💀04💀

La ceremonia había transcurrido sin contratiempos, y todo lo que la omega había soñado sucediese ocurrió.

Cuando Seulgi lo vio de pie en el altar esperando por ella y solo por ella, tan guapo, autoritario y elegante, supo una vez más que aquel era el único alfa merecedor de estar a su lado.

Su alma gemela, su otra mitad...

Se tomaron de las manos y ofrecieron sus votos, jurando amor y lealtad eterna al otro, con la misma Diosa luna y todos los presentes como testigos; llenando de ilusiones románticas al joven y enamorado corazón de la omega, la cual por fin se había casado con el amor de su vida; borrando de ella todas aquellas inseguridades acerca de su matrimonio, siendo sustituidas ahora por la infinita felicidad que sentía, otorgándole un momento único y mágico que se extendió en el momento exacto en el que el alfa le había besado, probando así por primera vez aquellos tan deseables labios. El beso no había sido profundo, mucho menos colmado de afecto, pero si obtuvo las sensaciones que tanto había buscado al sentir como su pecho se calentaba ante las caricias de los labios ajenos contra los suyos.

Un beso perfecto que selló su matrimonio con Min Yoongi.

Tras la culminación de la ceremonia pasaron a la recepción, donde luego de una elegante cena la pareja de recién casados se encargaron de recibir las cordiales felicitaciones de cada uno de los invitados; siendo gratamente recibidos con la enérgica y fresca personalidad de la omega, mientras que el alfa permanecía a su lado en silencio, correspondiendo con pequeñas reverencias y hablando solamente cuando era estrictamente necesario; importándole poco si veían o no el aburrimiento combinado con la irritación en su gélido rostro.

Aunque todo había sido como la joven esposa lo había querido al obtener su boda perfecta, no pudo evitar el sentirse solo un poco decepcionada al no poder bailar el vals con su ahora esposo, ya que éste estaba de luto por la pérdida de uno de sus amigos. Tampoco contaría con luna de miel por el mismo motivo y aunque trató de convencer al alfa que disfrutaran de momentos a solas, aunque fuese por pocos días fue inútil, Yoongi había sido claro desde el primer instante. Así que partirían al día siguiente a Seúl, luego de pasar su primera noche en el hotel.

Su primera noche...

Se sintió ruborizar mientras se imaginaba en la intimidad con el alfa que estaba a su derecha tomando tranquilamente de una copa de vino en silencio. Observó disimuladamente aquellas grandes, pálidas y venosas manos sostener la copa, mientras pequeñas gotas de líquido quedaban impresas en los delgados labios. Tragó en seco ante la imagen que su mente había creado, y se regañó mentalmente por pensar en cosas indebidas en el momento menos indicado.

Hizo una leve mueca frunciendo levemente el ceño, cuando las palabras que su madre le había dicho esa misma mañana le llegaron a la mente. Sonriendo con un poco de amargura, al saber que muchas personas estaban siendo beneficiadas con su matrimonio ¿Sería lo mismo con ella?

"Un matrimonio no asegura nada Seulgi. Debes hacer que Min Yoongi te marque y tu estúpida omega no debe por ningún motivo, escúchame bien rechazar esa marca ¿Entiendes lo que te digo? Pero sobre todo, tienes que quedar embarazada sin importar cuanto te cueste ¿Me oyes? Solo un cachorro asegurará tu futuro y tu lugar al lado de ese alfa, y así nuestros planes seguirán seguros"

Seulgi estaba consciente que al no ser una omega pura sería difícil soportar una marca, peor aún viniendo de un alfa de la categoría de su esposo. Pero lo soportaría, sin importar qué, lo haría; y aunque la castaña aún no quería cachorros siendo tan joven y con tantos planes por delante, estaba dispuesta a correr ese riesgo más. Si no lograba ganarse el corazón del alfa, se embarazaría de éste para mantenerse a su lado como su esposa y madre de sus cachorros. Tal y como su madre le había aconsejado.

Y todo comenzaría esa misma noche cuando el alfa le hiciera el amor entre las sábanas, dándole el nudo y la marca.

