⿻ | 𝗢𝗢𝗢『‹‹❛❀﹏ 𝐄l raro acosador 』
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Prólogo: “El raro acosador”.
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El fin del mundo. O bueno, el principio del fin. Debe ser una broma...
Una enorme grieta en la nada, abierta en una pared inexistente, sacando humo y nosotros en medio de la carretera observando con sorpresa, pánico, horror y curiosidad la brecha que nos conectaba hacia donde Sephiroth se encontraba, dudando todos en si sería buena idea ir o no. Estaba a tan solo pocos metros de nosotros, pero temíamos que si llegáramos a entrar, no haya forma de salir.
Tomando mi pecho, me atreví a soltar el suspiro que venía guardando desde el enfrentamiento que tuvimos con cada oficial de ShinRa que desde el viaje en moto nos venían persiguiendo para detenernos, hace aproximadamente unos cuarenta minutos. Desde ayer todo estaba siendo una oleada de emociones, cada una más intensa que la otra, y no sabía cómo manejarlo. Al momento debía actuar, ahora que puedo, tocaba arrepentirme de mis apresuradas decisiones anteriores. Si hubiera pensado todo con calma en su momento, posiblemente estaría ya muerta. Antes de cruzar el raro portal, sería mejor meditar todo con calma. Para este caso, había un poco de tiempo que me permitía descansar antes de dar el gran salto que marcaría el destino del mundo...
Todo dependía de nosotros.
Esto no sería más que una parte de la ardua batalla que enfrentaríamos. Aún nos faltan muchas cosas por hacer... Pero si podemos detener a Sephiroth aunque sea sólo por ahora, creo que debemos aprovechar esa oportunidad antes de que las cosas pasen a peores, si es que esto no es lo peor.
Quién iba a decirlo. Me tocaba a mí ir y salvar al mundo.
Y mientras el peligro estaba literalmente en frente nuestro, me preparaba mentalmente tratando de recordar los mejores momentos de mi vida (que eran pocos en realidad) para calmarme y encontrar razones para luchar. Y razones, tenía pocas, pero suficientes. Desde mi hermano, mis pocos amigos, mi honor, mi madre, todos ellos son a los que quiero proteger. La gente que en este viaje me ha tratado muy bien y me ha ayudado, los niños, los inocentes, incluso si este mundo podría estar lleno de crueldad, yo pienso que es posible hallar belleza y bondad en todos.
¿Y Sephiroth?
Tomé mi cabeza cuando la sentí doler, seguida de la estática a la que ya estaba acostumbrada.
El héroe de guerra, el causante de todo este caos en primer lugar. Aquel SOLDADO de cabellos largos y plateados que alguna vez me ayudó. De profundos ojos felinos que guardaban dolor y rencor hacia la humanidad, oh, Sephiroth.
Mis memorias sobre él eran borrosas, pero rescaté unos pocos recuerdos que me permitían saber que en efecto, lo conocí y marcó algo enorme de mi vida, de mi pasado, y de lo que soy ahora... Pero... hay otras cosas que conocía de él que me impedían odiarlo. Sephiroth, eres tan misterioso... Sabes persuadir y engatusar a todos... Menos a Cloud, desde luego.
De lo poco que he podido recordar de él, creo que puede lograr hacer el bien. Y se supone que lo está haciendo, pero no es la manera correcta... No es justicia, es venganza, y yo no creo en ella. Él solía ser antes una persona tan bondadosa y generosa... hasta que varias cosas pasaron, y ahora nos hallábamos en éstas. Donde estábamos indecisos de cruzar ese sospechoso portal para enfrentarlo. Porque si cruzamos y lo detenemos, ¿significa estar atados a los hilos del destino que ya estaban marcados?
Podría ser mi fin. Pero si soy honesta, estoy agradecida de que el último día de mi vida lo haya vivido con la adrenalina al máximo, es mejor que a estar acostada en cama sin hacer nada como lo fue antes de cumplir mis diecisiete.
