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𝐓𝐑𝐄𝐒 𝐃Í𝐀𝐒 𝐘 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐆𝐑𝐀𝐍𝐓𝐄

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╰─►El sol entrando por las ventanas del auto hizo que la chica de cabello castaño se despierte. Sus ojos estaban hinchados gracias a que recién los abría.

Carl no estaba a su lado, ni su madre y Shane estaban allí. Decidió cambiar de posición sentándose para poder mirar por la ventana y así encontrarlos.

Su hermanito jugaba con la hija de Carol, Sophia. Corría de manera feliz intentando atrapar a la pequeña rubia que se escabulle de él.

Lori estaba hablando con Andrea mientras ambas hacían el desayuno y Shane simplemente limpiaba su arma sentado en una de las reposeras de Dale.

Carol planchaba ropa, el anciano antes mencionado estaba arreglando algunas cosas en su casa rodante. Todo parecía tan normal, cómo si solo fuera un día de campamento y no sea un apocalipsis zombie.

Salió del auto y el sol volvió a pegar en su rostro pero está vez más fuerte. Con una mano intento darse un poco de sombra y caminó hasta el grupo.

—Buenos días. — Sonrió la rubia mayor tendiendo una taza de café.

—¿Qué tiene de bueno? — Murmuró tomando un trago. Su garganta quemó gracias a que estaba recién preparado pero no le importó, estaba acostumbrada a beber su café a altas temperaturas.

—Lo bueno es que tenemos café.

La menor se encogió de hombros e hizo un gesto dándole la razón. Volvió su vista a su hermano, él cuál la vió por primera vez en el día y no dudo en correr hasta sus brazos.

—¡Lia! — Gritó emocionado abrazando el torso de su hermana mayor.

—Aquí estoy. — Sonrió sobando el cabello del niño. — ¿Ya comiste?

Malia no podía evitar sacar su instinto maternal con Carl. Ella no tuvo la misma infancia que él, cosa que agradecía totalmente. Se encargó de que su pequeño pueda tener una vida plena y feliz en dónde nunca le falte amor ni comprensión.

¿Se sacaba una mala nota en la escuela? Que no se preocupe, su hermana mayor estaría ahí para ayudarlo a estudiar.

¿Tenía pesadillas? Es más que bienvenido a su cuarto y así dormir abrazados.

¿No le gustaba alguna comida en específico? Pues Lia se encargaría de prepararle otra cosa.

Eran pequeños detalles pero sabía que tendrían gran impactó en su vida. También agradecía que no saliera cómo ella en un intentó de saltarse etapas y ya ser un adulto.

Malia cometió muchos errores en su vida y trató de repararlos cuándo su hermano nació.

—Sip. — Respondió risueño disfrutando de los mimos en su cabello.

—Bien, puedes seguir jugando.

El menor asintió y volvió a correr en dirección a su nueva amiga. Su hermana no pudo evitar sonreír.

Lori no había sido su figura materna cuándo era una niña pero le agradecía si haber sido la de Carl

Volvió a tomar su café terminándolo de una pasada. Se acercó a Shane estirando su mano, el cuál la miro sin entender.

—Tienes algo que me pertenece. — Su rostro estaba serio. No le gustaba que los demás toquen sus cosas.

—Agradece que tú madre me lo dió, de lo contrario ahora mismo ésto seguiría en tú casa. — Le tendió la glock negra.

Malia decidió dejarla en su cinturón, no sabía en que momento podría necesitarla. Se dió media vuelta bajo la mirada del ex policía y se fue hasta dónde estaba Dale.

—Hey. — Saludó con una pequeña sonrisa la menor. — ¿Cinta? — Frunció el seño al ver cómo enrollaba la manguera de la casa rodante.

—Oh, hola, Malia. — Sonrió amablemente el anciano. Hizo una mueca al final por la pregunta de la castaña. — No tengo repuesto y ésto hará que aguante.

