ᴡʜᴇɴ ᴡᴇ ᴡᴇʀᴇ ʜᴀᴘᴘʏ [ᴇsᴘ. ʜᴏᴘᴇᴊɪɴ]

SeokJin estaba emocionado, ese sería su primer día en la Academia de Seguridad y no podía esperar para aprender y así poder ayudar a la justicia.

Estaba trabajando duro en olvidar su pasado, aquellos recuerdos a veces lo atormentaban pero si quería ser feliz lejos de todo aquel mal, debía ser fuerte.

Después de la ceremonia de bienvenida y de lucir su impecable uniforme de estudiante, SeokJin se encaminó a su primera clase.

El lugar era como una Universidad, con edificios de diferentes especialidades, pero todos con el mismo fin, defender y proteger a la población.

Cuando por fin llegó al salón, notó a todos los que serían sus compañeros, tanto hombres como mujeres, eso lo alentó a entrar y sentarse en los puestos libres del final.

Se sentía un poco perdido, pero aún estaba emocionado, veía a los demás chicos con el cabello recortado así como lo llevaba él, y a las chicas con una pequeña coleta o moño.

¡Hey, hola! También eres nuevo, ¿no? –Saludó un chico rubio al momento de sentarse en el asiento de enfrente.

Sí, lo soy. –Contestó un poco tímido.

Bueno, algunos aquí están por re ingreso, por diversos motivos tuvieron que retirarse pero han vuelto. Me alegra que seas nuevo, porque yo también lo soy y no conozco a nadie. –Reveló con una pequeña sonrisa.

SeokJin también sonrió levemente, le era bueno saber que no era el único incómodo ahí.

Kim. -Dijo el muchacho que leía el apellido en su camisa bordada. — ¿Y tu nombre?

SeokJin, Kim SeokJin.

Park JiMin, espero seamos amigos. –Le dijo tendiendo su mano la cual Kim aceptó.

En ese momento Jin se sintió contento de haber hecho al menos, un amigo. Así la estancia en el lugar sería menos tensa.

Cuando las clases de la primera jornada por fin terminaron, se encaminaron a la cafetería, la cual lucía abarrotada.

El primer día siempre es así, mi padre dice que de todo este montón de gente, menos de la mitad se queda. –Murmuró JiMin cuando buscaban una mesa libre para comer.

¿Qué puesto tiene tu padre?

Oh, él es Comisario. –Respondió el rubio. —De hecho, mi familia está llena de policías y militares, así que es normal que me encuentre aquí, de todas formas me gusta.

Wow, eso suena grandioso. –Dijo el mayor al momento de tomar su bandeja y caminar con su amigo en busca de una banca vacía.

¿Y qué me dices de tu familia, Jin? –Cuestionó de forma distraída mientras buscaba con su mirada algún puesto vacío.

SeokJin realmente se sintió incómodo, él prácticamente no tenía familia más que su tío político, pero incluso con él no se veía mucho.

Amm digamos que cada uno tiene un rumbo de vida diferente. –Respondió tardío.

JiMin lo miró curioso ante el semblante indiferente del mayor, pero lo dejó pasar cuando por fin vio una mesa, la cual era ocupada por dos chicos.

Rápidamente caminaron hacia ellos, los muchachos platicaban amenamente de quién sabe qué.

Buenas tardes, compañeros. ¿Podemos sentarnos? –Preguntó JiMin con su encantadora sonrisa.

Uno de ellos lo miró de pies a cabeza por lo que el rubio sintió, demasiado tiempo. Pero al final terminó asintiendo.

Los amigos se sentaron al lado de los otros dos, quedando frente a frente.

¿Novatos? –Preguntó el joven de sonrisa agradable.

Así es. –Respondió JiMin con la boca llena. Jin simplemente asintió.

Pero el joven de cabello negro que estaba al lado de SeokJin, no podía quitar su mirada de este, sabía que dentro de la Academia cualquier clase de amorío era prohibido, pero el muchacho a su lado era una belleza digna de admirar.

¿Y en qué especialidad están? –Interrogó esta vez el chico de tez pálida.

Investigación. –Respondieron al unísono.