Aun así, mis labios tiritaban por el pánico, mis piernas temblaban y no sabía qué hacer. Tenía miedo, pero no era precisamente el saber que nuestro enemigo era fuerte; mas bien, mi miedo era saber lo que él había marcado en mi vida y saber ahora que debía detenerlo. No era fácil pelear contra alguien que alguna vez te ayudó. Pelear contra aquel que te quiso y tendió la mano cuando parecía que nadie más iba a hacerlo...
El único que me apoyó, cuando el resto del mundo me dio la espalda.
Fui sacada de mis pensamientos al oír tu garganta aclararse. Me exalté con un pequeño sobresalto, mientras daba media vuelta sorprendida, dejando un poco el pánico de lado.
Y allá estabas tú.
━━____ ━━Hablaste. Señalaste un poco mis manos y caí en la cuenta de que se hallaban temblando demasiado, así que puse mi mano derecha sobre la muñeca izquierda tratando de calmarla.
━━Es... la primera vez que estoy por hacer algo así de suicida ━━Confesé. Y miré hacia donde el fin del mundo daba inicio (irónico) ━━. Pero extrañamente quiero continuar ━━Y volví a mirarte ━━. Estoy lista.
━━Entiendo... Yo...
━━No quiero pensar cosas negativas, o echar la sal en este momento ━━Interrumpí, qué grosera ━━. Pero... si no llegara a sobrevivir, me gustaría mucho que, no lo sé, contaras mi historia ━━Reí por lo bajo. Tu sorpresa fue evidente después que dijera eso, y abrí los ojos con total sorpresa cuando el aire sonó cortándose en cuanto se hizo el brusco y rápido movimiento de tu mano extendiéndose hacia mí.
━━Eso no pasará ━━Y silencio. Un silencio demasiado forzado, como si trataras de decir algo pero las palabras no te salieran de la boca. Hasta que lograron escapar de milagro después de un débil chasquido de impotencia ━━. Porque seguiremos adelante y no dejaré que algo te ocurra ━━Y esa voz tan neutra... ¿Cómo podías decir palabras tan tiernas con tremenda seriedad? Dios, solo termino enamorándome más de ti...
━━Cloud. No lo decía totalmente en serio. O sea, sí siento que puedo morir, pero también quiero seguir adelante y ver qué me deparará el futuro, ¿entiendes? ━━Suspiré, aunque si Sephiroth ganaba, no habría futuro alguno ━━. Es que siento que si no digo este tipo de cosas el ambiente será muy triste y deprimente. Estoy nerviosa, es todo.
━━Lograremos superar esto ━━Y tu mano se extendió más a mi persona. Entendí que me la estabas ofreciendo, pero... ¿Por qué? ━━Y cuando eso pase... ¿Me concedes el honor de tener un futuro a tu lado...?
Me paralicé. Una oleada eléctrica llegó en un flash al oír eso, dejándome atónita al momento en que lo dijiste.
Retrocedí dos pequeños pasos y llevé mis manos hacia mi pecho. ¿Dónde mierda estaba Aerith cuando la necesitaba? Solo ella podría relajar este ambiente extrañamente dulce, incluso con el lugar todo destrozado.
Me sentía feliz al oírte decir eso, pero... en años, nadie me decía algo así. Y si bien tuvimos nuestros momentos románticos, es la primera vez que me haces esta repentina propuesta. Quiero decir que sí, pero... ¿Por qué me cuesta tanto? ¿Por qué mis mejillas se pusieron tan calientes? ¿Por qué mis manos sudan? ¿Por qué mi estómago está revuelto? ¿Por qué ladeo la mirada? ¿Y por qué sonrío bobamente? ¡El mundo se está acabando, miERDA!
No sabía qué decir o cómo reaccionar. No esperaba que me dijeras esto...
Sería bueno saber cómo llegamos hasta este punto.
