La luz de la luna ilumina aquella habitación, donde Douma tiene encerrada a su hermosa Shinobu, la tiene completamente a sumisa y a sus pies.

La delicada piel de Shinobu se pone de gallina en cuanto el rubio se acerca a ella lentamente. Una de sus manos viajan al bolsillo de su pantalón, sacando dos cajas de preservativos, sabor fresa para ser más específicos.

La azabache no puede forsejear, ya que está encadenada a la cama, no puede tomar el control. Los jadeos de Douma se escuchan por toda la habitación, no podía evitarlo, no después de verla vestida con una fina lencería color negro que dejaba todo a la vista.

Podía ver cada parte de su cuerpo debido a la transparencia de la misma lencería, su cuerpo era hermoso, esbelto y curveado.

Douma saca su lengua para lamer sus labios, ya estando sobre la azabache. Shinobu tiene miedo, su cuerpo tiembla y se estremece con cada roce. Las pupilas de aquellos ojos arcoíris están dilatadas, tener su rostro frente al de su bella mariposa le sigue pareciendo un sueño, un sueño del que nunca querría despertar.

Su lengua recorre lentamente el cuello de la joven hasta llegar a su pecho, dejando un leve rastro de saliva, el cual hace qur la azabache arquee su espalda. Puede oír con claridad los latidos del corazón de su amada mariposa, eso lo hace feliz, puede oler su delicioso aroma, ama cada parte de Shinobu.

－Tan perfecta－ Douma levanta su brasier transparente para poder contemplar con claridad su cuerpo －Es la primera vez que veo una copa D－

Sin pudor alguno, Douma agarra con sus manos sus pechos, son más suaves de lo que imaginaba, sus pezones son de un lindo tono rosado. Douma lleva uno de sus pezones a su boca para poder chuparlo, sintiendo como la punta se va endureciendo y los jadeos de Shinobu se hacen presentes.

A su parecer, se siente increíble juguetear con esa parte de su cuerpo. Su erección está creciendo más y más dentro de su pantalón, y Shinobu puede notarlo ya que Douma se está frotando en su muslo izquierdo mientras sigue jugando con su pezón.

Finalmente el rubio deja esa zona en paz para poder levantarse y quitarse la ropa, dejandose solamente puesto el boxer gris. Shinobu chilla del miedo en cuanto nota el tamaño de esa cosa, no sabía si eso cabería en ella, pero tenía que admitir que era un vigor envidiado por muchos.

－Eres hermosa－ su sonrisa marina demuestra que está listo para seguir －Espero escucharte fuerte y claro－

Puede sentir su aliento contra sus muslos. Su lengua lame el áspero encaje que tiene su ropa interior comenzando a empaparlo de su saliva. Puede olfatear el obsceno aroma que sale de la entrada de la azabache.

Sus dientes bajan de golpe la prenda podiendo ver la vagina de Shinobu, era tal y como lo imaginaba. Su lengua dio una lenta lamida desde la pequeña abertura de su vagina hasta su clítoris, haciendo que Shinobu gimiera ante tal acto.

Para poder seguir, Douma tomó una botella de lubricante para poder bañar el cuerpo de la azabache en ese resbaladizo líquido. Ahora si cuerpo estaba brillando por el lubricante, su vagina estaba comenzando a mojarse con cada lamida que Douma le daba, daba varios chupones en su clítoris, notaba que eso le encantaba a Shinobu, aunque cuando chupaba en ese lugar soltaba sonoros gemidos, además de que su barbilla se empapaba con los fluidos que salían, desbordándose hasta sus muslos.

Douma ya no puede aguantar más su erección se está volviendo dolorosa, quiere de una vez por todas tomar la virginidad de la joven, pero prometió que sería gentil ante ello, por eso preparaba a Shinobu. Douma se quitó el bóxer que traía puesto liberando su erección.

Su pene punzaba por atención, por lo que comenzó a masturbarse a sí mismo mientras seguía lamiendo la rosada vagina de Shinobu.

－¡Ahh!~ ¡Mm!~－ Shinobu no quería admitirlo, pero en verdad se sentía bien, el placer estaba dominando su cuerpo. Su cabeza estaba en blanco, sólo quería llegar al clímax con la boca de Douma, y así lo hizo.

Un fuerte gemido volvió a escucharse en la habitación, los fluidos de Shinobu empaparon por completo el rostro de Douma, y también ensuciaron las sábanas. El rubio no tuvo vergüenza alguna de saborear sus fluidos, era delicioso.

Shinobu trataba de recuperarse de su reciente orgasmo, su cuerpo estaba perlado en sudor, y era obvio que Douma no iba a parar ahí.

－Será una larga noche... Shinobu-chan~－
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Buenas mijines :v

Sólo quería decirles que ésta es la primera vez que escribo sexo hetero así que perdón si está de la verga o que se yo xd

Lo hice como pude jsjsjsjs
Bueno ahí se ven

Y recuerden, tomen awita uwu.

Sale bai