!

Gimen mientras se estremecen juntos, y entonces él se derrumba, con su cuerpo deliciosamente pesado sobre ti.

• ୨❀୧ •

Un rato después, Jimin se aparta de ti y vuelve a ponerse la ropa mientras tú haces lo mismo.

- Eso fue...

- Perfecto.

Sientes su profundo amor por ti resonando a través del Vínculo, y parece que todo está bien en el mundo. Una ráfaga de viento helado sopla a través del claro, haciendo crujir las hojas y haciéndote temblar desagradablemente. Él te rodea con sus brazos, calentándote con su cuerpo.

- Gracias por venir aquí, Marisa. Tu consejo fue sabio, como sabía que sería.

- Estaré encantada de darte mis opiniones cualquier día de la semana.

- ¿Los espíritus respondieron en algún momento a tu pregunta?

- Sí. No. Como dijiste, solo me dieron lo que ya me costaba admitir.

- Efectivamente. Cuando miramos en nuestro interior, es sorprendente la forma en que a menudo ya conocemos la verdad que buscamos.

Tomados de la mano, comienzan la lenta caminata de regreso a la Guarida...

• ୨❀୧ •

A la mañana siguiente... Jimin respira profundamente mientras los dos se acercan a Noemí. Te aprieta los dedos y sabes que le preocupa qué secretos podrá revelar.

- Honorable madre, necesito saber la verdad.

Ella lo mira con calma, y es imposible saber si ya sabe la pregunta que él quiere hacer.

- Hay muchas verdades.

- ¿Cómo es posible que un miembro de los Caballeros de Ossory tenga sangre de la Manada? ¿Sabes quién es Morgan? ¿Es una de nosotros?

Las líneas de la cara de Noemí parecen profundizarse mientras suspira y se pasa una mano por su cabello blanco.

- Morgan es... tu hermana.

- ¿Qué?

- ¿Cómo puede ser eso posible?

- ¡No tengo ninguna hermana!

- Nació dos años ante que tú. Una noche de luna llena en febrero. La pareja de tu padre intentó buscar ayuda, llegar al pueblo, pero no había nadie que pudiera ayudarla. Ella murió, y la bebé nació... mal. Enferma. Ciega.

Jimin se queda con la boca abierta, atónito y sin palabras. Te acercas a él mientras se tambalea, su mundo se tambalea.

- (Pobre Morgan...)

Sus ojos se oscurecen mientras la rabia lo invade, un rugido sale de su pecho.

- ¿Cómo no lo supe? Todos estos años... todo este tiempo...

- Tu padre tuvo otra pareja. Tu madre. Todos asumimos que la niña había muerto. No había ninguna razón para sospechar que alguien se la había llevado.

- No entiendo... ¿Es eso lo que hacen con los bebés de luna llena? ¿Matarlos? ¿Es eso lo que le habrías hecho a Layla si hubiera tenido el bebé antes de tiempo? ¿Obligarla a matarlo?

- Es la forma. La Manada no puede mantener a un niño que nunca será capaz de cuidar de sí mismo. Si sabemos que un bebé no va a sobrevivir, es mejor dejarlo morir rápidamente.

- No sucede a menudo, Marisa, pero...

- ¿Lo sabías? ¿Sabías que la Manada hacía esto? ¿Qué pasó con lo de "cada niño es valioso"?

- Es una misericordia para aquellos que morirían de todos modos.

- ¡Morgan no murió! ¡Es una de las personas más fuertes que conozco!

Los miras a ambos, tratando de conciliar el amor que sabes que sienten por la Manada con este desprecio insensible por sus miembros más débiles. Jimin mira hacia otro lado.

- Quizás no hemos... considerado lo que podría pasar si estos niños pudieran vivir...

Mientras él abre la boca para hablar, de repente Jett irrumpe entre los árboles.

- ¡Miren a quién encontré merodeando por nuestro territorio!

Arrastra a alguien detrás de él...

- ¡Bájame!

- ¡Morgan!

- La mascota espía de Sayre. Ahora te tenemos.

- ¡No estaba espiando! ¡Lo juro! No era mi intención hacer daño. Especialmente después de... lo que acabo de escuchar.

- ¿Qué escuchó?

- Morgan es la hermana de Jimin. Si no hubiera sido abandonada por la Manada, habría sido nuestra Alfa...

- ¡No! Eso no es posible.

- Lo es.

- ¡No!

En su furia, Jett adopta su forma Primigenia, con sus orejas puntiagudas rozando las ramas más bajas de los árboles.

- ¡Ella no es... una de nosotros!

Agarra a Morgan con una gran garra.

- ¡Quítame las manos de encima!

Te muerdes el labio, sabiendo que si ella quiere demostrar su valor ante la Manada, tendrá que valerse por sí misma. Jett no la suelta, y sientes el flujo de la magia Primigenia cuando Morgan la atrae instintivamente para defenderse.

- ¡Te dije que me sueltes!

Ella se libera de la mano de Jett con una fuerza sobrenatural, y él se queda con el hocico abierto de asombro.

- ¡Contrólate, Jett!

Ante la serena furia de la Sacerdotisa, él se controla, gruñendo mientras consigue volver a su forma humana...

- Olvidas tu lugar, Jett. Es mi deber castigar, no el tuyo.

- Morgan es parte de la Manada, hija de nuestro Alfa, al igual que Jimin. Por eso sentiste su presencia en el Vínculo, Marisa. Estás vinculada al Alfa de la Manada. Y como Morgan sobrevivió...

- ¿El ritual me vinculó a ambos? ¿Al mismo tiempo?

Jimin y tú se miran con asombro mientras Morgan se queda con la boca abierta.

- Por eso siempre sé dónde encontrarte...

- ¡Esto es una locura! ¿Había sucedido esto antes?

- No lo sé.

Se voltea hacia Morgan, conteniendo a duras penas su furia incipiente.

- ¿Deseas desafiarme para ser Alfa?

- ¿Qué? ¡No! Yo solo... vine a...

Su expresión decae y te mira en busca de apoyo.

- Solo quiere saber quién es.

Antes de que nadie pueda responder, se escucha el repentino y terrible sonido de los motores diésel y de los enormes neumáticos de los camiones que atraviesan la tranquilidad del bosque. Todo el mundo se precipita hacia el sonido y, para tu horror, ves una flota de vehículos de la SEP. Un verdadero ejército de Caballeros de Ossory los tiene rodeados por todos lados.

- No. Ay, no...

- ¿Cómo nos encontraron?

Sayre salta de la puerta del pasajero del vehículo principal y se acerca a ti con perversa alegría.

- Fue muy amable de tu parte guiarnos directamente a la Guarida, Morgan...

Continuará...

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