Hace ya diez años que había sido liberada de las cuerdas que me ataban a mi papá. Yo, quien alguna vez fui su marioneta, me creí libre... por tan solo dos días, antes de ser aislada del resto del mundo porque, oh, sorpresa, estaba enferma y debía cuidarme. Crecí deseando conocer el mundo y saber qué sorpresas me traería... Y cuando lo logré a la edad de mis diecisiete, realmente fue muy contrario a las expectativas que mi estúpida imaginación de niña había creado. De a primera, las circunstancias que me habían llevado a huir de casa cuando mi hermano ya no soportó estar al lado de mi jodido ex novio y nos sacó a buscar dónde quedarnos, y eso nos había llevado a explorar Midgar por completo. Y esta ciudad, era una mierda. Aire tóxico, olor a mako que me dejaba drogada, ShinRa echando sus desmadres por cualquier mínimo detalle que fuera en contra de ellos. Oh, sí, mi hermosa Midgar donde nací, precisamente en la superficie del sector uno, el mismo día que mi hermano mellizo y cuando mi papá, en vez de verme como una hija, me vio como un objeto que podría usar a su beneficio para ser reconocido por ShinRa. La historia de mi vida comienza allí, pero hablaremos de eso más tarde. Lo verdaderamente importante empezó hace ya un corto tiempo atrás.
Me hallaba en esta misión “imposible” de encontrar a mi hermano que se había alejado, mientras me paseaba y merodeaba en los callejones del sector uno estando perdida. Estos oscuros y tétricos callejones del contaminado sector uno de la ciudad de Midgar.
¿Ubican a esa chica de coleta alta, con un montón de cabello, despeinada y con ropa holgada? Esa soy yo. ____ Holland, una chica con un montón de problemas de salud tanto físicos y emocionales. Pero de eso, también hablaremos luego, ahora estaba buscando a mi hermano y esa era mi prioridad.
¿Hacía cuánto tiempo que no venía...?
Apreté con fuerza mi verdosa bufanda a mi boca, tratando de no asustarme y no empezar a gritar. Aunque bueno, extrañamente pude controlarme después de eso, justo cuando la situación se puso más peligrosa de lo que creía que iba a ser, cuando crucé aquel callejón porque la calle principal estaba en llamas.
A aparentemente escasos metros de donde me encontraba, el ambiente se sentía tenso. El aroma a humedad se sentía alrededor, a pesar de que no debió haber llovido en lo absoluto (es rara, y de verdad, rarísima la vez que llueve en Midgar), era la fresca sensación nocturna la que me dejaba extrañada. Y sentía una mirada tras de mí; intenté ignorarla, pero a fin de cuentas más tarde pude saber de quién se trataba.
Algo ocultaba este lugar tan tétrico (además de su mirada). Algo andaba más que mal, y lo sabía. Suspiré a la vez que trataba de quitarme esas locas ideas de la cabeza, buscando de nuevo a mi hermano con la mirada.
Él, que ya había desaparecido hace pocos minutos y que sin embargo, había prometido no dejarme sola. Qué buen hermano, ¿no?
Esta sensación de ser observada se volvió más fuerte, antes de sentir un leve dolor de cabeza, seguido de estática que me preocupó y alarmó, mientras tomaba mi cabeza tratando de calmarme. Sentía un piquete en la sien, y mis ojos empezaban a doler. Era la primera vez que me pasaba y no sabía qué hacer.
¿¡!?
Me alarmé, abriendo los ojos a la par y dando media vuelta girando de inmediato, antes de ver una enorme espada enterrándose en el bote de basura que se encontraba en frente mío hace segundos.
Abrí mis ojos ciertamente aterrada...
Pude ser yo...
Logré esquivar el golpe de aquel bruto y raro sujeto, la estática dio esta vez con más brutalidad, y me costó ignorarla cuando pude ver que este tipo alzó de nuevo su arma para atacarme.
Poseía una espada más grande que su cuerpo, y me sorprendía el hecho de que alguien tan delgado como él pudiese llevar tan pesada arma.
Aunque tenía un muy buen físico, he de admitir.
Quizás había sido la adrenalina la que hizo que reaccionara rápido ante el golpe que dejó su arma en el suelo. De no ser por eso, aseguro que estaría muerta en estos momentos. No lo negaba.
Mi hermano se había llevado la mochila donde también cargaba nuestras armas, por lo que no había forma alguna de que me defendiese.
Tenía miedo, y bastante.
Esquivé otro de sus ataques.
