ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ¹⁰ ᴄᴏɴғᴇsɪᴏɴᴇs

ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇ ʜʏᴜɴɢ

—Oye Tae.

La voz de Jimena hizo que saliera de mis pensamientos, mire hacia la puerta, era la primera vez que entraba en mi pequeña oficina que tenía en la casa.

Los papeles estaban regados en toda la mesa, no había podido concentrarme después de haber oído aquella conversación, ¿qué es lo que le pasa a aquel estúpido con mi Jimena?

No, debo reaccionar, ella no es mía, estoy enamorado de ella pero eso no quiere decir nada, yo soy tuyo, pero tú no eres mía.

Los pensamientos divalgaban en mi mente y me sentía cada vez peor, ¿debería de poner en su lugar a ese peli-rubio? No soy nada ni nadie para serlo, solamente un estúpido mejor amigo, o al menos eso era hasta hace unos días, no sé cómo estamos ahora y creo que prefiero no saberlo.

—Tienes esa maña de perderte en tus pensamientos. A ver, dime qué fue lo que te dije.

—Tenías una duda, lo demás no lo escuché.

—Cuando te desperté dijiste ¿Ya llegó el correo? ¿Qué quiere ese viejo ahora? Dile que me dejen de acosar.

—No estoy muy seguro —dije con nervios.

—Ahora mismo estás nervioso. Acaso... ¿Alguien te acosaba antes? ¡¿Y nunca nos dijiste nada?! Te podríamos haber ayudado.

—Si, tienes razón, pero como nunca llegaron a propasarse conmigo ¿por qué lo haría? Lo mejor era evitar malentendidos.

—¿Qué te hacía? Mencionaste a él viejo que entrega el correo.

—Casi todos los días me llegaba una carta, todas tenían fotos, incluso salían ustedes, pero yo era a quien acosaban, sabía todo de mi e incluso me seguía donde iba. Con el tiempo desapareció y no supe más nada —me encogí de hombros—. No encontré la necesidad de avisarle ni a la policía, ni a mis padres ni a ustedes.

—Vaya confesión.

—¿Qué esperabas que te dijera?

—Sinceramente no lo sé. Quizás algo sobre lo de ayer también.

La observé darse media vuelta, me había quedado paralítico, ¿acaso se refería a que de manera indirecta le había dicho que me gusta?

Debía dejar esos pensamientos de lado.

Jimena salió de la habitación y me permití suspirar aliviado, lo que le había contado no era mentira, en aquel mes que llevaron acosandome no se propasaron conmigo, simplemente me enviaban fotos sobre lo que hacía las 25 horas de él día.

Vaya, le agregaste una hora más a él día.

Oh cierto, perdonen, sería las 24 horas de él día.

Genio.

En mi mente pasó una idea lo cual hizo que sonriera, una sonrisa sincera se posó en mis labios y esperanzas me invadieron.

Tome rápidamente mi teléfono y marque el número de Jungkook, el es el indicado para ayudarme en este plan, solo espero que todo salga como yo quiero y como espero. Las esperanzas es lo último que pienso perder. Lo haré.

Como siempre el si de su parte me hizo sonreír y casi brincar de felicidad, aunque sabía que no se iba a negar, que bueno es tener un amigo arquitecto.

Salí hacia afuera, el hambre me estaba logrando vencer, y eso no podía pasar, no ahora, aunque creo que la felicidad que siento ni el hambre la puede arruinar.

Pero de repente unos miedos me invaden, tal vez, a ella no le guste y me ignore como siempre. Decidí dejar esos pensamientos de lado, lo único que falta es tiempo, solamente el tiempo me dirá cuál será su reacción y a pesar de mi miedo quiero intentarlo y supongo que debería de comenzar ya si no quiero perder a Jimena y mucho menos con ese viejo pedófilo, aunque no parece ser tan viejo, quizás unos treinta y algo. No sé cómo actuar o que hacer ¿y si Jimena cae en los encantos de ese pedófilo? No, ¡primero en los míos!

