ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ²⁷ ᴇxᴘʟɪᴄᴀᴄɪᴏɴᴇs
ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ
—TaeTae —susurró Jimena.
—¿Qué?
—¿Te das cuenta de cómo nos miran los trabajadores?
—No digo yo, si la última vez que vinimos hiciste tremendo desastre.
—No pensé que fuera así de grave ni que tú fueras tan flojo. Tu cuerpo no dice eso —dijo mirándome, casparreo—. Además fue un día divertido —dijo dandome un pequeño golpe en la costilla—. Vamos sigue comprando.
No sé cómo podía hacer esto, maldita hora en que Jimena se le antojo de comer Jajangmyeon. Te odio Jimena, no sé cómo puedes hacerme esto.
Debía de haberle hecho caso a papá cuando me había dicho aquellas palabras hace unos cuatro días, a partir de hoy no faltará nada en la nevera.
Vale, pero la quiero tanto que estoy dispuesto por eso y mucho más, ni siquiera se que fue lo que me ha hecho Jimena, ¿como puedo quererla tanto así a pesar de todo? Vale, si resumimos cuentas, no fue muy agradable que digamos cuando se casó conmigo, hace poco se beso con Hoseok, aún debemos hablar, pero siendo honestos no se ni siquiera que debo decir. Siento que cuando comenzaría como siempre las palabras se quedarán atoradas, y no ayudaría mucho.
Todavía recuerdo lo que me había dicho Jimin.
—Come una sandía. Siempre ayuda en la relajación y pueden hablar las cosas mejor. O no, jugo de sandía, exquisito.
Creo que por primera vez ¿le haré caso a su consejo? Ay no lo se, todos sus consejos son respecto a las sandías.
Como si una sandía pudiera resolver todos los problemas de él mundo. Creo que la tía de Jimena mientras estaba embarazada comía mucha sandía y por eso a Jimin siempre le ha gustado tanto y todo es sandía.
¿Cuando llegara la chica que le ponga el freno?
—Pss pss —Jimena me susurró.
—¿Qué?
—¿Ese no es Jungkook? —volvió a susurrar.
Mire hacia la dirección donde miraba, fruncí mi ceño viendo que en definitiva era Jungkook. Intenté acercarme, si, intenté porque Jimena no me dejó.
—¿Y si hacemos algo divertido?
—Diversión, mi segundo nombre.
—Tu segundo nombre debería ser sarcasmo.
—Como digas ¿de qué trata esa diversión?
—Espiemos a Jungkook.
—¿Y estas cosas?
Ella me miró y se encogió de hombros.
—Vale, yo solita lo haré. Si veo algo importante te llamo.
La miré con cara de súplica, ¡yo también quería enterarme de el chisme! Suena divertido espiar a Jungkook, hace tiempo que no hablamos, últimamente se la pasa haciendo no se qué, y yo quiero saber. Antes me lo contaba todo, ahora no siempre, aunque no siempre de siempre, los otros días vino pidiéndome un consejo, aunque al final de él día terminó dándomelo el a mi.
En ese momento no tenía cabeza para pensar en nada, hacia poco Jimena me había dicho que estaba embarazada en ese momento, me había dicho que tenía hambre, y andaba Kim Taehyung corriendo tras unas estúpidas donas.
Menos mal que existe nuestra cafetería favorita donde venden las mejores donas.
Jimena se aleja de mí haciendo un ademán con la mano de despedida, todavía la veo mientras se acerca a Jungkook y lo sigue, yo sigo comprando.
Cuando estoy terminando veo como están a punto de salir pues Jungkook está haciendo la fila para poder pagar todo.
¡No soporto más esto!
—Jae Hwa, te necesito. —Susurre en la llamada.
—¿Qué paso ahora, Taehyung? ¿Papeles de divorcio otra vez?
—Necesito que hagas las compras por mí. ¿Donde estás?
—¡Bu!
—¡Ay mierda! —puse mi mano en mi pecho con el teléfono en el medio—. ¡Qué susto Jesús! ¿Qué haces aquí?
—De compra con mamá. ¿Así que hacerte las compras? ¿Qué paso ahora?
—Necesito averiguar algo.
—Vale —tomo mi carrito y puso su mano esperando que le diera algo—. La lista de compras, tonto.
Ah cierto. Ví como Jungkook salió de él supermercado y se la di rápido saliendo de aquel lugar como alma que lleva el diablo.
—Jimena psss —susurre pero no me escuchaba.
Ahora sí se las verá.
—¡Jimena que no me-!
—Shhhh —puso su mano en mi boca—. Estoy vigilando a- oye espera, ¿y las compras? Mi Jajangmyeon —fingió lloriqueo.
—Todo perfecto. Deje a Jae- digo un amigo haciéndose cargo.
—Vale.
Lo seguimos un rato más, me detuve, ¿para que hago esto? ¿Que ganó espiando a Kookie? Pues nada.
—Esa es Mijoo —susurro Jimena.
—Vámonos para la casa. La vida es de Jungkook, ¿qué hacemos aquí? Yo nunca te espíe con Hoseok —por más que quisiera no lo hacía—, ni a nadie.
—¿Qué crees que tengan esos dos? Tengo que saber.
—Jimena.