—Hasta que te veo solo —comentó una voz conocida para el alfa recién casado.

—La farsa está realizada, y ya fingí lo suficiente frente a todos los invitados —respondió neutro, con la mirada fija en el rojo vino de su copa—. Así que, no encuentro el motivo para permanecer con ella.

Hoseok sonrió burlón mientras zafaba con brusquedad el nudo de su corbata.

—Sí. Pude notar cada una de las miradas que tus amantes le daban a tu esposa, y déjame decirte que eran todo menos amables —rió—. Por cierto... ¿Dónde la has dejado?

Yoongi apuntó con su mentón al centro del lugar donde se encontraba su esposa hablando y riendo animadamente con sus amigas.

—Sin duda es una omega preciosa, y se nota que está perdida por ti Min.

—Lo es —admitió el mayor, observando a las ruidosas mujeres e ignorando olímpicamente lo segundo dicho por su amigo.

—Aunque aún no me explico cómo no la has metido a tu cama —murmuró realmente confundido —. La mayoría por no decir todos ya sean omegas o betas de sociedad o el bajo mundo te los has follado —hizo una pausa—¿Por qué nunca te interesaste en ella? después de todo, la conocías de antes.

—No es mi tipo —respondió seguro—. Nunca me atrajo y nunca lo hará. Sabes mis gustos para el sexo, y por lo que he visto en Seulgi puedo deducir con facilidad que es una omega simple, que no me daría lo que busco en la cama.

—Pero esa omega simple es ahora tu esposa, y tu pase directo para obtener el máximo poder que nos mantendrá en la cima de todos; así que tendrás que dejar tus excentricidades a un lado, ser un buen esposo y crear una bonita ilusión a su alrededor.

Yoongi rió sin gracia, mientras que con su lengua acariciaba la comisura izquierda de su boca.

—No estoy para dibujarle cuentos de amor —respondió tajante—. Su padre sabía muy bien a quien le estaba entregando a su querida e inocente hija, y eso no le detuvo en su hambre de poder —dijo cabreado—. Respóndeme ahora Hoseok —habló, observando directamente al pelinaranja a su lado—. Si su padre no la cuidó, entregándola al mismo diablo sabiendo las consecuencias ¿Por qué lo haría yo?

Hoseok sonrió descarado, estando completamente de acuerdo con su amigo y líder; pero también sintiendo un poco de lástima por aquel inocente corderito que había sido entregado a la cuna de lobos más sanguinaria de Corea. Sintió auténtica pena por aquella joven omega enamorada y hambrienta de amor, la cual seguramente esperaba paz, fidelidad y unión en el matrimonio perpetuado; sin saber que obtendría justamente lo contrario. Porque si de algo estaba seguro el pelinaranja, era que Min Yoongi destruía todo lo que tocaba.

Era un demonio, que con su mirada penetrante y sonrisa arrogante atraía a sus víctimas... hasta hacerlas consumirse en su propio abismo de placer, locura y oscuridad.

—¿Qué piensas hacer? —preguntó al fin, luego de que ambos alfas degustaran de otra copa de vino en silencio mientras observaban con tranquilidad el entorno.

—Lo que está estipulado en el acuerdo —respondió sin emoción—. Le daré la noche que tanto espera y mi marca, aunque no estoy del todo seguro que la soporte.

—Oye Min —dijo el menor de repente, recordando un detalle en particular—. Tomando en cuenta tus gustos en el sexo ¿Piensas agregar terceros cuando la tomes?

Yoongi chasqueó la lengua, pero luego sonrió socarrón.

—Hasta la pregunta es idiota —respondió rodando los ojos—¿Crees que dejaría de divertirme solo para que la niña se sienta cómoda y amada? —preguntó burlón, Hoseok estaba sorprendido—. Aunque la omega espere una noche "mágica" no la tendrá —bufó—. Se hubiese pensado mejor el tipo de esposo que quería antes de meterse conmigo.