Así se habla.

Lo sé, lo sé, pero soy tan idiota y pendejo que digo una cosa pero hago otra o sino no hago nada.

No puedo ir y golpearlo, eso no puedo hacerlo. Tampoco podría acusarlo de llevarlo a la policía ya que Jimena no es menor de edad, ninguna de mis opciones parecen funcionar. Solamente por una me dejaré llevar. Solo espero que ella no sepa nada, ya que sino seré hombre muerto.

Abro la nevera y busco un poco de agua para tomar pero en eso siento como alguien toma mi mano, la misma que utilice para abrir la nevera y me volteó viendo a Jimena mirando atentamente mis nudillos lastimados.

Claro que es Jimena, si no es ella quien más seria burro.

Tú cómo siempre metido en el medio.

Me caracterizo mucho por ello. Ya deberías saberlo.

Como sea.

—¿Qué te pasó en la mano? ¿Como te lastimaste? ¿Por qué no me habías dicho nada? Podías haber ido a él médico. Espérame aquí, iré a buscar el botiquín de primeros auxilios ¿sabes dónde está?

Aleje mi mano de la suya, la mía estaba fría mientras la de ella no, y se sintió bien, su tacto se sintió bien.

Vamos, enfócate Taehyung.

—No importa eso, solo fue un-

—Me da igual lo que digas. Olvídalo, yo sola buscaré el botiquín, y espero que después no te quejes ¿me oíste señor Kim?

—Tsk. Me haces sentir viejo. Esta bien, has lo que quieras mi querida Jimena Jimenita.

Sus ojos verdes se enfocaban en mi mirándome como si me fuera a matar, si las miradas matasen yo hasta enterrado estuviera.

Bebo el agua que anteriormente fui a buscar y me siento en la sala. Busco el mando de él televisor, pero entonces mi mirada distingue otra cosa. Aquel cuadro gigante —no tanto— en medio de la sala. La foto mía y de Jimena en la boda.

Ella se veía tan linda. Lástima que lo nuestro solamente es algo falso, y cuando ella sepa la razón por la que su padre decidió tomar esa decisión tan ¿precipitada? Si bueno, no quisiera ver su reacción, solo diré que veremos el mundo arder, aunque no en demasía. Además no me culpen, me enteré hace dos días Ya que cuando fui hacia la oficina de mi papá lo escuché hablando y me había quedado en shock, tanto que ese día Jungkook me hecho agua fría en el rostro para que reaccionara ya que siempre andaba mal perdido en el mundo.

Y aún me cuesta creerlo, tanto que incluso lo investigue por mi propia cuenta y Jae Hwa, un gran amigo que conocí en la empresa y trabaja para mi me ayudó, no se qué haría sin el en parte.

—Ya estoy aquí —dijo Jimena y se sentó a mi lado en el sofá.

Desvíe mi vista de aquel cuadro y la mire a ella con solo una pregunta en la mente: ¿Qué será de ti cuando sepas la verdad Jimena?

—¡Ah! ¡Jimena duele!

—Te había dicho que no te quejarás Kim, ahora aguanta como el hombre que eres.

—¡Eres mala! ¡Ahh! ¡Lo haces a propósito!

Cuando terminamos nos quedamos viendo una serie, esa que tanta ama Jimena, Mentes criminales, y verdad que las mentes esas son criminales.

ᴘᴀʀᴋ ᴊɪᴍᴇɴᴀ

Desperté debido a él sonido de la alarma. Me estiró en la cama hasta coger mi teléfono y apagarla. Me quedo un rato acostada mirando en la pared en todo momento, a él menos se que debería de haberme quedado unos minutos así antes de darme la vuelta en la cama cuando algo llama mi atención.

Me tallo los ojos con la mano y me levanto quedando sentada en la cama. Un largo bostezo escapa de mis labios a la par que estiró mis brazos.