De por sí este horrible lugar me tenía asqueada por su aire contaminado y la mala pinta de todo en sí, era peor también contando que oí en las noticias que el grupo eco-terrorista AVALANCHA había venido para destruir uno de los reactores de ShinRa. Muy tarde escuché sobre ello, justo cuando mi hermano decidió que sería mejor retirarnos y lo perdí de vista. Y, mientras pasaron los minutos y seguía buscándolo, oí esa explosión que me trajo a este lugar en cuanto corrí lejos de ella.
Y ahora me veía esquivando el cuarto golpe de este tipo, soltando un jadeo y chasqueando la lengua al ver que no se iba a detener.
━━Yo... Yo te maté ━━Lo oí susurrar. Otra vez el dolor de cabeza, antes de que por un segundo mi mente me jugara sucio y me hallara viendo el lugar en llamas, seguido de un hombre de cabellos plateados que ya conocía sonriendo a un lado mío, y aunque me sorprendí por eso, cerré mis ojos para esquivar un ataque más ━━.
Los volví a abrir. El lugar estaba otra vez como antes, pero aquella ilusión se vio tan real...
Aunque no debía pensar en eso estando a punto de morir.
El sujeto se veía tenso, preocupado, nervioso y temeroso.
Volvió a tratar de atacarme.
Para mí, considero que esos golpes debieron haberme matado desde hace minutos, sobretodo en mi estado y con mi mala salud; pero algo en mí hacía que los esquivara. Y no me veía preocupada en lo absoluto. Este chico tenía algo, fallaba los golpes, pero no parecía confundido o ebrio. Estaba buscando a alguien con mucha necesidad y desespero, sin duda.
La estática, ahora seguida de un pitido en mi oreja y el empezar a ver todo borroso.
Oh, no.
Fruncí mi ceño mientras corría lejos de allá, pero de nuevo este loco me alcanzó.
Ó prestaba atención a mí misma y mi jodido dolor de cabeza, ó al raro acosador que busca liquidarme a como dé lugar.
Un callejón sin salida. Y lo observé, en espera de que diera ese último golpe que acabaría con mi corta y miserable vida, porque sí, mi vida era una mierda y me daba igual lo que pasara. No tenía hogar al cual regresar, nada lo valía. Pero incluso así, deseaba que nada malo me pasara...
... Los segundos pasaron, me había cubierto el rostro con los brazos a pesar de que era obvio que de esa manera igual iba a terminar muriendo. Pero no fue así. No sabía lo mucho que apreciaba la vida hasta este momento, en que me vi rezando por ella.
Bajé mis brazos de poco en poco, y abrí mis ojos con duda mientras respiraba agitadamente. La estática había dejado de molestar, y ya menos agitada me quedé mirando a este incrédulo que me veía con sorpresa, y quizás algo de arrepentimiento. Tengo el presentimiento... de haberlo visto antes.
Quedé atónita ante sus profundos ojos azules (casi verdes si soy franca). Mostraban nostalgia, y miedo. Pero no el mismo miedo de hace momentos cuando me atacó, sino un miedo a mi persona, aunque no sabía las razones.
Pero...
¿Qué mierda se creía?
━━... Tengo un problema cardiaco ━━Dije, algo indignada. Era cierto, era una sorpresa que no haya muerto de un ataque al corazón por el susto ━━. Deja de asustarme de esa manera, imbécil.
━━Uh-, sí ━━Con lentitud, acomodó de nuevo su espada detrás de su traje, me miró ━━. Lo siento ━━Se veía menos asustado y menos peligroso; ahora veía neutralidad en él. Su espada me era extrañamente familiar. Siento que vi a dos personas portándola antes que él. Aunque puede ser solo una coincidencia ━━.
Un desordenado cabello de color rubio, casi ceniza y ojos que podría jurar son azules... O hasta verdes. Definitivamente ojos de Mako. Debía trabajar para ShinRa. Por mi mente se coló la idea de que me pudo confundir con alguno de los terroristas que estallaron el reactor, pero la idea se fue cuando recordé que yo era la menos capaz de hacer algo así, teniendo en cuenta también que mis papás trabajaban allí.
Seguía serio, aunque veía en su mirada algo de culpa. Tardamos unos segundos en este pesado silencio, ambos esperando que el otro diga algo. Pero, al final los dos sabíamos que iba a acabar en lo mismo: ninguno diría nada, porque no había nada de qué hablar.