Hoseok abrió los ojos completamente sorprendido con esa información. Realmente esperaba que Yoongi cediera en ese pequeño punto para no empeorar la situación ni agitar las cosas antes de tiempo; creía fervientemente que tendría un poco de caballerosidad respetando la intimidad de la omega, pero que equivocado estaba. Suspiró porque sabía las intenciones que el pálido tenía, y el hacerle esa humillación a su esposa el mismo día de la boda solo significaba una cosa... imponerse ante el alfa Kang, y burlarse en su propia cara del pacto realizado.

—No le tomes tanta importancia —siguió el pelinegro distrayendo a Hoseok de sus pensamientos—. Aún con esa decisión estoy seguro que no quedaré satisfecho —hizo una mueca, pensando en el sexo aburrido que tendría con la omega que se sonrojaba con solo una de sus miradas—. Es por eso que he seleccionado dos chicas más, las cuales saben que tendrán que complacerme apenas termine con mi esposa. O acudir a mi llamado ante cualquier panorama.

—Por eso Choa está aquí —dedujo el menor, el pelinegro asintió—¿Quién es la otra?

—Kila.

—Eres un cabrón hijo de puta —comentó divertido—. Mira que follarte a una de sus amigas la misma noche que la reclames... —no pudo terminar porque un repentino ataque de risa lo envolvió.

—No metas a mi santa madre en esto —dijo Yoongi burlón—. Además ¿Qué tiene que ver eso? No creas que porque me acueste con ella esta noche lo seguiré haciendo. Esto solo es un negocio Hoseok; un negocio que salió muy bien, y que luego de cerrarlo por completo lo celebraré con dos mujeres que juntas sí llegan a satisfacerme.

—Kila me agrada —dijo el pelinaranja observando a la mencionada—. Es atractiva, de confianza y está loca, pero sabe cuál es su lugar y tiene lealtad; además de que sigue obedientemente el código del triángulo, teniendo los mismos intereses que nosotros. Pero Choa... —hizo una mueca, observando ahora a la rubia sentada en una de las mesas del fondo, con un elegante vestido de color rosa palo, revelando su cuerpo curvilíneo —. Esa es otro asunto porque está enamorada de ti y esa locura sí que es de cuidar. Así que te recomiendo que tengas cuidado con ella, puede intentar algo contra Seulgi y con eso joder la alianza.

—Y es por eso que hoy le daré su merecida despedida —dijo el mayor observando también a la rubia—. Es hermosa, pero ha perdido toda gracia y misterio, llevándole también a perder el encanto que tanto busco en mis amantes. Todo su cuerpo ya lo tengo recorrido, no hay nada nuevo por conocer o probar; así que a partir de mañana solo trabajará en Ignis en la selección y mantenimiento de los omegas. Ya no estará en mi cama —hizo una breve pausa analizando—. Es raro que haya permanecido con ella tanto tiempo.

—Solo fueron cinco meses Yoongi —comentó el menor rodando los ojos—¿Y si te da problemas?

—La mato.

Hoseok sonrió malicioso, mientras codeaba al pelinegro ganándose un gruñido de éste.

—¿Y si la matamos hoy? —sugirió inocente, Yoongi negó—. Está bien —aceptó a regañadientes—, aunque sería lo mejor además no notarías la pérdida —se burló.

Se mantuvieron unos segundos en silencio hasta que llegó un camarero ofreciéndoles más vino, tomando una copa cada uno para seguir conversando. Hubo un momento en el que Yoongi sintió el aroma a manzanilla aumentar, así que observó donde estaba su ahora esposa riendo feliz, cuando una de sus damas había tomado el ramo que segundos atrás la novia había tirado.

—¿Averiguaste lo que te pedí? —preguntó al cabo de unos minutos, señalando al grupo de chicas que reían y bailaban.

—¿Te refieres a las amigas de tu esposa?

—Sí —respondió—¿Qué sabes de ellas?

—Tengo los informes listos en mi despacho —respondió el menor—. Cuando vuelvas a Seúl puedo dártelos con la información que recolecté.

—No me sirve. Quiero la información básica ¡Ya! —exigió—, sabes como soy con personas desconocidas. Peor aún cuando desconocen del triángulo.

