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One-Short

No es amor, esto no es amor

Sólo es tu Obsesión.

A donde quiera que vaya, todo lo que haga

Es aterrador que tú seas quien me vigila.

Justo como hace una semana, te dije y te probé que iría solo con mis amigas a tomar algo y tú me diste el permiso y me hiciste creer que confiabas en mí... pero me equivoque, tal y como siempre lo he hecho. Tus palabras me engañaron y tú mirada una vez más me hacían creer en ti.

Cuando llegue al bar, tú ya estabas allí, sentado en una esquina, mirándome fijamente y con cautela todos mis movimientos. Ni siquiera has hecho el intento de ocultarte de mí, una vez más me dabas miedo...tú mirada en mí me asustaba y me hacía poner nerviosa.

-¿Otra vez?

-¿Qué? - me sobresalte al escuchar la voz de mi amiga, estaba tan concentrada en pensar con mucho cuidado mis movimientos, no quería llamar la atención de él.

-¡Él está aquí! - mascullo con los dientes apretados mi amiga - A donde quieras que vayas él está ahí. Y siempre te vigila- y no pude decirle nada, es verdad... él siempre está con su mirada en mí.

-Sango... solo me cuida- hasta yo trataba de creerme aquellas palabras, pero desde hace mucho tiempo he dejado de hacerlo.

-No, él no te cuida. Amiga esto no es amor... esto es una obsesión.

Estoy observándote a través de la

grieta de tu ventana hasta que la noche termine.

Ven y encuéntrame; Tú sigues jugando un

sofocante juego de las escondidas conmigo..

Tú, Tú, Tú...

¡Tú eres inseparable de mí!

Escuchó ruidos y pasos pausados...como un cazador persiguiendo a su presa y eso... es lo que últimamente pienso que soy. Ni siquiera me levanto a ver si es un ladrón o algo paranormal, no... esas cosas me han dejado de asustar, al único que temo es a él.

La puerta se abre y cierro mis ojos fingiendo dormir, los pasos se acercan y siento su fría respiración sobre la piel de mi cuello tensándome y luego una risita, se dio cuenta que solo tengo cerrados los ojos.

-Sabias que me esperabas amor - se tumbó en la cama, al lado mío y me abrazo desde mi cintura acercándome a él, chocando mi espalda con su pecho.

No respondo ni me muevo, solo abro los ojos y miro la oscuridad en mi habitación. Nuevamente forzó la ventana y entró en mi casa.

-Tú... nunca te iras de mi lado.

Y aquellas palabras murmuradas tan pausadamente en mí oído me hicieron cristalizar mis ojos. Sabía que él lo decía de verdad...

¿Te has vuelto loco?

¿Por qué estás actuando así?

Por favor sólo déjame sola ahora

Verte es sofocante, por favor

desaparece de mi vista..

-¡Él te toco! - su grito me hizo sobresaltar, y las lágrimas en mis ojos se empezaban a acumular, su mano alrededor de mi brazo ya me dolía demasiado, pero calle mi dolor.

-¿Te has vuelto loco? - murmure para mí misma con la mirada hacia abajo mientras mis lágrimas caían.

-¡Nadie más te puede tocar más que yo, nadie carajo! - grito y estoy segura que los vecinos una vez más escucharon pero no harán nada, como siempre - ¡Nadie! - en un movimiento brusco me cogió con su mano mi barbilla elevándola hacia arriba y apretando mi quijada mientras me miraba me hacía daño - No llores.

Cierro mis ojos, ya ni siquiera quiero verlo... verlo se me ha hecho imposible desde hace tiempo.

¿Qué lo ha llevado a actuar así? No entiendo, siempre le demostré mi amor, siempre. Nunca le he faltado el respeto, nunca. Nunca he hecho algo que él no haya querido. Nunca tuve contacto con las personas que él me lo pedía, nunca... entonces ¿Qué le hace actuar así?

Ahora solo quiero que desaparezca de mi vista, verlo... duele.

Nunca podrás separarte de mí,

No tienes a nadie más que amar

excepto a mí. Intenta escapar,

donde quiera que estés puedo verte

lo sabes profundamente.

-¿Qué te vas? - bramo seguido de un bufido y una risita sarcástica.

-Solo quiero escapar de ti - murmure con mi mochila colgaba en mi hombro, lista para abandonar mi propia casa. Él se puso de pie y con lentitud que me aterraba se empezó a acercar a mí y a cada paso que daba yo retrocedía dos.

-¿Escapar de mí? - se auto señalo y formo aquella sonrisa burlona que me aterraba - ¿Y a donde crees que iras?

-No lo sé - y era verdad, no lo sabía, solo quiero escapar de él.