¡Nosotros también! Pero vamos un grado arriba de ustedes. –Dijo entusiasmado dejando ver su bonita sonrisa de corazón. —Aunque la mejor parte es la del entrenamiento con armas y combate.

Ya quiero llegar a eso. –Mencionó el rubio que casi rebotaba en su puesto. –He escuchado que los docentes están buenísimos.

Los dos mayores rieron a carcajadas al escuchar semejante declaración.

Alto ahí vaquero, debes ser más prudente en cuanto a tus gustos, no todos aquí están bien con eso. Es mejor evitar problemas. –Le aconsejó el de brillante sonrisa.

JiMin hizo un pronunciado puchero que el chico de tez pálida no pudo evitar apretar con sus dedos índice y medio. Recibiendo así un regaño por parte del menor. Así que se enfrascaron en su burbuja, aún sin conocerse del todo.

Mientras tanto, el joven rubio seguía comiendo sin prestarle atención a su entorno, por lo que no se daba cuenta de la mirada del pelinegro a su lado.

Bueno, hola. –Le saludó de forma suave.

Jin alzó la mirada de su plato y por fin lo miró y aunque seguía masticando, alcanzó a saludar: —Hola.

El joven sonrió encantado. —Mi nombre es Jung HoSeok. ¿Y el tuyo?

Kim SeokJin. –Contestó comiendo de nuevo.

HoSeok lo observó comer y se le hizo la cosita más tierna que había visto, las mejillas del rubio se inflaban por la cantidad de comida que consumía. Era simplemente dulce.

Creo que me estoy enamorando... –Murmuró, mirándolo fascinado.

SeokJin se giró a verlo con sus ojitos castaños bien abiertos y restos de arroz en sus labios y mejillas.

HoSeok volvió a sonreír y con una servilleta limpió suavemente la piel del rubio.

Espero que podamos conocernos mucho mejor. –Dijo para después besar su colorada mejilla y ponerse de pie. —Vámonos YoonGi, deja al niño en paz.

El mencionado dejó de hacerle cosquillas al otro rubio para ponerse de pie y despedirse con un simple: —Nos vemos luego.

Los mayores de grado se habían marchado y en la mesa se quedaron dos rubios con sus rostros colorados y sus corazones palpitando con fuerza.


Luego de ese encuentro, fue normal para los cuatro reunirse en los almuerzos, los entrenamientos los pasaban solos pues estaban en niveles diferentes.

Pero incluso los escasos minutos que tenían para conversar eran bien aprovechados, pues los dos estudiantes mayores, poco a poco se habían involucrado en la vida de los ya no tan novatos.

Pero hubo una noche en la que SeokJin no podía dormir, giraba en su cama constantemente pues su mente seguía volviendo a aquellos días en los que fue abusado, recordaba la última mirada de aquel hombre que lo rompió, era una pesadilla que ya no soportaba.

En silencio salió de su habitación compartida, era prohibido pasearse por los pasillos tan tarde pero él necesitaba respirar.

Llegó al patio de entrenamiento, visualizó que no hubiera ningún superior de ronda y corrió hacia los arbustos decorativos del lugar. Estando allí, se sentó con las rodillas pegadas al pecho y suspiró, sintió como las lágrimas hacían su camino por sus frías mejillas.

¿Por qué no lograba olvidarlo?

¿Por qué esos recuerdos se sentían tan vívidos?

El dolor en su pecho era como un martirio, un martirio que él mismo se había buscado cuando decidió lanzarse a las fauces del Lobo.

Pero no podían culparlo, el hombre había sido un amor hasta que decidió que era momento de mostrar su verdadera cara. SeokJin había caído redondito, y los acontecimientos que vivió después; serán como una marca con la que debería aprender a seguir.

Este no es un buen lugar para llorar. –Escuchó que alguien susurró a su costado.

SeokJin brincó en su sitio, pensó que lo habían descubierto pero al ver el amable rostro de HoSeok sonreírle con simpatía, pudo relajarse.

Hace frío, Jin. Lo mejor será volver. –Se acuclilló frente a él y le limpió las lágrimas.

No quiero volver. –Susurró mirando sus manos sobre las rodillas.

Bueno, me quedaré a cuidarte entonces. –Dijo al momento de sentarse a su lado. —Para que estés aquí, supongo que las pesadillas son las culpables.