El pelinaranja entrecerró los ojos observando directamente a Yoongi; éste sabía exactamente lo que pasaba por la mente del alfa menor, haciéndole perder la poca paciencia que le quedaba.

—Si piensas que quiero información de ellas para follármelas, déjame decirte que estás equivocado imbécil —dijo mortalmente tranquilo, sorprendiendo al menor ya que era exactamente eso lo que pensaba—. Simplemente quiero saber si son inofensivas o un estorbo del que me tenga que librar.

—Siendo así, la información que sé de ellas servirá sin necesidad de informes —respondió Hoseok—. Si quieres te puedo dar un breve resumen de cada una, ahorita que las tienes frente a ti es el mejor momento.

—Ilumíname —bufó el pelinegro.

El menor rodó los ojos mas no dijo nada. Desplazó su vista al grupo de chicas que seguían con la novia; tomando, conversando y riendo animadamente.

—La de la izquierda —señaló con su copa a la joven de piel clara y cabello castaño que había tomado el ramo de Seulgi. Cuando Yoongi la ubicó siguió informando—. Su nombre es Melany Parker, 25 años, beta, soltera. Se graduó en la Royal Academy de New York en danza clásica. Nacida y criada en Chicago —hizo una breve pausa acariciando su mentón pensativo—. Vida normal, familia normal. Probablemente sea la más inofensiva de todas.

Yoongi asintió ante lo dicho.

—La que está junto a ella —dijo señalando ahora a la morena alta de cabello oscuro y rizado—. Es Caroline Jefferson, 28 años, omega pura; comprometida hace dos meses, graduada en la misma universidad que tu esposa en la misma carrera. De hecho, de ahí se conocen, nacida y criada en Boston. No es problema, ya que mañana mismo viajará de vuelta a Norte América.

Yoongi volvió a asentir.

—Veamos... la que no ha dejado de tragar desde que inició el banquete —murmuró viendo divertido a la pequeña peliplata de grandes ojos y mejillas llenas de pastel de manzana--. Es Grace Nermet, 26 años, soltera, originaria de Rusia. Hace seis años se mudó a Seúl para especializarse en la carrera de medicina en la UNS, graduada con honores. Actualmente tiene su propia clínica y no ha laborado en unidades públicas.

—¿Qué hay de la japonesa? —preguntó Yoongi, observando directamente a la mencionada que no había hecho más que darle miradas de odio.

—Su nombre es Yu Dara, 24 años, alfa impura. No estudió una carrera propiamente dicha, pero es experta en defensa personal. Conoció a Seulgi gracias a sus padres, ya que ambos son grandes amigos desde hace años. Nacida y criada en Tokio, aunque según mis fuentes tiene una compañía en Busan y está viviendo en el país de manera permanente desde hace seis meses.

Yoongi observó a la japonesa con profundidad. Había algo en aquella alfa que no le gustaba.

—La única coreana del grupo —siguió Hoseok observando ahora a la hermosa joven de cabello corto, la cual estaba entretenida con el celular tomándose múltiples fotografías mientras hacía gestos extraños, totalmente ajena a su alrededor—. Se llama Seo Lía, 27 años, beta, soltera. Graduada al igual que Caroline en la misma universidad que Seulgi, solo que en la carrera de periodismo; nacida en Daegu, pero actualmente viviendo en Seúl —calló por unos instantes, notando que Yoongi se había quedado observando a la pelirroja amiga de su esposa, y la única que no había mencionado—. Y bueno, no creo necesario mencionarte a Kila, ya que la conoces mejor que yo —concluyó pícaro subiendo y bajando las cejas juguetonamente.

Yoongi sonrió de medio lado.

—Kila —dijo, imitando el tono informativo del pelinaranja mientras observaba atentamente a la caliente pelirroja que era su amante—. 21 años, alfa impura, italiana. Actualmente miembro de la mafia Moon Black, fiel subordinada de Hwasa y una fiera en la cama —hizo una pausa, escuchando divertido las risas ahogadas de su amigo—. Sí Hoseok —murmuró observando ahora al menor—, la conozco bien.

