ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ³⁴ ᴇʟ ᴅɪʟᴇᴍᴀ ᴅᴇʟ ᴄᴏɴᴅᴏɴ

ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ

Doy una pequeña sonrisa a las personas que me saludan seguido de una pequeña reverencia, veo sus rostros mirarme y comenzar a cuchichear.

Tocó con mi mano mi mejilla soltando un resoplido tratando de ignorar los comentarios. ¿Que acaso piensan que me metí en una pelea o qué? ¡Pues no!

Alto ahí hombre, la alteración no es bueno.

Gracias por el recuerdo.

Abro sin siquiera pedir permiso la oficina de papá. Está de pie hablando por teléfono, simplemente lo ignoro y busco una silla, la muevo que quede frente a su escritorio y me siento poniendo los pies encima de su escritorio. Se me ha pegado esa maña de Jungkook.

—¡Baja los pies!

—¡Pero, papá! —chillé.

Baje mis pies y me senté correctamente mirando a mi papá delante de mí.

—¿Que te pasó en el rostro?

Jimena quería que le diera serrucho como dijo ella, y me negué, y me dió una bofetada. ¡Y dolió! Maldición, ahora por eso se va a tener que preparar las cosas ella solita.

—¿Esta noche puedo dormir en casa?

—¿Jimena te votó?

Eso también.

Acentí mientras lo observaba reír.

—¿Que hiciste, Taehyung?

—Simplemente no quería, esto, bueno, yo, cuando esto, hacer, no quería darle, no quería tener relaciones sexuales.

—¿Tanto trabajo?

—Eso da vergüenza, papá.

—Entiendo. Arregla las cosas. Tal vez llegué a un acuerdo. Y, ¿puedo saber porque no querías darle tu Taehyung de allá abajo?

—Porque estaba cansado, y tenía que trabajar, y quería descansar.

—Esto es el comienzo Tae.

—Bueno —me levanté—. Ya me voy.

Salí de la oficina mientras caminaba hacia la mía, tenía un poco de frío, menos mal estaba en la empresa de papá. Pronto debe de comenzar a nevar. Sería tan lindo ver la nieve junto a Jimena. Podríamos ir otra vez a nuestra casita en el árbol.

También se acerca mi cumpleaños. Aunque falte un mes.

Recuerdo el drama que había formado Jimin el año pasado.

Todos estábamos felices y más yo, y me siento egoísta por pensar en que me siento así solo porque Jimena ha dejado el día de hoy a Hoseok de lado solo para darme toda su atención a mí. Pero no quiero pensar en eso, no ahora, tal vez mañana, cuando la vea abrazarse con el y fingir una sonrisa diciendo que todo está bien.

Y no, no lo está.

—¿No te emociona?

—No.

—¿Por qué?

—¿Que tiene de emocionante acercarte cada vez más a los treinta?

—Que estás vivo. Estás con nosotros, que te queremos mucho, y que yo te conozco. Te quiero mucho, TaeTae. El pastel lo hice yo —chilló—. Especial para mí hermoso Kim. Bebé —volvió a chillar apretujando mis mejillas y yo sonriendo como bobo. Siempre lo he sido. Nada ha cambiado.

—¡Taehyuuung! —Jimin comenzó a llorar, o fingió llorar pero parecía real.

Todos desviamos nuestra mirada hacia Minnie quién dramáticamente iba y se sentaba en el sofá con una mano en su pecho y la otra en su frente como si estuviera lamentando algo.

—¿Jimin que te paso? ¿Por qué lloras? —me alarmé.

—¿Te has dado cuenta de que casi no naces ese año? Tu mamá y papá debieron de haber esperado a que pasara fin de año. ¡Casi no naces en el 1995! Dios bendito.

¿Es en serio?

Arrugue mi ceño. ¿Pero qué mierda? Por un momento pensé que había pasado algo malo y ahora me sale con esto.

Puto colmo.

Abrí la puerta de la oficina y me quite mi saco. Me senté y cuando iba a encender mi computadora desvíe mi vista hacia el pedazo de papel que había encima de ella, era una de esas hojas de colores.

La tomé y comencé a leer la nota.

Hoy en tu casa, hay algo que debo decir. ¡Recuerda! Sin globito no hay fiesta.