-Tú, Kagome... no tienes a nadie, estás sola - escupió aquellas palabras, vulnerables para mí, bastantes hirientes - Escucha Kagome, nunca podrás separarte de mí y sí llegas a irte recuerda que en cualquier lugar que estés yo... puedo verte.

Tomo con brusquedad la mochila de mis hombros y la lanzó en algún lugar con furia, ahora sabía lo que venía.

Es verdad. Sí me voy... a donde puedo ir, no tengo a nadie... a nadie.

-Te demostraré que de mí... no puedes escapar.

Piérdete, Sólo aléjate

Realmente no puedo respirar.

Adonde quiera que vaya todo lo que soy es nada.

Corro a todo lo que mis piernas dan, me he escapado de él. Estoy en las calles y la gente a mi alrededor me mira como si estuviera loca.

Doy vueltas en mi lugar con mi respiración agitada, miro a mi alrededor buscándolo con la mirada... siento, lo siento cerca y mi cuerpo tiembla del miedo, mi labio tirita y yo no dejó de pedir ayuda a las personas que pasan, pero me miran con asco y se alejan de mí y me ignoran.

-¡Por favor! ¡Que alguien me ayude! - grito con miedo y de pronto siento un escalofrió desde mi columna vertebral. Se perfectamente a quien le pertenece mi escalofrió.

-Yo te ayudo... - su voz...

Me giro con lentitud y lo miro con terror, sus ojos están furiosos, casi veo llamas salir de sus dos iris, su expresión es neutra y... estoy segura que está pensando ya en un castigo.

-Aléjate... solo aléjate por favor - retrocedo pero el agarra mi brazo con fuerza y yo luchó, por primera vez lucho contra él... no quiero estar con él, no quiero.

-Si sigues así... te ira peor - murmuro para que nadie escuchará.

-¡Aléjate! ¡Ayuda, por favor alguien ayúdenme! - forcejeo contra él y por su mandíbula tensa veo que se enojó más de lo que estaba, sin importar que estemos rodeados de gente me golpea en un lado del rostro y pronto veo oscuridad.

Te estoy esperando

Yo conozco mi amor, no lo llames Obsesión,

Tú no sabes lo que es el Amor.

Tú no conoces a mi corazón.

¡Tú, Tú, Tú

Nunca podrás ser separada de mí!

Desde hace un mes que no lo veía, ese mes había sido el mejor de todos los meses para mí, tenía mi propia libertad, tomaba decisiones por mí, yo decidía por mí... era algo que había dejado de hacer durante mucho tiempo.

Después de que me golpeará en medio de la vía pública los oficiales lo arrestaron y a mí me habían llevado a un hospital. Los oficiales habían llegado al hospital y me preguntaron lo que pasaba, yoles conté todo. Pusieron una orden de restricción con él y lo tuvieron tras las rejas solo una semana, según ellos... era lo único que podían hacer por el momento.

Pero... aquí está, dentro de mi casa, el lugar en donde se supones debería de sentirme segura. Me mira con ternura pero... a la vez con locura, tiemblo, intento correr pero él me detiene en un abrazo.

-Por favor...

-Te lo dije... tú nunca podrás escapar de mí.

Tú sabes que también me quieres

Tú sabes que me amas, no huyas de mí.

-Tú me amas, tú me quieres al igual que yo. ¿Por qué insistes tanto en alejarte de mí? - su tono es tan macabro cuando lo susurra.

-Por favor, déjame. Tú no me amas, tú... lo que sientes es una obsesión - me quede quieta y pensé en lo que podría hacer para deshacerme de él.

-¡Tú no sabes lo que es el amor, tú no entiendes mi amor! ¡Por eso dices que es una obsesión! - las lágrimas y los sollozos no cesaban, sabía muy dentro de mí que él no se detendría y también que yo, de aquí no saldría.

Termina con esto,

Tranquilízate y Detente.

Suéltate de mí ahora.

Le di una patada y corrí a mí habitación cerrando la puerta con el seguro. El gritaba mi nombre con furia y no dejaba de golpear la puerta en un intento de tirarla abajo. Debía de apurarme. Cogí mi celular y marque emergencias a la vez que buscaba entre los cajones antiguos que le pertenecieron a él.

-Tengo una pistola... - murmure a través de mi celular al oficial que estaba en línea.

-Baje el arma y no disparé, los policías están en camino.

-¿Y sí el me hace algo antes de que lleguen? - respondí sollozando, los golpes en la puerta no se detienen y el seguro de apoco se iba quebrando - Solo escuche usted mismo... no se detiene, él tirara la puerta.