—Entonces... ¿Qué opinas de ellas? —preguntó el pelinaranja interesado—obviando a Kila claro.

—Ninguna es interesante, ni supone amenaza alguna con mis planes. Solo espero que siga así, sería una lástima deshacernos de ellas con tan jóvenes y hermosas que son ¿No crees Hope?

—Concuerdo —respondió el mencionado,  estallando en carcajadas haciendo reír también al pelinegro por lo pendejo que era su amigo.

Era medianoche cuando la fiesta culminó.

La novia había subido un par de horas antes a la habitación del hotel en compañía de su madre para darse un baño de rosas, humectar su piel y cambiarse el enorme vestido, para sustituirlo por un delicado camisón de seda de un tenue lila con detalles en negro que apenas y cubría su pequeño trasero; dejando a la vista los preciosos atributos de la omega, esperando ser del agrado de su esposo.

"No lo arruines" le había dicho su madre antes de retirarse, dejándola sola en la habitación.

Mientras esperaba decidió servirse una copa de champán para calmar sus nervios, y mientras la tomaba de pie frente a la chimenea observando el fuego, pensó en lo mucho que se complicaría su vida a partir de ahora. Saldría de la protección de sus padres, ya no podría asistir a las reuniones con sus amigos cada fin de semana, pues era mal visto que una omega casada saliera sin su esposo a ese tipo de lugares, y realmente dudaba que Yoongi la quisiera acompañar alguna vez.

Yoongi...

Toda la emoción que sentía en un inicio poco a poco se fue evaporando. Se dio cuenta que la imagen que tenía de su esposo era totalmente errónea, la omega nunca imaginó que sería alguien tan frío y carente de afecto. No recibió palabras de amor, ni abrazos, ni sonrisas por parte de él. Solamente un "Sí" carente de sinceridad y un beso que, ahora que lo piensa mejor, fue forzado y superficial.

Ni siquiera me tomó de la mano... pensó con un nudo en la garganta.

"Desde que se comprometieron él no ha mostrado el mínimo interés"

"En esta boda solo tú eres la emocionada"

Una lágrima escapó y se deslizó de manera lenta y agonizante por su mejilla, recordando las dolorosas pero ciertas palabras de Dara.

"No es el primer matrimonio arreglado, ni tampoco será el último"

"Con el tiempo viene el amor"

"No lo arruines. Un matrimonio no te asegura nada, una marca tampoco te hará especial, mucho menos la única. Es por eso que debes embarazarte"

"Hace una semana salieron rumores de que tu esposo tiene un romance con la hija de los Oh"

"Min Yoongi es conocido por su amplio historial de amantes"

"Ese alfa no te amará querida. Esto es una farsa... un simple contrato"

"El lobo de Seúl es de nadie"

Dejó la copa encima de la chimenea y masajeó su cien tratando de disipar la reciente jaqueca por todos los comentarios maliciosos que tuvo que soportar con una sonrisa congelada en su propia boda. Con las exigencias de su madre, que ahora no era más que tormento para su cansada mente, Seulgi sentía que solo era cuestión de tiempo para sentirse morir, pero ¿No era todo aquello lo que siempre deseó?

"Un esposo nace el día de la boda. No hagas caso a comentarios estúpidos de omegas dolidas que desearon estar en tu lugar. Tú eres ahora Min Seulgi, esposa de Min Yoongi y nadie podrá arrebatarte lo que te pertenece"

Sonrió ante las palabras que Kila le había dicho antes de subir a la habitación, devolviendo la seguridad en la joven esposa. Su amiga tenía razón, ahora ella era la esposa de Yoongi y se encargaría de conquistarlo hasta que fuera completamente suyo.

La puerta se abrió dando paso al alfa dueño de sus pensamientos. Llevaba el mismo traje, solo que estaba un poco desarreglado al igual que su cabello, y un par de copas con un líquido verde oscuro en ellas.