—¡Están muy juntos! —solto un chillido.
—Vamonos. Dejémoslos hacer sus cosas.
—Oh, ella como que lo ignora —me miró—. ¿Abra pasado algo entre ellos?
Mire hacia el lugar, ella tenía razón, ella como que le huía, pero conozco a Jungkook y es de los que no se rinden fácilmente.
—Nos vamos.
—Jungkookie la está siguiendo.
—Me cansé.
—¿Qué haces? —me susurró—. Bájame.
Tenía a Jimena cargada en mi espalda como si fuera un saco de papa.
—¡Estas exponiendo mi trasero!
¡Nadie le ve el trasero a mi Jimenita!
La bajé, pero ví como otra vez quería ir a ver cómo estaban Mijoo y Jungkook, vale que no se me ocurrió más nada.
—¿Ahora es estilo princesa?
—Con tal de que dejes espiar a esos dos.
—Es para tener algo para poder chantajearla después. ¿Sabes lo bien que siente poder saber que tienes alguien bajo tu mando?
A mí me tienes bajo tu mando, pero por nada de él mundo te digo eso. Eish, eres tan adorable haciéndome ese pucherito. Quiero besar tus labios.
Esos labios.
—Vamos.
ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ
—Esto es el colmo.
Jimena bajo su cabeza.
—No te gusta el Jajangmyeon y aún así me estás haciendo prepararlo.
—No me gustaba, de repente se me antojo. ¡No es mi culpa!
—Claro, es mi culpa por estar ebrio, meterte el pene y- ¡olvídalo!
¿Como se me había olvidado que Jimena nunca había comido Jajangmyeon? Esto es en serio, es un detalle importante, gaste fuerzas caminando hacia el supermercado solo porque quería comer esto, y ahora me dice que nunca le había gustado, y yo aquí haciéndoselo.
—Si no te lo comes te mato.
Hace una mueca.
—¡No me quieres!
Fingió un lloriqueo, está vez quién hizo una mueca fui yo.
—Si te quiero mucho.
Te amo.
No me siento capaz de decirte estás palabras, siendo sincero aún me siento algo confundido desde aquel día, no soy capaz Jimena de decirte estás palabras, al menos no hasta que todo quede resuelto.
¿Cuando será el momento en que mis nervios se vayan y podamos hablar sin que yo me quedé con el cerebro en blanco y cambie el tema de conversación? En serio que no se qué carajos me pasa, siento que no quiero escuchar su versión, tengo miedo de que mi corazón se destroce otra vez.
Es que eres un pendejo, puedes hablar y ya, solo déjala a ella con el tema. Sabrá que decirte.
¿Y si no sabe?
Ah pues pendejo, métele un palo por la cabeza.
Hasta yo le cojo miedo a mi conciencia.
¿Estás loco?
La verdad es que no, pero muchas veces puedes llegar a irritarme. ¡Haz algo! Y no me cojas más miedo, no soy tan malo como crees.
—Tenemos que hablar —susurré.
—Lo sé. Pero solo lo haré cuando dejes de ser tan miedoso a la respuesta.
—Me da miedo, no te lo niego. Si tan solo supieras porque es mi miedo —la última oración la susurré.
—Dime entonces porque es tú miedo —me miró.
—Porque yo... Bueno, ¿quieres aprender a hacer Jajangmyeon?
Y aquí estoy otra vez desviando el tema.
—No, está vez no me desvíes el tema.
—¿Por qué? —pregunté decidido a una respuesta aunque doliera.
—El solo había quedado conmigo porque quería despedirse, creo que soy la única persona de quién lo hizo.
—¿D-despedirse? ¿Se fue? ¿A donde?
—No, si no se ha ido es hoy o mañana. El solo me había contado que —se detuvo soltando un suspiro—. No podía continuar, no podía seguir viéndome contigo, que por más que lo intentará no podía, y quería irse, entonces eso pasó, solo eso. Ah, el beso apenas me dió tiempo de darme cuenta, pero, Hoseok no me gusta, Taehyung.
Qué no te guste Hoseok no quiere decir que sea yo la persona que te guste.
Acentí.
—¿Quieres aprender a cocinar Jajangmyeon?
—¿Quién ha dicho que no se cocinar Jajangmyeon?
—Pues yo.
—Solo házmelo. Tengo hambre y se me antoja.
—¡Eres muy exigente!
—Bueno —se encogió de hombros—, así me quieres, no se de qué tanto te quejas.
—Caí por tí —susurre.
Sentía mi corazón tener un ritmo apresurado, estaba nervioso, es como si le hubiera dicho que la amaba, espero que Jimena no haya captado mi indirecta.
—No.
¿Como que no? ¿Acaso no ves que te amo? A veces quisiera matarte Jimena. No, mejor te demostraré cuanto te quiero para que vuelvas otra vez a negarme que he caído por tí.
Lo he hecho desde hace mucho.
Te he amado en secreto tanto tiempo que ahora siento que me duele seguir ocultandolo. ¿Por qué estoy así? Quisiera decirlo todo, dejar de guardarme todo esto.
—Yo soy la que ha caído por tí.
Este es el capítulo más cortito que he escrito de esta historia ._.
Nos leemos <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top