Jimin

El aula del club de baile estaba completamente vacía, a excepción de mi obviamente. La música estaba al tope, pero no me preocupaba que molestase a otros alumnos... ahora mismo yo estaba atrapado en mi propio mundo.

Me movía al compás de la música sintiendo aquella corriente eléctrica que me encantaba al bailar.

Entonces la puerta se abrió de golpe, me asusté por la repentina interrupción, y perdí el equilibrio.

Caí directo al suelo.

Al frío y duro suelo.

─ ¡JiMin!, ¡¿Estás bien?!

Cerré los ojos al sentir un fuerte dolor en mi tobillo. Me senté en el suelo y miré a quien había entrado.

Jeongguk.

El castaño se agachó hasta estar a mi altura, y me miró preocupado.

─ Estoy bien... no te preocupes. ─Musite tratando de sonreir.

─ No, no lo estás. ─Hizo una mueca─ Te llevaré a enfermería. ─Me tomó de la cintura con cuidado y me ayudó a levantarme.

Jeon con un brazo tomó firmemente mi cintura, mientras que con la otra tomaba mi brazo y lo pasaba por su cuello.

Salimos del aula y caminamos lentamente por los pasillos del instituto ante la mirada curiosa de varios alumnos.

Mi cara enrojeció ante la repentina atención de todos, baje la mirada al suelo un poco nervioso.

Y me sentí un poco más tranquilo cuando entramos a enfermería.

Jeon me ayudó a sentarme en la camilla.

─ Le pondré un vendaje a tu tobillo. ─Musitó amablemente─ Eso servirá para evitar que se mueva mucho y te dará tiempo para cuando llegue la enfermera.

─ Gracias. ─Dije mirándole con una pequeña sonrisa.

─ Es lo mínimo que puedo hacer por ti. ─Me miro apenado─ Yo cause tu caída.

Solté una risa divertida. ─ No te preocupes... suelo caerme de todas formas.

El ambiente se puso más ligero y tranquilo. Jeongguk sonrió divertido y luego me miro de una manera en la que no puedo describir.

─ Igual te veías lindo bailando...

Sonreí nervioso y desvíe la mirada.

Mi cara ardiendo y mi corazón latiendo con fuerza me decían que estaba sintiendo algo realmente hermoso y peligroso.