Él se disculpó, yo me enojé. ¿Qué más hacer en esta situación? ¿Perdonarlo por casi asesinarme? ¡Pero claro que no! Este tipo me levanta muchas sospechas, así que di por finalizado todo en cuanto suspiré.
Ya harta, di la vuelta retirándome de allá, olvidando esa misión que tenía de hallar a mi hermano. Pero, desde luego, este chico andaba detrás de mí y allá sentí que debí empezar a correr desde un inicio.
Ó me estaba siguiendo, ó ambos íbamos por el mismo camino. Y era más probable la segunda alternativa. No he hablado con muchas personas para que alguien esté en mi contra y que mande a un sicario a por mi cabeza.
Excepto tal vez por mi ex.
Pero dudaba que alguien mandase a este raro para matarme, ¡¿qué enfermo hace eso hoy en día?!
Diría eso, de no ser por la vuelta que di en el callejón, y de nuevo este extraño dobló detrás de mí. No le reclamé. Ha de ser todo una coincidencia.
Aunque, en todo caso, quizá mi primera teoría pudo ser cierta. ¿Por qué inicialmente trató de atacarme? Si falló, posiblemente haya fingido el acto de niño bueno para que pudiera tener más chance de atraparme. Aceleré el paso, él no, me alegré por eso, al menos hasta que paré en seco al ver a una muchacha algo asustada, paniqueada. Cabello castaño, vestido rosa y chaqueta roja. Tenía una cesta de flores y parecía realmente aterrada, espantando seres invisibles a mis ojos.
Yo... ¿la conozco?
Su manera de actuar me recordó de inmediato lo que acababa de pasar con el rubio hace unos momentos. Estaba viendo algo que yo no podía. El chico no tardó mucho antes de adelantarse y ayudarla, dejándome ver con más detalle el rostro de aquella chica que pareciese ser un poco mayor que yo; solo un poco. Aunque su mirada me causaba cierta desconfianza.
━━¡Ayúdame! ━━Exclamó la chica tomando la mano del rubio, quien tomó su cabeza, como si estuviera teniendo un ataque de migraña.
Decidí ignorarlos pasando de largo por ellos, rozando a la chica, pues habían muchas personas y una de ellas me empujó levemente.
Crucé, ignorando ahora que este rubio tenía un dolor de cabeza de la nada, tal cual como yo hacía momentos. No me importaba, pero no pude evitar oír esa pequeña frase salir de la boca de la castaña en cuanto el rubio se relajó por fin.
━━Hey... ¿Estás bien? ━━Dijo la chica, rodé mis ojos pasando de largo por allá, empezando a acelerar mi paso hasta la estación del tren. Aunque al dar una pequeña mirada atrás, vi a aquel alto SOLDADO de cabellos plateados tomando del hombro a la muchacha. Y me sonrió con cinismo. Iba a acercarme, pero cuando parpadeé, ya se había ido.
Tranquila, ____. Todo es una alucinación... Necesitas dormir...
Y cerré mi boca que se hallaba entreabierta, para después seguir mi camino, estando yo confundida.
Podía oír a gente preocupada, demasiado. Niños llorando y la mayoría evacuando el lugar.
El tóxico aire no parecía afectarme. Estaba acostumbrada (aunque desconozco el porqué), y no quiero parecer preocupada, no ahora. Espero que mis padres estén bien, o al menos mamá. Papá nunca me dio buena espina, aunque igual debía visitarlo.
P̶̈́̚a̶̒́d̸̓̆̚r̸̓́̔̕ë̵̳́̏̀͛
No puedo recordar mucho de mi verdadero padre. Solo sé que alguien más se encargó de cuidarme cuando se supo que mi mala salud sería un problema, pero me cuesta recordar eso con claridad.
Hubo un incidente en el que preferí abandonar la casa donde me quedé, hace dos años, y por eso me hallaba de viaje con mi hermano. Pero no me gustaría hablar de eso ahora...