—Iré a buscar provisiones hoy y veré si puedo encontrar una manguera para tú vehículo. Además buscaré sobrevivientes que quieran unirse a nuestra pequeña comunidad.

Habían pasado tres días en los que habían ido a la cuidad solamente Shane y Dale, cuándo volvieron informaron que los militares evacuaron la cuidad y los caminantes habían tomado el lugar.

Malia estaba segura de que encontraría a alguien que quiera sobrevivir con ellos. Se preguntaba si Isaac salió de la cuidad a tiempo, creía que si. Su mejor amigo siempre fue alguien muy inteligente e igual de paranoico que ella.

Ambos fantaseaban con un apocalipsis zombie cuándo eran adolescentes y se la pasaban fumando marihuana mientras miraban películas de terror. Sonrió para sus adentros recordandolo.

Fue hasta el auto tomando una remera que había en la parte trasera. Se saco la que tenía puesta para cambiarla por una musculosa blanca.

Hacía calor, cosa que ella odiaba infinitamente. No existía nada peor que dar dos pasos y transpirar.

Todo se había ido a la mierda demasiado rápido y en lo único que podía pensar Malia era en darle un plato de comida a su familia y mantenerlos con vida sin importar nada.

Su madre parecía no estar afectada por lo de Rick, tampoco la culpaba pensando que querría mantenerse fuerte para que su hermano no esté mal.

Con Carl era un caso diferente. Él era un niño pequeño que no entendía muy bien todavía, sólo sabía que extrañaba a su padre pero tenía a su hermana que se encargaba de cuidarlo.

En cambio ella estaba totalmente destrozada. Su corazón se rompió en mil pedazos cuándo la obligaron a abandonar ésa habitación de hospital.

Además de Carl, Rick era la persona que ella más amaba y por ésa razón sería capaz de matar y morir por su padre.

Cuándo ella nació, Lori se fundió en una depresión post parto por ser madre joven. Su padre era el encargado de cuidarla mientras su madre se la pasaba acostada en su cama.

Tampoco mejoró en su infancia y adolescencia, fue peor cuándo Rick tenía doble turno y ella era la encargada de hacer la cena mientras la mayor se la pasaba viendo televisión sin importarle si su hija se cortaba o se quemaba en la cocina.

Cuándo cumplió quince las drogas entraron en su vida. Malia y Isaac fueron mal influenciados por el ex de la castaña, él cuál la obligaba a tomar cocaína, pastillas y varias cosas más para mantenerla en otra realidad todos los días. Ésa vida siguió hasta que tuvo una sobredosis y su hermano la encontró cuándo apenas tenía dos años.

Carl había aprendido a caminar hace apenas una semana y su pequeño recorrido consistía en ir a despertar a su hermana mayor para jugar. Cuándo entro al cuarto lo único que pudo ver fue su cuerpo en el suelo mientras espuma salía de su boca. No sabía que estaba pasando y lloro, se escuchó por toda la casa.

Rick corrió y cuándo vió a su hija en ése estado su corazón se detuvo por completo. Tuvieron que internarla por semanas, en las que no pudo ver a su hermano por capricho de Lori.

Su padre fue quién sostuvo su mano y no se movió de ésa incómoda silla de hospital, ella hizo lo mismo por él.

Quitando los recuerdos de lado, Malia se estaba alistando para salir a buscar gente y recursos para la pequeña comunidad. Shane se acercó a ella por la espalda poniendo su mano en el hombro de la castaña. La Grimes volteó a verlo alzando las cejas con curiosidad.

—Tú madre me pidió que te acompañe. — Habló el hombre. — Se preocupa por ti.

—De acuerdo. — No tenía ganas de discutir en ése momento. Acepto la ayuda mientras se subían al auto del mayor.

Shane manejaba en silencio mientras la menor miraba por la ventana. De pronto la vista del contrario fue a ella, viendo detallada mente el inicio de su escote. Su sostén se debaja ver gracias a su remera musculosa que le quedaba un poco ancha.

