ᴛᴏɢᴇᴛʜᴇʀ ᴛɪʟʟ ᴛʜᴇ ᴇɴᴅ















SeokJin se sentía desfallecer. Ver a su amado HoSeok con esas heridas en el rostro y sabiendo que su torso estaba en peores condiciones, le hacían llorar de amargura.

¿Por qué?

¿Cuál había sido el grave pecado que cometió para estar viviendo esa pesadilla?

Se estaba enfrentando a un demonio, JungKook era un demonio.

Perdóname, mi amor. -Murmuró sosteniendo su mano con cariño. —Por mi culpa estás así...

De repente; sintió escalofríos, la habitación se volvió helada, sumamente helada.

SeokJin giró su rostro a una esquina y ahí estaba...

JungKook lo miraba fijamente, sólo recordó aquella vez que se separaron, Kook lo miraba exactamente igual, con ira.

Te lo advertí. -Le escuchó decir con una voz de ultratumba. —Te dije que no me dejaras o te mataría.

No entiendo cómo es posible que sigas en este mundo, tú estás muerto... ¿Cómo es que tienes tanto poder?

JungKook volvió a sonreír macabro. —Ventajas de venderle mi alma al diablo.

SeokJin comprendió entonces, que aquellos ritos no eran un maldito juego. Eran lo más peligroso que podía existir, aquellas fuerzas oscuras.

Estoy aquí para llevarte conmigo, mi amorcito. Porque sólo yo debo estar en tu corazón, nadie más.

El cuerpo de HoSeok empezó a convulsionar, SeokJin aterrado empezó a gritar por ayuda, aún mal herido como estaba, caminó hacia la puerta pero no se abría. Seguía gritando y golpeando la madera pero nada. Nadie acudía en su auxilio.

No sirve de nada, nadie te escuchará y esa basura morirá. -Dijo JungKook sonriendo.

¡Detente! -Le gritó con su rostro bañado en lágrimas. — ¡Detente! ¡No lo mates, te lo suplico!

SeokJin se arrodilló, aún sabiendo que sus heridas podían abrirse, no le importaba más que salvar al amor de su vida.

¿Suplicas por alguien que no soy yo? -JungKook lo tomó con fuerza del cabello y lo obligó a mirarlo. — ¿Tanto lo amas?

SeokJin asintió, llorando en silencio.

¿Más que a mi?

SeokJin volvió a asentir y recibió un golpe en su rostro que lo hizo escupir sangre.

No eres más que una mierda, SeokJin. Un maldito mal agradecido. Y por tus estúpidos actos, ese bastardo morirá.

¡No! -Se puso de pie y se interpuso en el caminar de Jeon. — ¡Ya déjalo! ¡Es a mi a quien quieres! ¡Mátame! Pero déjalo en paz. ¡Déjalo en paz! -Le gritó con todas sus fuerzas.

¿Por qué no enloquecías así por mi? -Le preguntó mirándolo con frialdad.

Porque me aterrabas. Nunca me amaste. -Respondió con voz ronca de tanto gritar.

Sí te amé, te amo. Pero mi forma de hacerlo siempre fue retorcida. -JungKook se acercó y lo besó.

SeokJin sólo sentía como la fría y áspera carne de sus labios lo tocaban. Le daba asco, quería vomitar, empujarlo, pero temía que al hacerlo, volviera a dañar a su Hobi.

Se mantuvo quieto, las manos de JungKook lo sostenían en un fuerte abrazo. Pero él no se movió.

¿Por qué? -Le preguntó cuando se separó. — ¿Por qué volviste ahora?

Porque fue el lapso de tiempo que Lucifer me dio.

¿Comprendes que tu alma será atormentada eternamente? ¿Que nunca jamás serás feliz?

Nunca lo fuí, hasta que te conocí. Pero todos querían contigo, yo debía mantenerte para mi solo. -Sus manos se hicieron puño. —Cuando me dejaste, me rompiste el corazón. Yo pensaba matarte, ¿sabes? Y después yo también lo haría. Así nos iríamos juntos, pero entonces huiste... Huiste lejos de mi. Por lo que me juré perseguirte hasta tenerte conmigo de nuevo.

Eres un maldito, no me arrepiento de haber huído. No me arrepiento de haberte dejado.

SeokJin tenía la cara roja por el coraje, la rabia acumulándose en su pecho. JungKook tarde o temprano lo habría matado, eso no era un consuelo.

Mientras más almas le ofrezca, más tiempo estaré aquí. SeokJin, no seas estúpido y ven conmigo. Si quieres evitar más tragedias.

JungKook levantó la mano y un cuchillo manchado de sangre apareció, sin que SeokJin pudiera detener a un ente, este caminó hacia la persona en la camilla y puso el utensilio en la garganta de HoSeok.

¡No lo hagas! -Le gritó aterrado. —Iré contigo. Sólo déjalo. ¡Déjalo!

SeokJin se estaba volviendo loco, pero haría lo que fuera con tal de salvar a HoSeok de las manos de ese demonio.

Sabia decisión. Ahora, quítate la vida. -Gruñó y le lanzó el cuchillo. —Conviértete en mi víctima número mil, SeokJinnie.

Las luces de la habitación empezaron a parpadear, las mantas y las cortinas volaron, los jarrones con flores que adornaban el lugar eran lanzados a las paredes estrepitosamente. Sombras surgieron del piso y rodeaban a SeokJin murmurándole que se matara. Furiosas llamas estaban incendiando la habitación.