No es necesario que te quedes. –Dijo mirándolo con asombro y recelo. —Si los superiores te ven, te meterás en problemas por nada.

Oye, tú no eres nada, eres un amigo y necesitas apoyo ahora. Así que calla y disfruta de lo hermosa que se ve la Luna. –HoSeok sonrió y miró al cielo, la Luna yacía brillante y su luz daba de lleno en esa fría noche de invierno.

SeokJin se dedicó a mirar al muchacho a su lado. HoSeok era un hombre guapo, un par de centímetros más bajo que él, pero sin duda irradiaba una gran energía de la cual él carecía. Siempre mostraba una amable sonrisa y era de los mejores en su curso, él lo sabía porque sus compañeros hablaban mucho de él.

Se referían a HoSeok como un Sol, tan radiante y maravilloso que era envidiado por algunos y amado por otros.

Jin no sabía cómo sentirse con el chico a su lado, pero sin duda, nunca pensó que su corazón se emocionara y latiera como loco al ser el receptor de tan dulce mirada.

Gracias... –Murmuró con timidez.

HoSeok asintió y lo indujo a recostar su cabeza sobre su hombro, cosa que Jin tardó un par de segundos en hacer, pero que al final resultó con un acogedor abrazo que lo arrulló, pues la calidez y las suaves caricias que HoSeok dejaba en su cabello, le estaban haciendo volver al mundo de los sueños, sin rastro de malos recuerdos.




Para YoonGi no era extraño ver a su mejor amigo suspirar como si la vida dependiera de ello, lo hacía cada vez que pensaba en algo que le gustaba.

Pero lo que sí se le hacía extraño, era verlo recolectar pequeñas flores que nacían de los arreglos que la Academia tenía en cada camino de entrada gracias a la próxima primavera.

Hobi como lo llamaba de cariño, tenía un pequeño ramo de unos tres centímetros amarrado con un liguero, lucía como un ramo de bodas pero en versión diminuta y eso lo hizo cuestionarle.

¿Para quién son esas flores?

HoSeok lo miró y se alzó de hombros, sin poder evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro.

¿Son para la persona con la que te escapas por las noches desde hace meses?

Esta vez, Hobi lo miró asombrado y levemente preocupado.

Sabes que no se lo diré a nadie, pero tampoco eres silencioso amigo. –Se burló.

Bueno, tampoco tengo necesidad de serlo, Tae y tú también se escapan y yo no les reclamo nada. –Reprochó con un puchero.

Pero no lo hacemos cada fin de semana, como tú. –Recalcó TaeHyung que yacía callado porque almorzaba.

Tengo mis razones. –Dijo escuetamente.

Esas razones tienen nombre y apellido, además, apuesto todo mi dinero a que tienen que ver con uno de los rubios que vienen hacia acá. –YoonGi murmuró con una sonrisa pícara.

Hobi esperó paciente y pronto la fragancia a madera invadió sus fosas nasales, SeokJin se sentó a su lado y le sonrió.

Hola. –Saludó suavemente.

Hola, Jinnie. –Hobi rápidamente le tendió el ramo de pequeñas flores bajo la atónita mirada de los otros tres. —Pensé que te daría gusto recibir flores. Sé que no son de una florería popular pero cuando vayamos de vacaciones, prometo regalarte uno enorme y de tus favoritas.

SeokJin tomó el ramo con delicadeza y lo estudió, las flores pequeñas y hermosas le habían alegrado la vida, ya que nunca le habían hecho un presente así de tierno.

No es necesario que sean de una prestigiosa florería, Hobi. –Respondió con pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos marrones. —El simple hecho de que son un regalo tuyo las hace perfectas. Muchas gracias.

Entonces Jin lo besó en la mejilla y HoSeok sintió su rostro arder, después de tantos meses, por fin había recibido un beso por parte de su niño bonito.

Los otros tres presentes miraban como el 2Seok, (nombre de pareja que sus amigos les habían puesto) se encerraron en su burbuja de la cual nadie más podía ser partícipe, pues ellos dos estando juntos se olvidaban de todo y todos.




