¿Qué demonios estaba pasando?

¿Quién diablos atacó a SeokJin?

Si él no hubiese llegado a tiempo...

HoSeok negó y observó a su novio, Jin estaba postrado en una cama, con múltiples fracturas en su cuerpo, y varios rasguños.

Una caída por las escaleras, había dictaminado el médico, pues según la posición en la que HoSeok encontró a Jin inconsciente, a un lado de las escaleras que no eran ni altas, daban a entender que se había "caído".

Pero Jung sabía que no era así, cuando Jin le llamó por celular, él escuchó perfectamente su grito aterrorizado.

¿Él había sido lanzado por las escaleras?

¿O alguien había entrado, lo golpeó y posicionó de tal forma que pareciera un accidente?

HoSeok no lo sabía, pero sospechaba terriblemente de aquel asesino, su novio había estado al borde de la muerte. Su razón de vivir estuvo a punto de dejarlo.

Verlo conectado a esa máquina de oxígeno, con suero intravenoso, su pulso lento pero seguro...

Hobi lloró, ¿por qué con Jin? ¿Por qué con esos chicos que no tenían nada qué ver entre ellos? ¿Quién carajos era ese tipo que estaba terminando con vidas jóvenes y prósperas?

Estaban locos buscándolo, pero las cámaras de seguridad no ayudaban, y para empeorar las notas que encontraban, poco a poco estaban formando una frase escalofriante...

Hasta el momento decía: "Te encontraré. Te encon", un total de ocho chicos habían muerto.

¿A quién buscaba?

Pues desde el ataque a SeokJin, los homicidios habían cesado, y eso que ya habían pasado dos semanas.

¿Ese hombre buscaba a SeokJin?

¿Lo encontró, por eso cesó con su cacería?

HoSeok había buscado en el pasado de SeokJin. Se juró no hacerlo tantas veces pero estaba desesperado, su novio estaba en peligro, él necesitaba saber quién lo buscaba, ¿por qué?, ¿para qué? Y SeokJin estaba inconsciente como para responder...

Se encontró con un nombre... Jeon JungKook. Quién era el ex novio de Jin.

Según su expediente, el tipo se había suicidado, pero quién había sido en vida, no había rastros.

¿Tendrá que ver?

Necesitaba que Jin despertara, pero el médico le había dicho que tenía que esperar, tenía contusiones graves, si volvía a abrir sus ojos y seguía siendo el mismo, sería un milagro.

¿Cómo habían llegado a eso?

Todo empezó desde aquella vez que habían ido a la pizzería.

SeokJin había llorado, pero la palidez y el horror deformando su bello rostro, le dijo a HoSeok que su explicación distaba de ser real.

Jin había visto algo, o a alguien... ¿Habría sido a JungKook? Aunque la simple suposición era estúpida pues el hombre estaba muerto.

¿Era un fantasma?

No, ¿eso que tenía qué ver con la racha de asesinatos?

Quién los mató tuvo que ser un vivo, lo cual es más peligroso.

¡¿Pero quién?!

HoSeok quería gritar. No soportaba la situación.

— ¿HoSeok? -Escuchó la voz de su amigo YoonGi. —Vete a casa, JiMin y yo lo cuidaremos.

Jung simplemente asintió. Se puso de pie y volvió a mirar a su novio... Tan pálido, golpeado... Era deplorable y sentía que las lágrimas saldrían sin su permiso de nuevo.

—Por favor no lo dejen solo en ningún momento. -Susurró sin dejar de mirarlo.

—No te preocupes, tenemos restricciones, nadie que no sea autorizado entrará y nosotros no nos moveremos de aquí. -Prometió JiMin.

HoSeok suspiró y dejando un pequeño beso en la frente de su novio, salió del Hospital. Asustado y afligido.

Cuando llegó a casa, todo estaba tan silencioso que le era molesto, a él le gustaba el ruido que Jin producía con su música extraña cada vez que cocinaba o hacía limpieza.

Pero en ese momento, la casa parecía tétrica y todo fue peor cuando un espantoso hedor llegó a su nariz.

Asqueado se movilizó y llegó al sótano, de donde se desprendía aquel fétido olor a podrido.

Ellos no tenían comida o alguna cosa que pudiera pudrirse en el sótano, quizás era alguna rata, pensó.

Encendió la luz y bajó las pocas escaleras. Caminó directamente hacia una caja que estaba al fondo, de ahí provenía aquel mal olor.

La tomó y se sentía ligera, al abrirla lo único que encontró fue periódico y una nota.

Pero cuando HoSeok tomó el trozo de papel, este se deshizo en su mano como polvo...

—Así voy a deshacerme de ti. -Susurraron a su espalda.

HoSeok no supo en qué momento fue levantado y azotado contra la pared. De lo único que fue vagamente consciente, es que había un hombre de pie mientras él se retorcía en el piso, pues el dolor en la espalda era horrible.

— ¿Q-quién eres? -Apenas pudo murmurar.

Sin embargo, aquel ser simplemente sonrió y HoSeok cayó desmayado.

SeokJin se movía frenéticamente, era él, él le había hecho algo a su Hobi, podía sentirlo, su pecho dolía, algo no estaba bien.

— ¡Jin! ¡Despierta Jin! -JiMin llamaba a su amigo al verlo mover su cabeza como si tuviera una pesadilla mientras murmuraba el nombre de HoSeok.

YoonGi había llamado a la enfermera y esta rápidamente le administró un calmante, SeokJin parecía sufrir, lágrimas se deslizaban por sus mejillas y ellos no entendían nada.

Rápidamente sacó su celular y le llamó a su amigo, pero no obtuvo respuesta alguna. Volvió a llamar esta vez a su casa y tampoco recibió respuesta.

¿Se habría dormido ya?

Era lo más seguro, necesitaba descansar si quería tener energías para cuidar de SeokJin.

Dudoso y viendo como el rubio volvía a dormir, YoonGi se sentó en el sofá que estaba en una esquina de la habitación mientras JiMin le daba pequeñas caricias en el cabello al mayor.

¿Qué había pasado? SeokJin no había dado señales de vida hasta precisamente ese momento, él nunca despertó, pero si llamaba a HoSeok con desesperación.

Intentó llamar nuevamente, pero ninguna línea funcionaba, él no quería ser paranoico pero...

—Iré a casa de Hobi. -Anunció mientras se ponía de pie. —Tengo un mal presentimiento.

JiMin lo miró con muchas preguntas pero el mayor ya había salido con rumbo a casa de sus amigos.

¿Qué estaba sucediendo? Se preguntó sumamente confundido. ¿Por qué todo parecía tan misterioso?

—SeokJinnie... Por favor despierta, te necesitamos...

JiMin sólo podía rezar por el bienestar de sus amigos, sobre todo del que se hallaba en esa camilla, su rostro reflejaba tristeza y quiso saber qué había soñado.

Lo que sea que estaba pasando, les estaba llevando al borde.