Aquella mirada morbosa logró incomodarla removiendose en su asiento. Si él no volteba iba a enfrentarlo y darle un puñetazo.

Para su suerte, Shane decidió volver a concentrarse en la calle en lugar de mirar de manera asquerosa a la hija de su mejor amigo.

El caminó no fue largo ya que su destino no fue la cuidad, sino un pequeño barrio privado que tenía varias tiendas y casas que podrían asaltar por comida.

—Ire por las tiendas, tú por las casas y vuelve cuándo tengas cosas que puedan servir. — Dijo cortante Malia bajándose del auto. No quería pasar horas en ése lugar junto con el ex policía.

Separando sus caminos ambos hicieron lo acordado. Para su suerte la castaña no se encontró con ningún caminante, ése nombré le puso a los muertos. Supuso que decidieron escapar, algunos matarse pudo ver gracias a una persona colgada en el techo.

Las personas que decidieron tomar el camino fácil son las más fuertes, hay que tener valor para ponerte una soga en el cuello y tirar la silla para morir de manera lenta. Fueron personas inteligentes que no vieron la esperanza en el nuevo mundo.

En silencio revisó todo agradeciendo mentalmente por no encontrarse ningún caminante. En todo ése tiempo se había encontrado con uno el día que salieron de Atlanta. Había reaccionado por impuso pero si volvía a ver otro no sabía que iba a hacer, quizá se quede congelada o termine por matarlo.

El ruido de una lata cayendo la alertó. Volteó rápidamente en la dirección del sonido encontrándose con una persona recogiendo el dicho objetó.

—Hey. — Llamo Malia al sujetó, el cuál se asustó mientras giraba su cuerpo para tenerla en frente. La menor lo apuntaba con el arma y el otro no tuvo más remedio que alzar las manos. — ¿Quién eres?

—Me llamo Glenn. — Se presentó el sujetó. — ¿Podrías bajar el arma? Me pone un poco nervioso.

—La que esta nerviosa aquí soy yo. — Admitió aceptando la petición del oriental bajando su arma. — ¿Estás solo?

—Si, he estado viviendo en esta tienda.

—¿Quieres venir conmigo? Tengo un pequeño grupo de sobrevivientes, uno más nos podría servir. — No parecía mala persona, de alguna forma le causaba confianza.

—Claro. — Aceptó gustoso pero su rostro cambio en un segundo. — ¿Cómo sé que no me van a matar y comerme?

—¿Crees que soy una loca? — Cuestionó dolida. — El mundo pudo irse a la mierda pero sigo bastante cuerda.

—Hay que ser precavidos en estos tiempos. — Bromeó rompiendo el hielo.

—Normalmente los chinos son quienes comen cosas extrañas. — Malia no pudo contener de hacer un chiste, luego se retractó. El humor negro era su debilidad, solía hacer muchos de esos chistes con su mejor amigo, Isaac.

—Soy coreano. — Bufó Gleen pero no pudo evitar sonreír con gracia.

—Chino, coreano, todos son bienvenidos en mí grupo.

Aquél grupo se hizo más grave teniendo un nuevo integrante y Malia cada vez se iba convirtiendo en la cabeza, algo que desagradaba totalmente a Shane, quién peleaba por su puesto día a día. Nunca iba a estar a la altura de la Grimes, después de todo estaba en su naturaleza ser una gran líder.

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Holii, ¿cómo están? Espero que bien. Acá les traigo un nuevo capítulo, bastante corto a decir verdad. Todo esto lo escribo de mí imaginación y últimamente estoy un poco estresada por unas materias que tengo que dar y no puedo pensar mucho en fics.
Prometo que el próximo sera mas largó❤️‍🩹

Para desbloquear el siguiente cap el mínimo será de 15 comentarios y 30 votos✨

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