—perdón—murmuró con un hilo de voz, no me sentía humana, era un monstruo, todos creen que soy fantasma, no los culpo, soy un monstruo—yo...no...yo...

mi garganta estaba seca, no sabia que decir, él extendió su brazo hasta llegar a mi mano y me atrajo a él para que entraramos a su cuarto.

el intento limpiar un poco los pedazos de vidrio con su mano pero se clavó unos.

yo tenía pedazos de vidrio en las piernas y él tenía en las manos.

—está bien, está bien— se repetía, se veía mal, se veía cansado, seguro tuvo uno de esos días malos, se que tiene días malos cuando tiene el ojo morado, me pregunto si a mi tambien se me ve morado cuando estoy mal.

seguro quería contarme, pero ambos nos sentíamos mal, juntos, ¿como una persona que no puede ordenar su cabeza ayudara a otra a ordenar la suya?

Era literalmente lo que nos estaba pasando, rompí los vidrios, el intento recogerlos por mi y se cortó y solo sangramos juntos.

aun seguíamos callados y no sabia que decir.

—Mike...—intente hablar.

se dirigió a una caja blanca algo polvorienta y se quitó los vidrios, se limpio con un líquido y se vendo con telas blancas.

—¿si?—me hablo con hilo de voz, sonaba como si quisiera llorarte una vez Hooper me dijo que los chicos no lloran, pero yo he visto a Mike llorar.

él no lo sabe pero yo lo he visto llorar.

—perdon.

—esta bien, carajo, esta bien—sonaba como si no estuviera bien.

se sentó en el suelo y luego me saco los vidrios, me dolió, me mordí el labio y fingí que no, porque a diferencia de él que tenía los ojos rojos, yo ya no quería llorar.

luego puso el líquido en donde antes estaban los vidrios, y ahogó un grito.

—duele—me queje.

el masculló un "perdon" y me puso las telas.

Me ardían las piernas específicamente los tobillos pero ya no dolía.

se levantó del suelo y se sentó a mi lado.

—oye—murmuró, como si intentara recuperar la voz—creo que ambos nos sentimos mal.

—no fue un buen dia—rei, porque prefería reír a volver a llorar.

él me tomó la mano y sentí caliente el pecho.

—sabes, tengo una idea, ven.

me jalo del brazo y salimos de su cuarto.