Afuera, JiMin golpeaba la puerta con desesperación, llamaba a SeokJin con fuertes gritos.

Pero Jin se sentía perdido, sólo miraba fijamente la silueta de JungKook, se sentía sofocado, las llamas empezaron a rodearlo pero él no moría. No hasta que se clavara aquel cuchillo.

No vas a dejarme en paz, nunca. ¿Verdad? -Preguntó monótono.

JungKook sonrió y tomó su mano, la que sostenía el cuchillo, y lo puso sobre su garganta.

Desde que hicimos el amor por primera vez, SeokJin. Tu alma y la mía fueron condenadas. Tú sólo vas a ser mío, y yo sólo voy a ser tuyo. En cualquier vida... No podrás ser feliz nunca, a menos que sea conmigo. De lo contrario. Te perseguiré, ese fue el pacto que hice.

Estás demente. -Murmuró sintiendo la presión en su garganta. —Pero, yo una vez también te amé, JungKook. Porque fuiste la primer persona que me hizo feliz. O eso fue lo que pensé. -La sangre empezaba a escurrir. —Y esto que haces ahora, no es una muestra de amor, es una muestra de egoísmo. Porque sólo pensante en lo que tú querías, ignorando mis deseos, mis sueños... Mis metas. ¿Sabías que yo quería ser actor? Por eso estudiaba tanto, pero luego llegaste y me obligaste a dejar la escuela. Destruiste mi vida... Y sólo fuí realmente feliz con HoSeok. -El cuchillo se enterró aún más en su garganta. —Aunque me lleves contigo, aunque nuestras almas ardan en el infierno, nunca volveré a amarte. Porque desde que te dejé aquel día, todo sentimiento que alguna vez tuve, murió cuando tú lo hiciste.

Entonces, Jin sintió que dejaba de respirar, mientras su cuerpo se desvanecía, su mirada cayó una última vez sobre el cuerpo inconsciente de HoSeok, susurrando en su mente y corazón que lo amaba, que lo perdonara, pero que se iría agradecido de haber recibido un amor sincero por única vez en su vida.

JungKook observó el cuerpo inerte de SeokJin en el piso, con el corte en su cuello, y sus palabras martillando en su mente.

"Aunque me lleves contigo, aunque nuestras almas ardan en el infierno, nunca volveré a amarte."

JungKook no entendió por qué quería llorar, pues su corazón ya no podía sentir ninguna emoción, pero el sentimiento de culpa y desesperación lo agobiaban. ¿Era eso lo que de verdad había querido para ellos?

¿Condenarse eternamente al sufrimiento?

Dejó caer el cuchillo al costado del cadáver de la única persona que amó. Y a la que le había arrebatado la vida, por celos, por egoísmo.

Yo perdí la cabeza por ti. SeokJin.

Con ese último susurro, JungKook dejó por fin el mundo de los vivos y traspasó los portales del inframundo para nunca volver.

Su misión había terminado.












Con ayuda de varios agentes, la puerta fue derribada y cuando por fin NamJoon, YoonGi y JiMin entraron. Nada los había preparado para lo que verían.

SeokJin estaba muerto, con un profundo corte en la garganta.

Toda la habitación estaba hecha un desastre, con rastros de material quemado y HoSeok aún se mantenía inconsciente en la camilla.

NamJoon y YoonGi se maldijeron. No lo habían logrado, no pudieron salvar a SeokJin.

Fue Jeon JungKook... -Murmuró YoonGi con lágrimas en sus ojos.

JiMin lo escuchó, él había leído el informe. —Pero él está muerto.

Y los agentes simplemente asintieron...

Comprendiendo que aquella nota encontrada, era la de un muerto hacia su víctima.

¿Cómo perseguir a un alma corrompida que ya no pertenecía a este mundo?

Un espectro había acabado con la vida de uno de sus amigos, mientras el otro aún luchaba por respirar.

¿Cómo le dirían a HoSeok que había perdido a su persona amada, que había perdido todo?

¿Cómo podrían ellos superar lo acontecido?

Contra las fuerzas oscuras no hay humanos que puedan defenderse... Cuando la obsesión enferma los corazones, el mal siempre tomará ventaja.

SeokJin fue víctima de un amor enmascarado, de una mente perversa. Su inocencia lo había llevado a confiar en el Lobo que después lo devoró.

Nadie estaba preparado para algo así, nadie.

Y ahora... Nadie podía traer de regreso a un chico que sólo deseó ser feliz...





















La lluvia azotaba con fuerza. Un reducido grupo de agentes estaban en el cementerio, su amigo y compañero estaba siendo despedido con los honores que merecía.

Él había luchado por su hombre hasta donde sus fuerzas se lo permitieron.

HoSeok había despertado el mismo día de la tragedia, pero desde entonces, sabiendo que no pudo proteger a su Jinnie, se había hundido en la depresión.

Sus amigos, NamJoon, JiMin, YoonGi y TaeHyung, por más que intentaron ayudarlo a sobreponerse, muy en su interior sabían que HoSeok se había dejado morir, que HoSeok estaba persiguiendo a su eterno amor.

Les dolía estar ahí, dándole el último adiós.

Y es que JungKook no sólo había arrancado una vida, también se había llevado la de HoSeok.

Porque para HoSeok, SeokJin era su vida y para SeokJin, HoSeok era su razón de existir.

Si uno de ellos faltaba, el otro no tenía las fuerzas para seguir...

Así de cruel era el destino.







Fin.

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