Yoongi dejó las copas en la mesita de noche y luego observó a su esposa vestida con aquel diminuto camisón y descalza. Sus ojos la recorrieron de extremo a extremo, sin dejar escapar detalle alguno de lo que estaba a la vista. El pelinegro debía reconocer que la omega era verdaderamente preciosa, con su delicada piel, su cabello castaño y su aroma a manzanilla aumentado por el reciente baño. Era hermosa sin duda cualquier alfa daría lo que fuera por tenerla a su lado.

Lástima que Yoongi no era cualquier alfa...

Soltando un largo suspiro el alfa se sentó en el sofá individual que estaba frente a la gran cama, y con la mano izquierda le indicó a la omega que se sentara en la cama a lo que dudosa obedeció, quedando así frente a frente.

—De ahora en adelante —comenzó el alfa con voz profunda y pausada—, debes hacer lo que yo te diga, obedecerme y escuchar si queremos llevar las cosas por las buenas y evitar problemas ¿Estás de acuerdo?

La muchacha asintió efusivamente. Sin duda alguna obedecería cada cosa que dijera su esposo, ya que la habían educado durante toda su vida para ser la omega perfecta.

—Sí alfa.

—También hay algunos puntos que debo aclararte para ahorrarme molestias en el futuro —hizo una breve pausa observándola directamente a los ojos, y cuando la omega volvió a asentir brindándole completa atención continuó—. Primero y más importante. No esperes amor de mi parte —el corazón de Seulgi dolió—, ni nada de comportamiento cursi, no es mi estilo. Segundo —enumeró con sus dedos—. No quiero que te involucres en mis asuntos, ni me cuestiones. Tercero —volvió a enumerar—. No esperes fidelidad de mi parte —La castaña apretó los puños, el mayor sonrió descarado—. No quiero escenas de celos, ni numeritos de omega dolida, que te quede claro desde ahorita que no serás la única. Tampoco quiero que me controles —enumeró como cuarto—. Quinto, y que te quede bien claro —la observó amenazante—. No quiero a tus padres involucrados en nuestro matrimonio, ni tampoco que les informes de nosotros, así que si sabes lo que te conviene y cooperas —se levantó y caminó un par de pasos hasta reducir toda distancia entre ellos, para tomar el delicado mentón de la joven con cierta brusquedad—, todo estará bien, y no habrá necesidad de conocer mi verdadera naturaleza —sonrió inocente—¿Dudas?

Seulgi se mordió los labios nerviosa, no estaba segura si preguntar sería buena idea ya que es lo que normalmente pasaría, sin embargo, no pudo evitarlo hablando en un bajo susurro, con un deje de timidez.

—¿M-me reclamarás esta noche?

—Lo haré —respondió serio —. El que lleves mi marca es una de las exigencias de tu padre.

A la omega no le gustó aquella respuesta. Ella quería que su esposo la marcara por deseo y no por un simple acuerdo. Yoongi notó el cambio de humor en la castaña y rió divertido.

—¿Pensaste que lo haría por placer? —la castaña apretó los dientes sintiéndose ofendida—¿Ya olvidaste lo que acabo de decir? Te recomiendo que no lo hagas omega.

—Soy tu esposa —fue su respuesta.

El alfa se encogió de hombros, importándole poco el estúpido matrimonio. Él seguía siendo libre y eso la omega tenía que entenderlo.

Seulgi observó como Yoongi caminó hasta donde había dejado el par de copas, notando que en una agregaba un polvo blanco que ella desconocía. Sintió a su omega inquieta sin entender el por qué, después de todo aquel alfa ahora era su esposo y no haría algo para lastimarla.

—Bebe esto —ordenó el mayor, extendiéndole una de las copas.

—¿Qué es? —preguntó la omega con desconfianza mientras olisqueaba un poco aquel líquido.

—Le he colocado algo que te ayudará a soportar mi mordida —explicó sin emoción mientras bebía de un trago el contenido de su copa—. Digamos que es un somnífero de alta potencia que te mantendrá quieta y tranquila.