Miró de nuevo hacia la mesita de noche y tomo aquella nota junto a aquella rosa, sonrió y me dispongo a leer de la nota.

Buenos días. Hoy me tuve que ir temprano, mi papá me llamo y tuve que ir de inmediato a la empresa. Perdón por no poderte llevar hoy a la universidad. También creo que llegaré tarde, así que no se si pueda pasarte a buscar. Lo siento. Toma la rosa cómo una disculpa

Ese Kim Taehyung es un idiota, negué mientras dejaba la nota otra vez encima de la mesita de noche. Me dirigí hacia la cocina aún en pijama y busque una jarra. Una vez encontré una perfecta le eche agua y coloque la rosa dentro poniéndola encima de la mesa para dirigirme hacia el baño para hacer mis necesidades y vestirme adecuadamente para ir a la universidad.

Cuando termine de hacerlo me preparé el desayuno.

Una vez lo hice me encontraba en la mesa mientras desayunaba revisando mis redes sociales. Me sentía aburrida y sola en esta enorme casa.

Mire la hora y deje a un lado mi móvil y comencé a terminar mi desayuno. Después de eso lave todo lo que había usado y estaba sucio para buscar mi mochila e ir a la parada de él autobús.

Esta vez no era el mismo recorrido de antes, creo que queda un poco más lejos que cuando vivía con mis padres, de los cuales no he sabido más nada desde que me mudé, no he llamado y ellos tampoco lo han hecho. Tal vez hoy en la tarde lo haga.

Logro coger un asiento en el bus, menos mal, muchas veces cuando solía venir de pie porque no habían asientos, pero parece que hoy es mi día de suerte.

—Jimena.

—Hoseok ¿qué haces aquí? —pregunte extrañada.

—Oh, mi auto se agravio y pues, otro remedio no quedo.

—¿Vas a trabajar?

—Si. Y tú supongo que vas a la universidad.

Acentí. Apague mi celular y lo guarde en mi mochila. Sentí nostalgia por todos los momentos que pase con Hoseok, a veces quisiera revertir el tiempo, aunque no se para que. Lo que iba a pasar debe de pasar y esto es lo que ha pasado. Creo que a él menos agradezco no haberme casado con un desconocido golpeador de mujeres.

Hoseok formó parte importante en mi vida y aún lo hace, yo lo amé y todavía siento que lo amo, pero debo dejarlo ir. Seguiremos como siempre siendo grandiosos amigos.

No me había dado cuenta de que una lágrima había caído.

El bus freno en la parada y ya era el momento de bajar. Me despedí de Hoseok, al menos no había tensión entre nosotros. Bueno, si la había solo que no era tanta.

Camine hacia la universidad. Cuando llegue me parece frente a esta, otro duro día de estudio me esperaba.

Di un paso cuando siento a alguien tomar mi mano.

Me detengo y me volteó viendo a Mijoo.

—¿Taehyung no te ha traído? —preguntó mirando hacia la calle buscando el auto de Tae.

—No, tenía unos problemas que resolver en el trabajo.

—¿Como te ha ido? Ya sabes.

—Bien. Vivir con Tae no es nada malo. Quizás es diversión segura las 24 horas de él día cuando no está trabajando pero no lo sé. Me siento algo extraña.

—Creo que es normal.

—¿Sabes? Digo que voy a intentar amarlo, pero tengo tanto miedo.

—¿A qué?

—A que la historia se repita otra vez.

—Jimena, Taehyung no es Byun Rul. El no te va a abandonar.

No, no lo es.

—Lo se, pero es tan difícil.

—Solo cuando aprendas a dejar el pasado detrás podrás ser totalmente feliz. Tae es buen chico, inténtalo y no tengas miedo, o sino habla con el y cuéntale. ¿O el ya lo sabe?

—No, ninguno de los chicos saben nada, solamente tú.

—Vale. Ahora vamos que no queremos que nos vemos vuelva a pasar lo mismo de ayer.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top