Jimin el sabroso.

PD: Intenté dibujar un globito pero no me salió ;-; Así es mi querido Taehyung, la vida es cruel *suspira dramáticamente*

Solté una carcajada por la última parte, que luego se volvió en un grito ahogado cuando ví un condón encima de mí escritorio.

Maldito seas, Park Jimin.

ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ

Abrí la puerta y entré en la casa. Hoy debería hablar con Jimena respecto a eso de no dejarme dormir en casa hoy, se ha vuelto un poco loca, pero aún así, con esa locura la sigo amando.

Mire hacia el sofá y fruncí el ceño cuando ví a Jungkook sentado como don Juan por su casa mirando el televisor fijamente. ¿Que hace el aquí?

—¿Jeon Jungkook?

—Por tí puedo ser Lee si quieres. Lee Jungkook.

—No gracias. ¿Qué haces aquí? ¿Y Jimena?

—Hace no media hora deje mi trabajo para venir aquí, Jimin nos citó en tu casa, entonces estaba en la cocina comiendo. Me he llevado un gran sermón porque sin querer me comí parte de la fruta que Jimena estaba cortando.

Ay, pobre.

—Al rato llego Mijoo, mi hermosa Mijoo, y entonces me votaron de la cocina porque tenían que hablar cosas de chicas, o eso creo.

—¿Y viniste para acá?

—En efecto, Tae-ssi.

—Oh. Yo también recibí una nota de Jimin.

—En la nota venía un condón.

—Lo tengo en el pantalón —comencé a reír. Recordando la nota de Jimin.

—Yo lo usé. Bien usado. Cuando Jimin me lo dió o mejor dicho, me lo dejó junto a la nota yo-

—¡No quería saber! ¡Y no quiero saber!

Se encoge de hombros antes de reír y volver a mirar hacia el televisor. Entre en la cocina y no ví nada de él otro mundo, solo Jimena hablando con Mijoo. Ahora solo faltaría esperar a que Jimin llegará, a contarnos lo que quiera que sea que tenía que contarnos.

ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ

—Me aburro —Mijoo hizo un puchero.

—Jimin nos había citado aquí, llevamos media hora hablando desde que llegaste —gruño Jimena—. ¡Vamos! Dinos que es lo que pasa.

—Les contaré el dilema del condón —dijo Jimin haciendo un gesto exagerado.

—Ándale cuenta ya —se queja Mijoo.

—Erase una vez, en Gwacheon, era un niño joven —fingió un lloriqueo—. Quince años tenía cuando aquella agonía se apoderó de su vida, arrancándole lo más preciado que tenía.

—¿Que era? —Chilló Kook.

—Ese niño fue —dejo su gesto para mirarnos—. ¿Saben quién es el niño no? Soy yo por si acaso —volvió a su gesto todo lleno de suspenso—. Llamado Jimin, fue a una farmacia. ¡Quería comprar su primer condón! Entonces, ugh, todo fue una mierda para él.

—¿El primero? —Preguntó Jungkook confuso.

Hasta yo me siento confundido. El primero que yo tuve en mis manos fue a los cinco años más o menos mientras jugaba como si fuera un globo con JongIn en Daegu. En ese entonces pensaba que para eso era para lo que servía, para jugar.

Una vez incluso quise ordenar mi fiesta de cumpleaños una vez con globos.

—Los demás los usaba para hacer globitos. Ese iba a ser el primero para algo que no fuera eso.

Las risas de Jimena no tardaron en llegar a mis oídos.

—Ese niño, era ¡muy! inocente, demasiado quizás.

—Ni yo me creo eso.

—¡Cállate Taehyung! —me gritó fulminandome con la mirada—. En fin, ese niño ¡entró! —hizo un énfasis en la palabra entró mientras dió un paso como si estuviera en una casa del misterio y pudiera dar un paso en falso—. La empleada le atendió, y se dió cuenta de que era un niño novato, más el estaba nervioso y ni siquiera lo podía ocultar. Ah y cabe aclarar —se enderezó—, que en ese momento cuando ví aquello fuera de la envoltura me dieron ganas de llenarlo de agua. Se imaginan qué-

—Jimin-ah, ¿puedes continuar?