Los años pasaron y cuando se dieron cuenta, ya se estaban graduando, SeokJin había sentido que por fin estaba dejando su pasado atrás, gracias a la ayuda de sus amigos pero en especial, de ese muchacho que lo animaba desde los asientos de invitados, pues él se había graduado un año antes.

HoSeok era sin duda, la luz que el oscuro túnel de su vida necesitaba.

Todos habían conseguido entrar en la misma agencia de policías, recomendados por uno de sus superiores al agente en jefe Kim NamJoon, quién sumamente agradecido los recibió; pues ya necesitaban mentes frescas y cuerpos enérgicos para el duro trabajo que les esperaba.

Mientras tanto, la relación entre HoSeok y SeokJin iba cada vez más profunda...

Salían a comer, al cine, a veces tenían citas y poco a poco, sus sentimientos por el otro se hacían más fuertes.

¿Cuándo te vas a confesar? -Le preguntó YoonGi a HoSeok al terminar de beber su cerveza.

Lo he estado planeando... Pero no estoy seguro YoonGi, ¿qué tal y estoy confundiendo todo? -Preguntó revolviendo su oscuro cabello.

No seas tonto, todos en la agencia sabemos que se mueren el uno por el otro, cuando Jin te mira; puedo ver las flores flotando a su alrededor y tú casi vomitas arcoiris. -Se burló al ver las mejillas rojas de su amigo.

HoSeok sonrió avergonzado, no podía seguir negando que su corazón latía con fuerza desde hacía varios años por el precioso rubio de su amigo y compañero de trabajo.

Está bien, Yoon. Lo haré este fin de semana, deséame suerte.

No la necesitas amigo. -YoonGi palmeó su espalda.

Y así fue, un fin de semana, HoSeok había llevado a SeokJin a una cita romántica, compartieron caricias sutiles y al final de la velada. Sobre un bote que navegaba en medio de un precioso lago iluminado, HoSeok le pidió ser su novio.

SeokJin había llorado de felicidad, todo había sido perfecto, así como HoSeok lo era. Sin dudas en su corazón había aceptado. Y desde ese momento, todo aquel que veía a la pareja, podía afirmar que el amor flotaba entre ellos.

Casi inmediatamente se habían ido a vivir juntos, SeokJin siempre se sentía especial al lado de su precioso novio, agradecía a la vida por ponerlo en su camino. A su solecito, su razón de vivir.

Te amo tanto, Hobi... -Gimió en su oído cuando el mencionado se enterraba en los más profundo de su ser.

Te amo más, Jinnie. Muchísimo más. -Concordó al compás de sus movimientos.

Ellos no sólo se amaban de forma carnal, sus corazones, vidas y almas estaban profundamente unidas por el hilo rojo del destino.

Ambos sabían que sus caminos volverían a encontrarse en cualquiera de sus futuras vidas. No importaba cómo, ellos estarían juntos de nuevo.





¡¿Le pedirás matrimonio?! -JiMin, YoonGi y TaeHyung gritaron sorprendidos.

No puedo esperar para estar unido a él de todas las maneras posibles. -Murmuró sonrojado. —No tengo dudas, Jinnie es el indicado.

Wow... -JiMin sonrió. —Apenas llevan cuatro años pero parece como si hubiera sido toda una vida, ¿no?

HoSeok asintió, así era exactamente.

Entonces... ¿Me ayudarán? -Preguntó ansioso.

Cuenta con eso. -Afirmó TaeHyung y los otros dos asistieron de acuerdo.

HoSeok aplaudió feliz y antes que llegara su futuro esposo, les habló sobre el plan en el que estaba pensando...

Cuando Jin llegó y los observó actuando extraño, sabía que algo se traían entre manos y él quería saber.

Pero ese algo nunca pudo ser desarrollado...

La felicidad por la que tanto habían luchado se fue en declive al poco tiempo...

Ya que antes de empezar, todo había terminado...

































Hoy en día de muertos publico el especial HopeJin, perdón por tardar, sé que no quedó genial pero... Se los debía.

Me duele que no hayan podido realizar sus sueños 🥺
Pero esta pequeña historia estaba destinada al fracaso 😆
En fin, ojalá les haya gustado. Ahora sí puedo decir que se terminó.

Muchísimas gracias por haber llegado hasta acá.

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