-¡La ayuda está en camino, no dispare!

-Tengo miedo...

-¿Cómo se llama?

-¿Qué?

-¿Cómo se llama?

-Kagome... me llamo Kagome.

-Kagome... no dispares, ya están en camino... te ayudarán.

-Nadie lo hizo... nadie me ayudo ¿Por qué ahora debería de esperar por la ayuda?

-¡Kagome, maldición abre está maldita puerta! ¡Te mataré y luego me mataré!

-¡Yo no quiero morir! - grite, a pesar de que no he tenido una muy buena vida no quiero morir, quiero descubrir por mí misma que puedo encontrar mi final feliz... quiero encontrarlo.

-Kagome ¿Bajaste el arma?

-No pienso hacerlo, el me matará... el seguro de la puerta ya se está rompiendo.

-Bájala... por favor bájala - y estaba a punto de bajar el arma, pero la puerta se rompió y la figura de él apareció, él también llevaba un arma en su mano derecha.

-Él está aquí...- murmure al celular en mi oído - Él... él tiene un arma.

-No te muevas, ellos ya están ahí.

-Tengo que hacerlo... sino, moriré... - alce mi mano derecha con fuerza, el arma pesaba mucho.

-Por favor baja el arma, por favor... - aquel tono de ruego me hizo recordar a mí, a mis pedidos hacía él para que se detuviera en todo lo que me hacía sufrir

Esto no está bien, Esto no es Amor.

Esto sólo me lastima, No seas así.

Te Amé, pero ya no.

Bórrame de tu memoria.

-No te mataré si prometes no volver alejarte de mí.

-Esto no está bien, esto no es amor - solloce, el arma estaba apuntándolo pero... me debatía en si jalar o no el gatillo, por un lado no quería ser una asesina, pero a la vez recordaba todo lo que él me hizo pasar y... la fuerza para jalar venía a mí.

-¡Tú no conoces el amor! ¡Tú no sabes lo que es! - dio dos pasos hacia adelante y yo retrocedí lo suficiente hasta chocar con la pared.

-Esto solo me lastima ¡Te amé, pero ya no te amo!

-¡Tú me amas!

-¡Solo bórrame de tú memoria por favor! - y el sonido de un arma sonó y yo me sobresalte y cerré mis ojos por segundo del susto.

-¡Kagome, Kagome! ¿Estás bien?

-Solo falle, pero no volverá a pasar - del arma de él salía humo, había disparado pero le dio a la pared detrás de mí.

-Tengo que disparar... si no, moriré.

-No lo hagas, ya están allí... no lo hagas.

-Si no lo hago ¿Me promete usted que todo estará bien? - con mis ojos aguados no dejaba de mirarlo, su sonrisa macabra no desaparecía de los labios.

-Te lo prometo - ¿Cómo puede estar tan seguro?

No quiero llorar más, Más.

Si vivo, no veo manera de estar bien y de que él no deje de acosarme. Estaré mejor muerta, por fin podré descansar, ya no lo veré más y sobre todo... ya no lloraré y sufriré más. Seré libre.

-Está bien - murmure por última vez al celular en mi oído, lo solté dejándolo caer en el suelo.

-¿Vuelves a mi lado? - me pregunto aun apuntándome con el arma.

-No lo haré. Así que, mátame - y su mirada se endureció de la furia.

-Está bien - mascullo.

Me deje caer contra la pared y cerré mis ojos a la vez cubriéndolos con mis dos manos.

Un tiro.

-Ups. Falle.

Dos tiros.

-Ups falle.

Tres tiros.

-Ups. Fa... - el tiro se escuchó, el silencio reino y solo se escuchó una caída en seco.

No quise abrir mis ojos, tenía miedo sea cualquier cosa u otra persona.

-El atacante está muerto y la victima a salvo - deje de temblar y de cubrir mis ojos, la esperanza de apoco volvía a mí al ver en frente de mí a los oficiales, las lágrimas no dejaron de cesar, al parecer sí podré vivir... viviré.

°°°

Simplemente se me ocurrió mientras escuchaba el tema de multimedia- supongo que mis queridos ya saben que escuchó Kpop- solo me imagine en las situaciones que pasan las mujeres y como algunos hombres aprovechan de su fuerza. También lo escribí pensando en una amiga, que paso casi lo mismo con su ex novio.

Sí lo habrán notado,la pareja abusadora de Kagome no tenía nombre y se los deje a su imaginación. Tampoco el genial policia al teléfono.

Me gustaría que me dijeran a quien se imaginaron mis queridos.

Espero y les haya gustado y si es así, me dejen su comentario y el voto mis queridos.

¡Nos leeremos!