P̶̥͍̟̈́̆̚ą̶͓̤̻͈̠͇̙̒́̔̂͑̋͜ͅd̸̪̦̤̲̲̓̆̒̅̆̈́̚͝r̸̭͚̓́̔̈̆̆͛̾̕͜ë̵̳̬͕̼́̏̀͛.̴̮̬̌̈́͆̿̾.̸̟̗̍́.̵̺̰͔͕̠̺͊̃̇͑̃̃̆̆͝
Ingoré la voz en mi cabeza, así como la estática que jodía. Necesitaba las razones de que esto esté ocurriendo, ¡basta de que todo esté tan revuelto!
Llegué a la estación de metro, y solté un suspiro de alivio al verlo.
Justo allá, en la orilla de la sala de espera, mi hermano se hallaba, parado de brazos cruzados y con su ceño levemente fruncido. Sonrió al verme, y corrió hacia mí con sus brazos extendidos y esa sonrisota que lo caracterizaba.
━━Lo último que debes hacer en estos momentos es abrazarme ━━Dije, esquivando el abrazo provocando que mi adorado hermano resbalara de hocico ━━. Nunca me dejes sola.
━━Ouch... Traté de buscarte ━━Dijo levantándose, y sacudió su ropa que era muy similar a la mía. Éramos ese tipo de hermanos que adoraban vestir igual ━━. Después de la explosión, una mujer me alejó, creyendo que era su hijo. Vine aquí sabiendo que posiblemente vendrías.
━━¿Y si no era así? ━━Las puertas del metro se abrieron; ambos entramos ━━¿Y si me iba con algún extraño? ¿Y si un lunático con una espada enorme trataba de matarme? ━━Dije, ejemplando, pero igual y sí ocurrió de verdad.
Se encogió de hombros. Apreté el puño a punto de pegarle, pero unos trabajadores de ShinRa entraron de igual manera en el vagón, impidiéndome darle un golpe. Se iba a ver muy tonto.
Y mi queridísimo hermano.
Alex Holland, mi hermano mayor... Por tres minutos. Sí, somos gemelos... O mellizos sería el término correcto en las circunstancias en las que nacimos.
Tenía el cabello castaño y algo largo, igual al mío. Ojos grandes y dorados, igual a los míos. Cejas gruesas y perfectas, iguales a las mías, y por supuesto, cara de guapo, contrario a mí, que tengo muchos defectos en mi cuerpo y rostro. En eso me diferencio de él.
Habíamos venido acá para visitar a nuestros padres. Desde hace años no los veíamos, y queríamos saludarlos, sobre todo porque habíamos acabado nuestro viaje y no teníamos dónde vivir. Al inicio Alex se negaba a la idea de regresar, en especial con papá, pero realmente no teníamos alternativas, así que la mejor opción era quedarnos a vivir con nuestros padres y seguir con precaución, de alguna manera.
No obstante AVALANCHA, aquel grupo eco-terrorista que quería detener a ShinRa, arruinó nuestros planes, y ahora pasaríamos otro año sin verlos y sin dónde estar, hasta que tengamos el dinero que perdimos el día de hoy.
El tren empezó a avanzar. Suspiré, levantándome para ir al baño y cruzando al otro vagón viendo a cuatro personas charlar. Un hombre moreno que imponía respeto, demasiado enorme a decir verdad, una chica bastante linda, y dos hombres, uno delgado y otro un poco rellenito, y los últimos tres llevaban esa banda del mismo color rojo en la cabeza.
Tragué saliva, dando media vuelta. Iría al baño en otro momento.
Mas antes de que cruzara de nuevo al vagón donde estaba mi hermano, oí a alguien tocar la puerta de éste mismo.
Y un cosquilleo se sintió en mi espalda.
Con duda, traté de disimular y abrir la puerta de manera lenta, para no mostrar mi interés (aunque en realidad ninguno se percató de mí). Y cuando el más alto del grupo abrió el vagón, no esperaba ver a la persona que entró con esa ridícula aunque épica acrobacia.
Abrí mis ojos a la par, volteando a verlo y señalándolo, aunque él no me prestara atención en lo absoluto.
━━¡¡Estaba tan preocupado por ti!! ━━Dijo el moreno. Todos le miraron extrañados, incluyéndome ━━Eh-, quiero decir, ¿¡qué estabas haciendo!?
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