—Cierto Jungkook. Como decía. Le entrego el paquete y me preguntó. ¿Sabes usarlo? con su voz de pito que cualquiera saldría corriendo. Estaba fea —dijo eso último en un susurro como si alguien fuera a escucharlo—, y el pequeño inocente respondió: No.

—¿Y que pasó después? —Pregunté yo esta vez.

—Ella abrió el paquete y me lo puso en el pulgar. Aquel niño miraba atento todo, le dijo que asegurara de que quedara ajustado y seguro. No entendía anda aquel chiquito.

—Ajá —dijo Mijoo.

—Luego, esa misma noche, unos amigos me invitaron a una fiesta. Claro, era la oportunidad perfecta para poner en uso el condón y perder mi preciada y hermosa virginidad. Fue lo que pensó, entonces decidido acepto.

—Sin globito no hay fiesta —dije recordando las palabras de Jimin.

—Palabras de Jimin sabio. Pero bueno, por dónde nos quedamos. En aquella fiesta habían muchas chicas, obvio, una que otra, todas están feas. Pero bueno, apareció una lo suficientemente buena como para eso. Nos fuimos hacia una de las habitaciones. ¡Y eso fue horrible! —puso sus manos en su cara.

—¿Tanto así? —preguntamos yo y Kook al mismo tiempo.

—Quedo solamente en bragas delante de aquel chico que no sabía que hacer.

—Candente —dijo Mijoo.

—Si, ¡le arranco la virginidad de aquel muchacho! Pero eso no fue todo. Cuando terminó, que no duró mucho, la mujer se volteó y le preguntó: ¿Te pusiste el condón?

—Oh dios ¿me debo asustar? —volvió a insistir Mijoo.

—¡Claro que no! Solo que en ese momento Jimin, el niño de nuestra historia, era a tal grado de inocente, que no sabía ni que hacía, incluso cuando le vio la vagina a aquella mujer pensó que era un empaque de jamón mal hecho. Pero, después de esa pregunta, le enseñó su dedo pulgar —levantó su dedo—: Claro. Fue lo que respondió.

—¡¿Pero eres idiota?! ¡¿Cómo te lo vas a poner en el pulgar?! —Grité.

—Tú no hables que mira mi prima cómo anda. Orita parece una sandía de la panzazaza que va a tener. Se pondrá gorda como vaca.

—¡No! —Me voltee viendo a Jimena con el rostro en blanco—. ¡Mentira! ¡Bebé, no te pongas así!

—Hablando de sandía, ya me dió hambre.

Ignoren eso.

—Si engordo ¿me seguirás queriendo? —Preguntó con un puchero y sus ojos brillantes.

—¡Claro que sí!

—Dímelo otra vez.

—¿El qué?

—Bebé.

Una sonrisa se posó en mis labios mientras fruncí mi nariz y la pegue a la de ella frotandola sacándole una sonrisa a ella igual.

—Bebé. Te amo mucho, bebé.

—¡Yo también!

—Y a nuestro bebé también.

—Te amo mucho mucho mucho.

—Y entonces ¿me puedo quedar hoy a dormir aquí, a tu ladito?

—Ya aquí sobramos —ignoré el comentario de Mijoo.

—Ay, a mí me gusta ver esta escena —exclamó Jimin.

A mí también me gusta mucho.

ᴘᴀʀᴋ ᴊɪᴍᴇɴᴀ

Fulminé a Jimin con la mirada, aunque estaba segura de que no había sido vista tan intimidante como lo hubiera querido.

Pero todo se esfumó, en ese momento me sentía felíz, tanto que nada importaba.

—¿Entonces? —me preguntó Taehyung.

—En el sofá.

—¡No me puedes hacer esto Jimena!

—Claro que puedo. De hecho, ya lo estoy haciendo.

—Eres mala.

¿En serio estoy siendo mala? Yo no quiero ser mala, pero aún así no tengo pensado bajar la guardia.

—En el sofá, Taehyung.

Ver su rostro fue todo un dilema, era lo que más me gustaba de todo. Molestarlo. Y esto no es todo. Tengo un plan en mente. ¡Y es uno adorable!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top