La omega iba a negarse, pero los múltiples consejos de su madre y las advertencias de su alfa llegaron a su mente. Respiró profundo mientras sentía como aquel liquido resbalaba a través de su garganta hasta asentarse en su estómago. Cuando la copa estuvo por completo vacía se la entregó al pelinegro quien la recibió con una sonrisa.

Yoongi esperó pacientemente que el líquido hiciera el efecto deseado. La verdad, drogar a su esposa para marcarla no estaba en sus planes iniciales, poco le importaba el dolor que recibiera la omega. Si era sincero su plan era otro... uno mucho más peligroso y excitante.

Seulgi sentía su cuerpo más liviano pero su mente adormecida. Un fuerte cosquilleo creció en su vientre bajo haciéndola jadear mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de placer al sentir el caliente lubricante humedecer sus bragas y embarrar sus muslos. Yoongi sonrió al saber que el momento había llegado, caminó hacia la puerta y la abrió sonriendo de manera depredadora cuando dos mujeres estaban del otro lado devorándolo con la mirada.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Kila aun en la entrada. Choa por su parte ya había entrado a la habitación completamente deseosa de iniciar.

—¿Tienes miedo? —preguntó burlón mientras se cruzaba de brazos.

La pelirroja sonrió para posteriormente ingresar al lugar. Su mirada viajó a la omega rubia que se había colocado detrás de la novia besándole el cuello con pasión mientras Seulgi soltaba suaves jadeos. Kila se volteó encarando al alfa, y ante la lujuriosa mirada de éste dejó caer la bata negra que la cubría, dejando ver por completo su desnudez.

—No —respondió lanzándose hacia los brazos del pelinegro mientras ambos se fundían en un ardiente y sucio beso.

Seulgi se sentía mareada pero la nube de éxtasis y placer que estaba sintiendo eran sensaciones que valían la pena soportar. Ladeó el cuello en completa sumisión al sentir como aquella boca la acariciaba mientras unas manos expertas se dedicaban a quitarle la poca ropa que llevaba. Escuchaba chasquidos a su alrededor, los cuales eran acompañados de palabras sucias que no hacían más que calentarla. Dejó escapar un largo gemido cuando sintió como uno de sus pezones era acariciado por una lengua experta, mientras que aquella boca le seguía dando placer a su sensible cuello.

Yoongi por otro lado gemía ronco mientras penetraba duramente a la pelirroja que le comía los pezones a su esposa. Realmente le parecía divertido que Seulgi estuviera a pocos centímetros de él, pero perdida en su propia bruma de morbo y placer. El alfa salió del interior de Kila y tomó bruscamente de los cabellos a Choa, aventándola a la cama con brusquedad. La rubia completamente deseosa de ser poseída por Min sonrió descarada mientras abría los muslos mostrando por completo su intimidad a la oscura mirada del mayor. Observó a la alfa que acariciaba delicadamente a su esposa y le sonrió con malicia.

—Quiero que la penetres —susurró seductor, haciendo a la contraria sonreír mientras también guiaba a la omega a la cama.

Yoongi se posicionó entre las piernas de la excitada rubia y la penetró de una sola estocada, enterrándose profundo haciendo a la omega temblar bajo su cuerpo mientras gemía sonoramente.

Seulgi tampoco se había quedado atrás. Su cuerpo estaba sobre estimulado desde el primer toque que recibió y cuando sintió como entraba en ella fue sentir el éxtasis en su punto más alto. El movimiento de las estocadas era firme y constante avivando su deseo, sentía como poco a poco su orgasmo se iba formando conforme los gritos en la habitación aumentaban. No sabía que era aquello que su alfa le había dado, pero sin duda alguna había sido lo mejor. Nunca en su vida ser follada le había sido tan placentero.

El alfa seguía en su labor de destrozar a la rubia con estocadas rudas y rápidas, mientras ésta se comía la boca con su esposa. Sonrió al ver que Seulgi estaba disfrutando del momento, no pudiendo evitar reír con diversión al imaginar la cara de la omega si se enterase que su amiga era quien la follaba y no él. Dio un par de estocadas más y salió del interior de una agitada Choa, dejó caer una nalgada a la pelirroja quien captó el mensaje, ya que inmediatamente abandonó el interior de la castaña para seguir divirtiéndose en el sofá, esta vez con la rubia.

Yoongi tomó el lugar que segundos antes había sido ocupado por Kila y sin contemplaciones penetró a su esposa haciéndola gritar. Sus movimientos permanecieron firmes y certeros durante varios minutos, sintiendo la incomodidad de su lobo. Arremetió contra la omega con furia, observando como la castaña soltaba pequeñas lagrimas mientras decía palabras incoherentes con su boca temblorosa. Al cabo de unos segundos más sintió como llegaba a su orgasmo, eyaculando en el interior de Seulgi mientras sus grandes y filosos colmillos destrozaban el delicado cuello imponiendo su mordida.

El placer que segundos atrás la omega había sentido desapareció por completo, siendo cruelmente reemplazado por el dolor insoportable que se extendió por todo su cuello y en el interior de su vagina ante el gran nudo del alfa. Gimoteó desesperada, mientras sentía como los colmillos de su esposo hacían más presión en su tierna carne haciéndola gritar de dolor. La sangre salía sin control al igual que sus lágrimas, sentía que no soportaría por mucho tiempo más y todo fue peor cuando sintió como el mayor salió de manera brusca sin haber esperado que el nudo se desinflamara, desgarrándola y terminándola de destrozar.

Las mujeres que minutos atrás habían estado disfrutando entre ellas se quedaron heladas ante la imagen que tenían. La castaña había quedado inconsciente en la cama mientras un gran charco de espesa sangre la acompañaba. Observaron perplejas como el rostro ensangrentado del alfa estaba descompuesto en furia, con sus ojos rojos potentes y amenazantes, haciéndolas temblar y retroceder.

Yoongi tomó su cabeza entre sus manos mientras gruñía amenazante, sus colmillos seguían sedientos de la sangre de la omega y sabía que si no salía de ahí terminaría de perder el control. Se vistió rápidamente sin dejar de gruñir, sentía la furia e indignación de su bestia y se le estaba haciendo casi imposible de calmar.

—Llama a un médico que atienda a mi esposa —ordenó a Kila, quien rápidamente obedeció.

Ya en el pasillo del hotel el alfa respiró profundo, relajándose solo un poco cuando por fin pudo relajar sus músculos y ocultar sus colmillos. A pasos rápidos caminó hasta la habitación de Hoseok, necesitaba un buen trago y un compañero de bebida.

—¿Qué haces aquí Min? Deberías estar follando a tu esposa —fue la respuesta de un divertido pelinaranja, al ver el estado desordenado de su amigo.

—Ya lo hice —respondió el mayor, ingresando sin permiso a la habitación.

—¿Y cómo salió? —preguntó curioso—¿La marcaste?

Yoongi dejó escapar un gruñido que alertó al menor, pero que también le sorprendió, ahora entendía por qué su amigo estaba teniendo ese comportamiento tan extraño.

—Tranquilo Min, solo es curiosidad. No pienso quitarte a tu esposa.

—Estás equivocado —gruñó el mayor—. No es por eso que estoy así.

Hoseok no le creía, sabía que Yoongi jamás admitiría los sentimientos que inevitablemente florecen con un lazo.

—Yoongi —habló bajo y confidente, obteniendo la atención inmediata del pelinegro—. Es normal tu comportamiento, como también es normal que tu lobo sienta el instinto de posesión y protección con tu omega.

—¿Qué no entiendes? —preguntó el mayor irritado, confundiendo a Hoseok —Mi lobo no siente nada de eso, ni tampoco quiere proteger a la omega que marcó ni nada de esas mierdas ¿Por qué crees que salí tan rápido de ahí? —preguntó agitado.

—Entonces... ¿Cuál era el propósito de tu lobo?

El menor sintió verdaderos escalofríos cuando la mirada del alfa se encontró con la suya, percatándose de un destello carmín en los orbes del mayor. Brillando en ellos la sed de sangre de aquel letal depredador.

—Matarla.




















YOONGLH💀

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top